El suicidio de un joven en Turqu¨ªa agita el debate sobre los abusos de las cofrad¨ªas religiosas
Aumentan las denuncias contra instituciones regentadas por organizaciones isl¨¢micas, que han ganado peso en el sector educativo con el Gobierno de Erdogan
El suicidio de un joven en una residencia de estudiantes regentada por una cofrad¨ªa isl¨¢mica ha puesto el foco del debate en Turqu¨ªa en las organizaciones religiosas, cuyo poder econ¨®mico se ha incrementado desde la llegada de Recep Tayyip Erdogan al poder, y alrededor de las cuales se han multiplicado las denuncias de abusos sexuales y malos tratos.
El pasado 10 de enero, Enes Kara, un estudiante de Medicina de 20 a?os de la Universidad del ?ufrates (provincia de Elazig), se tir¨® por la ventana del s¨¦ptimo piso del edificio en que viv¨ªa, una residencia estudiantil propiedad del movimiento islamista Nur. Un mes antes de acabar con su vida, Kara hab¨ªa publicado un v¨ªdeo en las redes sociales en el que afirmaba haber ¡°perdido la alegr¨ªa de vivir¡±. En el v¨ªdeo relataba c¨®mo desde peque?o hab¨ªa pasado por internados religiosos y que su familia le hab¨ªa obligado a alojarse en una residencia isl¨¢mica al marchar a la universidad, pese a que ¨¦l no quer¨ªa porque hac¨ªa a?os que hab¨ªa perdido la fe.
Las estrictas reglas y dureza de la vida en la residencia ¡ªacudir a todos los rezos desde el amanecer, lecturas cor¨¢nicas, clases religiosas obligatorias incluso los fines de semana adem¨¢s de los estudios de su carrera¡ª acabaron por minar al joven. ¡°Cuando te obligan a hacer estas cosas contra tu voluntad sientes que has perdido tu libertad. (¡) Estoy psicol¨®gicamente agotado¡±, dec¨ªa en el v¨ªdeo.
Tras conocer la noticia de la muerte, sus compa?eros de facultad organizaron una concentraci¨®n en la que pidieron medidas para poner fin a los ¡°suicidios por desesperaci¨®n¡± de los j¨®venes turcos sometidos a presiones familiares, sociales, religiosas y econ¨®micas. ¡°?Cu¨¢ntas vidas m¨¢s hemos de perder antes de que se pase a la acci¨®n?¡±, se pregunt¨® la estudiante que ley¨® el comunicado, en el que se ped¨ªa investigar las residencias gestionadas por organizaciones religiosas. En varias ciudades ha habido concentraciones y manifestaciones de protesta, algunas con decenas de detenidos, y el caso ha reabierto el debate sobre las tarikat y cemaat, las organizaciones isl¨¢micas que, adem¨¢s de sus actividades religiosas, mantienen intereses en diferentes sectores, especialmente en la educaci¨®n: cursos de Cor¨¢n para ni?os, internados, residencias universitarias, colegios confesionales, cursos de preparaci¨®n de ex¨¢menes y oposiciones...
Enes Kara i?in yap?lan eylemde bir gazeteci g?zalt?na al?nd? | Cemaat yurtlar?nda kalmaya mecbur b?rak?lan ve ya?ad??? bask?lardan sonra intihar eden #EnesKara i?in Taksim d¨¹zenlenen eylemde gazeteci Yadigar Ayg¨¹n'¨¹n de g?zalt?na al?nd??? ??renildi. pic.twitter.com/RWs4Dy1zIr
— Ya?ar Usta (@yasarustaportal) January 14, 2022
Algunas familias env¨ªan a sus hijos a estos centros para que reciban una formaci¨®n religiosa, otras porque son m¨¢s asequibles, otras por las oportunidades de futuro que se abren. Pero peri¨®dicamente son objeto de esc¨¢ndalos que en muchos casos se achacan a la falta de supervisi¨®n. ¡°Legalmente, deber¨ªa haber una supervisi¨®n del Ministerio [de Educaci¨®n], pero no la hay y cuando la hay dudo mucho que los inspectores se atrevan a denunciar las irregularidades¡±, lamenta el periodista turco Ismail Saymaz, autor de dos libros sobre el poder que han alcanzado las tarikat.
En diciembre, el cocinero de una residencia de estudiantes de la provincia de Antalya degoll¨® a un estudiante de 18 a?os convencido de que era el Deccal, el falso mes¨ªas que, seg¨²n el Cor¨¢n, anticipa la llegada del Juicio Final. El edificio hab¨ªa sido alquilado por una fundaci¨®n islamista a una congregaci¨®n que no ten¨ªa licencia para operarlo. En 2016, un internado perteneciente a la orden religiosa de los S¨¹leymanci en la provincia de Adana ardi¨® debido a la falta de mantenimiento de su instalaci¨®n el¨¦ctrica y murieron 11 ni?os de entre 10 y 12 a?os y un educador.
Con todo, la mayor¨ªa de denuncias se centra en malos tratos y abusos sexuales. Por ejemplo, un empleado de un internado para estudiantes de ense?anza media en la provincia de Esmirna condenado por abusar de siete ni?os. O el director de una residencia de la provincia de Adiyaman que obligaba a ni?os de 10 y 11 a?os a ver porno con ¨¦l y los tocaba. O los imanes de las provincias de Bartin y Afyon que abusaron de varias ni?as. O el caso de un internado religioso de Karaman en el que un profesor, miembro de la influyente fundaci¨®n religiosa Ensar, viol¨® a unas 45 ni?as en un periodo de cuatro a?os. En todos estos casos se ha producido una condena al menos en primera instancia.
Muchos de estos casos no son ni siquiera reportados por el da?o psicol¨®gico que sufren las v¨ªctimas o el miedo de sus familias, como explicaba una menor al diario Cumhuriyet tras hacerse p¨²blico que en su internado se pegaba a los estudiantes con martillos, se les obligaba a masajear a sus profesores o a dormir y ducharse con ellos: ¡°Al menos se abus¨® de 30 ni?os, pero se callaron por miedo a que les persiguiesen los malos esp¨ªritus de los maestros¡±. Recientemente, el jeque (l¨ªder espiritual) de la comunidad religiosa Ussaki, en la provincia de Sakarya, fue condenado a 10 a?os de c¨¢rcel por violar a una ni?a de 12 a?os, hija de la mujer que limpiaba en la congregaci¨®n, aunque se sospecha que abus¨® de m¨¢s menores. El jeque trat¨® de convencer al padre de la v¨ªctima de que retirase su denuncia con argumentos religiosos, luego le inst¨® a matar a la ni?a y disfrazarlo de suicidio y, ante la negativa, envi¨® a sus seguidores a darle una paliza y a tratar de sobornarlo.
La influencia de las ¡®tarikat¡¯
A ra¨ªz del suicidio de Enes Kara, algunos comentaristas y partidos de izquierda han llegado a pedir la ilegalizaci¨®n de las tarikat o que se les retire la gesti¨®n de centros educativos, a lo que el dirigente de uno de los partidos de la coalici¨®n gubernamental respondi¨®: ¡°Si por la muerte de un ni?o hay que cerrar las congregaciones religiosas, cuando muera un borracho habr¨ªa que cerrar las tabernas¡±. De hecho, el principal partido de la oposici¨®n, el laico y centroizquierdista CHP, se ha mostrado inusualmente cauto. ¡°El Gobierno intenta mostrar al CHP como enemigo de la religi¨®n y atizar el miedo de sus electores diciendo que si la oposici¨®n llega al poder nos obligar¨¢ a quitarnos el velo y a afeitarnos las barbas, nos cerrar¨¢ los cursos de Cor¨¢n y las tarikat, as¨ª que el CHP ha preferido no entrar en la pol¨¦mica¡±, opina Saymaz.
Y es que estas cofrad¨ªas est¨¢n profundamente arraigadas en el tejido social del mundo musulm¨¢n, pues han servido desde hace siglos para vehicular la religiosidad y la espiritualidad popular. Muchas son de inspiraci¨®n suf¨ª ¡ªaunque sea solo en su aspecto formal¡ª, si bien la mayor¨ªa de las actuales abrazan una versi¨®n del islam ortodoxa e incluso fundamentalista. Tras la instauraci¨®n de la Rep¨²blica y la abolici¨®n del califato, el fundador de la Turqu¨ªa moderna, Mustafa Kemal Atat¨¹rk, decret¨® la prohibici¨®n de las tarikat en 1925. Pero sobrevivieron en la clandestinidad y comenzaron a resurgir en la d¨¦cada de 1950 gracias al apoyo de sucesivos gobiernos de derecha. Crecieron as¨ª en influencia pol¨ªtica ¡ªel apoyo del jeque de una cemaat a una determinada formaci¨®n pol¨ªtica puede arrastrar los votos de miles de seguidores de la congregaci¨®n¡ª y econ¨®mica, pues extendieron sus inversiones ¡°hasta convertirse en grandes grupos empresariales, con intereses en la Educaci¨®n, la Sanidad y los medios de comunicaci¨®n¡±, explica Saymaz. ¡°Adem¨¢s, han instaurado fundaciones y asociaciones que mantienen protocolos con el Estado y as¨ª reciben fondos p¨²blicos, adem¨¢s de las donaciones privadas¡±, a?ade el periodista.
Extenderse por el sector educativo es para las congregaciones religiosas un objetivo esencial, ya que mediante el adoctrinamiento de los m¨¢s j¨®venes pueden captar futuros disc¨ªpulos. Y para los estudiantes, adem¨¢s de la motivaci¨®n religiosa o ideol¨®gica, hay cuestiones m¨¢s pr¨¢cticas: dada la extensi¨®n de la influencia de estas organizaciones, cuyos adeptos tienen puestos de responsabilidad en numerosos ministerios, en muchos casos sirven para colocar en la Administraci¨®n o buscar empleo a sus miembros.
El caso m¨¢s paradigm¨¢tico es el movimiento Hizmet de los seguidores del predicador Fetul¨¢ G¨¹len, que lleg¨® a amasar tal poder que era capaz de controlar los ex¨¢menes de acceso al funcionariado y al cuerpo de Polic¨ªa. Hasta que su desmesurada ambici¨®n le enfrent¨® a su antiguo aliado Erdogan, contra el que Ankara asegura que lideraron el intento de golpe de Estado en 2016. Tras la ilegalizaci¨®n del movimiento g¨¹lenista, sus despojos ¡ªcientos de edificios, residencias de estudiantes, colegios y universidades¡ª han sido repartidos por el Gobierno entre diferentes fundaciones vinculadas a la familia Erdogan y numerosas tarikat, a cual m¨¢s conservadora.
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