Moderada participaci¨®n en las elecciones de Argelia entre manifestaciones y boicot
Decenas de miles de personas muestran su rechazo en Argel a las presidenciales, a las que se presentan cinco ex altos cargos del r¨¦gimen
M¨¢s de 24 millones de argelinos est¨¢n convocados este jueves a las urnas en las primeras elecciones celebradas tras la dimisi¨®n en abril del presidente Abdelaziz Buteflika, en un ambiente marcado por la tensi¨®n y la incertidumbre. Seg¨²n la autoridad electoral, a las cinco de la tarde la cifra de participaci¨®n era del 33%, si bien el 90% de los centros de votaci¨®n pudieron abrir sus puertas a pesar del boicot del Hirak, el movimiento de protesta que desde febrero exige una ruptura con el r¨¦gimen que ha gobernado el pa¨ªs desde 1962. Mientras en algunas regiones se vota con normalidad, en el centro de Argel y en varias provincias, sobre todo en la Cabilia, han tenido lugar concurridas manifestaciones que llamaban al boicot de los comicios.
El Hirak rechaza la votaci¨®n porque los cinco candidatos en liza ocuparon cargos pol¨ªticos durante el antiguo r¨¦gimen y consideran que, gane quien gane, el hombre m¨¢s poderoso del pa¨ªs continuar¨¢ siendo Gaid Salah, el jefe del Estado Mayor. Los cinco aspirantes son los ex primeros ministros Abdeljamid Tebboune y Al¨ª Benflis, mano derecha de Buteflika hasta su divorcio en el a?o 2000; los exministros Ezzedin Mihoubi y Abdelkader Bengrina, un islamista moderado, y Abdelaziz Belaid por el FLN, el antiguo partido ¨²nico. En los mentideros de Argel, los rumores apuntaban que Mihoubi ser¨ªa el candidato favorito de los poderes f¨¢cticos, si bien no ha recibido un apoyo o trato de favor aparente durante la campa?a. Est¨¢ previsto que las autoridades anuncien los resultados este viernes.
A media ma?ana, en la escuela Juiem Berkami, situada en el centro de Argel y en la que curs¨® sus estudios Said Buteflika, el hermano del expresidente, tan solo se hallaban los miembros de las mesas electorales y la directora de la escuela. Ni electores, ni representantes de los candidatos, ni de la autoridad electoral creada hace tres meses (ANIE, por sus siglas en franc¨¦s). ¡°Hay muy poca participaci¨®n, menos que otros a?os¡±, confesaba la responsable de la escuela, que no ve¨ªa ninguna diferencia en cuanto a organizaci¨®n con los anteriores comicios, gestionados por el Ministerio del Interior.
En el instituto Pasteur, en una zona de clase media de la capital, s¨ª se pod¨ªan ver algunos electores, todos ellos de mediana y avanzada edad. ¡°Esta es la primera vez que he votado. He apoyado el Hirak; sin ¨¦l, no se celebrar¨ªan estas elecciones. Pero creo que hay que hacer cambios poco a poco, no una revoluci¨®n¡±, sostiene Ahmed, un barbudo profesor de religi¨®n vestido con una americana de cuadros y una chilaba que se declara islamista. ¡°Para m¨ª, el futuro candidato debe ser competente y nacionalista, para hacer frente a las potencias extranjeras¡±, tercia su amigo Mohamed, un ingeniero que se acerca a la cincuentena.
Durante toda la ma?ana, manifestantes y polic¨ªas antidisturbios han estado jugando al gato y al rat¨®n en el coraz¨®n de la capital, los ¨²ltimos dispersando las concentraciones, y los primeros reagrup¨¢ndose en calles adyacentes. Seg¨²n el diario digital TSA, a primera hora numerosos ciudadanos que participaban en las marchas o exhib¨ªan pancartas contrarias a las elecciones fueron arrestados. A medida que avanzaba el d¨ªa, fueron convergiendo cerca de la plaza de la Grande Poste de Argel numerosas marchas venidas de los suburbios que han logrado colapsar el centro con decenas de miles de personas. Desbordada, la polic¨ªa opt¨® por permitir la protesta.
¡°Estamos en contra de estas elecciones porque no van a servir para cambiar nada. Aunque caminemos sobre oro negro, nuestros hijos no pueden ni comer. En 1962 no conseguimos la independencia real. Francia contin¨²a controlando el pa¨ªs con el apoyo de unos dirigentes argelinos que se enriquecen a costa nuestra¡±, dice Mariam, una mujer que ha acudido a la protesta envuelta en una bandera de Argelia y con una pancarta que reza ¡°No al voto, no al reciclaje¡±. ¡°Lo que queremos es un Estado de derecho, tener un presidente civil, no otro militar¡±, a?ade esta madre de tres hijos que trabajaba en la televisi¨®n p¨²blica, pero dimiti¨® en 2014 porque el sesgo de sus informaciones se le hizo insoportable.
Llamadas al boicot
Yazid, un joven contable, asisti¨® a la concentraci¨®n con cinco amigos de la infancia; todos optaron por boicotear los comicios. ¡°Hoy solo votar¨¢n los corruptos, o los funcionarios que se vieron obligados. En el trabajo de mi mujer, una empresa p¨²blica, el jefe intent¨® obligar a los empleados a cederle su voto por procuraci¨®n. Dijo que recib¨ªa ¨®rdenes de altos funcionarios. Ella lo rechaz¨®, as¨ª que ya sabemos que nunca la ascender¨¢n¡±, comenta resignado. A su alrededor, j¨®venes armados con tambores y banderas no cesaban de cantar: ¡°?No habr¨¢ voto!¡± y ¡°Somos los hijos de Amirouche, no vamos a recular¡±, en referencia al hist¨®rico l¨ªder de la lucha por la independencia.
Seg¨²n los medios locales, la regi¨®n de la Cabilia, con una fuerte identidad amazig y una larga tradici¨®n de revueltas, fue la zona donde los comicios se enfrentaron a mayores obst¨¢culos. En Bouira, una turba asalt¨® y prendi¨® fuego a la sede local de la ANIE, que decidi¨® suspender la votaci¨®n en todos los colegios de Tizi Ouzou, una capital de provincia. En otros pueblos de la zona, los activistas tapiaron las puertas de los colegios para impedir la entrada a los electores. En un v¨ªdeo que circulaba en las redes sociales, se pod¨ªa ver a varios ciudadanos lanzando las papeletas al aire en el patio de una escuela de Bejaia.
Habida cuenta de la baja participaci¨®n y la dimensi¨®n del boicot, al futuro presidente no le espera una tarea f¨¢cil. Los activistas aseguran que hay Hirak para rato.
Optimismo moderado en la sede del favorito Benflis
Una treintena de militantes del partido Talaia al-hurryat, fundado en 2015 por el candidato Al¨ª Benflis, se han dado cita en la tarde de este jueves en la sede de la formaci¨®n para seguir el recuento electoral. El ambiente en el centro, una elegante villa en Hydra, un barrio acomodado de la ciudad, era de un optimismo moderado. La incertidumbre respecto al resultado era total. Sin embargo, Benflis, un ex primer ministro que se presentaba como ¡°un hombre de Estado¡±, figuraba como el favorito de muchas apuestas.
"Espero que ganemos, pero, probablemente, habr¨¢ una segunda vuelta", admit¨ªa Walid Oualad, el portavoz de la campa?a electoral del veterano pol¨ªtico, que ya se present¨® a los comicios presidenciales de 2004 y 2014, en los que obtuvo un 6% y un 12% de los votos, respectivamente. "Durante el d¨ªa de hoy [por ayer] se han registrado algunas infracciones, se ha intentado influir a los electores en favor de un candidato, pero no creemos que estos actos sean de suficiente envergadura como para cambiar el resultado", comentaba Oualad, que no supera los 30 a?os, como buena parte de los militantes y miembros de Talaia al-hurryat.
Benflis, de 75 a?os, fue ministro de Justicia entre 1988 y 1991, durante el periodo de transici¨®n hacia el multipartidismo que acab¨® desembocando en un golpe de Estado en 1992 y una sangrienta guerra civil entre el Estado y los insurgentes islamistas en esa d¨¦cada. Responsable de la primera campa?a presidencial de Buteflika, fue nombrado primer ministro en el verano de 2000. Tres a?os despu¨¦s, a pesar de gozar de una elevada popularidad, Buteflika lo ces¨® y pas¨® a engrosar las filas de la oposici¨®n, que no ha abandonado desde entonces. Por esta raz¨®n, es considerado por muchos como el candidato m¨¢s cercano al Hirak, aunque el movimiento recibi¨® con acritud su decisi¨®n de concurrir en la contienda.
¡°Los activistas del Hirak son nuestros ojos. Creemos que sus demandas son leg¨ªtimas y razonables. Nosotros estamos en contra de las violaciones de derechos que suceden en el pa¨ªs, pero no creemos que el boicot a las elecciones sea la soluci¨®n. Es necesaria una hoja de ruta¡±, razonaba Oualad. ¡°Benflis ha recorrido todo el pa¨ªs, abriendo un di¨¢logo con los ciudadanos, y si gana, aplicar¨¢ las medidas que quiere el Hirak y el pa¨ªs podr¨¢ salir de la crisis actual y encaminarse hacia la democracia¡±, a?ad¨ªa el joven, reci¨¦n entrado en pol¨ªtica.
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