Las elecciones en Surinam escriben el futuro del presidente golpista condenado por 15 asesinatos

Poco m¨¢s de 600.000 habitantes, un Producto Interior Bruto que equivale al de una ciudad europea de provincias y una historia reciente olvidada. Surinam es un pa¨ªs sin apenas peso geopol¨ªtico en Sudam¨¦rica, incrustado entre el oc¨¦ano Atl¨¢ntico, Guyana, Guayana Francesa y Brasil. Y, sin embargo, la antigua colonia holandesa esconde una de las anomal¨ªas pol¨ªticas m¨¢s sangrantes de la regi¨®n. Su presidente, Desir¨¦ Bouterse, conocido como D¨¦si, fue un militar golpista, recibi¨® una condena por tr¨¢fico de coca¨ªna y desde el pasado noviembre afronta una pena de 20 a?os por el asesinato de 15 opositores en 1982. El mandatario, que apel¨® la sentencia emitida por una corte marcial, buscaba este lunes una reelecci¨®n en unos comicios que escribir¨¢n su futuro.

Las elecciones, a las que estaban llamadas a participar casi 400.000 personas, se celebraron este martes en medio de la pandemia de la covid-19. Y es precisamente la emergencia sanitaria el factor que sembr¨® dudas sobre la participaci¨®n y el desarrollo de la jornada, que cont¨® con la observaci¨®n de una misi¨®n de la Organizaci¨®n de los Estados Americanos (OEA). Las encuestas auguraban la p¨¦rdida de la mayor¨ªa parlamentaria de la formaci¨®n de Gobierno, el Partido Nacional Democr¨¢tico, supuestamente de izquierdas y de facto una organizaci¨®n de corte nacional-populista. Aun as¨ª, Bouterse se mostr¨® optimista en uno de sus ¨²ltimos actos de campa?a. ¡°Vamos a estas elecciones con la cabeza en alto y confiados¡±, afirm¨®, seg¨²n informa France Presse. Su principal rival es Chan Santokhi, exjefe policial, del Partido Reformista Progresista. Los dos ya se enfrentaron en las elecciones 2010, cuando el actual presidente -quien encabez¨® dos golpes de Estado- volvi¨® al poder, esta vez pasando por las urnas.

Los resultados provisionales indican que no ha habido un ganador claro y los partidos iniciaron ayer conversaciones para formar gobierno. El partido encabezado por el tambi¨¦n ex ministro de Justicia Santhoki obtuvo 21 de los 51 esca?os de la Asamblea Legislativa. Mientras, el Partido Nacional Democr¨¢tico de Bouterse habr¨ªa conseguido 15 esca?os, frente a los 27 que obtuvo en 2015. Analistas se?alan que se debe negociar una coalici¨®n que alcance los 26 esca?os para formar gobierno.

Para entender lo que est¨¢ en juego en Surinam hay que retroceder 40 a?os. La mecha prendi¨® a finales de febrero de 1980. Con el pretexto de que el Gobierno se negaba a autorizar un sindicato en el seno de las fuerzas armadas, lo que se sumaba a la detenci¨®n de tres oficiales, comenz¨® una asonada conocida como ¡°golpe de los sargentos¡±. El llamado Consejo Nacional Militar tom¨® el control de la capital, Paramaribo, y as¨ª Surinam se convirti¨® en una dictadura durante casi toda la d¨¦cada. En 1982 un grupo de soldados que respond¨ªan a las ¨®rdenes de Bouterse secuestr¨® a 16 opositores y ejecut¨® a 15. El superviviente de la matanza testific¨® contra el presidente, por lo que un tribunal militar pudo reconstruir lo sucedido y hace seis meses emiti¨® la sentencia.

El gobernante, que ha denunciado ser v¨ªctima de una persecuci¨®n pol¨ªtica, se enfrenta a una condena de 20 a?os de prisi¨®n y es por eso que las elecciones de este lunes son determinantes. El pa¨ªs decide entre empezar a cerrar las heridas y pasar p¨¢gina o continuar hasta 2025 bajo el mandato del hombre que marc¨® su pasado reciente. El partido de Bouterse, que hoy tiene 74 a?os, aprob¨® en 2012 en la Asamblea Nacional una ley de amnist¨ªa que, en la pr¨¢ctica, era una f¨®rmula para poner negro sobre blanco la inmunidad presidencial. Sin embargo, la justicia anul¨® esa decisi¨®n.

Al historial del mandatario se a?ade otra condena de 11 a?os dictada por un tribunal holand¨¦s, que en 1999 lo hall¨® culpable de tr¨¢fico internacional de drogas, ya que en los ochenta Surinam se convirti¨® en una de las bases de operaciones para la exportaci¨®n de coca¨ªna desde Sudam¨¦rica. Bouterse, que en la regi¨®n ha mantenido relaciones especialmente con el r¨¦gimen chavista de Venezuela, rechaza tambi¨¦n esos cargos y quiere seguir aferrado al poder. Los resultados de este lunes escribir¨¢n su destino.