El Gobierno saliente de Israel trata de bloquear el retorno de Netanyahu al poder
La coalici¨®n de Bennett y Lapid acelera la votaci¨®n de disoluci¨®n del Parlamento para evitar una moci¨®n de censura del l¨ªder de la oposici¨®n
El clima de aparente moderaci¨®n que ha dominado la vida pol¨ªtica en Israel durante el ¨²ltimo a?o se ha tornado en atm¨®sfera de crispaci¨®n al verse abocados los partidos a la convocatoria de las quintas elecciones en tres a?os. El primer ministro, Naftali Bennett, y el titular de Exteriores y hombre fuerte del Gobierno de amplia coalici¨®n, Yair Lapid, pactaron el lunes impulsar la disoluci¨®n de la Kneset (Parlamento) y adelantar los comicios legislativos al oto?o. La heterog¨¦nea asociaci¨®n de ocho fuerzas pol¨ªticas que sostiene al Ejecutivo ha acelerado este martes el paso para que la primera de las cuatro votaciones plenarias que deben poner fin a la legislatura se celebre este mismo mi¨¦rcoles. El objetivo es impedir el retorno inmediato al poder del ex conservador Benjam¨ªn Netanyahu si logra configurar antes una mayor¨ªa alternativa (con 61 de los 120 diputados de la C¨¢mara) para forzar una moci¨®n de censura.
Bennett ha tirado la toalla despu¨¦s de que le abandonaran tres de los siete diputados de su partido (Yamina, ultranacionalista) y dos parlamentarios ¨¢rabes rompieran la disciplina de voto. De acuerdo con lo previsto en los acuerdos de coalici¨®n suscritos hace un a?o, se dispone a ceder el cargo a Lapid, jefe de filas de la segunda formaci¨®n con m¨¢s sufragios en la Kneset ¡ªYesh Atid (Hay Futuro, en hebreo)¡ª tras el Likud de Netanyahu. Si el proyecto de ley de disoluci¨®n del Parlamento, una atribuci¨®n que las leyes fundamentales israel¨ªes no asignan al jefe del Gobierno, logra superar dos votaciones en comisi¨®n y cuatro en pleno, la legislatura surgida de las elecciones de 2021 quedar¨¢ finalizada. Se fijar¨¢ autom¨¢ticamente la celebraci¨®n de los pr¨®ximos comicios legislativos para dentro de cuatro meses, previsiblemente el 25 de octubre, tras las festividades que siguen al A?o Nuevo jud¨ªo.
Dos l¨ªderes de la coalici¨®n saliente tambi¨¦n han planteado la urgente aprobaci¨®n de una ley que vete la presentaci¨®n a las elecciones de un candidato procesado como Netanyahu, quien est¨¢ siendo juzgado desde hace dos a?os por corrupci¨®n. Se trata de dos dirigentes conservadores que se formaron pol¨ªticamente en las filas del partido Likud de Netanyahu, al igual que Bennett, pero acabaron desafiando su hiperliderazgo autoritario. Avigdor Lieberman, actual ministro de Finanzas, y Gideon Saar, ahora ministro de Justicia, han impulsado la reforma legislativa para excluir a los encausados de la carrera hacia las urnas. Ambos han anunciado este martes que no sumar¨¢n fuerzas con el bloque de la derecha religiosa de Netanyahu, quien fue jefe de Gobierno entre 1996 y 1999 y posteriormente durante 12 a?os consecutivos (1999-2021). ¡°No vamos a traer de vuelta a Bibi (apodo familiar de Netanyahu), ni vamos a sucumbir a sus tentaciones de poder¡±, advirti¨® Saar, en declaraciones a una emisora de radio citadas por Reuters.
Las encuestas sit¨²an al Likud en cabeza, con una expectativa de m¨¢s de 30 diputados en la fragmentada Kneset, y Netanyahu podr¨ªa aproximarse a los 60 esca?os junto con sus aliados de dos partidos ultraortodoxos jud¨ªos y de la extrema derecha, aunque sin franquear el list¨®n de la mayor absoluta. Los partidos ¨¢rabes, que representan a un 20% de los 9,5 millones de israel¨ªes, ya han anticipado que no le prestar¨¢n ning¨²n tipo de respaldo tras la asociaci¨®n del Likud con parlamentarios anti¨¢rabes y racistas como el extremista Itamar Ben Gvir.
¡°Los primeros sondeos de intenci¨®n de voto posteriores a la ca¨ªda del Gobierno Bennet-Lapid transmiten la sensaci¨®n de continuidad del empate entre los dos bloques pol¨ªticos dominantes en Israel¡±, precisa el analista electoral Daniel Kupervaser, quien considera que estas predicciones iniciales son prematuras, al no tener en consideraci¨®n a¨²n dos aspectos clave que lega el llamado Gobierno del cambio y que podr¨ªan convertirse en catalizadores de un cambio. ¡°En primer lugar, el que una coalici¨®n de partidos con plataformas pol¨ªticas muy contradictorias haya sabido superponer el inter¨¦s general de los ciudadanos a los intereses personales del l¨ªder, como ocurr¨ªa en los gobiernos de Netanyahu. En segundo lugar, la ruptura del tab¨² sobre la integraci¨®n por primera vez en la historia de un partido ¨¢rabe israel¨ª en la coalici¨®n gubernamental¡±, argumenta Kupervaser. ¡°El Gobierno Bennett-Lapid no difiri¨® b¨¢sicamente de las l¨ªneas pol¨ªticas b¨¢sicas de los de Netanyahu, pero se condujo de manera mucho m¨¢s democr¨¢tica, menos autoritaria¡±, apostilla.
La traici¨®n del pacto con los ¨¢rabes
La ¨²nica coalici¨®n que en Israel ha contado con un partido ¨¢rabe entre sus socios ya es historia. El laborista Isaac Rabin recibi¨® hace tres d¨¦cadas el apoyo de los representantes de la principal minor¨ªa del pa¨ªs para poder sacar adelante los Acuerdos de Oslo con los palestinos, pero sin que llegaran a formar parte del pacto de gobierno. El conflicto con los palestinos ha sido ahora la principal causa de la ca¨ªda de la coalici¨®n que ape¨® a Netanyahu del poder hace 12 meses. El peque?o partido islamista conservador Raam, liderado por Mansur Abbas, apuntal¨® al Gobierno del cambio, pero los enfrentamientos entre manifestantes y polic¨ªas que agitaron la pasada primavera la Ciudad Vieja de Jerusal¨¦n le llevaron a congelar su apoyo al Gabinete de Bennett y Lapid.
¡°La pr¨®xima campa?a electoral va a girar sobre dos ejes. En el primero, el Likud va a acusar (al Gobierno saliente) de haber cometido el pecado imperdonable, la traici¨®n a la patria, de incorporar a un partido ¨¢rabe a la coalici¨®n¡±, pronosticaba este martes el reconocido columnista Nahum Barnea en las p¨¢ginas de Yediot Ahronot. Es preciso recordar que, para garantizarse la continuidad en el poder, Netanyahu no vacil¨® en negociar hace un a?o con Mansur Abbas una eventual coalici¨®n. Como segundo eje, el l¨ªder del Likud vuelve a estar en el centro del debate electoral en Israel, entre dos campos polarizados por una disyuntiva: Bibi s¨ª o no. O, como es m¨¢s habitual: solo Bibi o cualquiera menos Bibi.
A la tensi¨®n con los palestinos por la ocupaci¨®n de Gaza y Cisjordania se a?ade el rechazo de la derecha nacionalista a la alianza pol¨ªtica de Bennett y Lapid con el partido islamista Raam. Los seguidores de Netanyahu han se?alado como causa de la ola de atentados que golpe¨® varias ciudades del pa¨ªs en marzo y abril, en la que varios atacantes eran ¨¢rabes con nacionalidad israel¨ª, la ruptura de la coexistencia entre la mayor¨ªa jud¨ªa y la minor¨ªa ¨¢rabe, tras el estallido de violencia intercomunal que rode¨® la guerra de Gaza en 2021. ¡°La coalici¨®n no ha podido sobrevivir a su agon¨ªa¡±, sentencia el analista pol¨ªtico Nadav Eyal. ¡°Se form¨® sobre la premisa de partidos con muy diferentes puntos de vista en cuanto a la relaci¨®n con los palestinos¡±, subraya el tambi¨¦n columnista, ¡°pero la ola de terrorismo dej¨® al Gobierno en estado catat¨®nico¡±.
R¨¦cord de convocatorias a las urnas en el ¨²ltimo cuarto de siglo
Desde 1996, cuando Benjamín Netanyahu ganó sus primeras elecciones, hasta este año, en el que el líder conservador confía en revalidar su sexto mandato como primer ministro, Israel ha batido el récord de convocatorias a las urnas entre los países occidentales. Ha celebrado comicios generales cada 2,4 años, con mayor frecuencia incluso que Grecia (2,5) y España (2,9), que le siguen de cerca en un estudio elaborado por el Instituto para la Democracia en Israel, citado por el portal digital informativo Times of Israel. Sin embargo, hasta 2019, cuando comenzó el ciclo de inestabilidad que derivó en un prolongado bloqueo político, con cuatro legislativas convocadas en menos de dos años, el Estado judío se situaba en la zona media de la tabla, en séptima posición. En esa posición central, países como el Reino Unido o Alemania rozan los cuatro años entre elección y elección, y completan en la práctica sus legislaturas.
El liderato electoral israelí tiene un precio. Sin contar con la paralización de la gestión pública, las estimaciones del Ministerio de Finanzas y de organizaciones patronales han elevado a unos mil millones de shequels (más de 275 millones de euros) la partida de gastos de cada una de las legislativas celebradas desde 2019, según datos recabados por la prensa hebrea, que contabilizaban los costes de organización de los comicios y las subvenciones a la campaña de los partidos. No obstante, la Bolsa de Tel Aviv apenas se ha inmutado por la enésima crisis política y ha reaccionado este martes con una ligera subida y el fortalecimiento del shequel frente al dólar. Para las empresas, la factura derivada de los comicios es más elevada. La jornada electoral, siempre convocada en día laborable, es semifestiva en Israel para favorecer la afluencia a las urnas. El sector público no esencial cierra sus puertas y la mayoría de las compañías privadas dan el día libre a sus trabajadores. Aquellos que siguen trabajando, como es el caso de empleados en la hostelería y demás locales de ocio, son compensados con doble paga.
Además, el estudio del Instituto para la Democracia en Israel descubre que, en contra de la extendida creencia derivada de incontables cambios de Gobierno, los mandatos de los parlamentarios de Italia han tenido durante el último cuarto de siglo una duración media de 4,4 años sin tener que volver a pasar por el fielato de las urnas. Solo se ven superados en la clasificación por los de las Cámaras legislativas de Irlanda (4,5), con la particularidad, claro está, de que tanto en Roma como en Dublín los escaños se renuevan cada cinco años.
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