Las cr¨ªticas por la gesti¨®n de la retirada de Afganist¨¢n acorralan al presidente Biden

Una semana despu¨¦s de la ca¨ªda de Kabul, los republicanos velan armas ante las elecciones de mitad de mandato, para las que falta poco m¨¢s de un a?o, mientras los dem¨®cratas intentan taponar la herida que en el fulgurante arranque del mandato de Joe Biden ha provocado el caos de Afganist¨¢n. Las cr¨ªticas menudean a uno y otro lado -de manera notoria entre las filas dem¨®cratas-, pero lo que para unos es munici¨®n, para otros es un purgante que conviene apurar cuanto antes. Las cr¨ªticas llegadas del extranjero tampoco ayudan a la Administraci¨®n dem¨®crata -las descalificaciones de la gesti¨®n de Biden formuladas esta semana en el Parlamento brit¨¢nico, por ejemplo-, pero la principal batalla, pol¨ªtica y de imagen, se libra en casa.

Tres de los dem¨®cratas con m¨¢s poder en el Senado han pedido explicaciones a Biden, al tiempo que anunciaban investigaciones para averiguar qu¨¦ se ha hecho mal en la cada vez m¨¢s convulsa evacuaci¨®n de estadounidenses y afganos del pa¨ªs centroasi¨¢tico. Se trata de los presidentes del comit¨¦ de Exteriores, Bob Menendez; de Inteligencia, Mark Warner, y de las Fuerzas Armadas, Jack Reed. Menendez, conocido por su independencia de criterio, dijo sentirse decepcionado al contemplar el pandem¨®nium afgano y anunci¨® una audiencia para evaluar los errores de la ¡°fallida¡± negociaci¨®n de Donald Trump con los talibanes, con los que lleg¨® a un acuerdo en 2020 en Doha, as¨ª como la tambi¨¦n ¡°fallida¡± ejecuci¨®n de la retirada por parte de la Administraci¨®n de Biden.

Aunque pueda parecer una demostraci¨®n de fuego amigo, el intento de Menendez no es sino un intento de taponar la v¨ªa de agua abierta en la presidencia de Biden -y por ende en su legado- por el fiasco afgano, una tarea a la que se aplican con denuedo los dem¨®cratas pese a la autocr¨ªtica. Sus colegas en los comit¨¦s de Inteligencia y Fuerzas Armadas han prometido investigaciones similares, igual que otros correligionarios en la C¨¢mara de Representantes. Solo pesos pesados del partido como Nancy Pelosi y Charles Schummer han cerrado filas con Biden, animando a sus bases a difundir el argumentario de la Casa Blanca. A saber: el amplio respaldo popular del que goza la retirada (siete de cada 10 estadounidenses, seg¨²n el Chicago Council on Global Affairs). La mayor¨ªa de los votantes dem¨®cratas y republicanos considera que el rumbo de los acontecimientos demuestra la conveniencia de salir, seg¨²n una encuesta de Reuters/Ipsos difundida el lunes que sin embargo tambi¨¦n constata una ca¨ªda del ¨ªndice de popularidad de Biden de siete puntos, hasta el 46%. El nivel m¨¢s bajo desde que asumi¨® la presidencia.

Pero no solo se trata de averiguar qu¨¦ sali¨® o se hizo mal, sino de qui¨¦n es la culpa. Medios estadounidenses apuntaban esta semana que ya ha empezado el baile de acusaciones entre los distintos departamentos implicados, Defensa contra Exteriores, Seguridad Nacional y las diversas agencias de inteligencia, o viceversa, todos contra todos. Un pimpampum de responsabilidades, m¨¢s expuesto si cabe al ojo p¨²blico a medida que se conocen nuevos -viejos, en realidad- informes de evaluaci¨®n que pronosticaron hace a?os el desastre.

No pocos entre los aliados o las organizaciones humanitarias lamentan tambi¨¦n la descalificaci¨®n que Biden hizo el lunes de los afganos, a los que acus¨® de falta de voluntad para enfrentarse a los talibanes o de no querer marcharse del pa¨ªs cuando habr¨ªan podido hacerlo. ¡°Ver [a Biden] cuestionar el coraje de hombres a cuyo lado hemos luchado, acusarles de haber huido, es vergonzoso. Los que nunca han luchado por los colores de su bandera deber¨ªan ser m¨¢s cuidadosos a la hora de criticar a los que s¨ª lo hicieron¡±, lament¨® el mi¨¦rcoles en la sesi¨®n extraordinaria de la C¨¢mara de los Comunes el conservador Tom Tugendhat, veterano de Afganist¨¢n.

El cuello de botella en la concesi¨®n de visados especiales a los antiguos colaboradores de las tropas de EE UU (SIV, en sus siglas inglesas) confirma seg¨²n los cr¨ªticos la falta de preparaci¨®n ante un colapso anunciado. Entre las filas progresistas existe tambi¨¦n inquietud por el abandono a su suerte de miles de afganas y por la incierta viabilidad de proyectos de cooperaci¨®n -como los de educaci¨®n o salud materno-infantil- que hab¨ªan mejorado sus vidas.

Los republicanos est¨¢n convencidos de que el fiasco afgano les dar¨¢ votos en noviembre de 2022. ¡°Esto se ha gestionado tan mal que un n¨²mero considerable de votantes indecisos se dir¨¢: ¡®Mira, no me entusiasmaba c¨®mo se hac¨ªan las cosas en Afganist¨¢n, pero esta no es forma de acabar, devolvi¨¦ndole el pa¨ªs a los talibanes¡±, declar¨® esta semana a la agencia Reuters el estratega republicano Glen Bolger, que record¨® una celebrada frase de Biden al comienzo de su mandato: ¡°Dijo que los adultos vuelven a estar al cargo [del pa¨ªs], pero la verdad es que no parecen muy competentes¡±.

Este s¨¢bado, en un multitudinario mitin preelectoral en Alabama, el expresidente Donald Trump carg¨® contra Biden, del que dijo que hab¨ªa mostrado ¡°debilidad en la Casa Blanca, [hasta el punto de que] Vietnam parece una lecci¨®n magistral de estrategia en comparaci¨®n con esta cat¨¢strofe¡±, recurriendo a un argumento, el de Vietnam, que la Administraci¨®n dem¨®crata rechaza de plano. ¡°Esta pasar¨¢ a la historia como una de las grandes derrotas militares de todos los tiempos y no tendr¨ªa por qu¨¦ haber sido as¨ª. No ha sido una retirada, sino una rendici¨®n absoluta y sin motivo alguno¡±, remach¨® el republicano.

Mientras, a pie de calle, los candidatos en ¨¢reas con altas concentraciones de militares est¨¢n reformulando sus mensajes de cara a las elecciones intermedias de 2022, convencidos de que la apat¨ªa habitual de los estadounidenses hacia los asuntos de pol¨ªtica exterior ser¨¢ esta vez menos acusada. El discurso, por parte de republicanos y dem¨®cratas, es claro: los candidatos no dejar¨¢n en la estacada a aquellos votantes que sirvieron en Afganist¨¢n, seg¨²n el portal informativo The Hill. Los votos de militares han demostrado ser cruciales en Estados como Virginia, el 10% de cuyos residentes han servido en las Fuerzas Armadas, seg¨²n la Oficina del Censo de EE UU. El Estado alberga 27 bases militares.

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