Desaparecidos en la l¨ªnea de frente de una guerra en la Amazonia
Cunde el pesimismo sobre el paradero del periodista Dom Phillips y del indigenista Pereira, visto por ¨²ltima vez en una zona donde confluyen el narcotr¨¢fico, la caza y la pesca ilegal
Tras los id¨ªlicos paisajes de uno de los rincones mejor preservados de la Amazonia, se libra una guerra feroz. El valle de Yavar¨ª es la zona del planeta que alberga m¨¢s tribus no contactadas. Y tambi¨¦n es escenario del pulso entre diversas fuerzas que confluyen en la triple frontera Brasil-Per¨²- Colombia. De un lado, los que trabajan para preservar las extraordinarias riquezas naturales y proteger a los nativos y, del otro lado, quienes se enriquecen con el expolio de la selva tropical y el narcotr¨¢fico. All¨ª, en la l¨ªnea de frente, fueron vistos por ¨²ltima vez hace una semana, el domingo d¨ªa 5, el indigenista Bruno Pereira, brasile?o, de 41 a?os, y el periodista brit¨¢nico Dom Phillips, 57 a?os, asiduo colaborador de The Guardian. Desaparecieron cuando regresaban en lancha de un viaje de dos d¨ªas hasta un puesto de vigilancia donde el reportero entrevist¨® a los ind¨ªgenas que lo gestionan. Durante la visita, aparecieron unos furtivos que los amenazaron. ¡°Todo lleva a creer que no fue un accidente, sino que sufrieron una emboscada. Un barco no desaparece as¨ª como as¨ª, con siete bidones de gasolina vac¨ªos. Se evaporaron ellos y todas las evidencias¡±, explica una fuente indigenista que conoce bien esta rec¨®ndita regi¨®n.
Cinco d¨ªas despu¨¦s fue localizado ¡°material org¨¢nico aparentemente humano¡± que ahora analizan los forenses junto a restos de sangre encontrados en la lancha del ¨²nico detenido, un pescador ilegal que fue visto persiguiendo con su lancha la de Phillips y Pereira. Ser¨¢n cotejadas con las muestras de ADN tomadas a familiares de uno y del otro.
La pista de ambos se perdi¨® cuando navegaban por el r¨ªo Itaqua¨ª rumbo a Atalaia do Norte (a 1.100 kil¨®metros al oeste de Manaos). Es una regi¨®n casi sin carreteras donde se viaja por r¨ªo en traves¨ªas que requieren tanta gasolina como paciencia. La duraci¨®n de los desplazamientos se mide en horas que var¨ªan en funci¨®n de la potencia de los motores. Los desaparecidos navegaban con uno de 40 caballos, el sospechoso, con uno de 60.
Los primeros d¨ªas las autoridades arrastraron los pies, tardaron en movilizar aeronaves, haciendo o¨ªdos sordos a los dram¨¢ticos llamamientos de los familiares, como el v¨ªdeo grabado por la esposa del reportero. La indignaci¨®n de los colegas de ambos se tradujo en una campa?a internacional exigiendo al Gobierno de Jair Bolsonaro que desplegara r¨¢pidamente una amplia operaci¨®n de rastreo. Hasta la ONU ha criticado la demora y exigido que se refuercen las tareas de rastreo en las que ahora participan buceadores, militares, polic¨ªas, aeronaves, drones y los ind¨ªgenas de la asociaci¨®n Univaja, con la que Pereira colabora.
Los nativos emprendieron la b¨²squeda el mismo domingo, cuando el d¨²o no lleg¨® a su destino, Atalaia do Norte, donde esta corresponsal entrevist¨® en marzo al experto en ind¨ªgenas para el reportaje Amenazados: las ¨²ltimas tribus aisladas de Brasil.
Existe ya un comit¨¦ de crisis, pero persisten las quejas de descoordinaci¨®n entre los distintos cuerpos implicados en la b¨²squeda r¨ªo arriba de Atalaia do Norte. Los ind¨ªgenas que patrullan esas tierras para evitar las invasiones de furtivos llevan toda la semana utilizando su vasta experiencia para cuidar de las tribus aisladas ¡ªsin contactarlas¡ª en peinar cuidadosamente el trecho donde se perdi¨® la pista de Pereira y Phillips. Acostumbrados a leer como aut¨¦nticos forenses cualquier peque?a se?al en la selva, buscan cualquier vestigio que indique su paradero.
El pescador Amarildo de Oliveira est¨¢ detenido como sospechoso de tener alguna relaci¨®n con la desaparici¨®n. Cuando lo arrestaron ten¨ªa munici¨®n de un calibre solo permitido a las Fuerzas Armadas. El arrestado ha denunciado que fue torturado para que confesara un crimen que ¨¦l niega. Y reflejo de la din¨¢mica en regiones como esta, inmediatamente se presentaron dos abogados para defenderle, ambos funcionarios judiciales de dos ciudades vecinas que una vez desvelada la noticia abandonaron la defensa del cliente. Son lugares donde impera el silencio porque las actividades il¨ªcitas permiten subsistir a muchos.
Aunque Bolsonaro los tild¨® de aventureros y sugiri¨® que eran unos imprudentes, los desaparecidos son veteranos en sus respectivos oficios. Profesionales comprometidos.
El periodista Phillips es un freelance instalado en Brasil hace tres lustros que colabora con varios medios internacionales. Veterano de la cobertura de Amazonia, viaj¨® hasta el valle de Yavar¨ª recabando informaci¨®n para un libro que prepara sobre c¨®mo salvar la selva tropical. Cuando estaba en el puesto de vigilancia con Pereira y los patrulleros ind¨ªgenas, apareci¨® el ahora detenido con otros hombres que los amenazaron y alardearon de sus armas.
Pereira es un funcionario de carrera de la Fundaci¨®n Nacional del Indio (Funai) con amplia experiencia en despachos y expediciones. Se tom¨® una excedencia hace un par de a?os, como otros funcionarios descontentos por la creciente influencia del agronegocio y de la miner¨ªa y la pesca ilegal.
La regi¨®n fronteriza con Colombia y Per¨² es parte de las rutas por las que el narcotr¨¢fico internacional mueve sus cargamentos para embarcarlos en la costa atl¨¢ntica hacia Europa. Por ah¨ª naveg¨® el narcosubmarino localizado en Galicia (Espa?a). Una zona vast¨ªsima donde la vigilancia policial y militar es m¨ªnima.
La tensi¨®n en el valle de Yavar¨ª, que tiene el tama?o de Panam¨¢, aument¨® en los ¨²ltimos a?os a medida que los furtivos, cada vez m¨¢s presentes, se envalentonaban ante la creciente apat¨ªa o miedo de las autoridades, que nunca han estado muy presentes. La ley proh¨ªbe pescar o cazar en las reservas, salvo a los ind¨ªgenas que viven en ella, que lo hacen de manera sostenible. Pero la demanda por el piraruc¨², un delicioso pez gigante, y de tracaj¨¢, una tortuga muy apreciada por los locales, han disparado las incursiones. A los que pescan para subsistir, se han unido bandas criminales que financian expediciones a gran escala.
Los vigilantes ind¨ªgenas desplegados en la reserva de Yavar¨ª ¡°no sustituyen al Estado, fiscalizan al Estado. Hacen trabajo de vigilancia, recaban informaci¨®n para documentar ilegalidades y presionar a los poderes p¨²blicos para que act¨²en¡±, explica la mencionada fuente indigenista.
Tanto los miembros de Univaja ¡ªla asociaci¨®n creada por siete tribus tras aparcar odios arraigados durante siglos¡ª como Pereira han sido reiteradamente amenazados.
Hace solo unos d¨ªas, recibieron una carta an¨®nima, con amenazas de muerte, que acusaba a ¡°Beto el indio¡± y al indigenista desaparecido: ¡°Mandan a los indios al ¨¢rea (de la reserva) a confiscar nuestros motores y quitarnos el pescado¡±. Beto es Beto Marubo, uno de los ind¨ªgenas que lidera la asociaci¨®n. Se despliegan para recabar informaci¨®n sobre el terreno y se la transmiten a la polic¨ªa y al Ministerio P¨²blico, con la esperanza de que apliquen la ley.
Parece que sus actividades para defender sus tierras y a los ind¨ªgenas aislados han pateado un avispero. La polic¨ªa sospecha que la confiscaci¨®n de cargamentos de pesca y caza ilegal cuyas ventas sirven supuestamente para blanquear dinero de la droga pudo llevar a un narco local ¡°a subastar la cabeza de Bruno Pereira¡± entre los locales, seg¨²n informa el diario O Globo. La informaci¨®n recabada por Univaja y por el indigenista desaparecido sirvi¨® para decomisar en marzo cientos de kilos de piraruc¨², de cerdo salado, decenas de tortugas y una potente lancha.
La llegada de Bolsonaro al poder en 2019 ha supuesto un repliegue evidente de las agencias de vigilancia medioambiental, el Ibama, y de la Funai, creada para proteger a los ind¨ªgenas. El asesinato a tiros de un funcionario de la Funai despu¨¦s de confiscar un gran cargamento de capturas ilegales en el valle de Yavar¨ª fue entendido en 2019 como un aviso.
Antiguos empleados cuentan all¨ª que siempre falt¨® dinero, pero que ahora se trabaja con las manos atadas y, a menudo, perseguidos por sus superiores. ¡°Existe mucha persecuci¨®n dentro de la Funai contra los que intentan cumplir la misi¨®n institucional (de proteger a los ind¨ªgenas). El presidente de la Funai est¨¢ super alineado con Bolsonaro¡±, dice la fuente indigenista.
Para entender el radical cambio que supone la pol¨ªtica de Bolsonaro, basta mirar al departamento de indigenas aislados del organismo. El ahora desaparecido Pereira fue destituido como jefe del ¨¢rea de ind¨ªgenas aislados para colocar a un misionero evang¨¦lico conocido por sus incursiones ilegales para revelar el Evangelio a los nativos aislados del valle de Yavar¨ª. El esc¨¢ndalo fue tal que dur¨® poco en el cargo. Mucho m¨¢s duradero est¨¢ siendo el mandato del polic¨ªa militar que Bolsonaro coloc¨® como m¨¢ximo jefe de la Funai.
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