Un extremista a cargo de la frontera de EE UU

Las ideas de Stephen Miller sobre las fronteras y la cultura norteamericana ya eran como m¨ªnimo exc¨¦ntricas en la pol¨ªtica de Estados Unidos, sin necesidad de saber lo que piensa en la intimidad. La derecha consideraba a este asesor del presidente Donald Trump un ¡°caso aparte¡± en el debate sobre la inmigraci¨®n. Para la izquierda es un fascista de Santa M¨®nica. Pero ahora el pa¨ªs ha visto por escrito otro nivel de pensamiento, directamente nativista y supremacista, del hombre que tiene la llave de la pol¨ªtica de inmigraci¨®n en la era de Trump.

Miller escribi¨® colaboraciones en la web extremista Breitbart durante 2015 y 2016. Este mes, la organizaci¨®n contra el racismo South Poverty Law Center (SPLC) se hizo con cientos de emails intercambiados entre Miller y la publicaci¨®n. La exclusiva ha arrojado luz sobre las obsesiones m¨¢s ¨ªntimas de este oscuro personaje de la Casa Blanca. En los correos, Miller hace suya propaganda de p¨¢ginas de supremacismo blanco como American Renaissance o VDare, una web que ha inspirado tiroteos racistas de descerebrados convencidos de que la raza blanca est¨¢ siendo atacada.

En un correo, le propone a Breitbart un art¨ªculo sobre El campamento de los santos, la novela que inspira a la ultraderecha nacionalista blanca global. Cuando habla de delitos, se fija en aquellos cometidos por no blancos, seg¨²n el an¨¢lisis de los correos de SPLC. Cuando habla de inmigraci¨®n, solo parecen preocuparle los inmigrantes que no son de raza blanca. Parece compartir la obsesi¨®n de la ultraderecha con la teor¨ªa de la ¡°sustituci¨®n de los blancos¡±. Miller escribi¨® estos mensajes un a?o antes de las elecciones de 2016, cuyo resultado le sacar¨ªa de la derecha marginal de Internet para colocarlo en la Casa Blanca.

Cuando los pol¨ªticos piden dimisiones, suelen ser de cargos electos o de rivales en las urnas. No es habitual que haya una petici¨®n p¨²blica de dimisi¨®n de un oscuro asesor cuyos poderes no est¨¢n claros. Pero la historia de la presidencia de Donald Trump no se puede entender sin Stephen Miller. El 15 de noviembre, la congresista Alexandria Ocasio-Cortez lanz¨® una petici¨®n online para que Miller dimita por ser un ¡°supremacista blanco declarado que controla la pol¨ªtica de inmigraci¨®n de Estados Unidos, con m¨¢s de 70.000 ni?os detenidos¡±. La p¨¢gina millermustgo.com ten¨ªa 127.000 firmas este mi¨¦rcoles.

Este personaje secundario de 34 a?os es el due?o absoluto de la pol¨ªtica migratoria de Estados Unidos. La ¨²nica voz que escucha el presidente. La furia antinmigrantes ha desafiado leyes, d¨¦cadas de tradici¨®n de asilo, relaciones exteriores, doctrinas constitucionales y al propio Congreso, republicanos incluidos.

No hay un momento de revelaci¨®n en la biograf¨ªa de Miller. Siempre ha sido un xen¨®fobo. Empez¨® a colaborar con programas de radio de la ¨®rbita de la derecha mientras estaba en el instituto en Santa M¨®nica (Los ?ngeles). En una ciudad donde la mitad de la poblaci¨®n es latina, Miller empez¨® a crear su personaje en el instituto provocando con su desprecio a los latinos. Ten¨ªa 14 a?os cuando le dijo a un compa?ero que no pod¨ªa ser su amigo porque era latino. Escribi¨® un art¨ªculo para un peri¨®dico local quej¨¢ndose de que los latinos no hablaban bien ingl¨¦s y que los carteles estaban en dos idiomas.

El ascenso de Miller en la derecha m¨¢s reaccionaria contra la inmigraci¨®n fue mete¨®rico. En la universidad de Duke se fue haciendo una voz habitual de la radio de derecha. En esa ¨¦poca escribi¨® un art¨ªculo quej¨¢ndose de aquellos que ven la cultura de Estados Unidos como una amalgama de otras culturas. Al terminar la universidad, empez¨® a trabajar para la congresista Michelle Bachmann, de Minnesota, una de las voces fundacionales del movimiento radical republicano Tea Party en 2007. Ah¨ª conoci¨® al pol¨ªtico que har¨ªa despegar su carrera, el senador por Alabama Jeff Sessions, cuyo racismo ha sido educadamente denunciado a lo largo de a?os.

Sessions fue el primer republicano de peso que dio su apoyo p¨²blico a Donald Trump en 2016, cuando la mayor¨ªa del partido a¨²n se tapaba la nariz. Miller, por entonces ya una voz prominente en defensa de la pureza de EEUU frente a la inmigraci¨®n en la ¨®rbita de Breitbart y el ide¨®logo Steve Bannon, pas¨® a formar parte de la campa?a de Trump y, posteriormente, del c¨ªrculo ¨ªntimo del Despacho Oval.

Fondos para el muro con M¨¦xico

El momento en que se hizo evidente que Trump solo escucha la voz de Miller en inmigraci¨®n fue enero de 2018. Trump provoc¨® un cierre parcial del Gobierno por falta de presupuesto al tratar de forzar al Congreso a aprobar fondos para su muro a cambio de arreglar la situaci¨®n de los dreamers (inmigrantes que llegaron siendo menores). Dem¨®cratas y republicanos presentaron varios pactos a la Casa Blanca. Finalmente, el senador republicano Lindsey Graham dijo a los periodistas: ¡°Cada vez que hacemos una propuesta, nos la tiran miembros del equipo¡±. Y a?adi¨®: ¡°Mientras Stephen Miller est¨¦ a cargo de la negociaci¨®n en inmigraci¨®n, no vamos a ninguna parte¡±, dijo Graham. El republicano, hoy uno de los principales defensores de Trump, dijo que Miller ¡°ha sido un caso aparte durante a?os¡±.

Por entonces, legisladores y comentaristas le empezaron a llamar ¡°presidente Miller¡± cuando se trataba de inmigraci¨®n. No solo hizo descarrilar todos los intentos por lograr un acuerdo sobre los dreamers. Cada vez tiene m¨¢s poder. ¡°Cada d¨ªa que pasa Stephen Miller en la Casa Blanca es una emergencia¡±, tuite¨® la excandidata presidencial Hillary Clinton.

El p¨²blico tiene pocas ocasiones de ver a Miller en acci¨®n. Sucede con sus apariciones en televisi¨®n, que suelen ser poco afortunadas y tienden a volverse virales. La primera vez, el 12 de febrero de 2017, apenas tres semanas despu¨¦s de que Trump tomara posesi¨®n, cuando apareci¨® en el programa Face the Nation para defender el veto a inmigrantes de siete pa¨ªses musulmanes y solt¨®: ¡°Los poderes del presidente para proteger nuestro pa¨ªs son esenciales y no ser¨¢n cuestionados¡±. Aquella pol¨ªtica se atribuye a Miller.

La afirmaci¨®n autoritaria dej¨® a los comentaristas at¨®nitos en un pa¨ªs donde el poder judicial, por mucho que le pese a Miller, s¨ª puede detener las ¨®rdenes del Ejecutivo. Otro momento viral de Miller fue el 16 de diciembre de 2018, cuando sali¨® en el mismo programa con m¨¢s pelo en la coronilla del que ten¨ªa al entrar en pol¨ªtica. Gener¨® debate, pero sobre el tratamiento de pelo artificial.

La televisi¨®n no es el medio natural de Miller. Los pasillos de la Casa Blanca, s¨ª. Ha demostrado ser un superviviente en un Gobierno donde los nombramientos no valen nada. Su intransigencia en inmigraci¨®n y la exigencia de la m¨¢xima dureza en la frontera y la pol¨ªtica de visados se ha llevado ya por delante a cuatro ministros de Interior (secretario de Seguridad Interior), seg¨²n las cr¨®nicas porque no eran lo bastante duros. Da igual que el Congreso haya propuesto planes de protecci¨®n a los dreamers con apoyo bipartito. Da igual lo que digan las leyes de asilo. Trump parece escuchar solo a Miller. Las consecuencias est¨¢n a la vista. Desde ahora, las pruebas de su ideolog¨ªa, tambi¨¦n.