El bolsonarismo intensifica la campa?a de intimidaci¨®n contra los cr¨ªticos
Profesores universitarios, periodistas, l¨ªderes ind¨ªgenas y hasta un youtuber han sido denunciados desde que el ultraderechista preside Brasil
La polic¨ªa del Senado de Brasil abri¨® este martes una investigaci¨®n contra Celso Rocha de Barros, un relevante columnista, por un art¨ªculo de opini¨®n publicado en el peri¨®dico Folha de S. Paulo, donde escribi¨® ¡°esperemos que la CPI (la comisi¨®n parlamentaria que investiga la gesti¨®n gubernamental de la pandemia) haga su trabajo y mande al presidente a la c¨¢rcel¡±. Dos senadores aludidos denunciaron al opinador por atentado contra el honor y la polic¨ªa lo llam¨® a declarar. Es el caso m¨¢s reciente de un clima de hostilidad hacia los cr¨ªticos que se ha traducido, desde que el ultraderechista Jair Bolsonaro lleg¨® al poder, en un goteo de denuncias contra profesores, periodistas, activistas, cient¨ªficos y hasta un famoso youtuber.
Las querellas, procedentes de la ¨®rbita del bolsonarismo, suelen activar aut¨¦nticos linchamientos en redes sociales, incluidas amenazas de muerte y, en el caso de las mujeres, tambi¨¦n de violaci¨®n. Tras d¨ªas o semanas, muchas de las investigaciones son archivadas. Un desenlace que no sorprende a otro denunciado reciente, Conrado Hubner, profesor de derecho constitucional en la Universidad de S?o Paulo, columnista y tuitero con 61.000 seguidores. ¡°Es un intento de instrumentalizar la justicia para intimidarnos¡±, explic¨® este martes en una entrevista por videollamada. ¡°El objetivo no somos nosotros (los investigados), sino la comunidad acad¨¦mica, la comunidad de los cr¨ªticos. Intentan desgastar a sujetos espec¨ªficos, pero sobre todo, y mucho m¨¢s importante que los casos particulares, es el silenciamiento colectivo y difuso, lo que esos casos generan en los otros. El efecto es la autocensura¡±, dice este investigador del Centro de An¨¢lisis de la Libertad y el Autoritarismo.
El clima de intimidaci¨®n y hostigamiento ha ido ganando intensidad a medida que se agrava la pandemia y Bolsonaro se debilita. Con m¨¢s de 450.000 muertos, el temor a una tercera ola y una comisi¨®n de investigaci¨®n en el Senado que aflora a diario indicios graves de negligencia, crece el rechazo hacia el presidente. En el punto de mira, la libertad de expresi¨®n, la de prensa, la acad¨¦mica¡ Brasil es el cuarto pa¨ªs que m¨¢s se ha autocratizado en 2010-2020, seg¨²n el ¨²ltimo informe del Instituto V-Dem, un centro de investigaci¨®n de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) que eval¨²a la calidad de la democracia en el mundo. El peor del r¨¢nking, un europeo: Polonia.
Los denunciados en Brasil son profesionales de ¨¢mbitos diversos que comparten una postura cr¨ªtica, o meramente fiscalizadora, con el mandatario y su Gobierno. Contra el profesor Hubner, que esta semana alert¨® sobre la politizaci¨®n de los tribunales en el Foro Inteligencia, pesa una denuncia penal por injurias, calumnias y difamaci¨®n por uno de sus art¨ªculos y varios tuits presentada por el fiscal general del Estado, Augusto Aras, a t¨ªtulo personal.
Por calumnias tambi¨¦n fue investigada una de las principales l¨ªderes ind¨ªgenas, Sonia Guajajara; en su caso a instancias de la fundaci¨®n oficial para la protecci¨®n de esta minor¨ªa. El youtuber Felipe Neto, que tiene 40 millones de seguidores solo en esta red, fue denunciado con base en una ley de seguridad nacional de tiempos de la dictadura despu¨¦s de llamar genocida a Bolsonaro por c¨®mo gestiona la crisis sanitaria. El escritor JP Cuenca afronta 143 denuncias de pastores de la Iglesia Universal del Reino de Dios, aliada del presidente, por un tuit que consideran ofensivo; la ONG brit¨¢nica Media Defense ha asumido la defensa del autor. Los casos contra Guajajara y Neto fueron archivados.
Otros han sido intimidados sin mediar denuncia. La investigadora Larissa Bombardi, especializada en pesticidas (ingrediente clave en la potente industria de la soja) ha tenido que irse de Brasil tras recibir amenazas. Y el equipo de Marcus Lacerda, autor de un ensayo cl¨ªnico con cloroquina para pacientes de covid-19 en Manaos, sufre una campa?a de ciberataques para minar su reputaci¨®n. ¡°Si se criticara a todos los que hacen ensayos cl¨ªnicos que demuestran da?os en una posible intervenci¨®n, tendr¨ªamos pocos avances en el desarrollo de nuevos medicamentos¡±, dice la carta de solidaridad enviada a Lacerda por un colega de la Universidad de Oxford. Bolsonaro convirti¨® la ineficaz cloroquina en pol¨ªtica de Gobierno.
Patricia Campos Mello, ganadora del premio Rey de Espa?a de Periodismo en 2018, sabe de pleitos y de amenazas en Internet porque fue una de las primeras v¨ªctimas. El presidente acababa de tomar posesi¨®n cuando la se?al¨® p¨²blicamente con un comentario de ¨ªndole sexual. ¡°Aqu¨ª no hab¨ªamos visto esas campa?as de intimidaci¨®n personal, eran cosas de Ch¨¢vez (en Venezuela)¡±, dec¨ªa al tel¨¦fono este mi¨¦rcoles. Curtida en Siria e Irak, la veterana reportera de Folha requiri¨® protecci¨®n por primera vez en su vida nada menos que en S?o Paulo. Llev¨® a juicio a Bolsonaro por da?os morales y ha ganado en primera instancia, pero tiene otros dos procesos abiertos iniciados por bolsonaristas.
Sostiene que los ataques ¡°pretenden tanto intimidar como movilizar a los seguidores m¨¢s radicales¡± del mandatario. Explica que al acoso judicial contra profesionales concretos ¡ª¡±con un componente mis¨®gino en el caso de las mujeres¡±¡ª se suman el recorte de subvenciones a la prensa independiente y presiones p¨²blicas y privadas a empresarios para que no se anuncien en medios que el bolsonarismo considera ¡°no patriotas¡±, en referencia a Globo, Folha o Estad?o.
Se?ala el Instituto V-dem que la censura gubernamental y la hostilidad hacia los medios no partidistas aumenta de manera sostenida en Brasil, sobre todo desde la llegada de Bolsonaro. Los procesos de autocratizaci¨®n suelen seguir un patr¨®n, seg¨²n el instituto sueco: ¡°Los Gobiernos, primero, atacan a los medios de comunicaci¨®n y la sociedad civil, polarizan a la sociedad al faltar al respeto de sus adversarios y difundir informaci¨®n falsa, y despu¨¦s socavan las elecciones¡±. Un libro de instrucciones que Bolsonaro parece seguir paso a paso. Ahora est¨¢ sembrando dudas sobre las garant¨ªas de la urna electr¨®nica con la vista puesta en los comicios de octubre de 2022.
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