Mark Rutte consigue la reelecci¨®n para un cuarto mandato en Pa¨ªses Bajos

El Partido Liberal por la Libertad y la Democracia (VVD, en sus siglas en holand¨¦s) ha vuelto a ganar las elecciones en Pa¨ªses Bajos: con el 88,5% de los votos escrutados, ha obtenido 35 esca?os en un Parlamento de 150. Es el partido liberal de derechas de Mark Rutte, actual primer ministro en funciones, el que repetir¨¢ en el cargo por cuarta vez consecutiva desde 2010, y va camino de convertirse en el mandato m¨¢s largo de la historia del pa¨ªs. La principal sorpresa la ha aportado el ascenso de los liberales de izquierda (D66) que con 24 esca?os han quedado en segunda posici¨®n. Su cabeza de lista, la diplom¨¢tica Sigrid Kaag, ha irrumpido con fuerza en la escena pol¨ªtica nacional y ha arrebatado el segundo puesto a la ultraderecha de Geert Wilders (PVV), que ha logrado 17 diputados. Kaag se ha atrevido incluso a subirse a una mesa frente a las c¨¢maras para celebrar un resultado que su equipo calific¨® como una ¡°plata con un brillo de oro¡±.

Con m¨¢s de 13 millones de ciudadanos con derecho a voto y un 81% de participaci¨®n, los democristianos (CDA) quedan en cuarto lugar con 15 diputados. La gran damnificada es la izquierda: la socialdemocracia (PvdA), con nueve esca?os, los ecologistas de GroenLinks (GL), con siete, y los socialistas radicales (SP), con otros nueve, apenas superan juntos en un puesto a D66. El otro partido de extrema derecha, Foro para la Democracia (FVD), liderado por Thierry Baudet, rival de Wilders a pesar de compartir el mismo espacio ideol¨®gico, ha pasado de dos a ocho diputados. Es un triunfo personal despu¨¦s de que el a?o pasado se destapara el antisemitismo y homofobia de las juventudes del partido, y el propio Baudet fuera vapuleado por haber escrito tuits de tinte parecido. A pesar de su ascenso, no compareci¨® ante los medios durante la noche para festejarlo. Se estrenan en la vida parlamentaria varios grupos peque?os. Entre ellos, Volt, el partido paneuropeo, con tres diputados, y JA21, que se escindi¨® del grupo de Baudet, con cuatro esca?os.

Rutte tiene prisa por formar una coalici¨®n y ha dicho ya que est¨¢ ¡°muy interesado¡± en hablar con Sigrid Kaag y los democristianos. Entre los tres suman 74 asientos, cuando la mayor¨ªa parlamentaria est¨¢ fijada en 76. Como tampoco ser¨ªan mayoritarios en el Senado, har¨ªa falta al menos otro partido para gobernar con holgura. Si los democristianos declinan la oferta recelosos de la promesa ¡°progresista y ecologista¡± de Kaag, podr¨ªa sondearse a GroenLinks o la socialdemocracia. La presencia de Geert Wilders en el Gabinete est¨¢ descartada porque ning¨²n partido quiere gobernar con ¨¦l. ¡°Es una noche fant¨¢stica y estoy muy contento¡±, dijo este mi¨¦rcoles Rutte tras conocer los resultados, ¡°pero s¨¦ que muchas cosas han ido mal estos a?os y hay que ponerse a trabajar lo antes posible¡±.

Los mayores de 70 a?os y dem¨¢s grupos de riesgo pudieron votar este lunes y martes para evitar contagios, y se ha favorecido el voto por correo. Cerca de 2,5 millones de personas ten¨ªan derecho a hacerlo de este modo, seg¨²n la oficina central de estad¨ªstica, pero ha habido errores en los env¨ªos postales. A la vista de que la pandemia lo ha trastocado todo, el Ministerio del Interior ha adaptado las normas sobre la marcha para salvar las papeletas que lleguen en sobres cerrados, que preserven el secreto del voto.

Han sido unas elecciones extraordinarias en el sentido m¨¢s literal del t¨¦rmino: fuera de lo com¨²n. Porque la campa?a ha sido casi telem¨¢tica, con unos pocos m¨ªtines en la calle vigilados de cerca por la polic¨ªa para que se mantuviese la distancia f¨ªsica de 1,5 metros; porque si bien los programas electorales figuraban completos en las p¨¢ginas de web de los partidos, los debates eran m¨¢s un cuerpo a cuerpo entre los candidatos al puesto de primer ministro; porque el coronavirus ha arrinconado esc¨¢ndalos como el de las ayudas a las familias (cerca de 30.000), que provoc¨® en enero la dimisi¨®n de Rutte y de su Gabinete, y habr¨ªa mermado sus posibilidades de triunfo en cualquier otro momento. Pero, sobre todo, porque la gesti¨®n es el fuerte del primer ministro que repite y el votante ha cre¨ªdo que ante una pandemia es lo que se necesita: un gestor.

Rutte no es solo la imagen de marca de los liberales de derecha. Hasta sus cr¨ªticos le reconocen que sabe reunir a sus colegas para pactar una coalici¨®n ¡ªla forma de gobierno natural en una sociedad tan fragmentada como Pa¨ªses Bajos¡ª y no desfallece hasta lograr un acuerdo. De momento, su socio preferido es la democracia cristiana, aunque Kaag por su lado ha asegurado que esta lista para trabajar juntos: ¡°Pa¨ªses Bajos no puede esperar m¨¢s a abordar el desastre causado por el cambio de clima, y es preciso invertir educaci¨®n y vivienda¡±.

La jornada electoral ha dejado tambi¨¦n algunas an¨¦cdotas. La m¨¢s se?alada es la mala suerte de Hugo de Jonge, ministro democristiano de Sanidad ¡ªen funciones como el resto del Ejecutivo¡ª que tiene que guardar cuarentena porque ha estado en contacto con una persona que padece covid-19. Antes de saberlo, tuvo que ir y volver a su casa porque fue a votar con el pasaporte caducado. ¡°Y solo es mediod¨ªa¡±, tuite¨® ya confinado. El otro protagonista del d¨ªa ha sido el l¨¢piz rojo usado para marcar el nombre del candidato preferido en la papeleta. Son tradicionales y no se les suele prestar atenci¨®n m¨¢s all¨¢ de la nota de color. Pero esta vez se han convertido en un objeto de culto. La gente se lo llevaba y lo han puesto incluso a la venta en una plataforma de compra venta de objetos nuevos y de segunda mano holandesa.