Los LeBar¨®n emprenden la vuelta a Chihuahua con sus muertos
El cortejo f¨²nebre regresa a la comunidad mormona para enterrar a Rhonita Miller y sus cuatro hijos. Mientras tanto, la familia carga contra las autoridades mexicanas
Decenas de camionetas han salido esta ma?ana del rancho La Mora, en Sonora, a la Colonia LeBar¨®n, en Galeana, Chihuahua. Cinco o seis horas de viaje por una pista de tierra. Dentro iban amigos y familiares de las mujeres y los ni?os asesinados all¨ª el lunes. Pasadas las 8.00, los veh¨ªculos coronaban uno de los primeros cerros del camino. El viento era helado. En las bateas de algunas camionetas luc¨ªan todav¨ªa los ramos de flores de los funerales del jueves. En otras ven¨ªan los cuerpos de Rhonita y sus hijos, que ser¨¢n enterrados entre este viernes y el s¨¢bado en Chihuahua.
Con la voz ronca, Adri¨¢n LeBar¨®n ha gritado un adi¨®s r¨¢pido por la ventanilla y ha continuado la marcha por la loma del cerro. A su lado iba sentada una de sus esposas, Shalom Tucker. Adri¨¢n y Kenneth Miller, consuegros, acordaron que el funeral de Rhonita y sus nietos se celebrar¨ªa en La Mora, pero que luego sus cuerpos volver¨ªan a LeBar¨®n, donde ella naci¨®, para ser enterrados. Les pareci¨® un trato justo y no demasiado importante despu¨¦s de todo lo que hab¨ªa pasado. Se pusieron de acuerdo enseguida el mismo lunes, porque sab¨ªan que despu¨¦s tendr¨ªan un buen n¨²mero de asuntos que atender. El m¨¢s importante, quiz¨¢, buscar una explicaci¨®n por boca de la autoridad. Entender por qu¨¦ no actuaron antes. Que les dieran motivos. Algo. Este jueves por fin tuvieron su oportunidad, cuando la gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich, lleg¨® a La Mora para reunirse con ellos.
Se juntaron por la ma?ana, en casa de Matthew Miller, cu?ado de Juli¨¢n LeBar¨®n. Estaban la gobernadora y algunos funcionarios. Del otro lado acudieron Juli¨¢n y Adri¨¢n LeBar¨®n, adem¨¢s del exalcalde del cercano pueblo de Bavispe, Steven Langford, integrante de la comunidad. La casa es una de las m¨¢s altas del lugar, discreta, alejada del resto.
¡°Yo quiero que me expliquen por qu¨¦ nosotros fuimos los primeros que llegamos¡±, lanz¨® antes que nadie Adri¨¢n LeBar¨®n. ¡°Tengo que hacer la pregunta. Ustedes han llegado [hoy] en este helic¨®ptero, pero esos ni?os estuvieron en agon¨ªa durante horas. ?Por qu¨¦ tuvimos que llegar nosotros a la escena del crimen antes que nadie?¡±.
El reclamo de Adri¨¢n lo han repetido otros estos d¨ªas. El lunes, un grupo criminal asesin¨® a tres mujeres y seis ni?os en un camino de tierra cerca del rancho. A Rhonita Miller y sus cuatro hijos los quemaron. A Christina Langford y Dawna Ray las tirotearon kil¨®metros adelante, igual que a dos hijos de la segunda. Los primeros que llegaron a la escena del crimen de Rhonita fueron familiares desde La Mora. En el caso de Dawna, Christina y los ni?os, los primeros en llegar fueron Adri¨¢n, Juli¨¢n y los dem¨¢s. Juli¨¢n LeBar¨®n protestaba estos d¨ªas de la tardanza. ¡°Yo estaba en la ciudad de Chihuahua y llegu¨¦ antes donde estaba Christina que las autoridades¡±, ha dicho desde el lunes a cualquier que le preguntara.
?Por qu¨¦?, preguntaron en la reuni¨®n. Los funcionarios del Gobierno estatal esgrimieron algunas razones. Dijeron que hab¨ªan estado muy ocupados las horas previas en Agua Prieta, en la frontera, donde al parecer hubo enfrentamientos entre grupos delictivos. Por ¨²ltimo, uno de los funcionarios dijo que carec¨ªan de gasolina para el helic¨®ptero en el momento en que los LeBar¨®n les alertaron de lo que ocurr¨ªa. Justo entonces, Juli¨¢n LeBar¨®n se levant¨® y se fue de la reuni¨®n.
M¨¢s tarde, en una entrevista en la misma casa, Juli¨¢n cargaba contra el Gobierno estatal. ¡°Eso te habla de una complicidad criminal por parte de las autoridades, por acci¨®n u omisi¨®n. Ese es el problema central. Ellos no vinieron a rescatar¡±.
Tras la confusi¨®n de los primeros momentos, vecinos de la Colonia LeBar¨®n y el rancho La Mora informaron a las autoridades de que hab¨ªa un grupo de ni?os perdidos o secuestrados. No lo sab¨ªan. ¡°Ellos ten¨ªan esa informaci¨®n y no llegaron. El Estado tiene un monopolio de seguridad y justicia y vivimos con casi el 100% de impunidad. La violencia es rampante¡±.
Se hicieron promesas de justicia en la reuni¨®n. Del lado contrario, nadie les crey¨® demasiado. El rancho La Mora empez¨® a quedarse vac¨ªo el jueves por la tarde, despu¨¦s del ¨²ltimo sepelio. Como han hecho durante d¨¦cadas, los Langford y los LeBar¨®n tomaron el camino de la sierra.
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