El vicepresidente y seis ministros bolivianos dan positivo a covid-19
El ¡®n¨²mero dos¡¯ del Gobierno se infecta por tercera ocasi¨®n. Bolivia vive la escalada de contagios por coronavirus, con un ritmo diario de 9.000 casos
El vicepresidente de Bolivia, David Choquehuanca, y seis ministros del Gabinete han dado positivo a la covid-19 en el repunte de contagios en el pa¨ªs. Se trata del 37% del Gabinete, conformado por 16 funcionarios. Choquehuanca se ha contagiado por tercera ocasi¨®n y a una semana despu¨¦s de haber recibido su primera dosis de la vacuna, algo que hab¨ªa eludido durante ocho meses. El Gobierno public¨® un comunicado informando que, adem¨¢s de ¨¦l, los responsables de Relaciones Exteriores, Gobierno (Interior), Defensa, Planificaci¨®n, Justicia y Educaci¨®n estaban aisl¨¢ndose tras someterse a pruebas.
Desde el 27 de diciembre, Bolivia se encuentra en el pico de su cuarta ola de contagios. En los ¨²ltimos siete d¨ªas, los nuevos casos han aumentado a un ritmo promedio de m¨¢s de 9.000 diarios, superior al de otros momentos de la pandemia. La variante ¨®micron de la covid-19 se ha detectado oficialmente en La Paz, la capital administrativa del pa¨ªs, y los m¨¦dicos aseguran que est¨¢ expandi¨¦ndose tambi¨¦n en otras ciudades en las que el brote es m¨¢s intenso, como Santa Cruz de la Sierra y Tarija. Igual que ocurre en el resto del mundo, los contagios son r¨¢pidos, los cuadros m¨¢s leves entre los vacunados y la tasa de mortalidad m¨¢s baja que nunca antes (de alrededor del 0,8%). En Bolivia el subregistro de contagios y fallecimientos es muy alto.
La vacunaci¨®n del vicepresidente Choquehuanca se produjo luego de que la oposici¨®n le criticara continuamente por no haberlo hecho en abril pasado, cuando le correspond¨ªa por su edad. El vicepresidente boliviano explic¨® que no se hab¨ªa vacunado antes porque hab¨ªa enfermado dos veces con el coronavirus. Tambi¨¦n afirm¨® que hab¨ªa logrado salir de la enfermedad usando hierbas medicinales ancestrales y comiendo ¡°hasta pasto¡±. En Bolivia ha sido frecuente que en las ¨¢reas rurales la poblaci¨®n tienen m¨¢s confianza en estas hierbas que en otros procedimientos m¨¦dicos. El retraso tambi¨¦n fue la resistencia a la vacunaci¨®n de los habitantes del altiplano boliviano, que constituyen la base social del vicepresidente. En esta zona tienen una importante influencia las iglesias evang¨¦licas que se oponen abiertamente a las vacunas.
El lunes pasado, miles de gremiales y vecinos de la ciudad de El Alto (colindante con La Paz), la mayor¨ªa de ellos de origen aimara, protestaron contra un decreto del Gobierno que ordena a todas las instituciones p¨²blicas, inclusive los aeropuertos y las terminales de buses, y a muchas privadas, exigir como requisito de admisi¨®n el carnet de vacunaci¨®n o un PCR reciente. La medida gubernamental tambi¨¦n ha sido rechazada por varios sectores campesinos, que han advertido con movilizarse. ¡°En el campo sabemos que debemos curarnos con nuestra medicina ancestral, y que los que han ido al hospital han salido en caj¨®n¡±, declar¨® un dirigente campesino a la prensa. Durante los dos a?os de duraci¨®n de la pandemia, en Bolivia se ha denunciado el uso masivo de sustancias que son ilegales para el tratamiento de la covid-19, como la ivermectina y el di¨®xido de cloro.
El presidente, Luis Arce, decidi¨® postergar la entrada en vigencia de este decreto hasta el 26 de enero, argumentando que los puntos de vacunaci¨®n no estaban preparados para una afluencia tan masiva como la que se produjo mientras el decreto estuvo operativo, entre el 3 y el 5 de enero. En este corto periodo, aproximadamente medio mill¨®n de personas se vacun¨®, una cifra que en el pasado solo se lograba con varias semanas de campa?a. Algunos voceros de la oposici¨®n dudan de que Arce pueda imponer finalmente su exigencia, puesto que se le enfrentan grupos sociales que tienen gran capacidad de movilizaci¨®n y que tradicionalmente han sido parte del oficialismo. Algunos dirigentes de estos grupos han afirmado que no son contrarios al Gobierno ni tampoco antivacunas, pero no quieren ser obligados a ser inmunizados. Tambi¨¦n existen grupos de antivacunas en otros segmentos sociales y otros lugares del pa¨ªs, pero solo se trata de peque?os grupos.
El expresidente Evo Morales critic¨® a los dirigentes de las organizaciones sociales vinculadas a su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), por divulgar entre la gente que ¡°las vacunas matan¡±. El que fuera mandatario boliviano se sum¨® al esfuerzo de Arce para aumentar la presi¨®n sobre la poblaci¨®n que todav¨ªa no se ha inmunizado, que de acuerdo con las estad¨ªsticas mundiales es el 60% de los 11 millones de bolivianos (aunque la vacuna solo est¨¢ disponible para ni?os desde los cinco a?os). Bolivia ocupa en este campo el pen¨²ltimo lugar en Sudam¨¦rica, ¨²nicamente por delante de Venezuela. Para elevar esta cifra y evitar un nuevo colapso sanitario al pa¨ªs, Arce desea adoptar la misma pol¨ªtica que hoy se aplica en otros pa¨ªses de la regi¨®n y el mundo, pero no ha sido comprendido por sus propios seguidores.
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