Rutte supera la moci¨®n de censura e intenta de nuevo formar Gobierno en los Pa¨ªses Bajos
El Parlamento reprueba al primer ministro en funciones por su manejo de la fase exploratoria para negociar una nueva coalici¨®n
El primer ministro holand¨¦s en funciones, Mark Rutte, super¨® durante la madrugada de este viernes una moci¨®n de censura en el Parlamento, tras haber sido acusado por la oposici¨®n de supuestamente mentir durante las negociaciones para formar una nueva coalici¨®n de Gobierno.
Hace dos semanas, Rutte, tras quedar primero en las elecciones, inici¨® la fase de exploraci¨®n de la nueva coalici¨®n gubernamental, que fue suspendida de manera temporal. Este tanteo entre partidos es una etapa en la que el primer ministro no debe inmiscuirse, pero Rutte se salt¨® el protocolo y dej¨® caer el nombre de un posible futuro ministro. Al trascender este dato, primero neg¨® la informaci¨®n, para luego admitir que no hab¨ªa dicho toda la verdad al respecto.
Aunque el liberal pidi¨® disculpas, su comportamiento le vali¨® dos mociones: una de censura y otra de reprobaci¨®n, con las que el Parlamento mostr¨® su repulsa por lo ocurrido. Rutte sobrevivi¨® por tres votos de margen a la primera, presentada por su principal oponente, el l¨ªder de ultraderecha, Geert Wilders, que lo considera incapaz de ejercer su labor de formar Gobierno. Perdi¨®, sin embargo, la segunda, cursada por los liberales de izquierda y los democratacristianos -sus aliados naturales- que desaprueban su forma de hacer pol¨ªtica. Pese a todo, Rutte sigue adelante y, como ganador de las elecciones del pasado marzo, deber¨¢ ahora encontrar una forma de recuperar la confianza del resto de partidos para liderar su cuarto mandato consecutivo desde 2010. No ser¨¢ f¨¢cil porque fue tildado de ¡°rey sol¡±, ¡°arrogante¡± y ¡°mentiroso¡± a lo largo de todo el debate, y en estos momentos solo conf¨ªa en ¨¦l su propio partido. El pacto se presenta m¨¢s complicado que nunca.
¡°Sigo adelante. Si hubiera perdido la moci¨®n de censura me habr¨ªa ido. Pero he escuchado el mensaje de la C¨¢mara y har¨¦ todo lo posible por recobrar su confianza. No estar¨ªa aqu¨ª si no creyera en lo que he dicho¡±, asegur¨® Rutte, que acab¨® a la carrera por los pasillos para no llegar tarde a su esca?o despu¨¦s de 15 horas de debate. Sigrid Kaag, la l¨ªder liberal de izquierda que impuls¨® la reprobaci¨®n, lo ve¨ªa de otro modo. ¡°Mi confianza en ¨¦l est¨¢ muy da?ada y es su culpa. Si yo estuviera en su lugar, me ir¨ªa¡±, declar¨®. Para ella, la reprobaci¨®n es una se?al pol¨ªtica de mayor calibre que la censura porque obliga a un cambio de estilo en el ejercicio de la pol¨ªtica. En cambio, Wopke Hoekstra, jefe de los democristianos, que apoy¨® tambi¨¦n la segunda moci¨®n, dijo que iba dirigida ¡°contra Rutte como l¨ªder de un partido y no como primer ministro en funciones¡±.
El tanteo entre los distintos partidos holandeses para averiguar qui¨¦n est¨¢ dispuesto a negociar con el liberal para formar un Ejecutivo tiene un protocolo claro: no se habla de candidatos hasta que las negociaciones llegan casi a su fin. Rutte hizo caso omiso y mencion¨® al democristiano Pieter Omtzigt como posible ministro. Omtzigt es el diputado que contribuy¨® con su tes¨®n a la dimisi¨®n del anterior Gabinete del propio Rutte -ocurrida en enero pasado- por culpa de un esc¨¢ndalo de subsidios familiares que afecto en su mayor¨ªa a padres de origen extranjero. Rutte neg¨® primero haberle nombrado, para admitir despu¨¦s que s¨ª lo hab¨ªa hecho, y en esa suerte de negaci¨®n de s¨ª mismo estuvo a punto de perder su cuarta legislatura en el poder.
En realidad, Rutte no fue el ¨²nico que ocult¨® informaci¨®n. Kasja Ollongren, liberal de izquierda, y Annemarie Jorritsma, liberal de derecha, aseguraron no recordar haber apuntado datos sobre Omtzigt durante sus encuentros con el primer ministro. Pero no era as¨ª. La transcripci¨®n de sus notas, pedida por el Congreso, revelaba que s¨ª lo hab¨ªan hecho y tuvieron que disculparse. Asombrada, la C¨¢mara pas¨® de la incomodidad al bochorno, y luego al enfado de ver a tres pol¨ªticos electos desmentirse a s¨ª mismos sin perder la compostura.
Rutte pidi¨® primero perd¨®n a todos repetidas veces. Subray¨® que no hab¨ªa mentido, sino que se hab¨ªa equivocado y lamentaba haber confundido a la C¨¢mara con sus vaivenes. M¨¢s tarde, se neg¨® a desvelar el nombre de la persona que el jueves por la ma?ana le advirti¨®, por tel¨¦fono, de que el nombre de Omtzigt aparec¨ªa en las notas tomadas por Ollongren. Los documentos se hicieron p¨²blicos horas despu¨¦s.
El pasado 25 de marzo, Ollongren dio positivo en una prueba de coronavirus y sali¨® a toda prisa del Congreso. Llevaba en la mano unas carpetas y papeles, y no repar¨® en que dejaba a la vista de las c¨¢maras parte de las controvertidas notas confidenciales. Tanto ella como su compa?era de exploraci¨®n dimitieron de sus cargos, pero ya era tarde. Sus sustitutos pueden tener las horas contadas porque no se descarta buscar a una figura independiente con suficiente prestigio y solvencia para dirigir esta fase de sondeo entre el resto de partidos para conformar una coalici¨®n de Gobierno que tenga a Rutte al frente.
El proceso de consultas para la formaci¨®n de un Ejecutivo es lento -puede llevar hasta meses de conversaciones- en los Pa¨ªses Bajos, y hasta 2012 en ¨¦l estaba involucrada la Corona. La entonces reina Beatriz eleg¨ªa a un mediador (informateur) que deb¨ªa presentar al final un informe de evaluaci¨®n sobre la posible coalici¨®n. Luego se nombraba a un formador (formateur), que deb¨ªa componer y liderar el Gabinete de coalici¨®n. Pero desde aquel a?o, la elecci¨®n de ambos puestos recae en el Parlamento.
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