El Supremo de Brasil avala que se investigue a Bolsonaro por injerencia en la polic¨ªa

El Tribunal Supremo de Brasil abre un frente judicial en la crisis pol¨ªtica que sufre el presidente Jair Bolsonaro. La decisi¨®n es un salto cualitativo entre los numerosos problemas que afronta el ultraderechista, notablemente debilitado por la crisis sanitaria y la debacle econ¨®mica originadas por la pandemia. Las acusaciones de interferencia pol¨ªtica en las investigaciones policiales lanzadas por Sergio Moro al dimitir como ministro de Justicia han derivado a los tres d¨ªas en la autorizaci¨®n de un juez del Supremo para que el mandatario sea investigado por varios delitos.

La popularidad de Bolsonaro, que niega las acusaciones, est¨¢ en erosi¨®n hace tiempo, pero esto es m¨¢s grave, una investigaci¨®n formal. Las sospechas ya no son contra alguno de sus hijos, sino contra el pol¨ªtico al que millones de brasile?os votaron porque tras 28 a?os de diputado nunca hab¨ªa sido se?alado en ninguna investigaci¨®n como corrupto y porque promet¨ªa terminar con el arraigado sistema de apoyo pol¨ªtico a cambio de cargos.

El JUEZ MORO DIMITE como MINISTRO de BOLSONARO

Los hombres que ha elegido para sustituir al juez anticorrupci¨®n y liderar a la polic¨ªa brasile?a ¡ªcuya salida deton¨® el divorcio¡ª dicen mucho de la estrategia de Bolsonaro para afrontar esta fase. El nuevo director de la Polic¨ªa Federal es un comisario amigo de su hijo Carlos Bolsonaro, concejal en R¨ªo de Janeiro, que hasta ahora dirig¨ªa el Abin, el servicio secreto. Es precisamente la misma polic¨ªa que tiene 60 d¨ªas para cumplir el mandato de investigar al mandatario, a instancias del fiscal general del Estado y con autorizaci¨®n del Supremo, por varios delitos, incluidos coacci¨®n, prevaricaci¨®n, obstrucci¨®n de la justicia y corrupci¨®n pasiva.

Moro, que era el ministro m¨¢s popular del Gabinete hasta una salida que dej¨® la semana pasada a Brasil at¨®nita, ser¨¢ llamado a declarar e invitado a presentar pruebas; abri¨® fuego el mismo d¨ªa de su dimisi¨®n al entregar al informativo m¨¢s visto de Brasil varios mensajes de WhatsApp en los que Bolsonaro defiende relevar al jefe de la polic¨ªa porque investiga a unos diputados bolsonaristas. Si las pesquisas no cuajan en cargos contra el presidente se pueden volver contra el magistrado encumbrado por la operaci¨®n Lava Jato en forma de una acusaci¨®n de calumnias, le ha advertido la Fiscal¨ªa.

Aunque su situaci¨®n se complica cada vez m¨¢s, el capit¨¢n retirado Bolsonaro est¨¢ por ahora lejos de ser expulsado del poder. Si la investigaci¨®n deriva en una acusaci¨®n formal, requiere la aprobaci¨®n de la C¨¢mara de Diputados, donde el bolsonarismo tiene la mayor¨ªa, para que sea juzgado por el Supremo. Dos de los cinco presidentes elegidos por los brasile?os en las urnas desde la dictadura cayeron por un impeachment. Y aunque existen varias peticiones para iniciar un juicio pol¨ªtico, el presidente de la C¨¢mara de los Diputados, Rodrigo Maia, no ha aceptado que ninguna sea siquiera debatida.

P¨¦rdida de aliados

La dimisi¨®n le ha supuesto al ultraderechista la p¨¦rdida de valiosos aliados que ve¨ªan a Moro como la garant¨ªa de que ser¨ªa implacable en la lucha contra la corrupci¨®n, pero estaban poco atra¨ªdos por el discurso populista antisistema. Las encuestas indican, no obstante, que el mandatario retiene el respaldo del n¨²cleo duro de sus seguidores.

?l no ha querido comentar el tema este martes. ¡°No me parece exagerado (la apertura de una investigaci¨®n), ni me parece nada. Nos defenderemos¡±, respondi¨® a preguntas de la prensa. Su hijo Eduardo Bolsonaro, diputado, s¨ª ha intentado quitar hierro a la decisi¨®n del Supremo. ¡°Todo impeachment es precedido de fuertes manifestaciones populares. Las ¨²nicas manifestaciones que hay actualmente son a favor del Gobierno¡±, ha tuiteado en referencia a las protestas que cada fin de semana reclaman el fin de las cuarentenas.

El nuevo ministro de Justicia es un gui?o a los evang¨¦licos, una comunidad que le vot¨® casi en masa. Bolsonaro, que sopes¨® inicialmente designar para este cargo a otro amigo de sus hijos, se ha decantado finalmente por el abogado general del Estado, Andr¨¦ Mendon?a, que adem¨¢s es pastor de la Iglesia Presbiteriana de la Esperanza.

El presidente ha negado que pretendiera blindar a la familia de las investigaciones que les salpican, pero s¨ª admite, como la cosa m¨¢s natural del mundo, que quiere un interlocutor en la c¨²pula de la polic¨ªa a quien poder llamar para saber c¨®mo van las pesquisas. Seg¨²n Moro lleg¨® a pedir informes de inteligencia. ¡°Quiero un director con el que pueda relacionarme, ?por qu¨¦ no?¡±, dijo Bolsonaro al comparecer tras la salida del ministro rodeado de todo su Gabinete. All¨ª estaban el ministro de Econom¨ªa, Paulo Guedes, otro puntal clave del Gobierno, ¡ªel ¨²nico, por cierto, con mascarilla¡ª, los generales, el almirante¡­. Y el mencionado Eduardo, el ¨²nico de los hijos profesional de la pol¨ªtica libre de sospechas.

Flavio, senador, est¨¢ formalmente investigado por corrupci¨®n en un caso con conexiones con las milicias de polic¨ªas dedicadas al crimen organizado; su hermano Carlos, concejal de R¨ªo de Janeiro, es seg¨²n la prensa brasile?a sospechoso de participar de una maquinara de diseminaci¨®n de noticias falsas como las que contribuyeron a aupar a su padre a la presidencia.

Moro abri¨® la caja de Pandora al revelar en su discurso de despedida las presiones supuestamente recibidas: ¡°El presidente quer¨ªa a alguien [de director de la Polic¨ªa Federal] a quien pudiese llamar, pedirle informaciones, informes de inteligencia¡±, cont¨® el juez como garant¨ªa de que la cruzada contra los pol¨ªticos corruptos iba en serio.

Tormenta total con crisis pol¨ªtica, sanitaria y econ¨®mica

El ultraderechista afronta el peor momento desde que lleg¨® al poder, hace 16 meses. A la crisis pol¨ªtico-judicial se suma una coyuntura endiablada por la crisis del coronavirus que probablemente siga empeorando tanto en el flanco sanitario como en el econ¨®mico. Como en el resto del mundo, la pandemia ha paralizado buena parte de la econom¨ªa, disparado el desempleo y dinamitado todos los planes gubernamentales cuando todav¨ªa se espera la llegada del pico de los contagios. La covid-19 ha causado m¨¢s de 4.500 muertos y m¨¢s de 66.000 contagios en Brasil. Esas son las ¨²ltimas cifras oficiales difundidas por el Ministerio de Salud pero los especialistas las consideran muy inferiores al impacto real. Se han hecho comparativamente pocos test y miles de muertes por s¨ªndrome respiratorio grave siguen siendo investigadas.

Las UCI de algunos Estados como Amazonas o Cear¨¢ est¨¢n saturadas mientras las autoridades intentan aplicar ambiciosos planes de hacer test a gran escala que no terminan de materializarse. Alcaldes como el de S?o Paulo han anunciado sus planes de abrir miles de fosas ante el previsible agravamiento de la epidemia.

Dando la espalda a esa alarmante realidad, el presidente Bolsonaro sigue martilleando con la necesidad de que los negocios reabran y ahora reclama que vuelva el f¨²tbol en cuanto las autoridades sanitarias lo permitan. Las cuarentenas se han ido relajando en algunos Estados o en algunos municipios con la reapertura del comercio, seg¨²n han ido decidiendo gobernadores y alcaldes por su cuenta.

Las perspectivas econ¨®micas son nefastas. La agencia Moody¡¯s cifra la ca¨ªda del PIB en un 5,2% para este a?o. El Gobierno est¨¢ pagando desde hace varias semanas una especie de renta b¨¢sica a unos 60 millones de personas que se quedaron de un d¨ªa para otro sin ingresos por las cuarentenas que instan a la ciudadan¨ªa a quedarse en casa. Una coyuntura que dificulta sobremanera la agenda de profundas reformas y adelgazamiento del Estado con la que el ministro de Econom¨ªa lleg¨® al Gobierno.

Con la salida de Moro, se dispararon las especulaciones de que Guedes ser¨ªa el siguiente. Aunque fueron amainando, Bolsonaro quiso ofrecer el lunes tranquilidad en ese frente: ¡°El hombre que decide la econom¨ªa de Brasil es uno solo: Paulo Guedes¡±. El bolsonarismo, necesitado de apoyo parlamentario, negocia con algunos de aquellos representantes de la vieja pol¨ªtica de los que su l¨ªder echaba pestes, incluidos algunos condenados por corrupci¨®n.