El juicio a Sarkozy por la financiaci¨®n ilegal de la campa?a de 2012 se aplaza hasta mayo
La baja por covid-19 de un abogado motiva el retraso del nuevo proceso al expresidente franc¨¦s, condenado a principios de marzo en otro caso por corrupci¨®n
El expresidente de Francia Nicolas Sarkozy volver¨¢ a rendir cuentas ante la justicia de su pa¨ªs. Ahora afronta un nuevo juicio al estar acusado, junto a otras 13 personas, por la supuesta financiaci¨®n ilegal de la campa?a presidencial de 2012, que acab¨® con su derrota ante el socialista Fran?ois Hollande. El conservador Sarkozy se expone a una pena de un a?o de prisi¨®n y 3.750 euros de multa. El que fuera presidente de la Rep¨²blica entre 2007 y 2012 hace frente a este caso despu¨¦s de ser condenado a principios de marzo a tres a?os de c¨¢rcel por corrupci¨®n, una sentencia que ha recurrido, lo que la deja en suspenso.
Tras la apertura este mi¨¦rcoles del juicio por el llamado caso Bygmalion, el tribunal decidi¨® aplazarlo hasta el 20 de mayo. El motivo es que el abogado del acusado J¨¦r?me Lavrilleux, director adjunto de la campa?a de 2012, est¨¢ enfermo por covid-19. El caso Bygmalion toma su nombre de la empresa de comunicaci¨®n y eventos que organiz¨® los m¨ªtines en la campa?a para la reelecci¨®n. Entre los acusados, se encuentran responsables de la empresa, del equipo de campa?a del entonces presidente y de la Uni¨®n para un movimiento popular (UMP), el nombre del partido de Sarkozy, refundado en 2015 como Los Republicanos, el actual.
Seg¨²n han admitido algunos implicados, el partido y el equipo del candidato sobrepasaron con creces el techo de gasto autorizado por ley de 22,5 millones de euros. Sarkozy gast¨® 42,8, casi el doble. Para ocultarlo, gran parte del gasto lo asumi¨® la UMP en vez de la campa?a. La operaci¨®n se disimul¨® con facturas falsas emitidas por Bygmalion, en las que constaban prestaciones inexistentes como conferencias o eventos que nunca tuvieron lugar.
Sarkozy, que no ha asistido a la primera sesi¨®n del juicio de este mi¨¦rcoles, alega que ¨¦l no estaba al corriente de la contabilidad de la campa?a. Y, en efecto, los investigadores no han logrado demostrar que el expresidente organizase o conociese la trama. Pero el auto del juez instructor sostiene que, por su experiencia electoral, el expresidente, ¡°m¨¢s que nadie, deb¨ªa de conocer, respetar y hacer aplicar por parte de su equipo las disposiciones legales¡± respecto a la financiaci¨®n de la campa?a. Y se benefici¨® del fraude supuesto al disponer de m¨¢s dinero del que permit¨ªa la ley.
La de 2012 fue una campa?a an¨®mala. Sarkozy se ve¨ªa por detr¨¢s en los sondeos ante Hollande, pero lo suficientemente cerca para remontar. Por eso decidi¨® pisar el acelerador. En vez de la quincena de m¨ªtines previstos, celebr¨® 44. Eran m¨ªtines colosales, con escenarios y pantallas gigantes, miles de seguidores trasladados en tren de alta velocidad desde todo el pa¨ªs a cuenta de la campa?a, y una infraestructura digna de una gira de los Rolling Stones. En las bambalinas y los camerinos hab¨ªa buf¨¦s de lujo, ducha, y hasta mayordomo, seg¨²n contaron los periodistas G¨¦rard Davet y Fabrice Lhomme en el libro La haine (El odio), una cr¨®nica de las guerras civiles en la derecha francesa durante los a?os de Sarkozy.
M¨¢s m¨ªtines, m¨¢s viajes, m¨¢s p¨²blico: las cajas de la campa?a no daban de s¨ª, los gastos se descontrolaron. Los asesores de campa?a idearon el sistema que puede condenarles: cargar parte de los gastos a la UMP, entonces dirigida por Jean-Fran?ois Cop¨¦, un pol¨ªtico que ambicionaba a sustituir a Sarkozy como l¨ªder de la derecha en caso de derrota.
Cop¨¦, ya exonerado en este caso, era amigo de los jefes de Bygmalion. Esta circunstancia, al desvelarse el caso en 2014, carg¨® sobre ¨¦l las sospechas, alimentadas por sus rivales dentro de la UMP. En la pelea participaba otro aspirante a suceder a Sarkozy, su primer ministro Fran?ois Fillon, quien, tras su frustrada candidatura a la presidencia en 2017, ser¨ªa condenado en 2020 a cinco a?os de prisi¨®n por los empleos ficticios de su esposa. Fillon ha recurrido la condena. El caso Bygmalion es la historia de la lucha fratricida en la UMP primero y, despu¨¦s, en Los Republicanos. Una pelea a varias bandas que enfrentaba a Sarkozy, Cop¨¦ y Fillon, un todos contra todos que contribuy¨® a la traves¨ªa del desierto de la que la derecha no se ha recuperado.
Sarkozy, por su lado, tiene m¨¢s cuentas pendientes con la justicia. Tras el recurso a la condena el 1 de marzo por corrupci¨®n al intentar sonsacar informaci¨®n a un fiscal a cambio de favores, deber¨¢ celebrarse otro juicio en el que buscar¨¢ la absoluci¨®n. Y, en un tercer asunto, est¨¢ imputado por la supuesta financiaci¨®n de la campa?a que le llev¨® al poder en 2007 con dinero de la Libia del Muamar el Gadafi.
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