Los yihadistas del Sahel ganan cada vez m¨¢s terreno
Con Mal¨ª y Burkina Faso desfondados por la violencia islamista, los terroristas ya golpean en el norte de Costa de Marfil, Ben¨ªn y Togo
El imparable avance del yihadismo en el Sahel desde hace una d¨¦cada no solo ha provocado miles de muertos, tres millones de desplazados y una grave crisis humanitaria. Tambi¨¦n est¨¢ erosionando a los gobiernos de la regi¨®n y generando una enorme inestabilidad pol¨ªtica y social: los golpes de Estado en Mal¨ª o la reciente ca¨ªda del Gobierno de Burkina Faso son consecuencia de la crisis en materia de seguridad que se expresa tambi¨¦n en manifestaciones espont¨¢neas contra las autoridades. Aprovechando estas debilidades, la estrategia de los radicales es ganar cada vez m¨¢s terreno y avanzar hacia las regiones norte?as de los pa¨ªses del golfo de Guinea como Costa de Marfil, donde los ataques ya no son novedad, o de Ben¨ªn y Togo, que han sufrido graves incursiones en el ¨²ltimo mes.
Domingo, 14 de noviembre. Al amanecer, decenas de yihadistas en motos y camionetas pickup asaltan el puesto de la Gendarmer¨ªa de Inata, en el remoto norte de Burkina Faso, y asesinan a 53 polic¨ªas. Informes posteriores revelan que a los agentes les faltaba de todo, incluso comida. Tras semanas de ataques constantes y medio millar de agentes muertos en seis a?os, Inata es la gota que colma el vaso. Miles de burkineses se manifestaron en las principales ciudades para denunciar la inacci¨®n de unas autoridades desbordadas por la amenaza terrorista y, entre rumores de hartazgo en las Fuerzas Armadas e incluso de golpe de Estado, el presidente Roch Marc Cristian Kabor¨¦ destituye a todo el Gobierno en un intento de salvar su propia cabeza.
La extensi¨®n de la actividad yihadista no solo amenaza la democracia, sino la existencia misma del Estado en Burkina Faso, advierte Gilles Yabi, director del centro de an¨¢lisis Wathi. ¡°Ya ocurre en Mal¨ª desde 2012, donde la degradaci¨®n de la seguridad y la incapacidad de respuesta abrieron la puerta a los golpes de Estado. Hay que evitar por todos los medios este escenario en Burkina Faso¡±, asegura.
En marzo de 2012, militares malienses en c¨®lera por la falta de armas y munici¨®n para enfrentarse a la insurrecci¨®n radical que comenzaba a brotar en el norte del pa¨ªs se alzaron contra el entonces presidente Amadou Toumani Tour¨¦. Ocho a?os m¨¢s tarde, en agosto de 2020, un grupo de coroneles hartos de ver morir a sus soldados en el norte y centro del pa¨ªs se subieron al carro del descontento popular para protagonizar un nuevo golpe de Estado que derroc¨® a Ibrahim Boubacar Keita.
¡°La desestabilizaci¨®n de los gobiernos del Sahel es una consecuencia palpable de la actividad de los grupos armados¡±, asegura Ornella Moderan, investigadora del Instituto de Estudios de Seguridad (ISS). ¡°En Burkina Faso asistimos a una lucha entre el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM) y el Estado Isl¨¢mico del Gran Sahara (EIGS) por controlar parte del territorio burkin¨¦s, que a la vez sirve de pasillo hacia los pa¨ªses costeros¡±. Estos dos grupos terroristas, apoyados en katibas (grupos de combatientes) locales, son los principales responsables de los ataques y atentados constantes en toda la regi¨®n. El ¨²ltimo, el pasado jueves en el norte de Burkina Faso, cost¨® la vida a 41 personas.
¡°Los terroristas sacan partido de la inestabilidad¡±, coincide por su parte el investigador Bakary Sambe, director del Instituto Timbukt¨². ¡°Detr¨¢s de la incre¨ªble cantidad de ataques que sufre Burkina Faso hay una estrategia de los grupos yihadistas de debilitar la presencia del Estado para continuar su expansi¨®n hacia los pa¨ªses del golfo de Guinea¡±, a?ade. Con buena parte de Mal¨ª y Burkina Faso ya fuera del control del Estado, ese avance es una realidad. El pasado 9 de noviembre un puesto militar de Togo sufri¨® un ataque terrorista, el primero de su historia, y a principios de diciembre dos bases del Ej¨¦rcito benin¨¦s sufr¨ªan la misma suerte. En el norte de Costa de Marfil las escaramuzas son habituales. En todos los casos, los agresores proced¨ªan de la vecina Burkina Faso.
¡°Los pa¨ªses del golfo de Guinea han tenido tiempo de trabajar en la prevenci¨®n y no lo han hecho porque est¨¢n instalados en la negaci¨®n del problema, como si fuera un asunto lejano, o en el enfoque exclusivamente militar en lugar de tratar de combatir las causas profundas. M¨¢s tarde o m¨¢s temprano, como ya ocurri¨® en el centro de Mal¨ª o el norte de Burkina Faso con la etnia peul, este enfoque va a acentuar los conflictos y la estigmatizaci¨®n comunitaria¡±, asegura Sambe, para quien la debilidad de Estados no preparados para un conflicto asim¨¦trico como este ¡°beneficia claramente a los yihadistas para continuar su avance¡±.
La extensi¨®n del yihadismo hacia el golfo de Guinea fue una de las principales preocupaciones del reciente Foro sobre Paz y Seguridad celebrado en Dakar. El presidente senegal¨¦s Macky Sall, anfitri¨®n del encuentro y pr¨®ximo presidente de la Uni¨®n Africana en 2022, habl¨® de ¡°met¨¢stasis¡±. Los investigadores coinciden en que dichos pa¨ªses ya son fuente de aprovisionamiento y financiaci¨®n para los grupos terroristas, pero va mucho m¨¢s all¨¢. Un reciente informe del ISS pone el acento en c¨®mo la miner¨ªa de oro artesanal, muy dif¨ªcil de controlar por los Estados, ya genera ingresos a los grupos armados y alerta de la existencia de riesgos de contagio yihadista hacia Senegal, en cuya frontera sur con Mal¨ª se repiten cada vez m¨¢s incidentes relacionados con la seguridad.
En este contexto de avance del yihadismo, la retirada parcial de las tropas francesas de la Operaci¨®n Barkhane, que pasar¨¢ de unos 5.100 soldados a 3.000 el pr¨®ximo verano y que ya ha cedido el control de tres bases militares al Ej¨¦rcito maliense, ha llevado la inquietud a los pa¨ªses del Sahel. ¡°Este es un momento de gran cambio. Barkhane ha sido el eje sobre el que pivota toda la estrategia de lucha antiterrorista en la regi¨®n y asistimos a un redimensionamiento de esta fuerza militar. Es una inc¨®gnita ver c¨®mo los ej¨¦rcitos nacionales o el G5 del Sahel se adaptan a este cambio¡±, asegura Moderan.
La pol¨¦mica rusa
La revelación de la existencia de negociaciones entre el Gobierno de Malí, controlado por los militares, y la compañía privada rusa Wagner para el posible despliegue de mercenarios en la lucha contra el yihadismo ha generado una gran reacción internacional. El pasado jueves, 15 países europeos, entre ellos España y Francia, y Canadá condenaron este despliegue asegurando que tenían conocimiento de la implicación del Gobierno ruso a la hora de dar apoyo material al desembarco de Wagner en Malí. Fuentes gubernamentales francesas informaron a los medios de que habían detectado la instalación de un campamento de acogida a las afueras del aeropuerto de Bamako, la capital maliense, para acoger a los mercenarios y que se había observado una intensa rotación de aviones de transporte rusos.
Sin embargo, las autoridades malienses negaron el pasado viernes a través de un comunicado que ninguna compañía privada rusa se esté desplegando en su territorio y aseguraron que se trata de formadores. “Al mismo nivel que la misión europea de formación (EUTM), formadores rusos están presentes en Malí en el marco del refuerzo de las capacidades operacionales de las Fuerzas de Defensa y Seguridad nacionales”, asegura el coronel Abdoulaye Maiga, ministro de Administración Territorial y portavoz del Gobierno, en dicho comunicado. Al mismo tiempo, pide a sus socios europeos que juzguen al Ejecutivo maliense por hechos y no por rumores y les reclama que aporten “pruebas por parte de fuentes independientes” de dicho despliegue.
El pasado martes, el presidente francés Emmanuel Macron pidió “aclaraciones” al presidente ruso, Vladímir Putin, respecto a la situación en Malí durante una conversación en la que abordaron diferentes temas. Macron tenía previsto desplazarse a Bamako la semana pasada para visitar a las tropas franceses allí desplegadas y reunirse con el presidente maliense, el coronel Assimi Goïta, en aras de rebajar la tensión entre ambos países, pero dicho desplazamiento fue suspendido oficialmente debido a la crisis sanitaria provocada por el repunte de casos de covid-19.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.