Juncker: ¡°Los ¡®coronabonos¡¯ se abrir¨¢n paso, pero hace falta tiempo¡±

Ni siquiera Jean-Claude Juncker (Luxemburgo, 65 a?os), uno de los pol¨ªticos m¨¢s veteranos de la Uni¨®n Europea, hab¨ªa vivido una situaci¨®n como la provocada por la pandemia. Confinado, como millones de europeos, en su domicilio particular en Luxemburgo, el hasta hace poco presidente de la Comisi¨®n Europea (entre 2014 y 2019) reflexiona sobre las dificultades de la UE para tejer una respuesta com¨²n a una crisis sin precedentes. En una entrevista telef¨®nica con el diario belga Le Soir y con preguntas de los diarios de la alianza de medios LENA, a la que tambi¨¦n pertenece EL PA?S, Juncker celebra que el Eurogrupo de la semana pasada cerrase un primer acuerdo, pero advierte de que, a su juicio, todav¨ªa ser¨¢ necesario ¡°un aumento masivo¡± del presupuesto europeo para afrontar las consecuencias sociales y econ¨®micas de la crisis sanitaria. Y augura que, a pesar de la acritud de los recientes debates, ¡°la idea de los coronabonos se abrir¨¢ paso, pero se necesita tiempo para ponerla en pr¨¢ctica¡±.

Pregunta. El Eurogrupo alcanz¨® el pasado jueves un primer acuerdo sobre la respuesta europea a la crisis provocada por la pandemia. ?Qu¨¦ le parece ese pacto alcanzado por los ministros de Finanzas?

Respuesta. Un acuerdo que parece ser del agrado de todos, pues de lo contrario no ser¨ªa un acuerdo, es una buena noticia. A falta de examinar los detalles, creo que, en general, es una buena reacci¨®n, y necesaria, adem¨¢s, por razones evidentes.

P. ?Qu¨¦ es, en su opini¨®n, lo m¨¢s positivo del acuerdo?

R. Cuando se agrupan los vol¨²menes mencionados, llegamos a una intervenci¨®n por un importe considerable [240.000 millones de euros], si no impresionante. El recurso al Mecanismo Europeo de Estabilidad [Mede] es un gesto que deber¨ªamos celebrar, especialmente porque las duras condiciones que lo rodeaban antes se han corregido para hacerlas m¨¢s llevaderas. La intervenci¨®n del Banco Europeo de Inversiones tambi¨¦n era necesaria por razones evidentes, ya que es el banco de la Uni¨®n Europea. Y la idea de la Comisi¨®n de cofinanciar los reg¨ªmenes de desempleo parcial tambi¨¦n es un paso en la direcci¨®n correcta.

P. ?Echa algo en falta en el acuerdo?

R. Podr¨ªa haberse a?adido un principio de acuerdo sobre el aumento masivo del presupuesto europeo, que es el instrumento de solidaridad europea por excelencia. No podemos quedarnos con el mediocre presupuesto de la Uni¨®n Europea tal como est¨¢ ahora, y tampoco podemos limitarnos a las propuestas de mi Comisi¨®n de aumentarlo en un 13% o 14%. Nada de eso ser¨¢ suficiente si queremos asegurarnos de que la UE dispone de instrumentos presupuestarios razonables, ¨²tiles para todos. Necesitamos aumentar el volumen del presupuesto, es una emergencia.

P. ?No teme que un esfuerzo de solidaridad con el sur aumente el euroescepticismo en el norte, como ya ocurri¨® durante la crisis griega y la aparici¨®n en Alemania del partido euroesc¨¦ptico AfD?

R. Veo ese riesgo, pero tambi¨¦n veo un panorama pol¨ªtico en el que hemos amortiguado en parte la amenaza de esas corrientes. Los populistas, especialmente los italianos, [Matteo] Salvini y sus compa?eros de viaje, deseaban, sin decirlo, que no hubiera acuerdo [en el Eurogrupo]. Ahora hay un acuerdo y creo que la respuesta formulada es buena. Dicho esto, si en determinados pa¨ªses del norte se sigue vilipendiando, injuriando e insultando a los pa¨ªses del sur, los populistas del sur saldr¨¢n ganando.

P. ?Se refiere a los neerlandeses?

R. Entre otros. No he entendido del todo el razonamiento del Gobierno neerland¨¦s cuando dec¨ªa que algunos Estados miembros tendr¨ªan que reflexionar sobre su comportamiento presupuestario. Este comentario estaba justificado hace unos a?os, pero en este preciso momento hacer este tipo de discurso bien recibido en los Pa¨ªses Bajos, pero que suscita un rechazo total en los pa¨ªses del sur, no ha sido la mejor de las iniciativas. Durante el mandato de la antigua Comisi¨®n, los d¨¦ficits presupuestarios se redujeron considerablemente en la zona euro, hab¨ªamos vuelto a un d¨¦ficit presupuestario del 0,7%. Decir hoy que no podemos dar una prima ¡°presupuestaria¡± porque Espa?a e Italia no han hecho todos los esfuerzos que esper¨¢bamos de ellos, no es apropiado. Y hay que explicar bien a la opini¨®n p¨²blica neerlandesa que la idea de los coronabonos no consiste en mutualizar la deuda pasada, sino la deuda futura, limitada en el tiempo y en su objetivo.

P. ?Cree que los coronabonos ver¨¢n la luz?

R. La idea de los coronabonos se va a abrir camino, pero se necesita tiempo para ponerla en pr¨¢ctica, sobre todo ahora que los jefes de Estado y de Gobierno se ven obligados a reunirse a trav¨¦s de videoconferencias. No es el m¨¦todo adecuado, pero, por desgracia, no existe alternativa por el momento. Esta manera de trabajar no permite conseguir resultados r¨¢pidos, porque no se puede decir todo, y los que tienen que hablar entre ellos no lo consiguen. Espero que dentro de poco ya no haya que recurrir a las videoconferencias.

P. ?Teme que China o Rusia aprovechen la debilidad de Europa en estos momentos para aumentar su influencia?

R. Tanto con la crisis del coronavirus como sin ella, ya hemos observado la voluntad abierta, no oculta, especialmente de China, de influir en la evoluci¨®n de las econom¨ªas europeas. En la crisis actual, China, con la m¨¢xima visibilidad, ha acudido en ayuda de Italia y de otros Estados miembros ¡ªy sobre todo de Estados que todav¨ªa no son miembros como Serbia, donde la Uni¨®n Europea no ha cumplido con sus obligaciones¡ª. China espera sacar provecho de nuestra situaci¨®n. Pero despu¨¦s de ver que el Eurogrupo ha tomado sus decisiones, despu¨¦s de ver que la situaci¨®n en las fronteras mejora y despu¨¦s de ver que algunos Estados miembros est¨¢n dispuestos a recibir en su territorio a los casos graves de contagio, creo que este entusiasmo por China y Rusia va a decaer.

P. Hay quien atribuye parte del problema a la falta de liderazgo en las instituciones y se vierten cr¨ªticas hacia Ursula von der Leyen en la Comisi¨®n, Charles Michel en el Consejo o M¨¢rio Centeno en el Eurogrupo.

R. No creo que exista una falta de liderazgo europeo. Se han idealizado mucho las cualidades de los dirigentes de la d¨¦cada de 1980 y 1990, y era menos armonioso de lo que se cree. Es cierto que, al final, [Helmut] Kohl y [Fran?ois] Mitterrand siempre optaban por Europa. Pero eso sigue siendo as¨ª, aunque se manifieste con menos entusiasmo. Y la Comisi¨®n, a la que acusan de todos los males, a decir verdad, en esta crisis, y aunque tardase en reaccionar al principio ¡ªme refiero al cierre de fronteras¡ª, ha hecho, sin embargo, todo lo que cab¨ªa esperar de ella.

P. Jacques Delors [expresidente de la Comisi¨®n] lleg¨® a alertar del riesgo de que esta crisis acabe con la Uni¨®n Europea.

R. Yo no voy tan lejos como mi amigo Delors, aunque la advertencia que hizo lleg¨® en el momento justo, porque corr¨ªamos el riesgo de que Europa se viera inmersa en una crisis interminable. Creo que la Uni¨®n Europea no est¨¢ amenazada ni en su esencia ni en su cohesi¨®n, en la que habr¨¢ que trabajar diligentemente todos los d¨ªas. Creo que al final de la crisis, cuando se imponga definitivamente el principio de solidaridad com¨²nmente aceptado por todos los Estados miembros, nos habremos convertido en mejores europeos.