Sin Estado cuando m¨¢s falta hace
Agencias de la ONU y ONG alertan de la vulnerabilidad de los ap¨¢tridas ante la crisis del coronavirus
En el largo listado de olvidados del planeta, para quienes el aislamiento por el coronavirus es m¨¢s una cuesti¨®n de supervivencia que de aburrimiento, varios millones ni siquiera tienen un Estado al que pedir ayuda. Son los ap¨¢tridas, personas que ¨Cpor diferentes carambolas legales o pr¨¢cticas discriminatorias¨C carecen de nacionalidad y viven generalmente en los m¨¢rgenes, sin acceso a sanidad, vivienda o trabajo legal. La suerte ante la pandemia de un colectivo tan vulnerable como disperso, mayoritariamente en ?frica y Asia, ha llevado a agencias de la ONU y a ONG a encender la luz de alarma. Por un lado, para pedir a los Estados que no dejen atr¨¢s a quienes carecen de nacionalidad, particularmente expuestos a la disyuntiva entre hambre o virus. Por otro, para advertir de que prevenir la expansi¨®n de la Covid-19 entre los ciudadanos de un pa¨ªs sin preocuparse de que se extienda entre las bolsas de ap¨¢tridas supone dispararse en el pie.
¡°En muchos pa¨ªses, los ap¨¢tridas, o no tienen acceso a la sanidad o es demasiado cara para ellos¡±, explica Melanie Khanna, responsable de la secci¨®n de Apatridia de ACNUR, la agencia de la ONU que sigue el tema. No es solamente la capacidad de recibir ayuda o pagarla si se cree tener coronavirus, es tambi¨¦n el miedo a salir a la luz, a acudir a un centro m¨¦dico u organismo oficial donde les pidan una documentaci¨®n de la que carecen. ¡°En un campo de refugiados se pueden hacer test, pero los ap¨¢tridas no saldr¨¢n a hac¨¦rselos por temor a ser detenidos por falta de papeles¡±, agrega. Malasia, por ejemplo, ha anunciado que no arrestar¨¢ ni cobrar¨¢ la ¡°tasa de extranjero¡± a los ap¨¢tridas que acudan a los centros m¨¦dicos con motivo de la pandemia.
La brecha entre la mayor¨ªa de la poblaci¨®n y los ap¨¢tridas, refugiados o migrantes en situaci¨®n irregular se agranda en momentos como estos, en los que apelaciones como ¡°qu¨¦date en casa¡± solo tienen sentido en algunos contextos. ¡°Tienen un mayor riesgo potencial de contraer enfermedades, incluyendo la Covid-19, porque suelen vivir en sitios superpoblados, sin acceso a saneamientos b¨¢sicos¡±, apunta Tarik Jasarevic, portavoz de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). Grandes ciudades, por lo general; a menudo en poblados chabolistas u otro tipo de asentamientos, con trabajos en negro de los que dependen para subsistir d¨ªa a d¨ªa y retos como obtener agua y jab¨®n o comprender la lengua en la que se comunican las recomendaciones sanitarias. ¡°Los Estados no siempre saben d¨®nde est¨¢n. Son invisibles para los Estados, pero no para el virus¡±, lamenta Joshua Castellano, director ejecutivo de la organizaci¨®n de derechos humanos Minority Rights Group International, con sede en Londres.
Tambi¨¦n los refugiados atraviesan estos d¨ªas una situaci¨®n terrible, pero al menos cuentan con un documento que les permite recibir atenci¨®n m¨¦dica y en su mayor¨ªa est¨¢n en campos, en condiciones duras pero con ciertas infraestructuras b¨¢sicas, se?ala Khanna. O los inmigrantes en situaci¨®n irregular: tambi¨¦n ¡°invisibles¡±, pero con la nacionalidad de un Estado que al menos te¨®ricamente puede ayudarlos. Bastantes residen, adem¨¢s, en Estados desarrollados, algunos de los cuales dan atenci¨®n m¨¦dica a sin papeles. La situaci¨®n de los ap¨¢tridas es particularmente fr¨¢gil, lo que a su vez fragiliza a todos. ¡°Cuando los recursos est¨¢n al l¨ªmite, es casi normal, que no comprensible, que se centren en las personas registradas. Pero si no se tiene en cuenta a quienes no lo est¨¢n, es dif¨ªcil luchar contra el virus. Si dejas a alguien atr¨¢s, est¨¢s dejando a todos atr¨¢s. Es tambi¨¦n una cuesti¨®n de pragmatismo¡±, se?ala Castellino.
Los ap¨¢tridas lo son porque ning¨²n Estado los reconoce como nacional propio. La casu¨ªstica es variada. Por ejemplo, conflictos legales, como cuando un ni?o nace en un pa¨ªs que otorga la nacionalidad ¨²nicamente por descendencia, pero el pa¨ªs de los padres solo se la da a quien nace en su territorio. O porque las autoridades revocan la nacionalidad por discriminaci¨®n ¨¦tnica o religiosa. O por descender de padres ap¨¢tridas, no haber sido registrado al nacer o haber sido v¨ªctima de un movimiento forzoso de poblaci¨®n. Son los casos de los rohingyas de Myanmar (que, adem¨¢s de ap¨¢tridas, son refugiados), de descendientes de migrantes en Costa de Marfil, de los bid¨²n en Kuwait, de roman¨ªes en Europa, de minor¨ªas ¨¦tnicas en Tailandia, de decenas de miles de kurdos en Siria... ¡°No tienen por qu¨¦ tener una situaci¨®n de persecuci¨®n, sino una privaci¨®n de derechos derivada de que no se les reconoce una nacionalidad¡±, matiza Francisco Ortiz, oficial de Protecci¨®n de ACNUR en Espa?a. ¡°Y ese no reconocimiento les impide a acceder a muchos derechos: no se pueden casar, ni tener propiedades, ni ir a la escuela, ni a un sistema p¨²blico de salud, dependiendo de los pa¨ªses¡±. Los c¨¢lculos oscilan entre 10 y 15 millones de personas, pero las organizaciones insisten en que, precisamente porque los Estados no los contabilizan, resulta imposible determinar su n¨²mero.
Adem¨¢s de la afirmaci¨®n gen¨¦rica en la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos de que ¡°toda persona tiene derecho a una nacionalidad¡±, hay dos protocolos espec¨ªficos sobre la apatridia: uno de 1954 y otro, de reducci¨®n de los casos, de 1961. ¡°El problema¡±, explica Montserrat Abad, catedr¨¢tica de Derecho Internacional de la Universidad Carlos III de Madrid, ¡°es que el primero tiene solo 94 Estados parte y el segundo, 75¡±. Es decir, menos de la mitad de los Estados miembro de Naciones Unidas. En 2014, ACNUR lanz¨® la campa?a IBelong (Yo pertenezco, en ingl¨¦s) con el objetivo de acabar con la apatridia para 2024. Aunque es casi imposible que se logre, varios pa¨ªses han ratificado los convenios en los ¨²ltimos a?os y Kirguist¨¢n se convirti¨® en 2019 en el primer pa¨ªs en acabar con la apatridia.
Con informaci¨®n de Erika Rosete.
Los ap¨¢tridas en el mundo
Myanmar/Banglad¨¦s: En 1982, Myanmar, de mayor¨ªa budista, aprob¨® una ley de ciudadan¨ªa que convirti¨® en ap¨¢tridas a la mayor¨ªa de los rohingyas, musulmanes que descienden del sur de Asia. Huyendo de lo que la ONU ha calificado de ¡°intento de genocidio¡±, muchos abandonaron el pa¨ªs. Hoy hay cientos de miles en Myanmar y alrededor de 900.000 en la vecina Banglad¨¦s. Adem¨¢s de ap¨¢tridas, son refugiados.
Costa de Marfil: Hay 692.000 ap¨¢tridas, descendientes de migrantes de pa¨ªses vecinos que durante el siglo XX fueron a trabajar a las plantaciones de caf¨¦ y algod¨®n.
Tailandia: Unas 479.000 personas son ap¨¢tridas, en su mayor¨ªa miembros de minor¨ªas ¨¦tnicas como los Yao, Hmong y Karen, que viven en la monta?osa zona fronteriza con Myanmar y Laos. Tambi¨¦n los semin¨®madas moken, conocidos como los gitanos del mar, en el mar de Andaman.
Estonia y Letonia: Al disolverse la URSS, muchos rusos ¨¦tnicos permanecieron en los nuevos Estados b¨¢lticos y quedaron definidos como ¡°no ciudadanos¡±. En Letonia, se cuentan casi 221.000 ap¨¢tridas y, en Estonia, 78.000.
Siria: Antes del inicio en 2011 de la guerra civil en el pa¨ªs, hab¨ªa aproximadamente 300.000 ap¨¢tridas. Kurdos del noreste a los que se priv¨® de nacionalidad en 1962 en un esfuerzo por arabizar la regi¨®n. Los datos actuales de la ONU sugieren que el n¨²mero ha ca¨ªdo a 160.000, pero puede deberse en parte a que muchos han huido de la guerra. Sus descendientes en los campos de refugiados en L¨ªbano y Jordania podr¨ªan acabar siendo ap¨¢tridas.
Kuwait: Hay cerca de 92.000 ap¨¢tridas en el pa¨ªs, seg¨²n los datos de Naciones Unidas, aunque otras estimaciones apuntan a un n¨²mero superior. Se les conoce como bid¨²n, que es la abreviatura de ¡°bid¨²n yinsiya¡± (sin nacionalidad, en ¨¢rabe). Algunos tienen sus or¨ªgenes en tribus n¨®madas que se mov¨ªan libremente por el Golfo.
Nepal: Las autoridades aseguran que no hay ap¨¢tridas en el pa¨ªs, pero los expertos estiman que podr¨ªan ser cientos de miles. Parte del problema proviene de una ley que proh¨ªbe a las mujeres casadas con extranjeros pasar su nacionalidad a los hijos.
Rep¨²blica Dominicana: Un fallo judicial de 2013 convirti¨® de facto en ap¨¢tridas de forma retroactiva a los haitianos residentes en territorio dominicano al determinar que los hijos de progenitores extranjeros en situaci¨®n irregular nunca hab¨ªan tenido derecho a la nacionalidad. La sentencia afect¨® a los nacidos entre 1929 y 2007, unas 200.000 personas. Las autoridades, que consideran que son haitianos, tienen en marcha un plan para resolver el problema.
Irak: Los ap¨¢tridas se cuentan en m¨¢s de 47.000, entre ellos bid¨²n (ver el apartado de Kuwait) y kurdos faili, que hist¨®ricamente han residido a ambos lados de la frontera con Ir¨¢n. En 1980, el r¨¦gimen baazista revoc¨® la nacionalidad a m¨¢s de 100.000 faili. A muchos se les ha devuelto desde entonces.
Europa: Decenas de miles de roman¨ªes son ap¨¢tridas a consecuencia de las particiones de Yugoslavia y Checoslovaquia, o de desplazamientos por las guerras (Kosovo y Bosnia) o por la incapacidad de registrar a los hijos por falta de certificados de nacimiento o t¨ªtulos de propiedad, que dificulta determinar de d¨®nde son. / REUTERS
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