La anexi¨®n de Cisjordania amenaza el sue?o palestino de un Estado
Israel ultima la extensi¨®n de soberan¨ªa a los asentamientos y el valle del Jord¨¢n avalada por Trump
El viento que silba en las cumbres de los asentamientos jud¨ªos y el jams¨ªn del desierto que azota el valle del Jord¨¢n soplan entre dos mundos opuestos con apenas 50 kil¨®metros de separaci¨®n. La extensi¨®n de la soberan¨ªa israel¨ª sobre parte del territorio palestino ocupado desde 1967, que el primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu aspira a impulsar a partir del 1 de julio, amenaza con desatar un temporal en Cisjordania mientras se desvanece el sue?o palestino de un Estado propio.
El valle del Jord¨¢n es uno de los vergeles m¨¢s f¨¦rtiles de Oriente Pr¨®ximo, apenas habitado por 65.000 palestinos, la mayor¨ªa en torno a Jeric¨®, y por unos 11.000 colonos en asentamientos agr¨ªcolas. Mevoot, que seg¨²n el pol¨¦mico plan de la Casa Blanca se convertir¨¢ en un enclave israel¨ª dentro de un hipot¨¦tico Estado palestino, encarna el paisaje del conflicto con 200 colonos religiosos que habitan en caravanas y barracones desde hace 20 a?os al pie del monte de las Tentaciones.
Entre palmerales datileros de la apreciada variedad medjul, surgen vi?edos de uva de mesa o entoldados que dan sombra a cultivos de pimientos y pepinos donde solo se oyen voces ¨¢rabes bajo el sol abrasador. El jornalero Mohamed Yalad, de 52 a?os, trabaja por 120 shequels diarios (unos 30 euros, un 30% menos que el salario m¨ªnimo en Israel) en la agricultura intensiva de regad¨ªo. ¡°Estas tierras antes eran palestinas. Ahora los colonos son los ¨²nicos que ofrecen trabajo¡±, explica.
El valle del Jord¨¢n ha perdido dos terceras partes de la poblaci¨®n con la que contaba hace 53 a?os. ¡°Los sucesivos Gobierno israel¨ªes han ejercido ya una anexi¨®n de facto para preparar la anexi¨®n de iure y consolidar el control sobre Cisjordania¡±, avanza un informe del departamento negociador de Saeb Erekat, secretario general de la Organizaci¨®n para a Liberaci¨®n de Palestina (OLP).
El colono israel¨ª de origen estadounidense Aaron Lipkin, de 47 a?os, los 16 ¨²ltimos instalado en el asentamiento de Ofra, se sincera: ¡°Lo queremos todo: soberan¨ªa sin Estado palestino, y el reconocimiento por EE UU de que las comunidades jud¨ªas en Judea y Samaria [nombres b¨ªblicos para Cisjordania] no son temporales¡±.
¡°Sabemos que la extensi¨®n de la legislaci¨®n israel¨ª a los asentamientos es declarativa, pero crear¨¢ una realidad sobre el terreno, desde el Jord¨¢n al Mediterr¨¢neo, que ser¨¢ dif¨ªcil de cambiar despu¨¦s¡±, argumenta Lipkin, que invoca los derechos del pueblo jud¨ªo recogidos en la Biblia.
El plan del presidente Donald Trump presentado en enero habilita a Netanyahu a extender la soberan¨ªa sobre un 30% de Cisjordania. El futuro Estado palestino se ver¨¢ as¨ª condenado a convertirse en una entidad inviable, asfixiada por el cerco de Israel en 130 asentamientos formales y 92 colonias salvajes, y privada del valle del Jord¨¢n, excepto la ciudad de Jeric¨® y su oasis.
Michael Sfard, asesor legal de ONG pacifistas israel¨ªes como Peace Now, avisa de que la anexi¨®n puede acelerar el proceso de denuncia contra Israel ante la Corte Penal Internacional (CPI), al convertir los territorios palestinos en ¡°bantustanes como los del apartheid sin derechos civiles para sus ciudadanos¡±. La fiscal de la CPI, Fatou Bensouda, puso en marcha en diciembre la maquinaria de la justicia en La Haya.
Al caer la tarde en Jeric¨® varios millares de palestinos se congregaron la semana pasada en una explanada aplastada por el bochorno en el mayor acto de protesta contra la anexi¨®n organizado en Cisjordania. Fue un acto pac¨ªfico.
En presencia del coordinador de la ONU para Oriente Pr¨®ximo, Nickolay Mladenov, y del representante de la Uni¨®n Europea en Palestina, Sven Kuehn von Burgsdorff, y otros diplom¨¢ticos, la concentraci¨®n se transform¨® en un aviso a Israel sobre las consecuencias que se derivar¨¢n de la anexi¨®n.
¡°Vosotros no sois los inquilinos, esta es la casa que hab¨¦is construido durante los ¨²ltimos 25 a?os [tras los Acuerdos de Oslo]¡±, asever¨® Mladenov en su intervenci¨®n, ante la amenaza de la Autoridad Palestina de disolverse si Israel convierte Cisjordania en ¡°un queso suizo agujereado¡±, en palabras del presidente Mahmud Abbas. ¡°La ONU cree que la anexi¨®n viola la ley internacional y destruye el sue?o de la soluci¨®n de los dos Estados¡±, concluy¨®.
Una banda de un grupo de j¨®venes explotadores hac¨ªa sonar sus gaitas entre un p¨²blico de familias y funcionarios de la Autoridad Palestina movilizados en autocares. Am¨ªn Shamar, vigilante de seguridad de 25 a?os, ven¨ªa desde Yen¨ªn (norte).
¡°No vamos a permitir que la anexi¨®n vea la luz¡±, sentenciaba entre una marcha de banderas palestinas de las juventudes de Fatah, el partido de Abbas. La cristiana Laila Yamal, de 68 a?os, que trabaj¨® como int¨¦rprete de la OLP despu¨¦s de haber residido en EE UU, es m¨¢s tajante: ¡°Pasamos por dos Intifadas; ahora resistiremos frente al robo de nuestra tierra¡±.
Netanyahu ya ha hecho circular en la prensa hebrea la idea de que declarar¨¢ una ¡°anexi¨®n limitada¡± a los grandes bloques de asentamientos colindantes con el Estado jud¨ªo, para aplicar su legislaci¨®n en Maale Adumin (40.000 colonos, este de Jerusal¨¦n), Gush Etzion (70.000, sur) e incluso en Ariel (20.000, norte), en una decisi¨®n que no impedir¨¢ reanudar las negociaciones de paz con los palestinos. Este es el mensaje que supuestamente ha transmitido el jefe del Mosad (servicio de inteligencia exterior), Yossi Cohen, en una reciente visita al rey Abdal¨¢ II de Jordania.
¡°En un escenario maximalista, Israel se anexionar¨ªa tanto las colonias como el valle del Jord¨¢n, y en un escenario minimalista empezar¨ªa por los bloques que Israel quiere a intercambiar con los palestinos en un futuro acuerdo¡±, analiza Nimrod Goren, director del Instituto Regional de Pol¨ªtica Exterior de la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n.
¡°La amplitud de la anexi¨®n tendr¨¢, sin duda, un impacto en la intensidad de la reacci¨®n internacional¡±, concluye, antes de pronosticar una reacci¨®n violenta de Ham¨¢s en Gaza. ¡°Vemos la anexi¨®n de Cisjordania y el valle del Jord¨¢n como una declaraci¨®n de guerra contra nuestro pueblo y haremos todo lo posible para que Israel se arrepienta¡±, ha advertido el portavoz de Ezzedin al Qasam, brazo militar de Ham¨¢s, Abu Obaida.
Asentamientos religiosos radicales y colonias salvajes
En Yitzhar, uno de los asentamientos de jud¨ªos religiosos m¨¢s extremistas, nadie quiere hablar. Ni?os con coletas trenzadas juegan en torno a un morabito abandonado: el santuario en memoria de Salm¨¢n el Persa, compa?ero del profeta Mahoma. Se?alan el campamento salvaje de Kumi Ori, donde el Ej¨¦rcito derrib¨® en abril seis edificaciones.
Tambi¨¦n apuntan desde las colinas en direcci¨®n a Huwara, en la ruta de entrada a la ciudad de Nablus. Esta colonia de 1.800 habitantes, fundada hace 35 a?os, forma parte de un mapa inveros¨ªmil de asentamientos de casas prefabricadas, plantadas sobre roca viva entre arbustos de vaguadas de bancales.
Hay una gran yeshiva (escuela rab¨ªnica) con sinagoga en medio de las colinas cisjordanas en Itamar, con 1.300 habitantes, otro de los asentamientos que puede quedar como enclave en tierra palestina, a escasos cinco kil¨®metros del campo de refugiados palestinos de Balata, feudo de la milicia de Fatah. Su alcalde, Hananel Elkayam, de 28 a?os, ingeniero de construcciones civiles vive desde hace una d¨¦cada en la colonia.
¡°Es peligroso vivir aqu¨ª, en una zona de paso de militantes armados¡±, admite. Una de las principales bases del Ej¨¦rcito en el territorio ocupado cisjordano se halla a las puertas de Itamar. ¡°No queremos ser un reducto. Si quieren desterrarnos, resistiremos¡±. Veinte de sus vecinos han perdido la vida en atentados desde la implantaci¨®n de la colonia en 1984.
Como en el conjunto de la sociedad israel¨ª, en los medios acad¨¦micos tambi¨¦n hay polarizaci¨®n. Mientras el profesor de Derecho Internacional Avi Bell, de la Universidad de Bar Il¨¢n, considera que ¡°no existe ocupaci¨®n, sino disputa de territorios, ya que Cisjordania nunca fue un Estado¡±, Yuval Shany, experto en justicia internacional en la Universidad Hebrea, sostiene que la ¡°apropiaci¨®n de territorios por la fuerza¡± viola los principios de la mayor¨ªa de pa¨ªses.
El conflicto palestino-israel¨ª ha ocupado un papel secundario en Oriente Pr¨®ximo tras las revueltas y contiendas desencadenadas hace una d¨¦cada por la primavera ¨¢rabe y por la guerra fr¨ªa entre Ir¨¢n y el eje de pa¨ªses sun¨ªes. La aceleraci¨®n de la anexi¨®n lo ha devuelto al primer plano.
El l¨ªder de los colonos: ¡°Es mejor tirar el plan a la basura, seguir con el statu quo¡±
David Elhaiini a¨²n conserva a los 60 a?os algunas de las palabras espa?olas aprendidas de su madre, que emigr¨® desde T¨¢nger al Estado de Israel. Laico y sefard¨ª, el presidente del Consejo Yesha, la organizaci¨®n que agrupa a los cerca de 450.000 colonos de Cisjordania, parece un verso suelto en una comunidad hegem¨®nica de religiosos ortodoxos de ascendencia askenaz¨ª. Tambi¨¦n es uno de los raros dirigentes del nacionalismo ultraconservador que se ha atrevido a desafiar al primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu.
¡°Tenemos buena relaci¨®n con los vecinos ¨¢rabes, pero nunca aceptaremos vivir bajo un Estado palestino¡±, advierte Elhaiini. Desde su despacho de la alcald¨ªa del valle del Jord¨¢n se divisan en la ardiente frontera plantaciones de palmeras datileras, como las que explota desde hace tres d¨¦cadas.
La noci¨®n de Estado palestino que emana del plan del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es vista como una amenaza existencial por el l¨ªder de los colonos, que intenta expresar con suaves maneras su mensaje radical. ¡°Entre el Jord¨¢n y el Mediterr¨¢neo solo hay unos 60 kil¨®metros y un Estado palestino tendr¨ªa 40 kil¨®metros de anchura¡±, argumenta. ¡°Nos convertir¨ªamos en prisioneros. No solo nosotros, la gente de Tel Aviv tampoco podr¨ªa vivir as¨ª, bajo la amenaza constante de los misiles, como en Gaza¡±.
¡°El plan de Trump supone crear una frontera de m¨¢s de 800 kil¨®metros entre palestinos e israel¨ªes, m¨¢s que con el resto de pa¨ªses vecinos¡±, resalta sobre un mapa de la iniciativa de la Casa Blanca, que avala la anexi¨®n. ¡°Solo podemos estudiarlo si no congela la expansi¨®n de los asentamientos y evita que dos decenas de estas comunidades, con unos 20.000 habitantes, queden aislados como enclaves en territorio palestino. Podr¨¢n seguir donde est¨¢n o ¡®elegir otra opci¨®n¡±, cita el documento Visi¨®n para la paz de Trump. ¡°En el fondo es una exhortaci¨®n a que se vayan¡±.¡ª?Con esas correcciones acepta un Estado palestino?
¡ªEso nunca. Es mejor tirar el plan a la basura y seguir con el statu quo. Todo marcha bien: tenemos seguridad y desarrollo, y tambi¨¦n mejora la vida de los palestinos, ?para qu¨¦ cambiar?
¡ªSin Trump en la Casa Blanca no parece posible que Netanyahu declare la anexi¨®n.
¡ªEs una cuesti¨®n de liderazgo. Cuando Menajem Beguin anexion¨® los Altos del Gol¨¢n (1981) no pidi¨® permiso a nadie.
¡ªTodav¨ªa sostiene que el presidente Trump ¡°no es un verdadero amigo de Israel¡±.
¡ªNo creo Trump sepa bien lo que hay en el plan, Jared Kushner [su yerno y asesor] es quien manda, el l¨ªder. Est¨¢ poniendo en peligro a Israel con una propuesta de la que nadie sabe bien su contenido. Supone un gran cambio que no se hab¨ªa visto hasta ahora en acuerdos o conferencias como los de Oslo o Madrid. Por primera vez, Israel aceptar definir las fronteras de un Estado de Palestina. Se puede anexionar el 30% de Cisjordania, pero el resto permanecer¨¢ para siempre en otras manos.
El Ej¨¦rcito favoreci¨® tras la ocupaci¨®n en 1967 la presencia de colonos israel¨ªes en Cisjordania, en particular en el des¨¦rtico valle del Jord¨¢n, al entregarles tierras que en muchos casos hab¨ªan sido expropiadas a los palestinos alegando razones de seguridad. Sus asentamientos junto a cruces de carreteras y manantiales fueron ante todo una decisi¨®n estrat¨¦gica para garantizar la seguridad en un territorio fronterizo.
¡°Nosotros somos los que vivimos aqu¨ª, no los norteamericanos ni los espa?oles. Si les pregunto a los palestinos que trabajan conmigo¡±, asegura, ¡°me dicen que no quieren un Estado, sino papeles israel¨ªes, como en Jerusal¨¦n Este, para moverse libremente sin puestos de control. La econom¨ªa palestina est¨¢ estrechamente ligada a la nuestra, y si Israel se anexiona un territorio donde viven 150.000 palestinos tiene que hacerse cargo de ellos¡±.
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