Estados Unidos despide a George Floyd, icono s¨²bito contra el racismo
El funeral del afroamericano en Houston se convierte en una llamada a la justicia social
George Floyd, un ciudadano completamente an¨®nimo hace 16 d¨ªas, un hombre negro de 46 a?os, trabajos inestables y un pasado que combinaba prisi¨®n y peque?as glorias deportivas,fue enterrado este martes en Houston (Texas) tras un funeral seguido en directo por medios de comunicaci¨®n de todo el mundo. Su muerte el pasado 25 de mayo en un brutal arresto grabado en v¨ªdeo ha provocado una ola de protestas contra el racismo que ha traspasado fronteras y detonado reformas policiales inmediatas en varios Estados del pa¨ªs, as¨ª como el derribo de monumentos asociados a abusos en pa¨ªses como el Reino Unido y B¨¦lgica. Floyd se ha convertido en un icono s¨²bito para un mundo inestable, atacado por la brutal crisis del coronavirus.
M¨¢s de 6.000 hombres y mujeres de todas las edades hab¨ªan presentado sus respetos ante George Floyd el lunes, cuando se instal¨® la capilla ardiente en la ciudad texana donde hab¨ªa pasado la mayor parte de su vida. Esta se apag¨® hace dos semanas y un d¨ªa, en Minneapolis, la mayor ciudad del Estado norte?o de Minnesota, cuando lo detuvieron frente a un comercio como sospechoso de haber tratado de pagar con un billete falso de 20 d¨®lares. Las c¨¢maras de seguridad de la zona y de los tel¨¦fonos de los viandantes grabaron c¨®mo cuatro agentes lo esposaron y lo inmovilizaron en el suelo. Uno de ellos, Derek Chauvin, apretaba su rodilla contra el suelo mientras el detenido clamaba que no pod¨ªa respirar.
La agon¨ªa dur¨® ocho minutos y 46 segundos. Dec¨ªa que le dol¨ªa el cuello, el est¨®mago, que le dol¨ªa todo. Que lo iban a matar. En los ¨²ltimos instantes, antes de apagarse, llam¨® a su difunta madre, Larcenia Floyd, como si le pidiese ayuda o se encomendase a ella. Este martes ser¨¢ enterrado junto a ella en el cementerio Memorial Gardens. Hab¨ªa crecido en Houston, aunque naci¨® en Carolina del Norte. Durante la adolescencia, en los a?os noventa, se le dio bien el f¨²tbol americano y el baloncesto e incluso logr¨® una beca por este ¨²ltimo deporte, pero luego entr¨® en una espiral de arrestos y cuatro a?os de prisi¨®n incluidos. Trat¨® de empezar una nueva vida en Minnesota, donde llevaba unos a?os trabajando de vigilante nocturno hasta que la pandemia le dej¨® sin empleo.
¡°Celebramos una vida que tuvo sus altibajos, como todas las vidas, pero tambi¨¦n una vida que estaba conectada con Dios y una vida con la que gente de todo el mundo ha conectado por el trauma y la tragedia que ¨¦l sufri¨®¡±, ha explicado la reverenda Mia K. Wright en la cadena CNN poco antes de comenzar la ceremonia, convertida en una llamada a la justicia y las reformas sociales.
Fue un resumen bastante preciso de lo que ha ocurrido con este hombre an¨®nimo cuya muerte ha provocado la mayor ola de protestas en Estados Unidos desde el asesinato de Martin Luther King en 1968. El agente Chauvin ha sido acusado de homicidio y los otros tres agentes tambi¨¦n afrontan cargos. Pero, independientemente de lo que ocurra en ese juicio, el caso Floyd ya ha cambiado algunas cosas. A lo largo del fin de semana autoridades de ciudades como Los ?ngeles y Nueva York anunciaron nuevas normas para sus cuerpos de polic¨ªa y un controvertido recorte de fondos con el fin de reducir su poder y desviar recursos a otras agencias. En Minneapolis, la corporaci¨®n municipal aprob¨® el ¡°desmantelamiento¡± de su fuerza policial con el fin de ¡°reconstruirla en un nuevo modelo de seguridad¡±.
La espita ha reavivado tambi¨¦n la batalla contra las estatuas que recuerdan a la Am¨¦rica confederada y esclavista, demostrando que las protestas han trascendido al movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan) contra la brutalidad policial. El gobernador de Virginia, Ralph Northam, anunci¨® hace unos d¨ªas la retirada de la ic¨®nica figura ecuestre del general Robert E. Lee, aunque un juez lo acaba de suspender mientras empieza la batalla en los tribunales.
En Bristol (Reino Unido), el pasado domingo un grupo de manifestantes acab¨® derribando el monumento a Edward Colston, un traficante de esclavos del siglo XVII que, al mismo tiempo, se volc¨® en la filantrop¨ªa. En la ciudad de Amberes (B¨¦lgica), las autoridades han retirado la figura de Leopoldo II, rey responsable de la explotaci¨®n y el terror en el entonces Congo belga.
Las implicaciones pol¨ªticas de todo este acontecimiento, a apenas cinco meses de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, tambi¨¦n fueron palpables este martes en el funeral de Floyd. El presidente Donald Trump ha condenado lo sucedido, pero se ha cuidado mucho de reconocer el racismo estructural que ha conducido a una muerte como esta y tampoco ha defendido la necesidad de reformas para evitar abusos policiales. Por el contrario, ha enarbolado la bandera de la ley y el orden contra los disturbios y los actos vand¨¢licos sucedidos a lo largo de estas dos semanas de movilizaciones, poniendo el acento en la espiral violenta y alertando contra el recorte de fondos a la seguridad.
Su rival en las urnas en noviembre, el exvicepresidente dem¨®crata Joe Biden, ha ocupado el espacio de la denuncia social. El lunes se reuni¨® en privado con los familiares de Floyd y este martes ha enviado un mensaje grabado en el que advert¨ªa de que Estados Unidos no puede ¡°apartar la mirada del racismo que mancha¡± el ¡°alma¡± del pa¨ªs. ¡°Am¨¦rica ¡ªha dicho¡ª puede hacerlo mejor. No hay otra opci¨®n m¨¢s que hacerlo mejor. Ahora es el momento de la justicia racial".
Poco despu¨¦s, Floyd, que deja una hija de seis a?os, fue llevado al cementerio en un ata¨²d dorado. El famoso exboxeador Floyd Mayweather se hizo cargo de todos los gastos.
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