El asesinato de un fiscal antimafia evidencia la inseguridad en el occidente de Colombia
Sicarios acabaron con la vida de Alcibiades Libreros en una calle de la ciudad de Cali
La noticia record¨® las peores ¨¦pocas de Colombia, un pa¨ªs ansioso por pasar la p¨¢gina de la violencia tras d¨¦cadas de combatir todo tipo de grupos criminales. El asesinato en la ciudad de Cali de Alcibiades Libreros, un fiscal especializado contra el crimen organizado que sus colegas describ¨ªan como un funcionario ¨ªntegro con fama de incorruptible, ha generado el repudio un¨¢nime de las autoridades, que han prometido celeridad para investigar el crimen.
¡°Se caracteriz¨® como uno de los fiscales que persigui¨® el crimen organizado y el narcotr¨¢fico, en especial a los grupos de sicarios del distrito de Aguablanca¡±, una de las barriadas populares de Cali, un trabajo que le mereci¨® el reconocimiento de las autoridades municipales, se?al¨® la Fiscal¨ªa General de la Naci¨®n este lunes en un comunicado en el que destac¨® su dedicaci¨®n y compromiso. Tambi¨¦n hab¨ªa mostrado resultados contundentes contra otras organizaciones en el occidente del pa¨ªs, como el Clan de los Herrera y La Cordillera. ¡°Toda la capacidad operativa e investigativa de la Fiscal¨ªa ha sido dispuesta en el terreno para asegurar que los responsables de este homicidio comparezcan inmediatamente ante la justicia¡±, asegur¨® el ente investigador.
Libreros, de 58 a?os, fue baleado este domingo por sicarios que se desplazaban en moto al detener su Citro?n gris en un sem¨¢foro de una c¨¦ntrica calle de la capital del departamento del Valle del Cauca, en el occidente del pa¨ªs. Seg¨²n las autoridades, no lo acompa?aban sus escoltas debido a que se encontraba de vacaciones. ¡°Fue un hombre implacable en la lucha contra las estructuras criminales¡±, valor¨® Andr¨¦s Villamizar, secretario de Seguridad y Justicia, al expresar sus condolencias a familiares y colegas. En la misma direcci¨®n, el alcalde electo, Jorge Iv¨¢n Ospina, que se posesiona el pr¨®ximo mi¨¦rcoles primero de enero, reclam¨® ¡°rodear a la Fiscal¨ªa colombiana y a los hombres que han consagrado su vida a contrarrestar el accionar de los grupos criminales".
Su muerte sacudi¨® a una de las urbes colombianas m¨¢s golpeadas por la violencia. Al igual que Medell¨ªn, Cali sufri¨® a finales del siglo pasado el estigma del narcotr¨¢fico y los embates de los grandes carteles, as¨ª como las acciones de las guerrillas, en particular los secuestros masivos. Cercana a territorios a¨²n en disputa en departamentos como Cauca y Nari?o, la capital del Valle se ve afectada por un amplio espectro de grupos delincuenciales, desde pandillas hasta grupos armados organizados. Las autoridades incluso han advertido la incipiente presencia de emisarios de carteles mexicanos.
Con 2,4 millones de habitantes, Cali es la gran urbe del suroccidente, muy pr¨®xima tanto a la cordillera como a la costa del Pac¨ªfico ¡ªque funciona como un corredor para el tr¨¢fico de coca¨ªna con destino a Centroam¨¦rica y Estados Unidos¡ª, y lleva d¨¦cadas enfrentando complejos fen¨®menos de inseguridad. Una reciente auditoria de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en ingl¨¦s) identifica 182 agrupaciones ilegales en la ciudad, de las cuales tres cuartas partes est¨¢n conformadas por ni?os, ni?as y adolescentes utilizados para actividades delictivas.
Con un robusto tejido empresarial, la ¡°capital de la salsa¡± lleva lo que va de este siglo embarcada en combatir todos esos fen¨®menos. Con una tasa de 46,7 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2018, pr¨¢cticamente dobla el promedio nacional (25), pero ha conseguido una significativa reducci¨®n desde un pico de m¨¢s de 100 a finales de los noventa gracias a programas de prevenci¨®n y rutas de resocializaci¨®n urbana.
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