Las Marcas, el laboratorio antiabortista de Meloni en Italia
Una de las dos regiones que gobierna Hermanos de Italia se ha convertido en un fort¨ªn donde es m¨¢s dif¨ªcil recibir la p¨ªldora para interrumpir el embarazo y que obliga a mujeres a desplazarse a otras zonas para ejercer su derecho
Maddalena, 42 a?os, se dio cuenta en enero de que estaba embarazada. Su pareja la acababa de dejar y ten¨ªa ya otro hijo peque?o que hab¨ªa criado sola. Las cuentas que hac¨ªa con la vida ya no cuadraban. Tampoco con los plazos legales para tomar una decisi¨®n. Desesperada, comenz¨® a pensar en abortar. Y cuando fue al ginec¨®logo descubri¨® que estaba ya de siete semanas. Necesitaba alg¨²n d¨ªa m¨¢s para pensarlo. El problema es que vive en Las Marcas (1,5 millones de habitantes), una regi¨®n en el centro este del pa¨ªs gobernada por Hermanos de Italia, el partido de Giorgia Meloni, donde la tasa de objeci¨®n de conciencia entre los m¨¦dicos es de m¨¢s del 70%, seg¨²n el sindicado Confederazione Generale Italiana del Lavoro (CGIL). Adem¨¢s, el Gobierno regional ¡ªformado con la Liga y Forza Italia¡ª solo permite la administraci¨®n de la p¨ªldora abortiva RU-486 hasta la s¨¦ptima semana, y no hasta la novena, como en la mayor¨ªa de Italia. A esas alturas, solo pod¨ªa ya someterse a la intervenci¨®n quir¨²rgica, autorizada hasta la semana 12. As¨ª que fue a ver al ginec¨®logo, un amigo personal. ¡°Me dijo que, llegados a este punto, ya no era problema suyo. Me ech¨® y me mand¨® a un consultorio¡±.
La historia de Maddalena, cuyo nombre es lo ¨²nico ficticio en este relato tan habitual, es una muestra del calvario que sufren muchas mujeres en algunas regiones como Las Marcas, donde la llegada del Gobierno de Hermanos de Italia, tras d¨¦cadas de ejecutivos de la izquierda, ha acentuado el problema. Despu¨¦s de aquello, fue al hospital y le dieron cita para pocos d¨ªas antes de la semana 12, cuando expiraba el plazo legal. La lista de espera no correspond¨ªa a la urgencia y a las necesidades de un caso as¨ª: deb¨ªa aguardar 28 d¨ªas m¨¢s. ¡°Era una pesadilla, crec¨ªa m¨¢s y mi amor por el beb¨¦ aumentaba. S¨¦ que es bonito tener hijos, pero para m¨ª era una necesidad evitarlo. Si segu¨ªa las instrucciones del hospital, tendr¨ªa que haber esperado otras cinco semanas, con el riesgo de que si me contagiaba de covid o cerraban el centro por ese motivo, se me pasar¨ªa el plazo. Me volv¨ª a casa, lloraba todos los d¨ªas porque pensaba que no lo lograr¨ªa. Llam¨¦ a mi ginec¨®logo, le ped¨ª ayuda para encontrar un lugar en Las Marcas donde hacerlo, y por mensaje me dijo: ¡®Ve al consultorio¡¯. Ni me llam¨®¡±. En la regi¨®n abortaron 1.351 mujeres en 2020 (los ¨²ltimos datos oficiales disponibles), un 4,5% menos que la media italiana.
El pr¨®ximo 25 de septiembre cambiar¨¢ el rumbo de Italia. La ultraderecha gobernar¨¢, con toda probabilidad, y Giorgia Meloni se convertir¨¢ en la primera mujer en alcanzar la presidencia del Consejo de Ministros. ¡°Es lo que necesitamos para poner orden¡±, se?ala Fabrizio Minelli, vecino de Ancona (capital de Las Marcas), en la plaza donde la pol¨ªtica ultraderechista celebr¨® el primer mitin de esta campa?a reivindicando este modelo de Gobierno. Muchas cosas, sin embargo, no podr¨¢n cambiar en Italia. En lo econ¨®mico, tambi¨¦n en la pol¨ªtica internacional, habr¨¢ que respetar la senda abierta por el Ejecutivo de unidad de Mario Draghi. Pero los derechos civiles ser¨¢n la ¨²nica concesi¨®n a la mirada de autor que se podr¨¢ permitir el nuevo Gobierno.
En Las Marcas gobierna Francesco Acquaroli, amigo personal de Meloni (no ha querido contestar a este peri¨®dico). El lugar, entre los Apeninos y el mar Adri¨¢tico, permite intuir algunas de las conductas del nuevo Ejecutivo de coalici¨®n. Una Administraci¨®n formada con la Liga y Forza Italia, cuyos principales exponentes ¡ªdesde el consejero de Sanidad hasta la consejera de Igualdad de Oportunidades¡ª se declararon antiabortistas nada m¨¢s tomar posesi¨®n del cargo. Ninguno de ellos ha querido tampoco responder a EL PA?S.
Hermanos de Italia ha convertido la regi¨®n en un supuesto laboratorio de las pol¨ªticas que llegar¨¢n a partir del 26 de septiembre a Italia. Pero los grandes problemas de la zona, como las infraestructuras, la falta de comunicaci¨®n con el resto del pa¨ªs ¡ªno existe la alta velocidad desde Roma¡ª o la ca¨ªda del empleo, siguen castigando a sus habitantes, como explica el secretario de CGIL, Giuseppe Santarelli. Las pol¨¦micas sobre la manida matriz fascista del partido persisten en la regi¨®n. Su presidente, un a?o antes de las elecciones regionales, particip¨® en una cena en la localidad de Ascoli Piceno que celebraba el aniversario de la marcha sobre Roma de Benito Mussolini. Uno de sus m¨¢ximos exponentes, Carlo Ciccioli, dispar¨® en pleno centro de Ancona hiriendo a un militante comunista. La lista es larga. Pero en los asuntos sociales, hay gestos simb¨®licos como la retirada del patrocinio regional a la celebraci¨®n del Orgullo LGTBI o el tema del aborto, que sigue siendo la tarjeta de visita m¨¢s clara de cara a las pr¨®ximas elecciones.
La presi¨®n en este asunto es m¨¢xima. Y muchas mujeres y asociaciones feministas han salido a manifestarse a la calle. Meloni se ha visto obligada a repetir que, si llega al poder, no tiene intenci¨®n de abolir la ley 194, aprobada en 1978. Su idea, asegura, es potenciar ¡°la prevenci¨®n¡±. Pero hay muchas formas de obstaculizar el derecho al aborto. Maddalena, por ejemplo, lo logr¨® tras un largo calvario psicol¨®gico en su regi¨®n (muchas mujeres se desplazan a Toscana, Lazio o Emilia Roma?a). Las que quedan atrapadas en la burocracia y las trabas de la administraci¨®n, casi siempre terminan buscando ayuda en agrupaciones de activistas. Ella acudi¨® a AIEDE (Asociaci¨®n Italiana para la Educaci¨®n Demogr¨¢fica), una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que opera en toda Italia. Pero antes tuvo que lograr una autorizaci¨®n de la Consejer¨ªa de Sanidad, para la que se vio obligada a amenazar con injerir una sobredosis de la llamada p¨ªldora del d¨ªa despu¨¦s. ¡°Solo as¨ª logr¨¦ que me lo dieran. Esper¨¦ ocho horas y sal¨ª con la hoja oficial. Mand¨¦ una foto a la asociaci¨®n y logr¨¦ abortar dos semanas despu¨¦s¡±.
La AIED, que en Las Marcas tiene sede en el municipio de Ascoli Piceno, se constituy¨® en 1953 y ha protagonizado grandes batallas en este campo. El problema es que la ley de 1978 da poco margen y muchas veces las mujeres tienen que marcharse a otros pa¨ªses a abortar. Tiziana Antonucci es la presidenta en esta regi¨®n. ¡°En Las Marcas es m¨¢s grave porque nuestra asesora de Igualdad de Oportunidades, Giorgia Latini, de la Liga, se ha declarado contraria al aborto y ha impedido la adhesi¨®n de la regi¨®n al decreto de Sperenza¡±. Se refiere a la norma que ampliaba el plazo de suministraci¨®n de la p¨ªldora abortiva hasta las nueve semanas. Un cambio imprescindible, porque dif¨ªcilmente las mujeres pueden darse cuenta del embarazo hasta las seis semanas. Luego, la ley italiana obliga a esperar una semana m¨¢s para reflexionar sin dejar ya apenas margen. ¡°Son medidas contra la autonom¨ªa de las mujeres y su independencia. Estamos volviendo a un momento m¨¢s parecido a Afganist¨¢n. Tenemos miedo. Pero est¨¢n llam¨¢ndome de todos los pa¨ªses, as¨ª que el miedo debe ser general¡±.
La asociaci¨®n de Antonucci practica los abortos en el hospital de Ascoli Piceno (se lo permiten los s¨¢bados) con ginec¨®logos de fuera de Las Marcas. Los titulares de los centros m¨¦dicos de la regi¨®n lo rechazan casi mayoritariamente. Ketty Pesaresi, delegada de Sanidad del sindicato CGIL, se?ala que m¨¢s all¨¢ de una cuesti¨®n de principios, se trata tambi¨¦n de un tema de presi¨®n (en algunas provincias, como Fermo, no se practica ni un solo aborto). ¡°Muchos m¨¦dicos no son objetores. Pero saben que si quieren hacer carrera deben ponerse de perfil. Y m¨¢s ahora¡±, se?ala. Y es cierto que las cosas han empeorado, pero la izquierda mir¨® tambi¨¦n hacia otro lado durante a?os, cuando las cifras eran alt¨ªsimas en esta regi¨®n. ¡°Es un problema cultural, pero para la pol¨ªtica, en realidad, lo es solo de poder¡±, insiste.
La situaci¨®n, sin embargo, ha empeorado claramente con la llegada de la derecha. Y el clima en los hospitales no es bueno. Una ginec¨®loga de estos centros, que no quiere dar su nombre por miedo a represalias, insiste en que la parte de ¡°la interrupci¨®n farmacol¨®gica es una cuesti¨®n pol¨ªtica¡±. ¡°No tenemos la gu¨ªa para hacerlo. Y desde el punto de vista formal se puede hacer solo hasta las siete semanas y solo en los hospitales. No se puede administrar en ambulatorio, lo que resta intimidad al proceso y hace que muchas renuncien¡±. El volumen de objetores en la sanidad p¨²blica de Las Marcas es significativamente alto. Pero muchos, insiste esta ginec¨®loga, no adoptan esa posici¨®n por una cuesti¨®n moral. ¡°Es una intervenci¨®n de peso. Y muchos no lo hacen, simplemente, para tener una responsabilidad menos¡±. Y en eso, Las Marcas tambi¨¦n puede ser un modelo a partir del 25 de septiembre.
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