Otros dos altos cargos del Gobierno de Boris Johnson, acusados de acoso sexual
Un secretario de Estado y un asesor especial de Downing Street han sido se?alados por dos mujeres que relatan abusos supuestamente cometidos antes de su nombramiento
Dos nuevos esc¨¢ndalos de ¨ªndole sexual en el Gobierno ahora saliente de Boris Johnson confirman la pr¨¢ctica habitual de los ¨²ltimos a?os de mirar para otro lado ante posibles casos de acoso. Dos mujeres, cuyo anonimato se ha preservado por razones de seguridad, han relatado al podcast The Open Secret, de la cadena SkyNews, las agresiones que sufrieron a manos de dos hombres que fueron posteriormente nombrados altos cargos del Ejecutivo de Johnson. Uno de ellos, en calidad de Secretario de Estado. El otro, como asesor especial en el equipo de Downing Street. Sus nombres tampoco han sido revelados, y SkyNews deja claro en todo momento que no se abri¨® una investigaci¨®n formal en ninguno de los casos, aunque en al menos uno de ellos hubo denuncia.
Por el relato de ambas mujeres, que trabajaban como ayudantes en oficinas parlamentarias, queda claro que, bien por haber compartido lo sucedido con compa?eros y superiores, bien por advertir formalmente a la Oficina del Gabinete (el ¨®rgano administrativo que coordina Downing Street con otros ministerios), la forma de proceder de los dos acusados era conocida por mucha gente.
La investigaci¨®n no acusa directamente a Johnson o a sus colaboradores m¨¢s cercanos de haber nombrado a estas dos personas en puestos de alta responsabilidad a sabiendas de lo que se les acusaba, pero a?ade le?a a la sospecha de cierta tolerancia da?ina respecto a estas conductas. Fue el caso de Christopher Pincher, el jefe del grupo parlamentario conservador, que intent¨® abusar de dos hombres j¨®venes, completamente borracho en un club londinense, el que acab¨® desencadenando la dimisi¨®n y ca¨ªda de Johnson. El primer ministro minti¨® a los medios y al Parlamento al asegurar que no sab¨ªa nada de las fechor¨ªas previas de Pincher cuando lo design¨® para un alto cargo. No solamente hab¨ªa sido informado de investigaciones previas sobre su conducta, sino que incluso se hab¨ªa permitido bromear sobre el asunto. ¡°Pincher by name, pincher by nature¡± (Pellizc¨®n de nombre, pellizc¨®n por naturaleza; pincher podr¨ªa traducirse como pellizc¨®n), aseguran varios testigos que oyeron decir al primer ministro.
¡°Fui agredida sexualmente por alguien que ahora es secretario de Estado. Yo ten¨ªa poco m¨¢s de 20 a?os, y no supe realmente c¨®mo manejar la situaci¨®n¡±, ha relatado a SkyNews una de las mujeres. ¡°Estaba s¨²per borracha. No paraba de darme m¨¢s vino, hasta que yo estaba obviamente saturada. Al rato le pregunt¨¦ si le importaba que me fuera a la cama, pero no me dej¨® en paz. Al despertar la ma?ana siguiente me di cuenta de lo que hab¨ªa ocurrido¡±.
Esta mujer coment¨® lo sucedido con la diputada para la que trabajaba y con otros compa?eros, que la animaron a acudir a la polic¨ªa. Lo hizo, pero finalmente decidi¨® no seguir adelante, ni con la denuncia, ni con una queja formal ante el ¨®rgano competente del Partido Conservador.
En el caso de la segunda mujer, que ha contado c¨®mo un alto funcionario que ocup¨® despu¨¦s un cargo relevante en Downing Street intent¨® manosearla, la acusaci¨®n lleg¨® m¨¢s lejos. ¡°Cuando supe d¨®nde iba a trabajar, elev¨¦ el asunto a varias personas. Y no ocurri¨® nada. Llegu¨¦ a plantear una queja formal ante la Oficina del Gabinete, porque el departamento donde iba a trabajar estaba lleno de mujeres, y sab¨ªa que iba a volver a hacerlo¡±, ha contado. La respuesta de su jefe, un alto asesor de Johnson, fue, siempre seg¨²n el relato de la mujer, que el acusado en cuesti¨®n ¡°era muy guapo, y siempre ten¨ªa a su alrededor un mont¨®n de mujeres que se arrojaban a sus brazos¡±.
La respuesta de un portavoz de Downing Street ante las nuevas acusaciones ha sido que ¡°todos los potenciales empleados del Gobierno son sometidos a las necesarias comprobaciones y revisiones. No hacemos comentarios sobre individuos concretos¡±. En el Partido Conservador, la l¨ªnea oficial de respuesta se?ala que ¡°ante cualquier acusaci¨®n de conducta delictiva, siempre sugerimos que se contacte con la polic¨ªa¡±.
Falta de control
Los episodios de los ¨²ltimos a?os tienen un factor com¨²n. Todos los asesores y ayudantes parlamentarios ¡ªj¨®venes ansiosos por iniciar una carrera en el mundo de la pol¨ªtica¡ª son contratados por cada diputado, que tiene libertad plena para seleccionarlos y manejar los problemas laborales internos. Finalmente, la persona ante la que deben acudir a quejarse si se produce un incidente serio es, en muchos casos, el mismo que los ha contratado, y que ha provocado o tolerado ese incidente. ¡°Para sobrevivir en Westminster, no te queda m¨¢s remedio que aferrarte a la red de apoyo de rumores y cuchicheos¡±, ha dicho la diputada laborista Charlotte Nichols. ¡°Y nunca ser¨¢ eficaz al cien por cien. Porque, a veces, alguna de la gente m¨¢s peligrosa es la ¨²ltima de la que sospechar¨ªas algo¡±, ha se?alado Nichols.
Johnson, ya en sus ¨²ltimos d¨ªas de mandato ¡ªel pr¨®ximo lunes se har¨¢ p¨²blico el nombre de su sucesor o sucesora-, ha echado balones fuera esta semana, al ser preguntado si hab¨ªa hecho lo suficiente para atajar las conductas sexuales inapropiadas en su Gobierno: ¡°Todas estas cosas deben ser manejadas de un modo cuidadoso y sensible, y tenemos procesos formales para hacerlo. Aquellos que desean expresar una queja, deben hacerlo por la v¨ªa formal¡±. El todav¨ªa primer ministro no ha explicado, sin embargo, por qu¨¦ en varios de esos casos la denuncia no evit¨® que los presuntos agresores siguieran ascendiendo en su carrera profesional.
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