Los asesinatos caen en Brasil al menor nivel en 15 a?os
Las muertes violentas fueron 41.069 en 2021, tras una reducci¨®n atribuida a una tregua entre bandas, la profesionalizaci¨®n del narco o un cambio demogr¨¢fico
Un criminal y la mujer con la que regresaba de un baile funk en R¨ªo de Janeiro fueron asesinados en una emboscada con un centenar de disparos y cinco coches este s¨¢bado a primera hora, seg¨²n informa este lunes un diario carioca. El caso es llamativo por lo espectacular y porque la prensa informa de ello, pero la inmensa mayor¨ªa de los 41.069 asesinados en 2021 no fueron noticia entonces. Lo son ahora porque es la cifra m¨¢s baja de muertes violentas desde hace 15 a?os, cuando el Forum Brasileiro da Seguran?a P¨²blica empez¨® a recopilar los datos. Este balance, publicado por G1, un medio digital del grupo Globo, no incluye las muertes en operaciones policiales.
Los poco m¨¢s de 41.000 muertos suponen un 7% menos que los sumados el a?o anterior. Es decir, m¨¢s de 3.000 fallecidos menos. Los especialistas atribuyen la reducci¨®n a una combinaci¨®n de factores entre los que no est¨¢ la pandemia, sino ¡°la profesionalizaci¨®n del mercado de drogas¡±, que los gobiernos tienen mayor control sobre los criminales, un apaciguamiento de la guerra entre bandas, pol¨ªticas p¨²blicas de seguridad y sociales como las desarrolladas en Pernambuco, Espirito Santo o Cear¨¢ y una juventud menguante por un cambio demogr¨¢fico.
La organizaci¨®n criminal m¨¢s poderosa de Brasil, el Primer Comando de la Capital, est¨¢ exportando al resto del territorio el modelo que implant¨® en S?o Paulo hace m¨¢s de dos d¨¦cadas, seg¨²n explica a G1 Bruno Paes Manso, de la Universidad de S?o Paulo. El PCC funciona como una hermandad de delincuentes con normas r¨ªgidas, un sistema propio con el que impone su justicia y adem¨¢s regula los precios. Sus l¨ªderes dirigen desde la c¨¢rcel a 30.000 miembros que pagan cuota.
El PCC y la segunda banda m¨¢s poderosa, el Comando Vermelho, de R¨ªo de Janeiro, y sus respectivos aliados territoriales libraron una brutal guerra que reg¨® de sangre el norte y el nordeste. La disputa por las rutas de la droga desde los pa¨ªses productores a trav¨¦s de la Amazonia y hasta la costa Atl¨¢ntica dejaron m¨¢s de 55.000 muertos anuales en el periodo 2014-2017. En el momento en que uno de los grupos se hace fuerte en un territorio, la violencia disminuye.
La seguridad p¨²blica es uno de los asuntos prioritarios para los brasile?os, que en octubre elegir¨¢n presidente. El antiguo juez y precandidato Sergio Moro, que lleva semanas en campa?a, no suele perder la ocasi¨®n de recordar que en su a?o como ministro de Justicia los asesinatos cayeron un 19%, que los expertos vinculan con una tregua entre el PCC y el CV. Y este lunes algunos bolsonaristas se han apresurado a destacar la ca¨ªda de asesinatos pese a que las licencias de armas se han duplicado en los tres a?os que Jair Bolsonaro lleva en el poder, un factor que, seg¨²n los cr¨ªticos, iba a disparar la violencia.
Este balance anual excluye las muertes en operaciones policiales, que en Brasil en 2020 fueron m¨¢s de 6.400 personas. Es uno de los pa¨ªses del mundo con una tasa m¨¢s alta. Algunos Estados est¨¢n logrando reducir esa letalidad policial mediante la instalaci¨®n de c¨¢maras en los uniformes de los agentes.
Regresando a la espectacular emboscada del fin de semana, la Polic¨ªa de R¨ªo de Janeiro est¨¢ convencida de que es parte del pulso entre grupos paramilitares locales, que van entrando en el negocio de la droga, pero se dedican sobre todo a la extorsi¨®n y a ofrecer servicios como Internet o transporte ilegal.
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