Radiograf¨ªa europea de los antivacunas con el sarampi¨®n en pleno avance
EL PA?S analiza con 'Le Figaro' (Francia), 'Le Soir' (B¨¦lgica) y 'Gazeta Wyborcza' (Polonia) la situaci¨®n epidemiol¨®gica y la fuente de las teor¨ªas antivacunas
El sarampi¨®n est¨¢ de vuelta. Y pese al preocupante avance de esta enfermedad, en estos ¨²ltimos a?os los antivacunas han logrado asustar e incluso han encontrado partidarios en los Parlamentos de algunos pa¨ªses. ?C¨®mo lo han conseguido? La confianza en las vacunas se ha reducido, el nivel de inmunidad del conjunto de la poblaci¨®n ha ca¨ªdo y las enfermedades han vuelto. Con periodistas de Le Figaro?(Francia), Le Soir?(B¨¦lgica) y?Gazeta Wyborcza?(Polonia) hemos investigado la situaci¨®n epidemiol¨®gica en Europa y la fuente de estas teor¨ªas.
La humanidad dispone de una vacuna eficaz para la enfermedad del sarampi¨®n desde hace cinco decenios. Sin embargo, en 2018 casi nueve millones de personas en el mundo contrajeron el sarampi¨®n y 142.000 murieron como consecuencia de sus efectos. Una media de 400 personas muere cada d¨ªa, principalmente ni?os.
En un comunicado reciente, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) dio la se?al de alarma: este a?o el n¨²mero de casos se multiplicar¨¢ por tres. En Europa, 12.000 personas se contagiaron de sarampi¨®n este a?o. En la mayor¨ªa de los pa¨ªses, el nivel de vacunaci¨®n de los ni?os es inferior al 95% y esta proporci¨®n se corresponde con el l¨ªmite de seguridad. "Las informaciones incorrectas que se difunden en las redes sociales tienen una influencia real en las decisiones de los padres respecto de la vacunaci¨®n de sus hijos, y el resultado es que los ni?os cogen el sarampi¨®n y algunos mueren", explica Kate O¡¯Brien, directora de vacunaci¨®n y productos biol¨®gicos de la OMS.
?Por qu¨¦ es grave el sarampi¨®n?
La enfermedad empieza con fiebre alta, secreci¨®n nasal y manchas blancas en la mucosa. Unos d¨ªas despu¨¦s brota una erupci¨®n cut¨¢nea por el rostro y el cuello que luego se extiende progresivamente al resto del cuerpo. En caso de contacto con este virus que se propaga f¨¢cilmente por el aire, una persona que no haya padecido con anterioridad el sarampi¨®n y que no est¨¦ vacunada tiene un 98% de posibilidades de infecci¨®n.
El sarampi¨®n dura generalmente de 10 a 14 d¨ªas. Entre las posibles complicaciones se encuentran la ceguera, un edema y la encefalitis, la diarrea grave, las infecciones de las v¨ªas respiratorias y la neumon¨ªa. Los representantes de la OMS subrayan que el desarrollo del sarampi¨®n puede da?ar la memoria del sistema inmunitario durante meses, e incluso a?os despu¨¦s de la infecci¨®n, lo cual afecta a la sensibilidad frente a otras enfermedades graves.
La mentira fundadora de los movimientos antivacuna modernos
Todo empez¨® con un enga?o. En 1998, Andrew Wakefield public¨® un art¨ªculo en la revista m¨¦dica The Lancet en la que asociaba la vacunaci¨®n SPR (sarampi¨®n, paperas y rubeola) con el autismo y la enteritis. Se produjo un aut¨¦ntico estallido de p¨¢nico, el tema apareci¨® en los medios de comunicaci¨®n y se le dedic¨® una gran cantidad de programas y pel¨ªculas. Se oyeron numerosas historias dram¨¢ticas de ni?os enfermos cuyos padres consideraban que la inoculaci¨®n del virus del sarampi¨®n era la causante del autismo.
?De d¨®nde viene esta teor¨ªa? A mediados de los a?os noventa, Wakefield era cirujano en un hospital de Londres, donde observ¨® que algunas personas afectadas por la enfermedad de Crohn eran portadoras del virus del sarampi¨®n. Seg¨²n el m¨¦dico, el virus proced¨ªa de la vacuna. Wakefield estaba a tan solo un paso de la teor¨ªa seg¨²n la cual la vacuna SPR era la causante de la enfermedad de Crohn. La vacuna ya estaba en el punto de mira de los padres de una asociaci¨®n (JABS), cuyos hijos padec¨ªan enfermedades neurol¨®gicas. Wakefield examin¨® 12 ni?os en condiciones que, m¨¢s adelante, se revelaron poco fiables.
Los resultados de sus investigaciones fueron cuestionados al cabo de varios a?os. Wakefield afirmaba que los ni?os se encontraban en perfecto estado de salud antes de la administraci¨®n de la vacuna SPR, cuando en realidad cinco de ellos hab¨ªan experimentado graves problemas de desarrollo. Wakefield falsific¨® los resultados de las muestras de tejidos recogidas en los intestinos de los ni?os para ajustarlos a su teor¨ªa. Las pruebas se repitieron en laboratorios de todo el mundo, y no se hall¨® ning¨²n v¨ªnculo entre la vacuna SPR y las enfermedades. En 2010, Wakefield perdi¨® de por vida su derecho a ejercer la medicina. Pero el rumor se difundi¨® por todo el mundo y dio lugar al desarrollo de los movimientos antivacuna.
Examinemos con mayor detenimiento la situaci¨®n en varios pa¨ªses europeos:
Espa?a
Un estudio de 2015 muestra que los padres espa?oles que se abstienen de vacunar a sus hijos lo explican por el miedo a los efectos secundarios, al autismo y por el hecho de creer que las compa?¨ªas farmac¨¦uticas promueven tratamientos in¨²tiles con fines exclusivamente lucrativos. Muchos a?aden que pueden defender su organismo gracias a la homeopat¨ªa, la acupuntura y una alimentaci¨®n natural.
La revista Discovery Salud, que cuenta con 36.000 seguidores en Facebook, es uno de los medios que lideran esta tendencia, con la defensa de las llamadas medicinas alternativas como l¨ªnea editorial. En el n¨²mero de diciembre se puede leer, por ejemplo, que los tumores malignos pueden ser tratados con un r¨¦gimen alimentario, y en el de noviembre se presenta el azafr¨¢n como un remedio eficaz contra el c¨¢ncer. El agricultor y curandero Josep P¨¤mies, que lucha por el reconocimiento de las medicinas alternativas en los servicios de sanidad p¨²blica, es uno de sus columnistas habituales. Otro de sus redactores, Andreas Kalcker, que se presenta como bi¨®logo, defiende la utilizaci¨®n del di¨®xido de cloro, la lej¨ªa y el desinfectante como medicamentos.
Una tendencia muy de moda recientemente en Espa?a es la teor¨ªa de Enric Corbera, denominada bioneuroemoci¨®n, seg¨²n la cual las enfermedades no tienen nada que ver con las infecciones o los agentes pat¨®genos, sino con las emociones. El tratamiento consiste en sesiones pseudopsicol¨®gicas por las que cobra 90 euros por una consulta de hora y media.
En Espa?a se han registrado 214 casos de srampi¨®n en 2018, un ligero aumento con respecto a los a?os anteriores. A pesar de que estamos lejos de los m¨¢s de 200.000 casos de 1986, en 2011 las v¨ªctimas de esta enfermedad superaron las siete por cada 100.000 personas. La cifra deja de parecer baja si se compara con la media de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas: 0,84 por cada 100.000 habitantes, seg¨²n datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiol¨®gica del Centro Nacional de Epidemiolog¨ªa (ISCIII).
La presencia de los movimientos antivacuna en los medios de comunicaci¨®n espa?oles es escasa. Desde la vuelta al poder del PSOE en 2018, el Gobierno ha iniciado intensas campa?as de sensibilizaci¨®n contra las pseudoterapias, entre las que se incluyen las antivacunas. En abril de 2019, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social lanz¨® una campa?a con el lema V de vacuna, V de vida. El objetivo era demostrar los beneficios de las vacunas y contrarrestar la desinformaci¨®n sobre este tema.
Francia
Francia es uno de los pa¨ªses en los que existe mayor desconfianza hacia las vacunas. Seg¨²n un estudio realizado el pasado junio, uno de cada tres franceses considera que no son seguras. Entre 2008 y 2014 se registraron en el pa¨ªs 23.000 casos de sarampi¨®n,?que causaron m¨¢s de 30 encefalitis y una decena de muertes.
Jocelyn Raude, soci¨®logo franc¨¦s que ha estudiado los movimientos antivacuna, considera en una entrevista en Le Figaro que existen tres corrientes principales: los que est¨¢n vinculados a los movimientos pol¨ªticos de extrema derecha o extrema izquierda, los pr¨®ximos a las teor¨ªas de la conspiraci¨®n y los partidarios de las medicinas alternativas. Lucie Guimier, que elabor¨® una tesis sobre la reticencia geogr¨¢fica a vacunar, explica que, por ejemplo, en Ard¨¨che, departamento del sur de Francia, el escepticismo con respecto a la vacunaci¨®n est¨¢ vinculado a la historia. La resistencia ha sido un elemento importante de la historia local; en primer lugar con la adopci¨®n del protestantismo en el siglo XVI y luego con el maquis durante la Segunda Guerra Mundial. Adem¨¢s, en los a?os 1960-1970, esta zona atrajo a mucha gente que hu¨ªa de la sociedad de consumo.
En Francia, existen siete vacunas para 10 enfermedades, que son obligatorias para los ni?os nacidos a partir del 1 de enero de 2018. Los certificados de vacunaci¨®n, registrados en la tarjeta sanitaria que cada ni?o recibe a su nacimiento, deben presentarse cuando los padres matriculan a sus hijos en la guarder¨ªa o la escuela primaria. Si los ni?os no est¨¢n vacunados, pueden inscribirse, pero las vacunas deben regularizarse en un plazo de tres meses.
Esta normativa despert¨® a los movimientos antivacuna y provoc¨® una nueva movilizaci¨®n a trav¨¦s de las redes sociales a principios de 2018. Para contrarrestarla, el Ministerio de Sanidad lanz¨® su propia campa?a en la que recuerda que las vacunas son seguras y contribuyen a la protecci¨®n de las personas que no pueden vacunarse (menores de tres meses, ni?os enfermos, etc.) y a bloquear las epidemias, que pueden ser muy mort¨ªferas.
Para evitar vacunar a sus hijos, algunos padres retrasan las visitas m¨¦dicas u olvidan deliberadamente la tarjeta sanitaria para?postergar vacunarlos hasta que tengan dos a?os. Otros encuentran a m¨¦dicos complacientes que aceptan firmar un certificado de contraindicaci¨®n, que deber¨ªa limitarse a casos muy espec¨ªficos, como alergias graves o enfermedades autoinmunes. Tambi¨¦n hay quienes optan por la educaci¨®n a domicilio para evitar la vacunaci¨®n de los ni?os.
B¨¦lgica
En B¨¦lgica, hace diez a?os que est¨¢ activo?el movimiento?Iniciativa Ciudadana, creado durante la pandemia de gripe A/H1N1. Se?mantiene gracias a las donaciones de sus partidarios y cuenta con 3.600 seguidores en Facebook?y 377 en Twitter.?Iniciativa Ciudadana?se jacta de haber dado a conocer un contrato entre el Gobierno belga y la compa?¨ªa farmac¨¦utica GSK que garantizaba la compra de 12 millones de dosis de la vacuna contra el virus A/H1N1 por un valor de 110 millones de euros y sin licitaci¨®n p¨²blica.
En B¨¦lgica, solo es obligatoria la vacuna contra la polio. Los recientes debates sobre la vacunaci¨®n se centraron en el sarampi¨®n y su eliminaci¨®n completa en el pa¨ªs como m¨¢ximo este a?o. En 2019 se registraron 257 casos de sarampi¨®n en B¨¦lgica, es decir, tres veces m¨¢s que en un a?o antes.
La doctora Carole Schirvel, coordinadora de la c¨¦lula de vigilancia de enfermedades infecciosas de la Aviq (Agencia valona para una vida de calidad) considera que los movimientos antivacuna son "marginales" en B¨¦lgica: "Nuestros programas de vacunaci¨®n funcionan bien, y las tasas de inmunidad m¨¢s d¨¦biles se observan en los j¨®venes de 30 a 40 a?os; son las personas que no tuvieron acceso a los programas de vacunaci¨®n establecidos en 1985. La cobertura de la vacuna contra el sarampi¨®n es del 96%".?
Polonia
En Polonia la principal organizaci¨®n que lucha por la libre elecci¨®n de la vacunaci¨®n es STOP NOP. No se dejan llamar "antivacunas". Su nombre oficial es Asociaci¨®n nacional por el conocimiento de la vacunaci¨®n.
STOP NOP se manifest¨® el pasado octubre con un llamamiento en el que daba a entender que, en las unidades de cuidados intensivos, los m¨¦dicos mataban a los pacientes al administrarles morfina. El Ministerio de Sanidad solicit¨® a la fiscal¨ªa que abriera una investigaci¨®n. Justyna Socha, la responsable de la asociaci¨®n, ya ha perdido dos juicios por denuncias de m¨¦dicos.
Paralelamente, en su p¨¢gina web, STOP NOP ha reactivado la recogida de firmas para el proyecto de ley Vacunaci¨®n segura. El que present¨® en la legislatura anterior fue rechazado. Aunque contaban con un equipo parlamentario que representaba sus intereses, ninguno de los militantes antivacuna que iba en las listas del partido nacionalista Confederaci¨®n sali¨® elegido en las ¨²ltimas elecciones. Para que el proyecto se debata en la Dieta polaca, se deben reunir 100.000 firmas. Las autoridades de Varsovia han decidido recientemente que ¨²nicamente los ni?os vacunados pod¨ªan inscribirse en las guarder¨ªas p¨²blicas. Un proyecto an¨¢logo est¨¢ en estudio en Wroc?aw y en Pozna¨½.
El an¨¢lisis que muestra que cambiar¨¢n las tornas
Robert T. Chen y Beth Hibbs, de los Centers for Diseases Control and Prevention (Centros para el control y la prevenci¨®n de las enfermedades, agencia del Departamento federal de Sanidad de Estados Unidos) de Atlanta han descrito el flujo de informaci¨®n y su correlaci¨®n con las actitudes frente a la vacunaci¨®n. Al principio, la gente est¨¢ contenta con vacunarse porque a¨²n recuerda la amenaza, tiene contacto con personas enfermas y se teme una epidemia. Cuando la enfermedad se reduce a consecuencia de la vacunaci¨®n, parad¨®jicamente tambi¨¦n desciende la confianza en las vacunas. Se olvida la enfermedad, el sufrimiento, las complicaciones y los costes. No hay amenaza inmediata y la vacunaci¨®n ya no parece necesaria. La tasa de vacunaci¨®n en la sociedad disminuye. Las enfermedades vuelven, las estad¨ªsticas disparan las alarmas, la ansiedad aumenta y despu¨¦s de cierto tiempo se restaura la confianza en las vacunaciones y con ello la convicci¨®n de que son eficaces.
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