En el nombre del padre
L¨ªderes cat¨®licos en Brasil son amenazados y acusados de hacer uso pol¨ªtico de la fe por su labor social
Monse?or Vicente, fray Lorrane, padre J¨²lio, fray Jos¨¦ H¨¦lio, padre Lino, padre Leonardo. No pueden quedarse solamente dentro de los muros de la Iglesia. En nombre de Dios, llevan el evangelio a los m¨¢s pobres y oprimidos. Reparten alimentos y acogen a personas en situaci¨®n de vulnerabilidad. Su fe trasciende los sacramentos y se convierte en denuncia: contra las desigualdades, los desastres medioambientales, el derecho a la vivienda o la inclusi¨®n de las minor¨ªas. Son sacerdotes, frailes y obispos impulsados por la Iglesia que el papa Francisco intenta fortalecer desde el Vaticano, una corriente m¨¢s progresista, cercana a las comunidades, forjada en los principios de la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n y latinoamericana.
Pero esta corriente choca frontalmente con el Brasil conservador y fundamentalista que eligi¨® al presidente ultraderechista Jair Bolsonaro. El presidente que ya calific¨® de ¡°limosna¡± el programa de ayuda Bolsa Familia por presuntamente crear una legi¨®n de holgazanes, o que dijo que la poblaci¨®n de los quilombos (nombre de los antiguos refugios de los esclavizados y sus descendientes) ¡°ya no est¨¢ en condiciones de procrear¡±. La confrontaci¨®n con ideas como estas ha generado turbulencias que exponen la divisi¨®n dentro de la Iglesia cat¨®lica brasile?a, empujada a la autorreflexi¨®n a medida que se le van los fieles a las vertientes evang¨¦licas. Seg¨²n el ¨²ltimo censo disponible, en 2010, el 64,6% de los brasile?os se declaraba cat¨®lico, frente al 73,6% del a?o 2000. Los evang¨¦licos, por su parte, pasaron del 15,4% en 2000 al 22,2% en 2010. Las proyecciones muestran que el avance evang¨¦lico contin¨²a, y con ¨¦l, la predicaci¨®n conservadora.
En nombre del mismo Dios, los l¨ªderes religiosos han llegado a ser llamados sat¨¢nicos, comunistas, izquierdosos. Y se les acus¨® de hacer un uso pol¨ªtico de la fe. Han captado la atenci¨®n de las milicias digitales y la cultura del odio que asolan el pa¨ªs. Algunos temieron por su vida y tuvieron que recurrir a los tribunales y al Estado para obtener protecci¨®n.
Monse?or Vicente y ¡°la econom¨ªa que mata¡±
¡°Act¨²an como si estuvieran en posesi¨®n de la verdad de nuestra fe. Dicen que en vez de preocuparme por las almas, me preocupo por las cosas de este mundo¡±, dice monse?or Vicente de Paula Ferreira, de 50 a?os, nombrado en 2017 obispo auxiliar de la archidi¨®cesis de Belo Horizonte por el papa Francisco. Monse?or Vicente trabaja en la peque?a localidad de Brumadinho, una ciudad de 40.000 habitantes del interior del estado de Minas Gerais. Desde que una presa minera de la compa?¨ªa Vale se rompi¨® en Brumadinho hace dos a?os y sepult¨® cientos de vidas en un mar de lodo, ha estado trabajando con las familias de las v¨ªctimas. Incluso se le aplaudi¨® cuando organiz¨® campa?as de donaci¨®n. Pero cuando levant¨® la voz contra ¡°la econom¨ªa que mata¡± en un intento de responsabilizar a los culpables de una de las mayores tragedias medioambientales brasile?as, se convirti¨® en el centro de las cr¨ªticas. ¡°?Por qu¨¦?¡±, se pregunta. ¡°No basta con quedarse en la caridad de ayudar a los dem¨¢s, es necesario denunciar por qu¨¦ muri¨® esa gente. No aceptaban esa voz prof¨¦tica de denuncia¡±.
Monse?or Vicente rara vez sale sin compa?¨ªa y evita conducir solo por la noche. Ya ha escuchado que no merece respeto por estar en contra de Bolsonaro y que ser¨¢ llevado a las puertas del infierno junto con su iglesia progresista. De vez en cuando recibe paquetes con amenazas. ¡°Dicen que soy un comunista, cosa de Satan¨¢s, que estoy dividiendo a la Iglesia. Que me vaya a Cuba, a Venezuela. Pero nos centramos en la doctrina social de la Iglesia, en lo que nos pide el propio papa Francisco¡±, argumenta. Monse?or Vicente calcula bien la repercusi¨®n de su voz antes que las palabras le salgan por la boca. Trata de evitar que se le malinterprete en un pa¨ªs en combusti¨®n pol¨ªtica como Brasil, muchas veces en vano. ¡°?Tiene usted miedo, monse?or?¡±, le pregunto. ¡°?Por supuesto!¡±, contesta.
Las amenazas crecieron cuando monse?or Vicente comenz¨® a utilizar sus redes sociales para criticar la pol¨ªtica de Bolsonaro en la pandemia. Calific¨® al presidente de ¡°fascista¡± y, cuando Brasil super¨® los 550.000 muertos por la covid-19, defendi¨® un impeachment que termine con ¡°el desgobierno de la muerte¡±. Se burl¨® de la frase del presidente de que solo Dios lo destituir¨ªa. ¡°No tardes, Se?or¡±, clam¨® el religioso en Twitter. No pas¨® mucho tiempo antes de que su nombre apareciera en el centro de una campa?a de desprestigio llevada a cabo por grupos del ala m¨¢s conservadora de la Iglesia cat¨®lica.
El Centro Dom Bosco ¨Cun grupo cat¨®lico tradicional que, seg¨²n su propia definici¨®n, pretende ¡°rescatar lo que se ha perdido a causa de la modernidad y de las diversas infiltraciones en la estructura eclesi¨¢stica¡±¨C public¨® en junio v¨ªdeos que presentan al religioso como un ¡°extremista¡±. Y clamaba para que los fieles dejaran testimonio de ¡°su insatisfacci¨®n¡± en las redes sociales de monse?or Vicente. Hubo una oleada de amenazas y maldiciones an¨®nimas. El centro tiene un canal de YouTube en el que se?alan con el dedo a los sacerdotes progresistas.
Decenas de entidades religiosas y no religiosas emitieron entonces una nota de solidaridad con monse?or Vicente, a la que el grupo respondi¨® con iron¨ªa: ¡°Vuestra Excelencia es un gran defensor de los ¨¢rboles, de los colectivos LGTB, del MST (...). Esperamos el d¨ªa en que Vuestra Excelencia se convierta en un defensor ac¨¦rrimo de Nuestro Se?or Jesucristo y de la Santa Iglesia Cat¨®lica, sin la cual no hay salvaci¨®n¡±.
Fray Lorrane busca protecci¨®n en los tribunales
A m¨¢s de 2.000 kil¨®metros de distancia, fray Flavio Lorrane Clementino de Almeida, de 27 a?os, camina por el jard¨ªn central de la parroquia de Nuestra Se?ora de Lourdes, en Fortaleza, capital del estado de Cear¨¢. Se pone en la cabeza un estilizado sombrero de cuero que llama la atenci¨®n junto al h¨¢bito marr¨®n con los tres nudos de sus votos religiosos: nada propio, castidad y obediencia. Nacido en Triunfo, en el interior del estado de Pernambuco, Lorrane es un fraile que no quiere ser sacerdote ni celebrar misa. Es como la ant¨ªtesis de lo que defiende un ala conservadora del catolicismo.
Inspirado por San Francisco, trabaja con inmigrantes, personas sin hogar y recicladores. ¡°He elegido una vida de entrega para que el amor que tengo pueda ser compartido¡±, dice. Por eso, una vez al mes participa en encuentros religiosos con la comunidad LGTB+, siempre en lugares no revelados por temor a represalias y ataques, ya que act¨²a en el pa¨ªs de Am¨¦rica que m¨¢s mata a esta poblaci¨®n, seg¨²n una encuesta del Grupo Gay de Bah¨ªa (GGB), que contabiliz¨® al menos 237 muertes por violencia LGTBf¨®bica en 2020. ¡°Somos presencia para quienes solo quieren trabajar su espiritualidad. Cuando un religioso est¨¢ con ellos, se dan cuenta de que Dios tambi¨¦n est¨¢ con ellos¡±, explica.
El mes pasado, el fraile decidi¨® participar en la ocupaci¨®n de un centro de referencia LGTB en Fortaleza. Acab¨® acosado en las redes sociales. Las p¨¢ginas religiosas m¨¢s conservadoras comenzaron a publicar im¨¢genes suyas y a cuestionar si incluso su nombre ¨CLorrane¨C no era demasiado femenino para un fraile. En Instagram, donde es m¨¢s activo, se multiplican los mensajes de odio y las amenazas, muchas de ellas utilizando pasajes de la Biblia. ¡°Ahora son m¨¢s agresivos¡±, dice.
Fray Lorrane recibe a menudo mensajes de este tipo: ¡°Ten cuidado. Muchos ya han muerto¡± o ¡°Quiero encontrarte para mostrarte la verdad. Conocer¨¦is la verdad y la verdad os har¨¢ libres¡±. Tambi¨¦n son habituales las llamadas al despacho parroquial preguntando por los horarios y d¨ªas en que celebrar¨¢ las misas. ¡°No me van a encontrar porque yo no celebro misa, pero lo que est¨¢ pasando es muy grave. Y lo que es peor: tambi¨¦n viene de dentro de la iglesia¡±, critica.
Fraile Jos¨¦ H¨¦lio: ¡°Si Bolsonaro tiene raz¨®n, Jes¨²s est¨¢ equivocado¡±
Fray Jos¨¦ H¨¦lio Vieira da Silva, de 26 a?os, act¨²a junto a fray Lorrane, pero trata de mantenerse al margen de las redes sociales. ¡°Insin¨²an que somos tontos y nos quieren dar una clase de doctrina. Pero somos seguidores del Evangelio¡±, dice. Los dos frailes se hicieron virales en internet con una fotograf¨ªa en una manifestaci¨®n contra Bolsonaro en la que sosten¨ªan una pancarta ¡°Si Bolsonaro est¨¢ en lo cierto, Jes¨²s estaba equivocado¡±. Compartida hasta la extenuaci¨®n en las redes sociales, la imagen no fue planeada: posaron con el cartel a petici¨®n de la pareja que lo hab¨ªa escrito. Pero lleg¨® a ser compartido por famosos con muchos seguidores como el cantante Tico Santa Cruz y la presentadora de televisi¨®n Xuxa. ¡°Me convert¨ª en trending topic¡±, bromea fray Lorrane. ¡°Intentan dar la idea de que la opci¨®n correcta del cristiano es ser bolsonarista conservador. Estamos aqu¨ª para decir no¡±, asegura Jos¨¦ H¨¦lio con firmeza.
Dice que el tono de los ataques cobr¨® fuerza hace m¨¢s tiempo, cuando publicaron una foto con una bandera del Movimiento de los Sin Tierra (MST). El grupo ha mantenido hist¨®ricamente v¨ªnculos con religiosos y sectores de la Iglesia que trabajan para ayudar a los m¨¢s pobres. En las redes sociales les acusaron de ser comunistas . Fray Jos¨¦ H¨¦lio sostiene que el pa¨ªs no puede rendirse al odio y que el pontificado de Francisco es bueno para la iglesia brasile?a, ahora inmersa en una disputa de discursos a flor de piel. ¡°La gente busca religiones alternativas. ?Por qu¨¦? Tenemos que preguntarnos por qu¨¦ abandonan el catolicismo si tenemos una cultura tan fuerte¡±, dice.
El padre Lino y la guerra en la Iglesia de la paz
El padre Lino Allegri se estaba quitando la sotana despu¨¦s de la misa un domingo por la ma?ana cuando una decena de militares y empresarios entraron en la sacrist¨ªa de la Iglesia de la Paz, una parroquia situada en un reducto bolsonarista de Fortaleza. Llegaban gritando, quej¨¢ndose por el serm¨®n del sacerdote de 82 a?os, con cr¨ªticas a la estrategia sanitaria de Bolsonaro. ¡°Usted ha faltado al respeto a nuestro presidente, que fue elegido por nosotros y es cristiano, honesto y bueno¡±, bram¨® una mujer. Quer¨ªan que este italiano con ciudadan¨ªa brasile?a volviera a su pa¨ªs y lo acusaban de ser ¡°izquierdoso¡±.
A la semana siguiente, Allegri vio c¨®mo se formaba en su contra una especie de patrulla de sus sermones. El grupo empez¨® a ir a la iglesia con camisetas verdes y amarillas ¨Ccolores nacionales de Brasil hoy asociados al bolsonarismo¨C, algunas con el nombre del presidente en la espalda. Todos parec¨ªan tan dispuestos a reaccionar si el sacerdote volv¨ªa a criticar al gobierno que, en el exterior, la polic¨ªa militar tuvo que vigilar para evitar que la situaci¨®n se desbordara.
¡°Estaba lleno de generales, coroneles, todos iban de verde y amarillo. No apareci¨® ninguno de los rojos. Los curas se rindieron¡±, alardeaba un integrante del grupo luego de que lograsen las suspensi¨®n de una misa. ¡°Obligamos a los comunistas a salir por patas¡±, a?ade en el mismo audio.
¡°El presidente ha creado una situaci¨®n de antagonismo y odio¡±, dice Allegri. El vocabulario utilizado por los cristianos m¨¢s conservadores contra los sacerdotes progresistas es amplio: ¡°sat¨¢nico¡±, ¡°comunista sinverg¨¹enza¡±, ¡°embustero¡±, ¡°imb¨¦cil¡±, ¡°disgregador¡±, ¡°comunista con sotana¡±. Pero hay amenazas m¨¢s graves que han empujado a los padres Lino Allegri y Oliveira al programa de protecci¨®n de los defensores de los derechos humanos en Cear¨¢. Ambos han necesitado recurrir al Estado para protegerse.
Las amenazas llegan al padre Leonardo en Roma
¡°El primer paso para entender este contexto es recordar que Am¨¦rica Latina ha producido su propia teolog¨ªa de la liberaci¨®n. Ha sufrido bajo el papado de Juan Pablo II y Benedicto XVI¡±, explica el padre Leonardo Lucian Dall Osto, estudiante de doctorado en Teolog¨ªa Dogm¨¢tica de la Universidad Gregoriana de Roma. Cuando el papa Francisco fue elegido, nombr¨® a varios obispos nuevos y foment¨® una visi¨®n m¨¢s cr¨ªtica de la realidad despu¨¦s de unas tres d¨¦cadas de deconstrucci¨®n de esta teolog¨ªa. Surgi¨® en los a?os sesenta, reinterpreta la fe cristiana y predica que la Iglesia debe servir a los m¨¢s pobres. En Brasil, el mayor exponente de esta corriente, vinculada a la izquierda pol¨ªtica y al marxismo, es el te¨®logo Leonardo Boff. En el per¨ªodo en que fue censurada, durante los pontificados de Juan Pablo II (1978-2005) y Benedicto XVI (2005-2013), se produjo un crecimiento de las iglesias evang¨¦licas neopentecostales y de los grupos pentecostales en la Iglesia cat¨®lica. Estos ¨²ltimos se unen ahora al movimiento tradicionalista de la Iglesia que nunca asumi¨® las causas del Concilio Vaticano II, una serie de conferencias celebradas entre 1962 y 1965 para modernizar el catolicismo.
El padre Leonardo explica, por tel¨¦fono, los meandros internos de estos conflictos mirando su propia trayectoria. Lleva menos de dos a?os en Roma, pero antes trabaj¨® en la di¨®cesis de Caxias do Sul, en el interior de R¨ªo Grande del Sur. Fue all¨ª donde comenz¨® a sufrir ataques durante el proceso de destituci¨®n contra la expresidenta Dilma Rousseff. En ese momento, en 2016, ya critic¨® los elogios del entonces diputado Jair Bolsonaro al torturador Brilhante Ustra. Desde entonces, los ataques nunca han cesado del todo. ¡°Venimos denunciando esta religiosidad instrumentalizada con fines pol¨ªticos¡±, afirma Leonardo. Utilizaron sus frases para pintarlo como un ¡°extremista¡± y acusarlo de hacer ¡°apolog¨ªa¡± de la homosexualidad.
Si, como dice Leonardo Boff, la Iglesia siempre ha hecho pol¨ªtica, pero una pol¨ªtica de derechas, ahora los sacerdotes reclaman el derecho a exponer cr¨ªticas sociales incluso sin hacer necesariamente pol¨ªtica partidista. En las elecciones de 2018 se crearon dos agrupaciones para plantar cara al ultraconservadurismo bolsonarista y ya cuentan con unos 250 sacerdotes. ¡°Nos hemos organizado para hacer una denuncia p¨²blica contra los proyectos populistas y el discurso que va en contra de los preceptos del Evangelio¡±, explica el sacerdote de R¨ªo Grande del Sur.
Padre Julio Lancellotti, amenazado por acoger a los ¡°hermanos sin hogar¡±
Para el padre Julio Lancellotti (S?o Paulo, 1948), Jes¨²s no est¨¢ en la Iglesia, sino ¡°debajo del viaducto¡±, entre los que viven en la calle y est¨¢n m¨¢s necesitados de abrigo. Vicario episcopal para la poblaci¨®n sin hogar de la archidi¨®cesis de S?o Paulo, Lancellotti tiene una percepci¨®n del papel de la Iglesia que desde siempre genera amenazas, incluso de muerte, por parte de los grupos m¨¢s retr¨®grados de la sociedad. ¡°Son constantes. Hay momentos peores que otros, de amenazas bastante expl¨ªcitas¡±, dice. La llegada al poder de Bolsonaro y el auge de la extrema derecha, agrega, han hecho que el ambiente sea ¡°s¨²per amenazante¡±. A partir de 2018, mensajes como ¡°muerte al curita¡± se han hecho m¨¢s frecuentes. La salida fue informar a la Fiscal¨ªa y la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, que en 2019 encarg¨® a las autoridades brasile?as medidas cautelares para proteger al sacerdote.
Antes de la pandemia, Lancellotti sol¨ªa servir un desayuno en la iglesia de San Miguel Arc¨¢ngel, en la zona este de S?o Paulo, a cerca de 200 personas. Con el aumento de la demanda, traslad¨® sus actividades matinales al centro social S?o Martinho de Lima, adscrito al Ayuntamiento. En su parroquia, una especie de cuartel general, distribuye ropa limpia y cestas de productos b¨¢sicos, recibidos a trav¨¦s de donaciones. Suele decir que no trabaja con los ¡°hermanos sin hogar¡±, sino que vive con ellos. Tambi¨¦n asegura que no puede ¡°vivir la dimensi¨®n religiosa sin humanizar la vida¡±, pero que eso tambi¨¦n genera conflictos en una sociedad tan desigual como la brasile?a.
El a?o pasado, el sacerdote recibi¨® una llamada del papa Francisco en la que le pidi¨® que ¡°no se desanime¡± y cit¨® su trabajo en un discurso en el Vaticano. Para este sacerdote de 72 a?os, el des¨¢nimo no es una opci¨®n.
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