B¨¦lgica se asoma a un nuevo bloqueo en pleno auge de los ultras flamencos
El pa¨ªs que vivi¨® sin Gobierno 541 d¨ªas se enfrenta a un complejo escenario tras la irrupci¨®n de los extremistas xen¨®fobos
Las elecciones federales celebradas este domingo confirmaron a B¨¦lgica como palad¨ªn europeo de la fragmentaci¨®n pol¨ªtica, con un escenario donde m¨¢s de una decena de partidos aspiran a entrar en el Gobierno. Los vetos cruzados entre separatistas flamencos y socialistas franc¨®fonos, y el auge de los ultraderechistas en Flandes, arrojan una sopa de siglas dif¨ªcilmente compatibles que, a la espera de que empiecen las negociaciones, dejan en el aire el nombre del futuro primer ministro y amenazan con hacer el pa¨ªs ingobernable.
B¨¦lgica, el pa¨ªs sede de las instituciones comunitarias, ve reproducirse en su seno el virus m¨¢s temido por los mandamases de la UE. Los nacionalistas flamencos de la N-VA revalidaron este domingo su victoria de 2014 con el 16% de los votos, pero los comicios, celebrados en paralelo a los regionales y europeos ¡ªdonde se repiti¨® la ecuaci¨®n¡ª, dejaron moralmente un ¨²nico ganador: los ultraderechistas flamencos del Vlaams Belang. La formaci¨®n triplic¨® sus votos desde el 3,7% de hace cinco a?os al 11,9%, y dej¨® atr¨¢s la marginalidad en un fulgurante ascenso de novena a segunda fuerza del pa¨ªs.
El partido ultra independentista, liderado por Filip Dewinter fue el epicentro de las primeras reacciones, con el debate centrado en si debe instaurarse un cord¨®n sanitario que impida su acceso al poder. ¡°B¨¦lgica no est¨¢ libre del ascenso de los populismos extremistas¡±, lament¨® el liberal franc¨®fono Charles Michel, primer ministro saliente y uno de los grandes derrotados de la noche.
La N-VA no se uni¨® a ese coro que calific¨® la jornada de domingo negro y abri¨® la puerta a un pacto con los ultras, aunque la posibilidad es remota ante el rechazo visceral que despierta en el resto. La diputada socialista valona Julie Fern¨¢ndez cree que la pasividad de los nacionalistas flamencos durante la legislatura impuls¨® a la ultraderecha. ¡°Cuando un Gobierno no condena los discursos extremistas, se normalizan¡±.
Cercano a la l¨ªder francesa Marine Le Pen y al ide¨®logo del trumpismo Steve Bannon, a los que invitaron a visitar el Parlamento flamenco en Bruselas el pasado diciembre, el Vlaams Belang re¨²ne en su ideario los instintos m¨¢s primarios de la ultraderecha europea. Tiene en su diana al islam y la inmigraci¨®n, a la que vinculan con la delincuencia. Y son partidarios de acabar con el euro y poner fin a la libre circulaci¨®n en la UE. En noviembre de 2017, su l¨ªder trat¨® de hacer un recorrido por Molenbeek, un distrito de Bruselas de amplia presencia musulmana, en lo que bautiz¨® como ¡°el safari del islam¡±, pero la justicia impidi¨® la marcha.
541 d¨ªas sin Gobierno
Ilegalizado en 2004 por incitar al racismo cuando se llamaba Vlaams Blok, resurgi¨® de sus cenizas bajo el nombre de Vlaams Belang (Inter¨¦s Flamenco), pero la competencia de los nacionalistas de la N-VA, tambi¨¦n antinmigraci¨®n, le hab¨ªa apartado a un papel residual. ¡°Crearemos un nuevo Vlaams Blok con otro nombre, pero con las mismas personas y el mismo programa, y el nuevo partido ser¨¢ m¨¢s grande y m¨¢s fuerte que nunca¡±, dijo retador su entonces presidente, Franck Vanhecke.
Quince a?os despu¨¦s, la advertencia est¨¢ m¨¢s viva que nunca. De momento, la primera preocupaci¨®n de la clase pol¨ªtica belga es cuadrar la compleja aritm¨¦tica electoral para evitar revivir los fantasmas de 2010 y 2011, cuando el pa¨ªs naveg¨® sin Gobierno durante 541 d¨ªas.
Las urnas no lo ponen f¨¢cil. La fractura territorial se ha agrandado. En las franc¨®fonas Valonia y Bruselas los electores se inclinaron por partidos de izquierda, con victorias socialistas?¡ªtercera fuerza en el conjunto del pa¨ªs¡ª, emergencia del marxista PTB, y un repunte de Los Verdes, mientras que en Flandes, donde vive m¨¢s de la mitad del pa¨ªs, arrasaron conservadores y extremistas de derecha.
La ¨²ltima coalici¨®n de Gobierno que dirigi¨® B¨¦lgica, un cuatripartito de nacionalistas, liberales y democristianos flamencos, y liberales franc¨®fonos, descarril¨® en diciembre por diferencias sobre migraci¨®n. La nueva aparece, antes de su nacimiento, se?alada por el estigma de la inestabilidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.