¡°No creo que la matanza fuera por equivocaci¨®n, no nos lo creemos¡±
Juli¨¢n LeBar¨®n hace balance de los dos meses que han pasado desde el asesinato de seis ni?os y tres mujeres de su familia en Sonora
Desde hace algo m¨¢s de dos meses, Juli¨¢n LeBar¨®n (Chihuahua, 1978) reparte sus d¨ªas entre Sonora, Chihuahua y Ciudad de M¨¦xico, tirando del hilo de la ¨²ltima tragedia familiar. Se ha erigido en portavoz de los suyos desde el ataque de noviembre, cuando un grupo de pistoleros asesin¨® a nueve integrantes de su familia, tres mujeres y seis ni?os, en un camino de tierra cerca de la comunidad donde viv¨ªan. LeBar¨®n trata de presionar para que se haga justicia y, en ¨²ltima instancia, para que las cosas cambien, para que la violencia y la corrupci¨®n dejen de ser la sangre y las venas del cuerpo maltrecho que es M¨¦xico. Hoy, dice, ya saben muchas cosas sobre el ataque, pero a¨²n no entienden por qu¨¦ lo hicieron. Una cosa tiene clara, y es que el actual Gobierno de M¨¦xico no es el culpable. Al menos no el ¨²nico. "Responsabilizar a L¨®pez Obrador y al fiscal de la violencia en M¨¦xico es como buscar un chivo expiatorio".
La matanza atrajo una enorme atenci¨®n de los medios a ambos lados de la frontera. Tambi¨¦n de los Gobiernos. Los LeBar¨®n y otras familias mormonas, como los Langford, cuentan con doble nacionalidad. Viven en peque?as comunidades entre M¨¦xico y Estados Unidos. El ataque de noviembre se produjo contra vecinos del Rancho La Mora, en Sonora, en la que vive buena parte de la familia Langford. Aunque los LeBar¨®n, que viven sobre todo en Chihuahua, van y vienen constantemente.
Este domingo, las familias Langford y LeBar¨®n recibir¨¢n la visita en Sonora del presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Esta semana se han reunido en la capital con el fiscal y han presentado junto al activista y poeta Javier Sicilia una nueva movilizaci¨®n, una marcha a pie de Cuernavaca a Ciudad de M¨¦xico que empezar¨¢ el 23 de enero. El objetivo, el mismo que hace diez a?os: intentar que las cosas cambien. "La sociedad civil no hemos asumido la responsabilidad de llamar a cuentas a los gobernantes", defiende LeBar¨®n. "Hemos aceptado que el voto le da poder a un pol¨ªtico, pero ese voto no sirve para quitar el poder. No hay herramientas para hacer que los servidores p¨²blicos rindan cuentas".
Durante una entrevista con este diario, Juli¨¢n LeBar¨®n da algunos detalles de su reuni¨®n con el fiscal. Y los principales tienen que ver con las detenciones realizadas hasta ahora. En la reuni¨®n, el fiscal les dijo que tienen una lista de 40 sospechosos, de los que ya han detenido a siete. Una de las cosas en las que m¨¢s insiste LeBar¨®n es en que los investigadores apunten a las corporaciones policiales de Chihuahua. De los siete detenidos por el ataque, muchos son de Janos, un municipio chihuahuense, puerta de entrada y salida entre M¨¦xico y Estados Unidos. Uno de los detenidos de hecho era el jefe de polic¨ªa de la localidad.
Por lo que escuch¨® en la reuni¨®n, LeBar¨®n dice que el exjefe de polic¨ªa tuvo una participaci¨®n directa en el ataque, lo que a su juicio se?ala directamente a las autoridades estatales, al menos por omisi¨®n. "Cuando el jefe de polic¨ªa de Janos est¨¢ acusado de participar, una persona que llevaba 14 a?os en el puesto, me resulta imposible creer que la Fiscal¨ªa de Chihuahua no tenga conocimiento de estos asesinos", critica. "Este es un problema tan grande y complejo que necesitas a millones de personas para darle la vuelta. Las instituciones est¨¢n llenas de personas, de servidores que no producen resultados ni rinden cuentas. Eso tiene que cambiar".
De la reuni¨®n con el fiscal, LeBar¨®n menciona adem¨¢s el testimonio de otro detenido que, seg¨²n ¨¦l, habr¨ªa declarado a la Fiscal¨ªa que el ataque se produjo porque pensaban que las camionetas de las mujeres, que iban de Rancho La Mora a Chihuahua, eran en realidad de sicarios del grupo contrario. Pero ¨¦l no compra esa historia. "Ellos vieron perfectamente que eran mujeres, no creo que haya sido una equivocaci¨®n, que no me vengan con esas pendejadas", dice.
Impunidad
Para Juli¨¢n LeBar¨®n, el problema es que durante tanto tiempo, las autoridades hayan dejado hacer a los grupos criminales o, directamente, se hayan emparentado con ellos a un nivel irreparable. "El esc¨¢ndalo real es que se puedan pasear peque?os ej¨¦rcitos [de criminales] por Sonora y Chihuahua con armas de guerra, con capacidad para masacrar familias. Y que nos quieren vender eso como una confusi¨®n, como algo que la sociedad debe aceptar y perdonar", dice. "La omisi¨®n y la complicidad de todas las instituciones, eso es lo que estamos viendo".
La violencia no es nada nuevo para las familias LeBar¨®n y Langford. Durante el Gobierno de Felipe Calder¨®n (2006-2012), el hogar de Juli¨¢n LeBar¨®n, colonia LeBar¨®n, que est¨¢ en Chihuahua, sufri¨® varios ataques, entre ellos el asesinato de un hermano y un cu?ado de Juli¨¢n. Con el tiempo, ¨¦l se uni¨® al Movimiento por la Paz del poeta Sicilia, que recorri¨® M¨¦xico entero, exigiendo justicia, arrojando luz sobre las consecuencias de la violencia que el pa¨ªs empezaba a sufrir.
A diez a?os de aquello, Juli¨¢n LeBar¨®n dice que la situaci¨®n no ha mejorado en nada. "La impunidad es total, he recorrido el pa¨ªs por diez a?os y he conocido a miles de v¨ªctimas de la violencia. Y no hay ni una que me haya dicho: 'Oye, a m¨ª me atraparon al delincuente y me hicieron justicia'. Ninguno".
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