Cadena perpetua para el alem¨¢n que mat¨® a un empleado de gasolinera por pedirle que usara mascarilla
El asesino se hab¨ªa radicalizado contra las restricciones de la pandemia y actu¨® con ¡°motivaci¨®n pol¨ªtica¡±, seg¨²n el tribunal
El asesino de la gasolinera, como ha dado en llamarle la prensa alemana, ha sido condenado este martes a cadena perpetua. El hombre, identificado como Mario N., dispar¨® y mat¨® en septiembre de 2021 al empleado de una gasolinera que le exigi¨® que usara mascarilla para permanecer en la tienda. El crimen, ocurrido unos d¨ªas antes de las elecciones generales, conmocion¨® a Alemania y desencaden¨® un intenso debate sobre la radicalizaci¨®n de los negacionistas de la pandemia.
Un tribunal de Bad Kreuznach, en el Estado occidental de Renania Palatinado, ha condenado al autor, de 50 a?os, por asesinato y por tenencia ilegal de armas. Los jueces aseguran que actu¨® por ¡°motivaci¨®n pol¨ªtica¡± y por su odio al sistema establecido: ¡°El acusado estaba convencido de que ten¨ªa derecho a la resistencia y al asesinato¡±.
La reconstrucci¨®n de los hechos que hizo la Polic¨ªa revisando las c¨¢maras de seguridad de la gasolinera, junto con la confesi¨®n del acusado, no dej¨® lugar a dudas sobre la autor¨ªa. El crimen se produjo un s¨¢bado por la noche en el municipio de Idar-Oberstein. Mario N. lleg¨® a la caja para pagar dos cajas de cerveza poco antes de las ocho de la tarde. No ten¨ªa mascarilla y se enzarz¨® en una discusi¨®n con el empleado, un estudiante de 20 a?os, Alexander W. que se neg¨® a atenderle. Se march¨®, pero la c¨¢mara del aparcamiento capt¨® c¨®mo levantaba el pu?o de forma amenazante.
Hora y media despu¨¦s, el hombre se present¨® de nuevo frente a la caja, otra vez con la cerveza en la mano, aunque previamente hab¨ªa comprado varias latas en otro establecimiento. Esta vez llevaba mascarilla, pero se la hab¨ªa bajado, seg¨²n relat¨® la Polic¨ªa de Trier en un comunicado. Tras otro breve intercambio de palabras, Mario N. sac¨® una pistola del bolsillo y dispar¨® en la cabeza al estudiante, que muri¨® en el acto. El arma era un regalo de su padre; ¨¦l carec¨ªa de licencia.
El agresor huy¨® a pie con aparente tranquilidad. A la ma?ana siguiente fue a entregarse a una comisar¨ªa y qued¨® detenido. Dio acceso a su tel¨¦fono m¨®vil y a su port¨¢til, en los que la Polic¨ªa encontr¨® chats en los que quedaba clara su radicalizaci¨®n. En los primeros interrogatorios, el hombre reconoci¨® que hab¨ªa actuado ¡°por ira¡± tras la negativa del dependiente a venderle cerveza por no llevar mascarilla y que rechazaba las medidas de protecci¨®n contra el coronavirus.
El caso es similar al de Walter L¨¹bcke, el pol¨ªtico de la CDU asesinado de un tiro en la cabeza en 2019 en su casa de Hesse, en el oeste del pa¨ªs. El asesino, que tambi¨¦n fue condenado a cadena perpetua, es un neonazi que le eligi¨® como v¨ªctima porque defend¨ªa la pol¨ªtica migratoria de la entonces canciller y compa?era de partido Angela Merkel. El crimen, el primero de un representante electo desde 1945, despert¨® el fantasma del terrorismo de extrema derecha en Alemania.
El asesino de la mascarilla, como tambi¨¦n le han llamado los medios, se hab¨ªa radicalizado a lo largo de los a?os hasta desarrollar un odio feroz ¡°al gobierno y al sistema¡± y ve¨ªa al empleado de la gasolinera no como una persona sino ¡°como un representante simb¨®lico del sistema¡±, ha destacado el juez que ha le¨ªdo la sentencia.
Durante el juicio, el defensor de Mario N. trat¨® de presentarle como una persona que actu¨® bajo los efectos del alcohol y que no era del todo consciente de sus actos. El tribunal ha desestimado esa l¨ªnea de defensa al asegurar que la embriaguez no jug¨® ning¨²n papel en el crimen, puesto que no presentaba ning¨²n ¡°d¨¦ficit neurol¨®gico o motor¡± y era plenamente consciente de las consecuencias.
Las conversaciones privadas que encontraron los investigadores contribuyeron a determinar que sab¨ªa perfectamente lo que hac¨ªa. En un chat con su cu?ado hab¨ªa escrito que estaba dispuesto a actuar ¡°para dar ejemplo¡±. Meses antes del crimen le dijo: ¡°Este a?o acabar¨¦ en la c¨¢rcel por homicidio o asesinato¡±. Tras el crimen, lleg¨® a enviarle un v¨ªdeo en el que confiesa: ¡°He disparado al gilipollas, lo he hecho¡±.
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