La violencia entre hind¨²es y musulmanes causa al menos 27 muertos en Delhi

El caos se ha apoderado de Nueva Delhi, capital de la India, donde desde el domingo los enfrentamientos entre radicales hind¨²es y manifestantes musulmanes han ocasionado 27 muertos y m¨¢s de 200 heridos. Las autoridades han desplegado este mi¨¦rcoles miles de agentes de la polic¨ªa militarizada en la ciudad, de cerca de 18 millones de habitantes, que hoy viv¨ªa una inquietante calma tras varias jornadas de violencia sectaria. Tres d¨ªas despu¨¦s de que empezasen los choques entre las dos principales comunidades religiosas del pa¨ªs, el primer ministro, Narendra Modi, ha llamado a la paz mientras que los tribunales se?alan a las autoridades por no haber actuado antes.

¡°La paz y la harmon¨ªa son valores centrales de nuestra filosof¨ªa. Llamo a mis hermanos y hermanas de Delhi a que mantengan la paz y la fraternidad en todo momento¡±, ha escrito hoy en un tweet Modi, rompiendo el silencio mantenido durante los tres d¨ªas de enfrentamientos en Nueva Delhi, que coincidieron con el viaje oficial de Donald Trump. El presidente estadounidense abandon¨® el pa¨ªs asi¨¢tico este martes sin hacer menci¨®n a la violencia en las calles. Por su parte, la Comisi¨®n Internacional de Libertades Religiosas de Estados Unidos (USCIRF, por sus siglas en ingl¨¦s) inst¨® al Gobierno indio a ¡°frenar a las turbas y proteger a las minor¨ªas religiosas¡±.

Desde el lunes, tres barrios predominantemente musulmanes del noreste de Nueva Delhi han sido el campo de batalla de los enfrentamientos entre sus residentes y grupos de hind¨²es radicales, que han atacado dos mezquitas e incendiado casas y negocios al grito de ¡°India para los hind¨²es¡±. ¡°Algunos de los admitidos aqu¨ª ten¨ªan heridas de bala¡±, explicaba este lunes Rajesh Kalra, m¨¦dico del Hospital Guru Teg Bahadur.

Los vecinos acusan al partido de Modi, el nacionalista hind¨² Bharatiya Janata Party (BJP, en el poder) y al grupo extremista Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS) de organizar un verdadero pogromo contra los musulmanes. "La gente estaba cantando Jai Shri Ram ("gloria al dios Ram"), no sabemos de d¨®nde vinieron", explic¨® Rahu, un vecino, en referencia a un un eslogan que se ha convertido en el grito de guerra del nacionalismo hind¨².

Ante la incapacidad de contener los enfrentamientos, agentes de la polic¨ªa de Nueva Delhi, entre cuyas filas se ha registrado uno de los 20 muertos, tuvieron que usar perdigones, gas lacrim¨®geno y granadas de humo para dispersar a la muchedumbre. Ayer, el Ministro de Interior, Amit Shah, responsable de las fuerzas del orden, aument¨® el n¨²mero de efectivos. Mientras, el jefe del Ejecutivo regional de Delhi, Arvind Kejriwal, ped¨ªa en un tweet que el Gobierno central impusiese el estado de sitio y desplegase al Ej¨¦rcito.

Las jornadas de violencia sectaria m¨¢s sangrientas vividas en la capital india en d¨¦cadas se desataron solo un d¨ªa despu¨¦s de que Kapil Mishra, pol¨ªtico electo por el BJP, amenazase a los participantes en concentraciones anti-gubernamentales a trav¨¦s de Twitter, que retir¨® la publicaci¨®n. Antes, durante la campa?a electoral para la asamblea del Estado de Delhi, a principios de mes, miembros del partido de Modi llamaron p¨²blicamente a usar la violencia contra una de las sentadas pac¨ªficas m¨¢s largas de la historia de la democracia de India. Desde finales de 2019, centenares de residentes de una zona del noreste de la ciudad, en su mayor¨ªa musulmanes, lideran las manifestaciones contra la enmienda a ley de ciudadan¨ªa, que concede la posibilidad de solicitar asilo en India a refugiados siempre que no sean seguidores del islam.

La nueva ley de ciudadan¨ªa permite que inmigrantes irregulares de Afganist¨¢n, Pakist¨¢n y Banglad¨¦s pidan asilo en India, siempre que hubiesen entrado en el pa¨ªs antes de 2015 y no sean musulmanes. La norma no afecta a los indios musulmanes ¡ªson la mayor minor¨ªa religiosa del pa¨ªs, cerca del 14% de la poblaci¨®n¡ª, pero estos ven una amenaza en la combinaci¨®n de esa ley con el Registro Nacional de Ciudadan¨ªa (NRC), que obligar¨¢ a que cada ciudadano acredite su residencia en la India durante generaciones. El 90% de los indios musulmanes ¡ªunos 200 millones¡ª son pobres y el 74%, analfabetos, por lo que la residencia de millones de ciudadanos indios estar¨ªa en riesgo al no tener documentos ni poder pedir asilo. Al incrementarse las protestas, el Gobierno decidi¨® no ejecutar su anunciado registro de ciudadan¨ªa, al menos en 2020. Y a comienzos de a?o, tambi¨¦n se mostr¨® dispuesto a dialogar con los manifestantes.

El Ejecutivo de Modi niega discriminar a la minor¨ªa musulmana del pa¨ªs. Pero desde su arrasadora victoria en las generales de mayo del a?o pasado, ha centrado sus pol¨ªticas en culminar su programa pol¨ªtico-religioso. La criticada ley de ciudadan¨ªa estuvo precedida de la divisi¨®n de Cachemira ¡ª¨²nico Estado indio de mayor¨ªa musulmana, fronterizo con Pakist¨¢n¡ª tras eliminar su estatuto especial de autonom¨ªa. A esta controvertida decisi¨®n sigui¨® la tambi¨¦n aplaudida orden judicial de construir un templo hind¨² sobre los restos de una mezquita derribada por radicales hind¨²es en la ciudad de Ayodhya en 1992.

Las im¨¢genes de este martes en las que nacionalistas hind¨²es escalaron el minarete de una de las mezquitas atacadas en Nueva Delhi para desplegar su bandera azafr¨¢n, el color del hinduismo, tienen especial semejanza con las de hace casi 20 a?os, cuando la destrucci¨®n de la mezquita de Ayodhya caus¨® la muerte de 2.000 personas, en su mayor¨ªa musulmanes. Entonces, como ahora, los pol¨ªticos fueron criticados por apolog¨ªa de la violencia y las fuerzas de seguridad, por su falta de eficacia para contener a la muchedumbre. Este mi¨¦rcoles, el Alto Tribunal de Delhi se ha referido a los comentarios inflamatorios de los pol¨ªticos, mientras que el Supremo indio cuestionaba la falta de profesionalidad de la polic¨ªa de la capital. Reporteros de medios locales incluso denunciaron haber sido v¨ªctimas de grupos de hind¨²es radicales, armados con palos y pistolas y amparados por las fuerzas de seguridad de Nueva Delhi.