La renta b¨¢sica del coronavirus da impulso pol¨ªtico a Bolsonaro
La ayuda de 111 d¨®lares mensuales, que lleg¨® a la mitad de los hogares brasile?os en julio, vence este mes. El Gobierno y el Congreso negocian c¨®mo prorrogarla
Solo dos semanas despu¨¦s de que comenzara el confinamiento en Brasil y el presidente Jair Bolsonaro despreciara el coronavirus como una gripecilla, las autoridades brasile?as tomaron una decisi¨®n de calado para amortiguar el golpe econ¨®mico: aprobaron una especie de renta b¨¢sica para millones de personas que de un d¨ªa para otro se hab¨ªan quedado sin ingresos. La ayuda de emergencia (600 reales al mes, 111 d¨®lares), que se empez¨® a pagar en abril y en julio lleg¨® a la mitad de los hogares, se ha convertido en el mayor programa social de un Gobierno que lleg¨® al poder con la promesa de adelgazar el Estado. Adem¨¢s de mitigar la cat¨¢strofe econ¨®mica, la paga ha mejorado la maltrecha popularidad de Bolsonaro, sobre todo entre los m¨¢s pobres, a pocos meses de las elecciones municipales. El jefe del Ejecutivo goza de la popularidad m¨¢s alta desde el inicio de su mandato, con un respaldo del 37%, seg¨²n la encuesta de Datafolha publicada este viernes. El rechazo ha ca¨ªdo diez puntos hasta el 34% en poco m¨¢s de un mes.
El presidente siempre ha sido mejor visto por sus compatriotas ricos que por los m¨¢s necesitados. Pero la pandemia est¨¢ cambiando esas percepciones. Su discurso anticiencia, negacionista y a veces obstruccionista ante la enfermedad ha mermado su apoyo entre los m¨¢s pudientes mientras las ayudas directas de dinero han impulsado su popularidad entre los m¨¢s vulnerables. Las encuestas indican que en las ¨²ltimas semanas ha ganado apoyo en el noreste, tradicional base de apoyo del Partido de los Trabajadores de Lula da Silva. Es una zona donde Bolsonaro perdi¨® las elecciones. Pero ahora millones de personas que subsist¨ªan gracias a programas contra la pobreza extrema como Bolsa Familia han visto, a cuenta del coronavirus, triplicarse los subsidios que reciben.
Bolsonaro, que mantiene un apoyo firme de un tercio de los brasile?os, ha logrado capitalizar pol¨ªticamente la ayuda de 600 reales, que salen de los cofres del Gobierno federal, aunque es fruto de un acuerdo entre el Ejecutivo, la C¨¢mara de Diputados y el Senado. Las tres partes negocian ahora la pr¨®rroga y la cuant¨ªa de la paga, que vence este agosto. Tanto las municipales de noviembre como el techo de gasto son factores cruciales en esa negociaci¨®n. El titular de Econom¨ªa ha advertido p¨²blicamente a Bolsonaro ante la tentaci¨®n de embarcarse en un derroche de dinero p¨²blico y romper el techo de gasto para asegurarse una reelecci¨®n en 2022.
El desempleo ha subido al 13,3% despu¨¦s de que la pandemia se haya llevado por delante nueve millones de empleos. Como el coronavirus ha obligado al Gobierno a aparcar en buena medida la agenda de liberalizaci¨®n con la que lleg¨® al poder, eso ha provocado una desbandada en el equipo del ministro de Econom¨ªa, Paulo Guedes. ¡°Desbandada¡± es la palabra con la que el ultraliberal Guedes ha definido las dimisiones en los ¨²ltimos d¨ªas de cinco altos cargos de su equipo, incluido el zar de las privatizaciones. Se van descontentos con la demora de las reformas prometidas como la de la Administraci¨®n o la tributaria. Una hipot¨¦tica salida del ministro de Econom¨ªa ser¨ªa un golpe dur¨ªsimo para Bolsonaro porque es uno de sus principales puntales tras el portazo del antiguo juez Sergio Moro. Y porque Guedes es el principal motivo por el que el presidente ultraderechista tiene el respaldo del empresariado y los mercados.
Brasil fue uno de los primeros pa¨ªses, si no el primero, en dar ayudas directas a los m¨¢s afectados por el par¨®n econ¨®mico derivado del coronavirus. Y su programa es de los m¨¢s amplios por detr¨¢s de EE UU. En cinco meses ha colocado directamente en el bolsillo de decenas de millones de personas 250.000 millones de reales (46.500 millones de d¨®lares), el equivalente al 3,5% del PIB. Aunque al principio la tramitaci¨®n fue un notable caos, m¨¢s de 60 millones de personas lo reciben, incluidos trabajadores informales y todos los que ya recib¨ªan las ayudas de Bolsa Familia. La pobreza extrema se ha desplomado a m¨ªnimos hist¨®ricos gracias a los 600 reales, aunque los especialistas advierten de que los ¨ªndices se dispararan en cuanto cese la paga. Una de las posibilidades es prorrogarla pero reducir la cuant¨ªa.
Desde que la pandemia asom¨® en Brasil, Bolsonaro ha insistido en que la debacle econ¨®mica ¡°es un efecto colateral m¨¢s grave que el propio virus¡±. Desde el principio critic¨® las medidas de confinamiento recomendadas por gobernadores y alcaldes para frenar los contagios e hizo campa?a por la reapertura del comercio. Y no duda un instante en culparles directamente por los m¨¢s de 100.000 muertos y los tres millones de contagios que el pa¨ªs acumula en lo que es el segundo brote m¨¢s grave del mundo despu¨¦s de Estados Unidos, con la diferencia de que EE UU hace muchos m¨¢s test a su ciudadan¨ªa, con lo que la imagen que tiene de la evoluci¨®n de la enfermedad es much¨ªsimo m¨¢s n¨ªtida que la brasile?a.
La investigaci¨®n del Tribunal Supremo contra Bolsonaro por las supuestas injerencias pol¨ªticas no han deparado novedades recientemente. S¨ª las ha habido en la investigaci¨®n por corrupci¨®n contra uno de sus hijos, el senador Flavio Bolsonaro, cuyo principal sospechoso, Fabrizio Queiroz, fue detenido en junio. Las pesquisas policiales han descubierto nuevas transferencias de Queiroz, amigo de toda la vida de los Bolsonaro, a la actual esposa del presidente, Michelle Bolsonaro. El presidente asegura que es la devoluci¨®n de un pr¨¦stamo.
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