Las exigencias de Turqu¨ªa a Suecia para acceder a la OTAN inquietan a una parte del Gobierno y a la comunidad kurda
Dos de los cuatro partidos de la coalici¨®n gubernamental sueca recelan de un pacto que favorecer¨¢ las extradiciones de terroristas reclamados por Ankara

Mientras los l¨ªderes de los pa¨ªses de la OTAN brindaban la semana pasada en el Palacio Real de Madrid por el levantamiento del veto de Turqu¨ªa a la candidatura de acceso de Finlandia y Suecia a la Alianza Atl¨¢ntica, a unos 3.000 kil¨®metros de all¨ª, un halo de miedo y ansiedad se instalaba en la comunidad de refugiados turcos y sirios en Suecia, la mayor¨ªa de etnia kurda. El acuerdo tripartito entre Ankara, Estocolmo y Helsinki incluye una gesti¨®n ¡°¨¢gil y completa¡± de las demandas de extradici¨®n por parte de las autoridades turcas de presuntos ¡°terroristas¡± residentes en los dos pa¨ªses n¨®rdicos y muchas inc¨®gnitas. Tras la larga deriva autoritaria del Gobierno de Recep Tayyip Erdogan, la definici¨®n de ¡°terroristas¡± en Turqu¨ªa se ha ampliado hasta incluir a disidentes pac¨ªficos e incluso periodistas cr¨ªticos. Dos socios del Gobierno dirigido por los socialdem¨®cratas, el Partido de la Izquierda y el Partido Verde, han expresado sus recelos a lo pactado. La inquietud es aun mayor entre la comunidad kurda en Suecia, que desconoce a qui¨¦nes pueden afectar las deportaciones, a cu¨¢ntas se ha comprometido el Ejecutivo y si son competencia del Gobierno o si las tienen que avalar los tribunales.
Este martes, los representantes de los aliados en la OTAN formalizar¨¢n el visto bueno a la candidatura de los n¨®rdicos que pactaron en la cumbre de Madrid los dirigentes de los tres pa¨ªses junto a Jens Stoltenberg, secretario general de la Alianza, mientras en Estocolmo permanecen los interrogantes. En v¨ªsperas de ese paso formal, la primera ministra sueca, la socialdem¨®crata Magdalena Andersson, ofreci¨® una conferencia de prensa el pasado domingo en la que no desminti¨® haberse comprometido a efectuar todas las peticiones de deportaciones, tal como aseguran voces del Gobierno turco. ¡°He sido ministra durante ocho a?os y nunca he hablado sobre lo que se dice en la sala de negociaciones¡±, se limit¨® a comentar. Sus palabras no han hecho sino multiplicar el desasosiego entre los opositores a Erdogan en Suecia.
Un portavoz del Partido de la Izquierda expresa con rotundidad su negativa a lo pactado. ¡°El acuerdo con Turqu¨ªa es horrible, y estaremos el s¨¢bado junto a la comunidad kurda en la calle para manifestarnos en contra... Significar¨¢ que se exporten armas de nuevo a Turqu¨ªa, y compromete la reputaci¨®n de Suecia con los derechos humanos y de la minor¨ªa kurda. Es preocupante que se puedan producir deportaciones de demandantes de asilo, y seguro que llevar¨¢ a una mayor cooperaci¨®n entre los servicios secretos suecos y los turcos¡±. Este portavoz pide incluso dar la palabra a la ciudadan¨ªa. ¡°Creemos que se deber¨ªa celebrar un refer¨¦ndum sobre la entrada a la OTAN. Antes del acuerdo, un 60% de los suecos eran favorables a la integraci¨®n, pero ahora esos n¨²meros pueden haber ca¨ªdo. Ha habido una reacci¨®n en la sociedad sueca en contra del acuerdo m¨¢s fuerte de lo que esperaba¡±, argumenta.
Ni tan siquiera Amineh Kakabaveh, una diputada independiente de origen kurdo-iran¨ª cuyo voto fue clave para evitar el triunfo de una moci¨®n de censura contra Andersson hace un mes, ha recibido explicaciones o garant¨ªas del Ejecutivo respecto a las consecuencias de las exigencias turcas. ¡°Dicen que no se deportar¨¢ a ning¨²n ciudadano sueco, pero no est¨¢ claro qu¨¦ pasar¨¢ con los miles de personas que a¨²n est¨¢n en proceso de petici¨®n de asilo¡±, advierte Kakabaveh. Una parte de la prensa sueca se ha mostrado tambi¨¦n cr¨ªtica, as¨ª como las formaciones la Izquierda y los Verdes, que forman parte del Gobierno. Sin embargo, el Parlamento ya no se reunir¨¢ antes de las elecciones generales del pr¨®ximo 11 de septiembre, por lo que la estabilidad del Gobierno no se halla en peligro.
La analista Gunnilla Herolf, del Instituto Sueco de Asuntos Exteriores, considera que los miedos que suscita el acuerdo son exagerados. ¡°El Gobierno ha dicho que no cambiar¨¢ las leyes suecas, ni su definici¨®n de terrorismo. Adem¨¢s, la cuesti¨®n de las deportaciones no depende del Gobierno, sino de los tribunales, y seguro que las bloquear¨¢n¡±, asevera.
Sin embargo, Kakabaveh se?ala que existe un precedente poco tranquilizador, el de Resul Ozdemir, un joven acusado por Turqu¨ªa de ser miembro del PKK, y que fue deportado hace algo m¨¢s de un a?o mientras era demandante de asilo. Actualmente, se halla encarcelado en Turqu¨ªa.
Lista con decenas de nombres
Rukken Yetikaim, la derrocada alcaldesa de la localidad turca de Yuksekova, es una de las activistas kurdas que podr¨ªa verse implicada en una petici¨®n de extradici¨®n. ¡°He sido condenada a 19 y 36 a?os de c¨¢rcel en dos juicios diferentes por mi militancia pol¨ªtica con el Partido Democr¨¢tico de los Pueblos (HDP). S¨¦ que no estoy en la lista de 33 personas que hab¨ªa pedido Erdogan hace meses. Pero en Turqu¨ªa se habla de una nueva lista de 73 personas, y no sabemos qui¨¦n est¨¢ ah¨ª¡±, explica esta demandante de asilo que lleg¨® a Suecia hace cuatro a?os.

¡°Estos d¨ªas recibo llamadas de mucha gente ansiosa por su futuro. Me preguntan: ¡°?C¨®mo afectar¨¢ el acuerdo a mi situaci¨®n? ?Me pueden deportar?¡±. Este trato con el tirano Erdogan es un desastre¡±, dice indignado Befa Bedlisi, uno de los responsables del Centro Cultural Kurdo, situado en Estocolmo. En la sala principal, decorada con fotos de peshmergas fallecidos (combatientes de las fuerzas armadas del Kurdist¨¢n iraqu¨ª contra el Estado Isl¨¢mico), tiene lugar un concierto de m¨²sica kurda. Antes de su inicio, los asistentes gritan ¡°Shahid nameren¡± (los m¨¢rtires son inmortales), y se recogen firmas para que la UE retire de la lista de organizaciones terroristas al Partido de los Trabajadores de Kurdist¨¢n (PKK), el movimiento que lucha desde hace d¨¦cadas por la soberan¨ªa de la regi¨®n kurda en Turqu¨ªa.
Precisamente, para Erdogan, uno de los objetivos en las negociaciones con Helsinki y Estocolmo era poner fin al presunto trato de favor que reciben personas y organizaciones cercanas al PKK. En su punto de mira tambi¨¦n se halla la organizaci¨®n del religioso Fetullah G¨¹llen, a la que culpa del golpe de Estado de 2016. Pero el acuerdo tripartito tambi¨¦n contempla el levantamiento del embargo a la venta de armas a Ankara que ambos pa¨ªses n¨®rdicos aplican desde 2019 por su intervenci¨®n militar en Siria. Adem¨¢s, Erdogan tambi¨¦n ha conseguido desencallar en Washington la venta de unos 40 cazabombarderos F-16.
Las exigencias de Erdogan han situado a la comunidad kurda en una situaci¨®n capciosa al vincular la seguridad de Suecia a sus derechos. Se calcula que el n¨²mero de kurdos residentes en este pa¨ªs escandinavo supera de largo los 100.000, m¨¢s del 1% de la poblaci¨®n. Aunque la mayor¨ªa procede de Turqu¨ªa, la ¨²ltima ola lleg¨® de Siria y tambi¨¦n podr¨ªa verse afectada. Erdogan considera que el Partido de la Unidad Democr¨¢tica (PYD), el partido que gestiona la entidad aut¨®noma de mayor¨ªa kurda del norte de Siria, forma parte del PKK.
¡°El acuerdo parece que incluye el fin del apoyo pol¨ªtico y humanitario que Suecia ha aportado a la regi¨®n de Rojava. Es muy injusto porque nosotros somos los que hemos vertido m¨¢s sangre para derrotar el Estado Isl¨¢mico¡±, razona Shiar Aly, representante de este Gobierno aut¨®nomo en Suecia. ¡°La comunidad kurda aqu¨ª ha sido neutral respecto a la entrada a la OTAN. Respetamos la decisi¨®n de los suecos, pero no a este precio¡±, a?ade.
En su despacho, decorado con un gran p¨®ster del Che Guevara, Kakabaveh asegura que su oposici¨®n al pacto con Erdogan no se debe a su condici¨®n de kurda, sino de ciudadana sueca. ¡°Es una traici¨®n a todo el pueblo sueco. Por una cuesti¨®n de principios, no se pueden comprometer los derechos de sus habitantes por un acuerdo con un dictador como Erdogan. Se han cargado la reputaci¨®n de Suecia como un pa¨ªs humanitario, construida durante tantos a?os por l¨ªderes como Olof Palme¡±, desliza esta mujer, menuda pero de car¨¢cter fuerte, que en su juventud integr¨® una milicia kurda en Ir¨¢n.
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