El Gobierno de Johnson inicia el lunes los tr¨¢mites para suspender el Protocolo de Irlanda del Norte
El primer ministro vuelve a recurrir al Brexit para salir de su crisis pol¨ªtica, pero arriesga un duro enfrentamiento con la UE y otra guerra interna en el Partido Conservador
Vuelven las curvas a la pol¨ªtica brit¨¢nica, y esta vez por partida doble. O triple. El Gobierno de Boris Johnson, siempre dispuesto a recurrir al arma del Brexit para aliviar sus crisis internas, ha anunciado a ¨²ltima hora de este jueves la agenda parlamentaria de la pr¨®xima semana. La primera ley que iniciar¨¢ su tramitaci¨®n este mismo lunes ser¨¢ la que modifica y suspende aspectos fundamentales del Protocolo de Irlanda del Norte. Johnson contaba ya con la posibilidad de un duro enfrentamiento con Bruselas, que podr¨ªa acabar derivando en una guerra comercial, pero el frente que se le abre puede ser doble, o hasta triple. El ala m¨¢s dura del Partido Conservador, los euroesc¨¦pticos del llamado European Research Group (Grupo de Estudios Europeos, ERG en sus siglas en ingl¨¦s) ya han advertido al primer ministro que votar¨¢n en contra de cualquier texto legal que no vaya tan lejos como ellos pretenden. Es decir, que pr¨¢cticamente anule el Protocolo.
El ERG fue clave a la hora de impulsar a Johnson al liderazgo de los conservadores, hasta convertirle en primer ministro. Frente a ellos, los tories m¨¢s moderados, como Theresa May, tambi¨¦n est¨¢n dispuestos a rechazar la nueva ley en la C¨¢mara de los Comunes. Consideran muy da?ino para el prestigio y la reputaci¨®n del Reino Unido que su Gobierno decida unilateralmente incumplir un tratado internacional. Johnson puede creer que el Brexit, de nuevo, le salvar¨¢ de las malas horas, pero tambi¨¦n corre el riesgo de dirigirse directamente a un nuevo fiasco pol¨ªtico y parlamentario.
El diario The Times ha revelado que el propio primer ministro se reuni¨®, junto con la titular de Exteriores, Liz Truss, con representantes del ERG, horas antes de que se produjera la votaci¨®n ¡ªel pasado lunes¡ª de la moci¨®n de censura interna contra Johnson en el grupo parlamentario conservador. Buscaba desesperadamente el apoyo del grupo que le encumbr¨® al poder. Seg¨²n el diario, acordaron incorporar al nuevo texto legal todas las exigencias de los euroesc¨¦pticos: eliminar por completo el papel supervisor del Tribunal de Justicia de la UE en el funcionamiento del mercado interior en territorio norirland¨¦s y afirmar claramente, en un apartado expl¨ªcito de la nueva ley, la primac¨ªa del derecho brit¨¢nico sobre el propio Acuerdo de Retirada de la UE y el Protocolo (su documento anejo).
El Protocolo de Irlanda del Norte fue la parte m¨¢s complicada de negociar en el acuerdo de retirada del Reino Unido de las instituciones comunitarias. Al abandonar el mercado interior de la UE, y su espacio aduanero com¨²n, la nueva frontera de ambos bloques econ¨®micos part¨ªa en dos la isla de Irlanda. La Rep¨²blica de Irlanda es miembro de la Uni¨®n Europea. Irlanda del Norte es territorio brit¨¢nico. Sin embargo, cualquier se?al de una nueva divisi¨®n entre ambos espacios habr¨ªa puesto en riesgo la paz lograda por el Acuerdo de Viernes Santo de 1998, que puso fin a d¨¦cadas de violencia sectaria entre republicanos y unionistas. Gracias a ese acuerdo, la frontera de la isla es invisible. No hay trabas para viajar de uno a otro lado, m¨¢s all¨¢ del inconveniente de tener que pagar en euros o libras, o contar el recorrido del viaje en millas o kil¨®metros, dependiendo del tramo de la carretera. Londres y Bruselas acordaron que Irlanda del Norte permanecer¨ªa dentro del mercado interior de la UE, y que la frontera aduanera pasar¨ªa a trazarse, simb¨®licamente, en el mar de Irlanda.
En teor¨ªa, Irlanda del Norte tendr¨ªa lo mejor de dos mundos. Acceso a un enorme mercado como es el de la Uni¨®n Europea, y pertenencia al espacio del Reino Unido. En la pr¨¢ctica, las fricciones comerciales y aduaneras recargaron de burocracia y nuevos costes las operaciones comerciales entre Gran Breta?a y el territorio noirland¨¦s. Y, sobre todo, crearon un sentimiento de agravio en la comunidad probrit¨¢nica, siempre suspicaz ante lo que sospecha que pueda ser una nueva ¡°traici¨®n¡± de Londres que la aleje m¨¢s del Reino Unido. El negociador comunitario, el vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, Maros Sefcovic, visit¨® la regi¨®n y ofreci¨® cambios y flexibilizaciones del Protocolo que rebajaban hasta un 80% los controles aduaneros y sanitarios de los productos que viajen desde Gran Breta?a a Irlanda del Norte. De nada sirvi¨®. Los problemas t¨¦cnicos se convirtieron en agravios pol¨ªticos. El Partido Democr¨¢tico Unionista (DUP, en sus siglas en ingl¨¦s) abandon¨® el Gobierno aut¨®nomo y anunci¨® que no regresar¨ªa hasta que el Protocolo fuera desguazado. La decisi¨®n vino despu¨¦s de meses en los que la violencia sectaria, especialmente en los barrios unionistas de Belfast y Londonderry, volvi¨® a incendiar las calles.
El remate lleg¨® a principios de mayo. Los republicanos del Sinn F¨¦in, durante a?os el brazo pol¨ªtico de la organizaci¨®n terrorista IRA y partidarios de la reunificaci¨®n de Irlanda, fueron el partido m¨¢s votado en Irlanda del Norte. Fue una victoria hist¨®rica. La divisi¨®n de las fuerzas unionistas en torno al Protocolo permiti¨® a sus rivales lograr por primera vez el derecho a ocupar la jefatura del Gobierno aut¨®nomo, al ser la formaci¨®n con m¨¢s esca?os en la Asamblea Aut¨®noma. La candidata Michelle O?Neill estaba destinada a ser la nueva ministra principal. El Acuerdo de Viernes Santo, sin embargo, dise?¨® unas instituciones auton¨®micas en las que, obligatoriamente, unionistas y republicanos deb¨ªan compartir el poder. Al negarse el DUP a nombrar viceministro principal ¨Dni siquiera a colaborar en elegir un nuevo presidente de la Asamblea¨D, la pol¨ªtica en Irlanda del Norte, una vez m¨¢s, se halla bloqueada.
El Gobierno de Johnson, siempre temeroso de irritar al sector euroesc¨¦ptico del partido ¡ªtan beligerante con Bruselas como celoso a la hora de preservar la uni¨®n del Reino Unido¡ª, comenz¨® a sugerir la posibilidad de aprobar una ley que modificara unilateralmente el Protocolo. La UE advirti¨®: no tolerar¨ªa un quebrantamiento as¨ª de un tratado internacional, y la consecuencia de un movimiento de ese calado afectar¨ªa al Tratado de Libre Comercio que tanto esfuerzo cost¨® negociar para evitar un Brexit duro.
El Gobierno de Irlanda, que en m¨¢s de una ocasi¨®n ha templado la tensi¨®n entre Londres y Bruselas en aras de un acuerdo ¡ªes el pa¨ªs de la UE m¨¢s directamente afectado por el Brexit¡ª, ha perdido la paciencia. Acusa a Johnson de utilizar el asunto para tapar sus propios problemas internos, con casi la mitad de sus diputados indignados por el esc¨¢ndalo de las fiestas en Downing Street durante el confinamiento. Y pone en duda que Londres quisiera llegar a un acuerdo con Bruselas. ¡°No creo que haya una sola capital en toda la UE, o alguien en la Comisi¨®n Europea, que crea en estos momentos que el Gobierno brit¨¢nico es serio en su voluntad de alcanzar una soluci¨®n negociada¡±, ha dicho el ministro de Exteriores irland¨¦s, Simon Coveney.
El l¨ªder de la oposici¨®n laborista brit¨¢nica, Keir Starmer, que este jueves se ha reunido en Dubl¨ªn con el primer ministro irland¨¦s, Miche¨¢l Martin, ha acusado a Johnson de embarcarse en una ¡°pol¨ªtica destructiva¡± que puede acabar con las relaciones entre la Rep¨²blica de Irlanda y el Reino Unido. Desde que Starmer se hizo con el mando del Partido Laborista, ha enterrado el debate sobre un posible reingreso en la UE, consciente de que el asunto puede ser tan nocivo para su formaci¨®n como lo fue para los conservadores. Su estrategia consiste en vigilar si Johnson es capaz de lograr que el Brexit funcione, y tenga resultados positivos. ¡°Todos los problemas creados por el Protocolo, que todo el mundo entiende, pueden resolverse con altura pol¨ªtica, voluntad y confianza mutua (...). Me temo que el primer ministro no tiene ninguno de esos atributos¡±, ha dicho Starmer.
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