Eubea, la isla de Grecia donde el fuego ¡°quem¨® el futuro¡±
Los incendios que han devastado el norte del territorio, ante la tardanza de la reacci¨®n del Gobierno de Atenas, amenazan una forma de vida tradicional mediterr¨¢nea
Un para¨ªso convertido en un desierto de cenizas. Una forma tradicional de vida mediterr¨¢nea, basada en la miel, la leche y el aceite, en la resina de los pinos, los higos y las aceitunas est¨¢ en riesgo de extinci¨®n. El norte de la isla griega de Eubea, la segunda m¨¢s grande del pa¨ªs -175 kil¨®metros de norte a sur y 45 kil¨®metros en su parte m¨¢s ancha- solo ahora empieza a salir de la pesadilla, 12 d¨ªas despu¨¦s de que el pasado 3 de agosto el fuego devorase incontenible bosques, cultivos, casas y negocios. ¡°No ha habido muertes, pero han quedado miles de muertos en vida¡±, dice Yorgos Tsapourniotis, alcalde de Limni, una localidad de unos 1.200 habitantes en cuyo municipio se desat¨® el incendio ese martes en torno a las tres de la tarde. ¡°Hab¨ªa un viento muy fuerte y se extendi¨® muy r¨¢pido. En 30 minutos cubr¨ªa ya un frente de tres kil¨®metros. Se han quemado 300 casas, totalmente reducidas a cenizas. Hay otras 800 da?adas y 40 empresas destruidas. Han ardido unas 36.000 hect¨¢reas¡±. El alcalde responde mientras imparte ¨®rdenes o responde a los vecinos por el tel¨¦fono m¨®vil, sentado en la plaza del pueblo. ¡°Vivimos un caos incre¨ªble. No recibimos ninguna ayuda y cuando esta lleg¨® ya era tarde¡±.
¡°No solo se quem¨® el lugar. Se quem¨® nuestro futuro¡±, afirma Amal¨ªa Bloukidi, que regenta el peque?o hotel Bater¨ª, de 16 habitaciones, que abri¨® su familia en 1998. ¡°Ese martes el hotel estaba lleno, muchos hu¨¦spedes eran extranjeros. No tuvimos m¨¢s ayuda que dos pasadas de dos aviones fumigadores para arrojar agua ni hab¨ªa m¨¢s plan que la evacuaci¨®n¡±. Amal¨ªa fue capaz de mantener la cabeza fr¨ªa y, mientras las llamas asediaban el hotel por dos lados, dio 10 minutos a los hu¨¦spedes para que recogieran sus pertenencias y logr¨® que se marchasen a toda prisa. Cuatro habitaciones se han perdido por completo. Tambi¨¦n su jard¨ªn de plantas medicinales y arom¨¢ticas, una de las joyas de la isla. ¡°No espero nada de las autoridades ni quiero politizar el caso, pero s¨ª acuso a quienes tomaron las decisiones por la absoluta falta de coordinaci¨®n, la burocracia, los errores y la indiferencia. Nos condenaron a una muerte lenta¡±, a?ade. A¨²n se nota el olor a humo y las vigas y paredes ennegrecidas son testimonio no solo de la tragedia, sino del incierto futuro que planea sobre el norte de Eubea. ¡°La temporada tur¨ªstica ya est¨¢ perdida y la de los a?os venideros probablemente tambi¨¦n. La gente joven se marchar¨¢ y yo, con 56 a?os, aunque tenga la energ¨ªa, ?d¨®nde voy a ir? ?Qui¨¦n me va a contratar con esta edad?¡±. Ante la indiferencia y la falta de recursos aportados por las autoridades -los escasos medios de la isla hab¨ªan sido fatalmente trasladados a la regi¨®n de Atenas para atajar los incendios de all¨ª- los j¨®venes de Limni y de pueblos vecinos tomaron la iniciativa de la lucha contra el fuego, supliendo la ausencia del Estado.
Yannis Triantafyllou, un t¨¦cnico de aire acondicionado treintea?ero, organiz¨® con una docena de amigos una brigada de incendios, movilizando a todos los j¨®venes de la regi¨®n a trav¨¦s de las redes sociales. ¡°No hab¨ªa bomberos. Hace a?os cuando hubo otro incendio hab¨ªa unos 75¡±, asegura. Evacuaron a toda prisa a los que pudieron, entre ellos a su propia mujer y a sus dos hijas, de 8 y 5 a?os, a las que embarc¨® en un ferry como otras 2.000 personas, entre residentes y turistas. ¡°Pensaba que yo ser¨ªa el ¨²ltimo en salir. La mayor queja que tenemos es que no pudimos salvar m¨¢s casas. Estamos orgullosos de nuestro bosque y lo queremos de vuelta¡±.
Todav¨ªa es pronto para hacer una evaluaci¨®n de da?os. Se calcula que unas 50.000 personas, de los 210.000 habitantes que tiene la isla, han resultado afectadas -es ahora cuando se est¨¢ restableciendo el servicio de electricidad e Internet- y el Gobierno de Atenas, encabezado por el primer ministro conservador, Kyriakos Mitsotakis, ha abierto una investigaci¨®n oficial, aunque nadie o casi nadie conf¨ªa en los resultados. Pero los incendios en el norte de Eubea, la antigua Negroponte- como la llamaban los venecianos durante su dominio de la isla entre los siglos XIII al XV- han expuesto a la luz m¨¢s cruda el abandono que ha sufrido durante m¨¢s de una d¨¦cada. En estos a?os, ¡°se cerraron los bancos, la oficina de Hacienda, los ambulatorios del servicio p¨²blico de salud y el hospital m¨¢s cercano se encuentra en Calcis, la capital, a unos 80 kil¨®metros de Limni¡±, asegura el periodista jubilado Pambos Hatzilambis, residente en la zona desde hace 15 a?os. El fuego ha venido a subrayar la marginaci¨®n que sienten sus habitantes. ¡°Somos una isla olvidada. Despu¨¦s de la crisis econ¨®mica, nos llega la pandemia y ahora, los incendios. Hab¨ªamos empezado a funcionar otra vez en junio y julio y la temporada tur¨ªstica ya est¨¢ perdida. Me temo que los j¨®venes abandonar¨¢n la isla¡±, comenta Gianna Anifioti, representante de la C¨¢mara de Comercio local y due?a de un restaurante t¨ªpico.
Recorrer la isla, muy monta?osa y hasta hace unos d¨ªas tambi¨¦n muy verde, es ahora viajar por un paisaje espectral de troncos y ra¨ªces negras, de pinos, olivos e higueras calcinadas, de valles de ceniza. A¨²n sale humo de algunos ¨¢rboles, como de un olivo de la localidad de Rovies, al que Vangelis Marko, campesino de 67 a?os, atribuye una antig¨¹edad de m¨¢s de 2.000 a?os. ¡°Los que hemos nacido y nos hemos criado aqu¨ª ya no reconocemos nada¡±, dice con tristeza estoica, mientras ense?a sus olivos quemados.
Unos 60 kil¨®metros m¨¢s al norte, el joven alcalde de Istiea, Yannis Kontzias, afirma: ¡°El pueblo est¨¢ en riesgo de desaparecer. Ha habido momentos en los que me he sentido abandonado. No ha venido ninguna autoridad del Gobierno central. La econom¨ªa est¨¢ destruida. Es muy pronto para hacer una evaluaci¨®n econ¨®mica, pero el desempleo rozar¨¢ el 100%. Ser¨¢ muy dif¨ªcil que la gente joven se quede¡±. Al menos, la tragedia ha tra¨ªdo un nuevo esp¨ªritu de solidaridad. ¡°Han acabado las rencillas locales y los vecinos est¨¢n m¨¢s unidos que nunca. Esa uni¨®n es lo que nos mantendr¨¢ de pie para luchar por el futuro¡±, asegura Kontzias, consciente de que la tragedia podr¨ªa volver a repetirse y de que el cambio clim¨¢tico siempre llama dos veces.
Recelo ante los planes del primer ministro
La mayor¨ªa de los habitantes del norte de Eubea est¨¢n convencidos de que los incendios fueron provocados por intereses espurios, ya sean los promotores de la energ¨ªa e¨®lica y su ambici¨®n de instalar cientos de molinos de vientos en sus montes, como dice el rumor, o inversores tur¨ªsticos a los que les gustar¨ªa construir hoteles y campos de golf aprovechando que la isla est¨¢ tan solo a dos horas y media en autom¨®vil de Atenas. Sin embargo, estos mismos vecinos reconocen sin ambages que nadie se ha ocupado durante a?os de limpiar los bosques, de quitar la maleza y crear cortafuegos. El primer ministro Mitsotakis, que est¨¢ recibiendo fuertes cr¨ªticas por su gesti¨®n de la cat¨¢strofe ecol¨®gica, la mayor del pa¨ªs en tiempos modernos, aunque de momento ning¨²n partido de la oposici¨®n las ha capitalizado pol¨ªticamente, ha prometido ayudas por valor de 500 millones de euros. Pero ha sembrado la inquietud al anunciar, sin entrar en detalles, un plan de desarrollo para la isla, dada su tendencia a privilegiar la iniciativa privada. Pase lo que pase, los isle?os y sus alcaldes est¨¢n decididos esta vez a tener voz y voto en su futuro.
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