La Corte Suprema de Brasil quita ox¨ªgeno a la escalada autoritaria de Jair Bolsonaro
El ministro de la Corte, Alexandre de Moraes, investiga al presidente en una causa por la difusi¨®n de noticias falsas
El presidente Jair Bolsonaro se ve cada d¨ªa m¨¢s acosado por procesos jur¨ªdicos contra su campa?a para influenciar en las elecciones del pr¨®ximo a?o. El pasado jueves, fue incluido en una nueva investigaci¨®n de la Corte Suprema de Brasil contra noticias falsas. En una transmisi¨®n por internet hace dos semanas, el presidente dio a conocer informaci¨®n parcial de una investigaci¨®n de la Polic¨ªa Federal, e insinuaba sin pruebas un posible fraude en las urnas electr¨®nicas, usadas en Brasil desde los a?os noventa. El ministro de la Corte, Alexandre de Moraes, investiga a Bolsonaro en un proceso sobre noticias fraudulentas, lo que despert¨® la furia del presidente.
El pasado viernes, se lanz¨® otra bomba contra Bolsonaro. Roberto Jefferson, presidente del Partido Laborista Brasile?o (PTB, por sus siglas en portugu¨¦s) y aliado fiel de Bolsonaro, fue detenido como sospecho de integrar las milicias digitales bolsonaristas que desestabilizan a Brasil. Jefferson, un pol¨ªtico tradicional que perdi¨® prestigio en Brasil, se convirti¨® en una especie de vocero informal del presidente al grabar videos proponiendo intervenci¨®n militar y ataques a la Corte Suprema.
El contraataque jur¨ªdico es una respuesta de la Corte Suprema para revertir la escalada autoritaria del presidente y sus aliados. En los ¨²ltimos dos meses, Bolsonaro ha multiplicado sus provocaciones, ofendiendo a ministros de la Corte que rebaten su campa?a en contra de las urnas electr¨®nicas, o sugiriendo que puede haber una intervenci¨®n ¡°fuera de las cuatro l¨ªneas de la Constituci¨®n¡±. El 10 de agosto, Bolsonaro incentiv¨® un desfile improvisado de veh¨ªculos militares en Brasilia, algo que no se ve¨ªa desde la dictadura.
Los ministros de la Corte, sin embargo, miran los gestos del presidente como bravatas autoritarias cada vez m¨¢s creativas, y nada m¨¢s. Los militares no estar¨ªan dispuestos a aventuras, incluso cuando alg¨²n general del Gobierno insin¨²a lo contrario. La lectura es que quien espera un autogolpe de Bolsonaro para mantenerse en el poder, o un ¡°Capitolio brasile?o¡± ¡ªen alusi¨®n a la invasi¨®n del Congreso de EE UU por parte de los trumpistas el 6 de enero¡ª, est¨¢ perdiendo el tiempo. Los tribunales tienen el poder de reprimir cualquier acci¨®n de este tipo apoyados en la Constituci¨®n. ¡°Hay mecanismos de prevenci¨®n. Si hubiera una amenaza, no habr¨¢ problema para evitarla¡±, asegura una fuente con tr¨¢nsito en la Corte.
Bolsonaro, a su vez, volvi¨® a la carga el pasado s¨¢bado con el anuncio de la solicitud de destituci¨®n de los magistrados Alexandre de Moraes y Lu¨ªs Roberto Barroso, este ¨²ltimo tambi¨¦n presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE). El pedido ser¨¢ entregado al presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, dando m¨¢s cuerda a una crisis pol¨ªtica que ya afecta a la econom¨ªa en Brasil.
Lo cierto es que las piezas se han movido en respuesta a la campa?a desenfrenada del presidente para mantenerse en el poder, con importantes victorias t¨¢cticas en los ¨²ltimos d¨ªas. No solo dentro del Supremo. En el Congreso cay¨® una proposici¨®n de ley bolsonarista que pod¨ªa incidir en la convocatoria de 2022. Despu¨¦s de la presi¨®n de Bolsonaro, los diputados votaron el 10 de agosto un proyecto para la vuelta del voto impreso, pero fue denegado.
Ya en el Senado, la Comisi¨®n Parlamentaria de Investigaci¨®n (CPI) de la Pandemia sigue avanzando con m¨¢s y m¨¢s pruebas de la omisi¨®n del Gobierno en el combate a la covid-19. La comprobaci¨®n de las responsabilidades del Gobierno en la gesti¨®n de la pandemia, que ha matado a casi 570.000 personas, ¡°volvi¨® a arrinconar al Presidente¡±, afirma el senador Randolfe Rodrigues, del partido Rede.
El rol de los militares
Pero para desinflar al bolsonarismo radical har¨¢ falta mucho m¨¢s que victorias t¨¢cticas. La clave de la democracia brasile?a es el papel de los militares, cuyos ministros uniformados dan prestigio a la agenda del presidente. Hay en Brasilia un consenso de que el alto mando de las Fuerzas Armadas no se embarcar¨¢ en aventuras golpistas, y aseguran a sus interlocutores en el Congreso y el Poder Judicial que defender¨¢n la democracia. El vicepresidente, general Hamilton Mour?o, se habr¨ªa reunido con uno de los ministros de la Corte mientras Bolsonaro llamaba la atenci¨®n para el desfile de veh¨ªculos militares por Brasilia el ¨²ltimo martes, cont¨® el diario O Estado de S. Paulo.
Pero la participaci¨®n militar en el Gobierno y los discursos incendiarios del presidente ya influyen de forma indirecta, al generar un clima de miedo entre los parlamentarios en el momento de algunas votaciones sobre la Comisi¨®n Parlamentaria de la Pandemia, por ejemplo. El senador Alessandro Viera, del partido Ciudadan¨ªa, lo percibi¨® cuando quisieron citar al actual ministro de la Defensa, el general de la reserva Braga Netto, a principios de agosto, por su papel como coordinador de la comisi¨®n de crisis de la covid-19. ¡°Hay parlamentarios que temen una reacci¨®n armada. Cuando se llega a este nivel, es posible que ya no haya democracia. Plena, al menos, no¡±, dice Vieira.
De momento, se sabe que la crisis pol¨ªtica se extender¨¢ y pondr¨¢ a prueba los l¨ªmites del Congreso, del Tribunal Supremo y a una parte de la sociedad que a¨²n observa impasible los impulsos autoritarios del jefe del Ejecutivo. ¡°No creo que el presidente vaya a dejar de crear crisis institucionales por esta u otras razones. Necesita estas crisis porque no sabe gobernar¡±, dice el diputado Marcelo Ramos. ¡°Si no hablase de votos impresos, de armamento o de no tener elecciones, tendr¨ªa que hablar de pol¨ªtica industrial, de c¨®mo luchar contra el paro, de c¨®mo reducir el hambre en el pa¨ªs, y no sabe hacerlo¡±, concluye.
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