La Conferencia sobre el futuro de Europa abre una fase de integraci¨®n que asusta a los euroesc¨¦pticos
La clausura este lunes del foro de reflexi¨®n ciudadana anticipa nuevos avances en pol¨ªtica sanitaria, energ¨¦tica, exterior y de defensa, espoleados por la pandemia y la guerra en Ucrania
La Conferencia sobre el futuro de Europa concluye este lunes en Estrasburgo tras un a?o de debates presenciales y virtuales en los que han participado miles de ciudadanos de los 27 pa¨ªses de la UE. Como tantas veces ha ocurrido en la historia de la Uni¨®n, la aparentemente inocua semilla de la Conferencia echar¨¢ a rodar un alud de reformas en pol¨ªtica econ¨®mica, energ¨¦tica, sanitaria o de defensa, que parecen llamadas a ganar fuerza en una era marcada por las tr¨¢gicas lecciones de la pandemia y de la guerra de Ucrania. Los pa¨ªses ya han empezado a alinearse en Bruselas entre los partidarios de aprovechar esas crisis para dar un gran salto en la integraci¨®n europea, con reforma de los Tratados incluida, y los que observan con espanto una carrera que puede dejarles en la cuneta del euroescepticismo nacionalista y populista.
¡°Estas grandes crisis y desaf¨ªos, no importa lo diferente que sean, requieren una cooperaci¨®n muy, muy estrecha entre nosotros¡±, se?alaba el pasado viernes la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, en alusi¨®n a unas sacudidas que abarcan desde la Covid-19 al cambio clim¨¢tico pasando por la invasi¨®n de Ucrania. Von der Leyen, la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, clausurar¨¢n la Conferencia que desde marzo de 2021 ha debatido y reflexionado sobre los retos de la UE.
El ejercicio de reflexi¨®n ciudadana sobre la UE del siglo XXI no ha alcanzado el vuelo que esperaban sus impulsores, en parte por la pandemia, que oblig¨® a retrasar su comienzo y optar por f¨®rmulas h¨ªbridas de participaci¨®n, y en parte por tratarse de un experimento muy novedoso y dif¨ªcil de implantar a la primera. Pero las conclusiones de la Conferencia, con 49 propuestas en nueve cap¨ªtulos (cambio clim¨¢tico, salud, econom¨ªa, pol¨ªtica exterior, valores y derechos, digital, democracia, migraci¨®n, y educaci¨®n y cultura) y m¨¢s de 300 medidas para llevarlas a cabo, aspiran a convertirse en la base para esa cooperaci¨®n tan estrecha que anuncia la presidenta de la Comisi¨®n
¡°La participaci¨®n en las plataformas digitales no ha sido la que esper¨¢bamos¡±, reconoce una fuente institucional implicada en la organizaci¨®n de esos foros. Pero la misma fuente subraya que ¡°tan importante como la cantidad es la calidad y en el terreno de las ideas planteadas estamos extremadamente satisfechos¡±.
Alberto Alemanno, profesor de derecho comunitario en la Haute ?cole de Commerce de Par¨ªs, coincide en que ¡°a pesar de las cr¨ªticas iniciales y de sus limitaciones, la Conferencia sobre el futuro est¨¢ llamada pasar a la historia como un gran catalizador de la integraci¨®n de la UE¡±. Alemanno cree que los cambios ser¨¢n inevitables porque ¡°esta vez, a diferencia de previos ejercicios, son los ciudadanos de Europa, seleccionados al azar, quienes piden una profunda revisi¨®n de las reglas del juego¡±.
¡°Esta es una aut¨¦ntica oportunidad para Europa¡±, afirm¨® la presidenta del Parlamento Europeo la semana pasada. ¡°Si no ahora, ?cu¨¢ndo?¡±, se preguntaba Metsola al tiempo que defendi¨® la necesidad de dar seguimiento a los cambios reclamados por los participantes de la Conferencia en ¡°defensa, sanidad, clima o seguridad¡±.
De hecho, el nerviosismo es evidente entre los diplom¨¢ticos del Consejo de la UE, que en su mayor¨ªa hab¨ªan observado con evidente desd¨¦n la actividad de un foro al que se auguraba poco recorrido. Tambi¨¦n ha quedado atr¨¢s, seg¨²n fuentes comunitarias, la desconfianza inicial de algunos miembros del Parlamento Europeo, que apreciaban un choque entre democracia representativa y democracia deliberativa. ¡°Se han dado cuenta de que este tipo de ejercicios de consulta no socavan la democracia representativa sino que la refuerzan¡±, apuntan esas fuentes. Las conclusiones de la Conferencia caen adem¨¢s en un terreno abonado para el cambio: una Europa obligada a reaccionar tras la mayor pandemia en m¨¢s de 100 a?os y el primer conflicto armado en suelo europeo entre dos pa¨ªses desde el final de la II Guerra mundial.
La Italia de Mario Draghi ha sido el primer pa¨ªs de los grandes que ha abogado por una reforma de los Tratados para adaptar a la nueva realidad a unas instituciones que, a juicio del primer ministro italiano, ¡°son inadecuadas para la realidad que afrontamos hoy¡±. El bando reformista es previsible que cuente tambi¨¦n con el canciller alem¨¢n, Olaf Scholz, aunque todav¨ªa no se ha pronunciado; con el reci¨¦n reelegido presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, y con el presidente del Gobierno espa?ol, Pedro S¨¢nchez. Cuatro grandes pa¨ªses que pueden dar tracci¨®n a un proceso de transformaci¨®n del que este 9 de mayo, d¨ªa de Europa, podr¨ªa ser el pistoletazo de salida.
Pero enfrente tendr¨¢n otro grupo no menos nutrido que tambi¨¦n acepta la posibilidad de reformar los Tratados, pero para reducir las competencias de la Comisi¨®n Europea y acotar lo que consideran injerencias de Bruselas en la soberan¨ªa nacional. ¡°Hay que parar la sovietizaci¨®n de la UE y que Bruselas se convierta en Mosc¨²¡±, proclam¨® el primer ministro h¨²ngaro, Viktor Orb¨¢n, con motivo del d¨ªa nacional de su pa¨ªs en 2021.
Alemanno avisa de que ¡°el impulso a una mayor integraci¨®n puede tener consecuencias no buscadas¡±. Y cita el riesgo de que ¡°se alimente el descontento hacia la UE en un momento de elevada inflaci¨®n y transformaci¨®n socioecon¨®mica¡±. Una coyuntura que podr¨ªa revitalizar ¡°una alianza antieuropea¡± como la que podr¨ªan encarnar la francesa Marine Le Pen o el italiano Matteo Salvini.
Pero este bando euroesc¨¦ptico, habitualmente articulado en torno a la Hungr¨ªa de Orb¨¢n y la Polonia de Jaroslaw Kaczynski, presenta grietas. La guerra de Rusia contra Ucrania ha alejado al rus¨®filo gobierno h¨²ngaro de un ejecutivo polaco firmemente partidario de romper todos los lazos con Putin.
Las ¨²ltimas crisis han demostrado, adem¨¢s, la menguante paciencia del resto de socios con los pa¨ªses obstinados en frenar los avances comunitarios. Bruselas ya amag¨® con lanzar un fondo de recuperaci¨®n frente a la pandemia sin incluir a Polonia y Hungr¨ªa cuando ambos pa¨ªses amenazaron con vetar el proyecto para arrancar mayor benevolencia hacia sus derivas autoritarias, xen¨®fobas y hom¨®fobas.
El previsible aceler¨®n de los pr¨®ximos meses en pol¨ªtica energ¨¦tica, sanitaria, econ¨®mica, exterior y de defensa obligar¨¢ tambi¨¦n a tener pocos miramientos con los reacios. De la siempre anunciada Europa a varias velocidades podr¨ªa pasarse a una Europa de los arcenes, en la que uno o varios pa¨ªses podr¨ªan quedarse aparcados mientras el resto sigue adelante.
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