Las manifestaciones en Estados Unidos siguen creciendo mientras bajan los episodios de violencia
Los manifestantes vuelven a las puertas de la Casa Blanca, Los ?ngeles anuncia cambios en su polic¨ªa y varias ciudades empiezan a reconsiderar el toque de queda
Las manifestaciones por todo Estados Unidos contra el racismo policial continuaron este mi¨¦rcoles en intensidad, e incluso aumentaron en algunas ciudades, m¨¢s de una semana despu¨¦s de la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la polic¨ªa de Minneapolis. En Los ?ngeles, se vio una masiva concentraci¨®n pac¨ªfica frente a la Fiscal¨ªa de la ciudad, al tiempo que sus responsables anunciaban cambios en sus pol¨ªticas. En Nueva York, miles de personas volvieron a manifestarse en el puente de Brooklyn. Y en la capital del pa¨ªs, Washington DC, las amenazas del presidente Donald Trump y el empleo de la fuerza el d¨ªa anterior no evitaron que una gran protesta volviera a llegar a las puertas de la Casa Blanca. La violencia de los primeros d¨ªas, sin embargo, se ha reducido a la an¨¦cdota.
Varios factores est¨¢n evitando nuevos episodios de violencia y pillajes que se han visto en ciudades como Los ?ngeles. Primero, la polic¨ªa ha comenzado a dejar de preocuparse tanto por los manifestantes. En d¨ªas pasados se pudo apreciar c¨®mo bandas organizadas de atracadores aprovechaban que cientos de polic¨ªas vigilaban concentraciones de unos cientos de personas para dar golpes a pocas manzanas. Adem¨¢s, los propios manifestantes est¨¢n denunciando cualquier indicio violento dentro de las protestas. Y por ¨²ltimo, los toques de queda est¨¢n funcionando en parte, pues la polic¨ªa detiene a todo el que tarda m¨¢s de la cuenta en irse de la manifestaci¨®n, a menudo de manera intencionada y pac¨ªfica.
Un signo de la bajada de tensi¨®n fue el retraso del toque de queda en Los ?ngeles el mi¨¦rcoles, de las 18:00 a las 21:00. El alcalde de la ciudad, Eric Garcetti, anunci¨® que ser¨ªa el ¨²ltimo d¨ªa de toque de queda, si la noche se manten¨ªa sin violencia. Cerca de la medianoche hab¨ªa peque?os grupos que segu¨ªan su protesta por la ciudad, pero no hubo ning¨²n episodio de atracos o enfrentamientos.
Lo m¨¢s notable de la ausencia de violencia es que la ciudad que lleva desde hace tres d¨¦cadas el estigma de los disturbios raciales vivi¨® este mi¨¦rcoles dos de las manifestaciones m¨¢s numerosas hasta ahora. Una de ellas recorri¨® West Hollywood y la otra fue una concentraci¨®n frente al Ayuntamiento y la Fiscal¨ªa de la ciudad, para trasladar la presi¨®n a los responsables pol¨ªticos de la polic¨ªa. La televisi¨®n local calculaba la afluencia en unas 10.000 personas.
En medio de la manifestaci¨®n, el alcalde y los supervisores de la polic¨ªa dieron una rueda de prensa para anunciar cambios en el departamento y la pol¨ªtica de seguridad. Entre ellos, recortar entre 100 y 150 millones de d¨®lares el presupuesto de la polic¨ªa para dedicarlo a programas sociales en comunidades predominantemente negras. La solidaridad sin precedentes de toda la sociedad con el movimiento Black Lives Matter (la vida de los negros importa) ya estaba consiguiendo cosas concretas.
En Nueva York, regresaba este mi¨¦rcoles la rutina de las protestas en la tercera jornada bajo toque de queda, con las tiendas de las calles m¨¢s emblem¨¢ticas de Manhattan cubiertas por tablones de madera para evitar los saqueos. La estrategia del alcalde, Bill de Blasio, de adelantar el toque de queda y de ordenar una actitud algo m¨¢s dura de la polic¨ªa hab¨ªa dado sus frutos, con muchos menos saqueos que el lunes y tres centenares de detenidos, seg¨²n la polic¨ªa, la mitad que el d¨ªa anterior. Este mi¨¦rcoles, la lluvia era un factor a?adido que hac¨ªa presagiar una noche m¨¢s tranquila.
Durante la tarde se repiti¨® el tono pac¨ªfico de las protestas, con alguna novedad: un numeroso grupo de manifestantes acudi¨® a realizar una sentada junto a la residencia oficial del alcalde, la mansi¨®n Gracie, en el Upper East Side, que estaba protegida por barreras met¨¢licas y agentes de polic¨ªa. Se pronunciaron discursos, se guard¨® silencio y la multitud se dispers¨® antes de las ocho.
A esa hora lleg¨® el toque de queda y, como el martes, fueron muchos los que permanecieron en la calle. Con la diferencia de que, en esta ocasi¨®n, seg¨²n informan medios locales, la polic¨ªa s¨ª detuvo a personas por seguir en la calle despu¨¦s de la hora l¨ªmite. Los agentes tambi¨¦n cerraron el paso en el puente de Brooklyn, donde el martes se vivieron momentos de tensi¨®n, a los grupos de manifestantes que ven¨ªan del otro lado del r¨ªo.
Entre el Capitolio y la Casa Blanca, en la avenida Pensilvania, una mar de gente recostada sobre la calle clamaba de nuevo el mi¨¦rcoles: ¡°No puedo respirar¡±. Los manifestantes llevaban al coraz¨®n del poder de Estados Unidos las ¨²ltimas palabras de George Floyd. Los gritos acallaban el incesante sonido de los helic¨®pteros. Los manifestantes inundaban por sexta jornada consecutiva las principales arterias de la capital para decir que ¡°la vida de los negros importa¡±.
El despliegue del Ej¨¦rcito, la Guardia Nacional, la polic¨ªa local, los agentes antidrogas y un largo listado de miembros de equipos de seguridad choca con la paz con que se han expresado los manifestantes en Washington en las ¨²ltimas jornadas. Los soldados llevan a la vista sus granadas, botes de gas pimienta y, por supuesto, sus armas. Despu¨¦s de dos noches con toque de queda a partir de las 19.00 horas, la alcaldesa dem¨®crata Muriel E. Bowser anunci¨® que este mi¨¦rcoles se retrasaba hasta las 23:00 horas. Bastante despu¨¦s de esa hora, segu¨ªa habiendo manifestantes en la calle en actitud pac¨ªfica.
Cada vez son m¨¢s los edificios del centro de la ciudad, como hoteles, farmacias, bancos o licorer¨ªas, que han cubierto sus fachadas con planchas de aislamiento para evitar los saqueos o incendios que se vieron en las primeras noches de protestas. Este mi¨¦rcoles no hab¨ªa barreras f¨ªsicas que separaran los cordones policiales de los manifestantes, como las rejas levantadas en otras ocasiones. Los grupos de activistas llegaron de nuevo hasta la Plaza Lafayette, frente a la Casa Blanca, el Monumento de Lincoln y hasta el Hotel Trump para mostrar su descontento con el abuso policial ejercido sobre los afroamericanos.
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