Cuba, una isla bajo la psicosis de la asfixia de Trump

¡°?C¨®mo est¨¢ la cosa?¡±. La pregunta, t¨ªpica en Cuba a modo de saludo, es para dos empresarios extranjeros que est¨¢n comiendo en una conocida paladar (restaurante privado) de La Habana. Si bien el requerimiento es inocente, los dos hombres de negocios ¡ªuno dedicado al turismo y el otro a la banca¡ª saltan a la vez: ¡°Mejor ni hablar. Los norteamericanos nos tienen locos¡±. A ello sigue una catarsis: desde hace meses, refieren, buena parte del tiempo que antes dedicaban al dif¨ªcil oficio de hacer negocios en Cuba, ahora es para consultar abogados, trazar estrategias y realizar gestiones de alto nivel para hacer frente a la ley Helms-Burton y el recrudecimiento del embargo norteamericano. ¡°Nadie hubiera imaginado hace tres a?os que ¨ªbamos a estar as¨ª¡±, se lamentan.

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Por estas fechas en 2016 Donald Trump no hab¨ªa ganado las elecciones ni se le esperaba en la Casa Blanca, y pocos pod¨ªan predecir que el incipiente proceso de normalizaci¨®n entre Washington y La Habana iba a descarrilar de un modo estrepitoso. Antes incluso de producirse el hist¨®rico viaje a la isla de Barack Obama (mayo de 2016), invitado por el entonces presidente Ra¨²l Castro, comenzaron a peregrinar por Cuba diversos l¨ªderes europeos: en mayo de 2015, el presidente de Francia, Fran?ois Hollande; en octubre, el primer ministro de Italia, Matteo Renzi; en marzo de 2016, el presidente de Austria, Heinz Fischer, y un poco despu¨¦s el de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.

El ambiente era, en aquel momento, de optimismo: la apertura promovida por Obama se tradujo en numerosas medidas de deshielo, se instauraron los vuelos regulares entre ambos pa¨ªses, comenzaron a viajar los cruceros, cientos de miles de ciudadanos norteamericanos visitaron la isla y no pocos cubanos que se hab¨ªan marchado del pa¨ªs regresaron esperanzados con la posibilidad de emprender peque?os negocios privados. Del mismo modo, el inter¨¦s extranjero por invertir en Cuba se renov¨®, la Uni¨®n Europea apost¨® fuertemente por impulsar las relaciones pol¨ªticas y econ¨®micas con Cuba y algunos pensaron que el acercamiento entre Washington y La Habana pod¨ªa ayudar a abrir las puertas a una situaci¨®n nueva en la isla. Los v¨ªnculos de Cuba con Venezuela eran s¨®lidos ¡ªaunque debido a la crisis en el pa¨ªs sudamericano los intercambios econ¨®micos se redujeron¡ª, pero se diversificaban.

El escenario en el pa¨ªs que a partir del lunes visita el rey Felipe VI es totalmente diferente. La Administraci¨®n de Trump no solo ha barrido con lo avanzado por Obama, sino que ha llevado las relaciones entre ambos pa¨ªses a uno de los momentos m¨¢s dif¨ªciles de su historia: multas a los bancos para impedir las transferencias a Cuba, cancelaci¨®n de los cruceros y vuelos hacia la isla, endurecimiento de los requisitos para que los norteamericanos viajen a la isla, restricciones al env¨ªo de remesas o boicot a la llegada de combustible. Pero, sin duda, la aplicaci¨®n de la ley Helms-Burton desde la pasada primavera, que ha permitido las demandas ante tribunales estadounidenses contra empresas extranjeras que supuestamente ¡°trafican¡± con bienes expropiados en la isla, ha puesto de nuevo en primer plano el diferendo Cuba-EE UU.

¡°Otra vez lo condiciona todo, y eso no conviene a nadie¡±, dicen los dos empresarios de la paladar, se?alando que el Rey dif¨ªcilmente podr¨¢ pasar de puntillas por este asunto en su viaje, pues ya ha afectado a varias empresas espa?olas. En medio de la ofensiva estadounidense, Cuba movi¨® ficha. En octubre viaj¨® a La Habana el?primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, para expresar su respaldo a la isla y firmar diversos contratos ¡ªuno para la rehabilitaci¨®n y modernizaci¨®n del ferrocarril, que supondr¨¢ una inversi¨®n de 1.000 millones de euros¡ª. Esos mismos d¨ªas visitaba la isla el congresista dem¨®crata Jim McGovern, opuesto al embargo y contrario a la pol¨ªtica de Trump. ¡°Ojal¨¢ estuvi¨¦ramos firmando nosotros acuerdos con los cubanos y no los rusos¡±, dijo.

El cambio en el escenario pol¨ªtico latinoamericano tambi¨¦n es relevante para Cuba: el reciente triunfo del peronismo en Argentina, el de L¨®pez Obrador en M¨¦xico, las protestas en Chile y Ecuador, la dimisi¨®n de Evo Morales en Bolivia y la resistencia de Nicol¨¢s Maduro en Venezuela hacen que el ajedrez cubano se mueva. Cualquier buena noticia es bienvenida mientras Washington persiste en su pol¨ªtica de asfixia.