El partido FARC debate abandonar la sigla que lo identific¨® en la guerra
La agrupaci¨®n pol¨ªtica surgida de los acuerdos de paz en Colombia celebra este fin de semana su segunda asamblea extraordinaria
La militancia de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Com¨²n, el partido surgido del acuerdo de paz en Colombia, debate a lo largo de este fin de semana dejar atr¨¢s las siglas que identificaron a la extinta guerrilla de las FARC durante m¨¢s de medio siglo de conflicto armado en su segunda asamblea, de car¨¢cter extraordinario debido a que el encuentro se ha visto postergado durante cerca de diez meses por la pandemia del coronavirus. ¡°La realidad demostr¨® que escoger este nombre no fue lo m¨¢s acertado¡±, ha se?alado Rodrigo Londo?o, Timochenko, el m¨¢ximo l¨ªder que sell¨® a finales de 2016 el hist¨®rico pacto con el Gobierno de Juan Manuel Santos, y que suele optar desde hace alg¨²n tiempo por usar ¡°el partido de la rosa¡±.
Fiel a su ideario, la FARC irrumpi¨® en el tablero pol¨ªtico a principios de septiembre de 2017 sin renunciar a sus siglas, en un gui?o a sus bases, y se present¨® ante la sociedad con un s¨ªmbolo tradicionalmente socialdem¨®crata como la rosa roja. Londo?o ha recordado que en ese congreso constitutivo ya hab¨ªa planteado la inconveniencia de mantener esa sigla, pero fue derrotado en las votaciones finales ¨Cpor 628 delegados frente a 264¨C. ¡°Es bien complejo mantener el nombre de FARC, no porque estemos arrepentidos de ¨¦l, no porque nos d¨¦ verg¨¹enza, sino porque fue el nombre con el que participamos en el conflicto¡±, y est¨¢ muy asociado a ¡°ese dolor que dej¨® la guerra¡±, ha admitido el ahora presidente del partido.
Haber conservado esa asociaci¨®n con las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ha sido un lastre electoral. El acuerdo de paz garantiza al partido una bancada de diez esca?os por dos periodos legislativos, cinco en la C¨¢mara de Representantes y cinco en el Senado. De all¨ª que la antigua guerrilla se haya estrenado en el Congreso a pesar de que las urnas no le han perdonado medio siglo de guerra, pues en los comicios de marzo de 2018 logr¨® apenas 85.000 votos ¨Cy renunci¨® a la candidatura presidencial de Londo?o¨C.
Desde que ocurri¨® aquel c¨®nclave que fij¨® los estatutos del partido, han estallado m¨²ltiples crisis. Probablemente la m¨¢s seria ha sido la huida de Iv¨¢n M¨¢rquez, el jefe negociador de la insurgencia en los di¨¢logos La Habana, quien se rearm¨® en agosto de 2019 y ha presentado a su disidencia como las nuevas FARC. Con el sistema de justicia transicional en marcha, Colombia tambi¨¦n se ha asomado a la dolorosa verdad de la guerra. Los exguerrilleros han reconocido, entre muchos otros cr¨ªmenes, el magnicidio del l¨ªder conservador ?lvaro G¨®mez Hurtado y dos atentados a los que sobrevivi¨® Germ¨¢n Vargas Lleras, el vicepresidente de Santos, al que pidieron perd¨®n.
A cuatro a?os de firmado, el acuerdo atraviesa un momento tormentoso. El incesante asesinato de l¨ªderes sociales y firmantes de la paz, as¨ª como el resurgir de la violencia en distintos territorios, amenazan la implementaci¨®n. ¡°Estamos muy preocupados por la dif¨ªcil situaci¨®n de seguridad de excombatientes, l¨ªderes sociales y afrocolombianos, y condenamos en¨¦rgicamente el asesinato de 25 excombatientes que fueron asesinados mientras esperaban respuesta a su solicitud de medidas de protecci¨®n¡±, se?al¨® esta semana la Misi¨®n de Verificaci¨®n de la ONU en Colombia al presentar su informe ante el Consejo de Seguridad.
Ya son m¨¢s de 250 los excombatientes asesinados en el marco del proceso de paz y m¨¢s de 500 los l¨ªderes sociales ca¨ªdos desde que Iv¨¢n Duque lleg¨® al poder hace dos a?os y medio, se?al¨® Londo?o este viernes durante la instalaci¨®n de la asamblea, que concluye el pr¨®ximo domingo y tambi¨¦n debate tanto el programa del partido como sus orientaciones electorales. En su discurso, advirti¨® que el Estado colombiano ¡°por un lado no ha brindado la protecci¨®n acordada a los firmantes, y peor a¨²n, por el otro, no se ha comprometido a fondo en la implementaci¨®n de los acuerdos¡±, lo que considera la primera condici¨®n para detener el goteo de asesinatos.
¡°Claro que s¨ª, nos est¨¢n matando, nos est¨¢n incumpliendo, y en este Gobierno no hay posibilidades reales de cambiar esa tendencia. Es m¨¢s, en este 2021 de seguro van a acudir a todas las artima?as posibles, para buscar asfixiar el proceso¡±, abund¨® Timochenko en su diagn¨®stico. ¡°La forma de revertir esta tendencia es primero que todo organizando la defensa de lo acordado a trav¨¦s de acciones de masas, como lo fue la peregrinaci¨®n, y trabaj¨¢ndole duro para que en el 2022 salga victorioso para la Presidencia un candidato que est¨¦ comprometido en la implementaci¨®n de los acuerdos de paz, as¨ª como un Congreso que mayoritariamente acompa?e al nuevo presidente en ese prop¨®sito¡±, concluy¨®.
El propio liderazgo de la FARC tambi¨¦n llega fragmentado al encuentro. Los congresistas Victoria Sandino e Israel Z¨²?iga ¨Cm¨¢s conocido como Benkos Bioh¨®, quien sustituy¨® a Iv¨¢n M¨¢rquez cuando renunci¨® a su esca?o, antes de rearmarse¨C, as¨ª como el excomandante Milton de Jes¨²s Toncel, m¨¢s conocido como Joaqu¨ªn G¨®mez, anunciaron en una carta p¨²blica que no asistir¨¢n, ya que ¡°es una Asamblea no solo de espaldas al pa¨ªs, sino divorciada de las problem¨¢ticas de la antigua guerrillerada¡±. Londo?o ha considerado esa posici¨®n ¡°desafortunada¡± en momentos en que necesitan unificarse por la paz y la reconciliaci¨®n, pero ¡°respetable¡± en el escenario de la pol¨ªtica legal. ¡°Finalmente, la mejor prueba de que somos un partido pol¨ªtico y no un ej¨¦rcito es que se pueda disentir de las orientaciones de la direcci¨®n¡±, le dijo a este peri¨®dico el tambi¨¦n senador Juli¨¢n Gallo, conocido como Carlos Antonio Lozada.
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