El virus tambi¨¦n ataca a los derechos humanos
La ONU y varias organizaciones internacionales advierten de que la pandemia ha supuesto un retroceso en las libertades
Ya lo advirti¨® Michelle Bachelet. La alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU identific¨® el peligro en abril y acaba de insistir a finales de este a?o: la crisis sanitaria desatada por la covid-19 puede acabar infectando el cuerpo de la democracia y de las libertades. Y no hay vacuna contra ese virus ¡°salvo m¨¢s derechos humanos¡±, como dijo la expresidenta chilena. Desde que estall¨® la pandemia en marzo pasado, con casi dos millones de muertos, cerca de 82 millones de contagiados y con el planeta en vilo, algunos reg¨ªmenes autoritarios han aprovechado el miedo de sus sociedades para convertir las mascarillas en bozales y el confinamiento en estados de excepci¨®n encubiertos.
Varios expertos en derechos humanos consultados por este peri¨®dico subrayan que entre los males que ha tra¨ªdo la pandemia, adem¨¢s de la crisis sanitaria y econ¨®mica, hay que incluir un retroceso de las libertades, incluso en las democracias. El ¨²ltimo estudio de Idea (Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral, en sus siglas en ingl¨¦s), un organismo intergubernamental con sede en Suecia y en parte financiado por la Uni¨®n Europea, asegura que casi la mitad de los pa¨ªses democr¨¢ticos (el 43%) y la mayor¨ªa de los no democr¨¢ticos (un 90%) han puesto en marcha medidas ¡°ilegales, desproporcionadas, indefinidas o innecesarias¡± desde que empez¨® la pandemia. El instituto clasifica en su informe sobre el estado de la democracia en el mundo a 162 pa¨ªses de 195 en tres categor¨ªas: democracias (99), reg¨ªmenes h¨ªbridos (33) y autoritarios (30), tomando como criterio par¨¢metros como la existencia de elecciones fiables, el respeto a los derechos humanos o la igualdad entre sexos.
El informe sostiene que este a?o se ha producido una erosi¨®n del Estado de derecho sin parag¨®n desde hace mucho tiempo. Por ejemplo, en t¨¦rminos de libertad de expresi¨®n, una de las restricciones m¨¢s comunes, hay m¨¢s pa¨ªses en retroceso que en ascenso por primera vez desde 1975, una tendencia que ya ven¨ªa registr¨¢ndose desde 2014. ¡°Los elementos m¨¢s preocupantes se dan en lo que llamamos reg¨ªmenes h¨ªbridos como Rusia, Turqu¨ªa, Marruecos, Afganist¨¢n o Pakist¨¢n y en las democracias d¨¦biles o de baja calidad como Polonia, Hungr¨ªa, la India, Filipinas o Serbia, donde las acciones del Ejecutivo est¨¢n minando los principios democr¨¢ticos, una tendencia que, si no se revierte, podr¨ªa haber llegado para quedarse¡±, afirma Alberto Fern¨¢ndez, uno de los autores del informe de Idea en conversaci¨®n telef¨®nica desde Estocolmo.
¡°Aunque a¨²n es pronto para calibrar el impacto de la pandemia y es complicado sacar conclusiones, se han aprobado medidas que podr¨ªan mantenerse en el tiempo como las restricciones a la libertad de prensa o de informaci¨®n, que incluso se han convertido en leyes en algunos pa¨ªses, mientras otras como las limitaciones de movimiento o de reuni¨®n nadie espera razonablemente que se mantengan m¨¢s all¨¢ de la emergencia sanitaria¡±, a?ade Fern¨¢ndez. Aquellos Estados que presumen de haber logrado luchar contra el virus de manera m¨¢s eficaz y con un menor coste de vidas, seg¨²n el c¨®mputo de la Universidad Johns Hopkins, lo han hecho, sostiene el estudio, a costa de olvidarse de los derechos humanos, como ha ocurrido por ejemplo en China, donde los m¨¦dicos que alertaron de los primeros signos en Wuhan fueron silenciados y muchos periodistas extranjeros expulsados, o en Cuba.
En pa¨ªses como Islandia, Finlandia, Nueva Zelanda, Noruega, Corea del Sur, Taiw¨¢n y Uruguay, las medidas adoptadas contra el virus, seg¨²n el informe, no han vulnerado en general los derechos fundamentales, aunque en muchas partes de Europa y en Estados Unidos, con una gran tradici¨®n democr¨¢tica, se han incrementado los decibelios de la polarizaci¨®n pol¨ªtica. ¡°Han respondido de manera eficaz a la pandemia sin socavar las libertades¡±, dice Fern¨¢ndez. No ha sido as¨ª, en cambio, en Hungr¨ªa, Polonia, Ucrania, Rusia, Eslovaquia, Eslovenia, Bielorrusia o Azerbaiy¨¢n donde la covid se ha utilizado como excusa para cercenar las libertades b¨¢sicas, retrasar o aplazar la celebraci¨®n de elecciones -una medida en ocasiones justificada por el peligro de contagio, pero muy bien aprovechada por los reg¨ªmenes no democr¨¢ticos o autoritarios, ya que, de las 185 previstas hasta octubre pasado, se hab¨ªan pospuesto 93 y realizado 92- o para silenciar a los cr¨ªticos, cuando no directamente para aplastar a la oposici¨®n como en Banglad¨¦s o en Camboya.
En otras zonas del mundo como Am¨¦rica Latina y ?frica -que tiene el peor comportamiento con el 76% de pa¨ªses con las libertades en sem¨¢foro rojo, solo por detr¨¢s de Oriente Pr¨®ximo-, la crisis sanitaria ha ahondado la corrupci¨®n, la debilidad estatal, la pobreza, la desigualdad o la exclusi¨®n de los grupos m¨¢s vulnerables, entre ellos, las mujeres, los emigrantes y las minor¨ªas raciales. Adem¨¢s, en ocho pa¨ªses, entre ellos M¨¦xico y Chile, han sido las Fuerzas Armadas las encargadas de controlar la pandemia y la seguridad. Reg¨ªmenes como Venezuela, Cuba y Nicaragua se han vuelto a¨²n m¨¢s autoritarios, seg¨²n el documento.
¡°Desde que estall¨® la pandemia, la democracia y los derechos humanos se han deteriorado en 80 pa¨ªses¡±, advierte, por su parte, Amy Slipowitz, coautora del ¨²ltimo estudio de la organizaci¨®n Freedom House Democracy under lockdown (Democracia bajo el confinamiento) en un correo electr¨®nico. Seg¨²n Slipowitz, ¡°este deterioro es particularmente preocupante en las democracias incipientes y en los Estados altamente represivos¡±. Seg¨²n el informe de esta organizaci¨®n estadounidense, en el que participaron m¨¢s de 400 periodistas, trabajadores sociales, activistas y expertos sobre 192 pa¨ªses, la lista incluye tanto dictaduras como democracias que han rebajado los est¨¢ndares.
Para Freedom House, la pandemia ha acentuado la desconfianza en la democracia, una tendencia latente que se exacerb¨® a partir la Gran Recesi¨®n de 2008. Aunque la emergencia sanitaria disminuya por la difusi¨®n de vacunas en los pr¨®ximos a?os, Slipowitz cree que ese patr¨®n seguir¨¢. Es decir, que continuar¨¢ la propagaci¨®n de las llamadas fake news o desinformaci¨®n, que tan bien han manejado a lo largo de este a?o presidentes como Donald Trump o Jair Bolsonaro; ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil a los Gobiernos autoritarios controlar a la poblaci¨®n alimentando el p¨¢nico o se incrementar¨¢ el control de los Estados mediante la videovigilancia, como ilustra el caso de China. ¡°Por el momento, todos los Gobiernos deber¨ªan asegurarse de que las medidas de emergencia son proporcionadas y temporales. Tambi¨¦n deber¨ªan asegurarse de que la poblaci¨®n tiene acceso a informaci¨®n fiable sobre la pandemia, permitir la celebraci¨®n de elecciones libres y fiables con medidas sanitarias adecuadas, identificar las violaciones de derechos humanos y castigarlas y combatir la corrupci¨®n¡±, concluye Slipowitz.
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