La difusi¨®n de unos v¨ªdeos de actos sexuales en el Parlamento desata una tormenta pol¨ªtica en Australia

La divulgaci¨®n de v¨ªdeos de empleados del Gobierno conservador de Australia realizando actos sexuales en el Parlamento, incluido uno de un asesor de alto nivel ¡ªdespedido este martes¡ª que se masturbaba en la oficina de una diputada, ha situado a la Administraci¨®n del primer ministro, Scott Morrison, ante un nuevo esc¨¢ndalo.

En las ¨²ltimas semanas, el l¨ªder del Gobierno de coalici¨®n entre liberales y nacionalistas ya estaba bajo presi¨®n por su gesti¨®n de las denuncias de violaci¨®n de Brittany Higgins, una empleada del Partido Liberal. Higgins asegur¨® que fue violada por un colega en la oficina de la senadora y ministra de Defensa, Linda Reynolds, hace dos a?os.

Morrison ha calificado los recientes v¨ªdeos de ¡°escandalosos¡± y ¡°totalmente vergonzosos¡±. La ministra de la Mujer, Marise Payne, ha afirmado que las revelaciones van ¡°m¨¢s all¨¢ de la decepci¨®n¡± y ha destacado la necesidad de llevar a cabo una investigaci¨®n gubernamental del ambiente laboral en el Parlamento.

Los v¨ªdeos y fotos se divulgaron por primera vez en el peri¨®dico The Australian y en el canal de televisi¨®n Channel 10 el lunes por la noche. Seg¨²n la persona que los filtr¨®, un exempleado del Parlamento identificado solo como Tom, las im¨¢genes hab¨ªan sido previamente compartidas en un grupo de mensajer¨ªa instant¨¢nea de empleados del Gobierno de coalici¨®n. Tom tambi¨¦n ha afirmado a los medios de comunicaci¨®n que empleados y diputados sol¨ªan utilizar la capilla del Parlamento para mantener relaciones sexuales y llevar prostitutas para el ¡°placer de los diputados de la coalici¨®n¡±. En este sentido, ha descrito ¡°una cultura de hombres que piensan que pueden hacer todo lo que quieran¡± y ha tildado a algunos de sus colegas de ¡°moralmente en quiebra¡±.

El Gobierno, tras anunciar el cese del asesor involucrado, ha prometido tomar m¨¢s medidas. Morrison ha intentado defender sus pol¨ªticas para promover la igualdad de g¨¦nero, pero ha admitido la gran insatisfacci¨®n con su Gobierno. ¡°Reconozco que muchos australianos, principalmente mujeres, creen que no los he escuchado y eso me angustia mucho. Tenemos que hacer mejor las cosas¡±, ha dicho el primer ministro a periodistas en Canberra, la capital del pa¨ªs. Sin embargo, hizo pocas propuestas concretas y garantiz¨® que los cambios se anunciar¨¢n en las pr¨®ximas semanas.

Las denuncias de violaci¨®n de Higgins desataron diversas manifestaciones por el pa¨ªs. Decenas de miles de mujeres se unieron a las protestas para clamar contra la violencia sexual y la desigualdad de g¨¦nero, pidiendo un cambio estructural en la pol¨ªtica y la sociedad australiana en general.

Morrison ha recibido cr¨ªticas por su gesti¨®n de la crisis y por declinar reunirse con los manifestantes la semana pasada. Posteriormente, invit¨® a los l¨ªderes de las manifestaciones a un encuentro con ¨¦l en el Parlamento, pero rechazaron la oferta justificando que no se reunir¨ªan con ¨¦l ¡°a puerta cerrada¡±.