?lvaro Uribe reaparece tras su arresto domiciliario e insiste en derogar el tribunal de paz de Colombia
El expresidente, que seguir¨¢ siendo investigado en libertad, ataca el acuerdo de paz con la mira puesta en las elecciones presidenciales de 2022
El expresidente de Colombia, ?lvaro Uribe V¨¦lez, ha embestido, una vez m¨¢s, contra el sistema de justicia transicional surgido de la negociaci¨®n de paz con la extinta guerrilla de las FARC. ¡°Debemos insistir en la derogatoria de la JEP [Jurisdicci¨®n Especial para la Paz] y en la reforma de los acuerdos de La Habana, salvando el respeto y apoyo a los reinsertados de buena fe¡±, se?al¨® el tambi¨¦n exsenador este lunes en su primera declaraci¨®n luego de que este fin de semana la justicia ordenara su libertad tras de m¨¢s de dos meses de arresto domiciliario.
¡°He meditado mucho sobre las consecuencias del sistema judicial que heredamos del Gobierno anterior¡±, apunt¨® el exmandatario, que seguir¨¢ siendo investigado en libertad por un caso de manipulaci¨®n de testigos. ¡°Ese conjunto normativo vinculado a la JEP, consagro? impunidad total a atrocidades como el secuestro y violacio?n de menores¡±, se?al¨® al retomar sus banderas de f¨¦rrea oposici¨®n al pacto sellado a finales de 2016, un acuerdo arduamente negociado que permiti¨® el desarme de unos 13.000 miembros de las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, hoy convertidas en un partido pol¨ªtico con diez esca?os en el Congreso.
El presidente Iv¨¢n Duque, ahijado pol¨ªtico de Uribe, ya se hab¨ªa propuesto en 2019 modificar la JEP, considerada la columna vertebral de los acuerdos, con una serie de objeciones que sufrieron una estruendosa derrota en el Congreso. El sistema encargado de juzgar los cr¨ªmenes m¨¢s graves cometidos durante el conflicto armado establece penas alternativas a la c¨¢rcel para los excombatientes a cambio de que confiesen sus cr¨ªmenes y reparen a las v¨ªctimas. Los ataques a la justicia transicional han sido una bandera para el Centro Democr¨¢tico, el partido de Gobierno fundado por Uribe, cuyos sectores m¨¢s intransigentes han insistido en hacer trizas el pacto.
Uribe comenz¨® su declaraci¨®n en v¨ªdeo, retransmitida por sus redes sociales desde su finca de El Ub¨¦rrimo, con una menci¨®n a sus abogados, a los ciudadanos que le han manifestado su solidaridad y a aquellos que lo han ¡°rodeado con su fe religiosa¡±. Tambi¨¦n agradeci¨® el respaldo de otros dignatarios, especialmente el expresidente espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y el estadounidense Donald Trump. El mandatario republicano, que corteja el voto latino m¨¢s conservador en su campa?a por la reelecci¨®n, reaccion¨® el s¨¢bado a la noticia de su libertad con una serie de mensajes en Twitter en los que calific¨® a Uribe de ¡°h¨¦roe¡± e hizo referencias al ¡°castrochavismo¡±, un t¨¦rmino utilizado por el uribismo para atacar el acuerdo de paz.
El exmandatario asegur¨® que tanto ¨¦l como su familia ¡°han sido sometidos al mayor escrutinio pol¨ªtico y judicial del pa¨ªs¡± y enfatiz¨® que ¡°mantendr¨¢ la lucha por su honorabilidad¡±, como ha afirmado insistentemente desde su detenci¨®n domiciliaria. ¡°Consideraron mi temperamento para encarcelarme. Claro, mi temperamento controversial, altivo, con el cual he trabajado por Colombia¡±, declar¨®. En tono de campa?a, abord¨® una treintena de puntos en los que combin¨® su defensa en el expediente que lo se?ala de los presuntos de delitos de soborno y fraude procesal, con diversos planteamientos pol¨ªticos de corte populista que ser¨ªan incluidos en un referendo.
¡°Avancemos en iniciativas de progreso social y econo?mico que sean la alternativa al riesgo socialista, que pretende replicar el fracaso de Venezuela y Nicaragua y que tiende mantos de incertidumbre sobre otros pai?ses de la regio?n¡±, se?al¨® en uno de los mensajes que ha convertido en un leitmotiv desde los tiempos en que el plebiscito sobre los acuerdos polariz¨® a la sociedad colombiana. ¡°Ojo con el 22¡±, cerr¨® su discurso en alusi¨®n al a?o de las pr¨®ximas elecciones presidenciales.
El caso por el que Uribe es investigado se remonta a 2012, cuando present¨® una denuncia contra el senador de oposici¨®n Iv¨¢n Cepeda ante la Corte Suprema por un supuesto complot que, seg¨²n su versi¨®n, involucraba falsos testigos en c¨¢rceles colombianas para relacionarlo con actividades de grupos paramilitares. El proceso dio un brusco giro hace m¨¢s de dos a?os cuando el alto tribunal absolvi¨® a Cepeda y pidi¨® en su lugar investigar a Uribe bajo la sospecha de que fueron ¨¦l y sus abogados los que manipularon testigos. La denuncia original de un paramilitar se?ala que en una antigua propiedad de la familia Uribe se conform¨® un bloque de autodefensas.
Uribe renunci¨® en agosto a su esca?o en el Senado para salir de la ¨®rbita de la Corte Suprema, encargada de juzgar a los congresistas. A pesar de la decena de procesos que enfrenta en la justicia, se ha mantenido como un gran fen¨®meno electoral, incluso despu¨¦s de dejar la presidencia. Durante los dos periodos de su sucesor, Juan Manuel Santos (2010-2018), se convirti¨® en el cr¨ªtico m¨¢s feroz de los di¨¢logos de paz y protagonista permanente de la discordia que ha marcado a la sociedad colombiana. En el camino congreg¨® a los sectores m¨¢s religiosos y conservadores alrededor del Centro Democr¨¢tico. Aunque sostuvo alt¨ªsimos niveles de popularidad durante sus dos mandatos (2002-2010), su aceptaci¨®n se ha derrumbado: un 53% de los encuestados ten¨ªa una imagen desfavorable del exmandatario, frente a un 35% favorable, en la m¨¢s reciente medici¨®n de la firma Gallup.
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