Guillermo Botero pierde la batalla de la presi¨®n social
La renuncia del ministro de Defensa de Colombia es una forma de evitar una probable destituci¨®n en el Senado, pero es tambi¨¦n una demostraci¨®n de que no todo vale
La renuncia del ministro de Defensa de Colombia anunciada la tarde de este mi¨¦rcoles es una victoria del clima de presi¨®n social que se hab¨ªa generado tras conocerse que ocult¨® la muerte de ocho menores en un bombardeo contra disidentes de las FARC. Guillermo Botero afrontaba una moci¨®n de censura en el Senado, el segundo intento de destituirle en tan solo cuatro meses, y esta vez la oposici¨®n logr¨® reunir los votos necesarios para forzar su salida. La dimisi¨®n es una forma de evitar una muy probable derrota, pero es tambi¨¦n una demostraci¨®n de que no todo vale. Ya no, al menos.
La decisi¨®n se precipit¨® en las ¨²ltimas horas, despu¨¦s de que el ministro, uno de los pol¨ªticos del Gobierno de Iv¨¢n Duque m¨¢s cercanos al expresidente ?lvaro Uribe, compareciera para defender ese bombardeo, llevado a cabo en agosto en el departamento del Caquet¨¢. "Fue una operaci¨®n l¨ªcita hecha con toda la rigurosidad del Derecho Internacional Humanitario y con acompa?amiento de la Fiscal¨ªa", dijo. Poco despu¨¦s, su partido, el Centro Democr¨¢tico, cerr¨® filas con ¨¦l, consider¨® "indispensable" que no abandonara el cargo y desgran¨® estad¨ªsticas sobre sus logros en la lucha contra el narcotr¨¢fico.?
Pero el debate no era ese. Tanto las denuncias presentadas en el Congreso por el senador Roy Barreras como la indignaci¨®n mostrada durante el d¨ªa por amplios sectores de la opini¨®n p¨²blica ten¨ªan que ver con algunos principios fundacionales de una democracia: el respeto a la vida, la transparencia y la proporcionalidad de la fuerza empleada por las autoridades. Colombia acaba de salir de un conflicto armado de m¨¢s de medio siglo con las FARC. Y aunque el Estado no haya resuelto el problema de la violencia, que sigue golpeando especialmente a las comunidades rurales, los l¨ªderes sociales y los ind¨ªgenas, el pa¨ªs est¨¢ cambiando. La pol¨ªtica de Defensa debe tenerlo en cuenta.
Los cuestionamientos a Botero empezaron hace meses tras confirmarse la aplicaci¨®n de un sistema de incentivos dentro de las Fuerzas Armadas que reavivaban el fantasma de los falsos positivos. Esto es, ejecuciones extrajudiciales de civiles -la Fiscal¨ªa contabiliz¨® 2.248 entre 1998 y 2014- presentados despu¨¦s como guerrilleros ca¨ªdos en combate. Ante el esc¨¢ndalo, el Gobierno retir¨® esa directriz, pero la tormenta no amain¨®. A eso se sumaban las sospechas de que el ministro quisiera ocultar las circunstancias de la muerte de un excombatiente desmovilizado de las FARC, Dimar Torres, asesinado el pasado 22 de abril.
Al principio present¨® el caso como un incidente. A finales de octubre, una investigaci¨®n de la revista Semana demostr¨® que se trat¨® de un homicidio planeado por militares. A pesar de eso, Duque no cedi¨® y declar¨® que no le parec¨ªa una raz¨®n suficiente para pedir su renuncia. Ahora las circunstancias han cambiado. La continuidad del ministro, que en junio gan¨® con holgura el primer intento de moci¨®n de censura, se hab¨ªa vuelto insostenible y para el Ejecutivo supon¨ªa m¨¢s una carga que una soluci¨®n a los desaf¨ªos en materia de Defensa. Hoy tuvo una reuni¨®n con el mandatario y horas despu¨¦s anunci¨® su salida. ¡°Es mi deber tener una lectura adecuada de la coyuntura pol¨ªtica, por lo que he decidido presentar renuncia al cargo de ministro¡±, manifest¨® Botero a trav¨¦s de un comunicado.
Esa coyuntura no es solo pol¨ªtica, es decir, no tiene que ver solo con la presi¨®n de la oposici¨®n, sino que es tambi¨¦n una muestra de la eficacia de los procedimientos de fiscalizaci¨®n y control democr¨¢tico. A la espera de conocer el nombre del sustituto, el presidente agradeci¨® a Botero el trabajo realizado, destac¨® su "compromiso, sacrificio y liderazgo en el sector" e inform¨® de que queda como ministro encargado el general Luis Fernando Navarro, comandante de las Fuerzas Militares.?
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