Un S¨¢hara Occidental con cada vez menos saharauis
La poblaci¨®n aut¨®ctona pierde la batalla demogr¨¢fica frente a los que llegan de Marruecos atra¨ªdos por los incentivos econ¨®micos
Varios camiones del Ej¨¦rcito marroqu¨ª repart¨ªan bombonas de butano este lunes en el barrio de Wakala, en Dajla, la ciudad costera del S¨¢hara Occidental que se llam¨® Villa Cisneros hasta 1976, cuando dej¨® de pertenecer a Espa?a. El martes, los soldados marroqu¨ªes regalaban aceite. Otro d¨ªa ser¨¢ el turno de la carne, el az¨²car, la harina¡ No se trata de ninguna cat¨¢strofe natural que necesite la intervenci¨®n de las Fuerzas Armadas, sino de una batalla demogr¨¢fica silenciosa que se viene librando desde que se firm¨® el alto el fuego en 1991 entre el Frente Polisario y Marruecos. Un alto el fuego que la organizaci¨®n saharaui ha declarado roto desde el pasado d¨ªa 14 tras un intercambio de disparos en la franja de Guerguerat, en la frontera con Mauritania y a 400 kil¨®metros de Dajla.
En 1997, Rabat parec¨ªa dispuesta a aceptar un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n del S¨¢hara Occidental que se celebrar¨ªa en 1998. Y quiso atraer a familias que viv¨ªan fuera del S¨¢hara para que votasen en favor de los intereses de Rabat. Se les ofreci¨® una casa en el barrio de Wakala y una manutenci¨®n diaria en funci¨®n del n¨²mero de hijos. Ahora Marruecos controla y administra un 80% del S¨¢hara Occidental, incluida la ciudad de Dajla, pero no se sabe cu¨¢nta de la poblaci¨®n que reside ah¨ª es aut¨®ctona, y tampoco existe un acuerdo sobre qui¨¦nes son del lugar y qui¨¦nes no. No obstante, todas las fuentes consultadas, tanto las oficiales marroqu¨ªes como las de activistas saharauis, coinciden en que la proporci¨®n de saharauis en el S¨¢hara Occidental es cada vez es m¨¢s reducida.
El Estado marroqu¨ª aleg¨® en su momento que la poblaci¨®n de Wakala ten¨ªa ancestros saharauis, aunque vinieran del centro o el norte de Marruecos. Pero para el Frente Polisario eran y son simples colonos que cuentan con un Ej¨¦rcito que reparte comida y butano donde en los ¨²ltimos 20 a?os se han edificado barrios enteros repletos de marroqu¨ªes que disfrutan de las subvenciones del Estado: la vivienda garantizada, sea en propiedad o en alquiler, y una paga m¨ªnima equivalente a unos 200 euros si no se tiene trabajo.
¡°Se les paga por no hacer nada¡±, alega el activista saharaui Mohamed Fadel, de 55 a?os. ¡°Y ahora la gente de Wakala tiene ya hijos que se casan y tambi¨¦n disfrutan de la comida diaria. Los colonos de Wakala son los m¨¢s radicales de la ciudad. Hay otros barrios de marroqu¨ªes, de pescadores que se ganan la vida trabajando duro y se puede convivir con ellos perfectamente. Pero los de Wakala se han cre¨ªdo toda la propaganda del Estado marroqu¨ª. Su fanatismo recuerda al de los colonos israel¨ªes¡±.
Una responsable de la Wilaya, equivalente a la delegaci¨®n del Gobierno, la m¨¢xima autoridad en la regi¨®n, que habla con la condici¨®n del anonimato, defiende a la gente de Wakala frente a los saharauis: ¡°La poblaci¨®n aut¨®ctona critica la entrega de alimentos. Pero muchos de los aut¨®ctonos cobran una paga del paro equivalente a unos 200 euros. Los alimentos de Wakala equivalen tambi¨¦n a unos 200 euros¡±, sostiene la dirigente. ¡°Esa paga es de subsistencia, no solo la cobran los saharauis, sino tambi¨¦n muchos marroqu¨ªes. Y en realidad funciona como un arma de chantaje. A quienes protestan se la quitan¡±, alega por su lado Fadel.
Los primeros residentes del exterior del S¨¢hara llegaron atra¨ªdos por las subvenciones y por el trabajo que aportaba la industria de la pesca. Hace 10 a?os a todo eso se sum¨® la eclosi¨®n que vivi¨® el turismo alrededor del deporte del kitesurf. Y mientras tanto, la ciudad fue creciendo. Hoy hay 39 hoteles activos y 100 en construcci¨®n, seg¨²n informa Boudija Mohamed Salem, director regional de Turismo. Y, adem¨¢s, se est¨¢ desarrollando el cultivo en invernaderos de tomates cherry, melones y pimientos. El director regional de inversiones, Mounir Houari, asegura que el PIB de la regi¨®n se ha casi doblado en los ¨²ltimos 10 a?os. Y que el PIB por habitante es m¨¢s de dos veces superior al de Marruecos.
Pero no todo el mundo ve este auge de la misma manera. La citada responsable de la delegaci¨®n del Gobierno se?ala: ¡°La gente aut¨®ctona solo quiere los puestos de direcci¨®n. Se creen pr¨ªncipes. Les da verg¨¹enza que se les vea trabajar como camareros o recepcionistas. No les importa hacerlo en Canarias o en Francia, pero no quieren que les vean aqu¨ª. Al final, esos puestos se llenan con gente que viene de fuera del S¨¢hara¡±. Un empresario europeo que tambi¨¦n solicita ocultar su nombre se?ala: ¡°La mayor¨ªa de los empresarios no quieren trabajar con saharauis. Piensan que no trabajan mucho y en caso de despidos te crean muchos problemas¡±.
¡°Todo eso de que no queremos trabajar es mentira¡±, asegura Brahim Lanzari, un saharaui de 30 a?os que acampa desde hace tres meses junto a otro saharaui, Ahmed Bakari, de 50, ante la sede de la empresa pesquera que los ha despedido. El mayor, como algunos saharauis de su generaci¨®n, se expresa en espa?ol. El m¨¢s joven se?ala: ¡°En un barco de 16 marineros solo dejan entrar a dos saharauis. Porque no quieren que veamos la realidad, no quieren que seamos testigos de las cosas ilegales que hacen; a veces pescan 4.000 toneladas en lugar de 2.000 y tienen que tirar la mitad al mar¡±.
Balanza a favor de Rabat
En 2007 Marruecos present¨® su propuesta de autonom¨ªa para el S¨¢hara Occidental y desde entonces se niega a negociar la opci¨®n del refer¨¦ndum. El S¨¢hara Occidental fue desapareciendo de la agenda internacional de los medios y se dej¨® de hablar de un posible censo electoral. Pero la batalla demogr¨¢fica sigui¨® su curso silencioso, libr¨¢ndose d¨ªa a d¨ªa en cada barrio, inclin¨¢ndose siempre a favor de Rabat.
El censo espa?ol de 1975 contabiliz¨® a 70.000 habitantes en el S¨¢hara Occidental. En 1997, el entonces mediador de la ONU, James Baker, calculaba que el n¨²mero de votantes ante el refer¨¦ndum que pensaba organizar en 1998 se situar¨ªa ¡°en torno a las 80.000¡± personas. Hoy, las cifras oficiales marroqu¨ªes publicadas en 2019 se?alan que en Dajla viven 150.169 habitantes y en El Aai¨²n, (capital del S¨¢hara Occidental) 252.653. A ello hay que sumarle otras ciudades del S¨¢hara, como Smara (70.569) o Bujdour (51.689). Mientras tanto, en las inmediaciones de la ciudad argelina de Tinduf viven 173.600 refugiados saharauis, seg¨²n public¨® la ONU en 2017.
Desde El Aai¨²n, situada a 600 kil¨®metros al norte de Dajla, el periodista y activista saharaui Ahmed Tanji, de 32 a?os, tambi¨¦n sostiene que la poblaci¨®n saharaui es cada vez m¨¢s minoritaria en la regi¨®n. ¡°No me atrever¨ªa a ofrecer un porcentaje. Pero est¨¢ claro que cada vez hay m¨¢s colonos marroqu¨ªes. La agencia de trabajo marroqu¨ª, la Anapec, hace anuncios para promover que la gente se asiente en el S¨¢hara¡±.
Tanji tambi¨¦n rechaza la idea de que a los saharauis no les guste trabajar. ¡°Lo que ocurre es que el monopolio de las principales empresas lo tienen los marroqu¨ªes. Por eso es muy f¨¢cil boicotearnos. A m¨ª nunca me van a dar trabajo en la empresa de fosfato. Y a esa marginaci¨®n hay que a?adir el acoso. Mi pareja y yo ten¨ªamos previsto casarnos este 21 de noviembre y celebrarlo en nuestras casas. Y no pudimos hacerlo ese d¨ªa porque tomaron literalmente el barrio. En la puerta de mi pareja pusieron una furgoneta¡±.
Argelia llam¨® a la calma
Argelia, el mayor aliado, benefactor y protector del Frente Polisario, ha apelado a la prudencia en su ¨²nica declaraci¨®n oficial respecto a la crisis entre Marruecos y la organizaci¨®n saharaui. Tras el intercambio de disparos que se registr¨® en la madrugada del pasado d¨ªa 13 en la zona desmilitarizada de Guerguerat, en la frontera con Mauritania, el Ministerio de Exteriores argelino emiti¨® esa ma?ana un comunicado en el que subray¨® que Argelia ¡°deplora en¨¦rgicamente¡± las ¡°graves violaciones del alto el fuego¡± y apel¨® a ¡°cesar de forma inmediata¡± unas operaciones militares cuyas consecuencias ¡°podr¨ªan afectar a la naturaleza de toda la regi¨®n¡±.
El Ministerio de Exteriores argelino llam¨® a las dos partes, a Marruecos y al Frente Polisario, a hacer prueba del ¡°sentido de la responsabilidad y de la contenci¨®n¡±. No obstante, al d¨ªa siguiente, el Frente Polisario decret¨® el estado de guerra y declar¨® oficialmente roto el alto el fuego suscrito en 1991. No parece probable que la organizaci¨®n saharaui haya tomado una decisi¨®n tan trascendente sin el consentimiento t¨¢cito de Argelia, que es el pa¨ªs donde se asientan los campos pr¨®ximos a la ciudad de Tinduf, en los que viven 173.600 refugiados.
La crisis del S¨¢hara Occidental ha sorprendido al presidente de Argelia, Abdelmayid Teb¨²n, de 74 a?os, hospitalizado en Alemania a causa del coronavirus, donde fue trasladado de urgencia el 28 de octubre. Por su parte, el verdadero hombre fuerte del pa¨ªs, el jefe del Estado Mayor, Said Chengriha, al mando de uno de los ej¨¦rcitos m¨¢s poderosos de ?frica, no ha hecho ninguna declaraci¨®n desde el inicio de la crisis.
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