La guerra en Ucrania entra en su segundo a?o: ?y ahora qu¨¦?
Los contendientes se preparan para un enfrentamiento largo. La OTAN busca c¨®mo dar garant¨ªas de seguridad a Kiev cuando acabe el conflicto, mientras Mosc¨² intenta afianzar sus alianzas para ganar tracci¨®n militar y diplom¨¢tica. La invasi¨®n tambi¨¦n allana la perspectiva europea de Kiev
D¨ªas antes de que el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, lanzase la invasi¨®n a gran escala sobre Ucrania, varios de los aliados internacionales de Kiev advirtieron al Gobierno de Volod¨ªmir Zelenski de que sus servicios de inteligencia pronosticaban no solo la entrada de las tropas rusas, sino la toma de Kiev y el derrumbe del Ejecutivo. Muchos de los soldados de Mosc¨² que se adentraron con sus tanques llevaban en el petate el uniforme de gala. El Kremlin planeaba regodearse en la invasi¨®n como un paseo por el parque. El objetivo era capturar en tres d¨ªas la capital ucrania, de alto simbolismo para el ilusorio discurso imperialista de Putin. Ahora, cuando la guerra de Rusia en Ucrania ha entrado en su segundo a?o, las inc¨®gnitas son grandes sobre el devenir a medio y corto plazo en el campo de batalla.
En Ucrania, la pol¨ªtica interna estar¨¢ centrada en la guerra y las perspectivas europeas. En Rusia, cuando el jefe del Kremlin ¡ªy su aparato de seguridad¡ª mantiene el apoyo de una ciudadania alimentada b¨¢sicamente con un men¨² de propaganda furiosamente antioccidental y cada vez m¨¢s acostumbrada a la invasi¨®n como una rutina, se prev¨¦n pocos cambios.
La guerra de Putin se ha convertido, un a?o despu¨¦s, en una sangrienta batalla de desgaste en la que, cada vez m¨¢s, Ucrania depende de sus aliados para mantenerse a flote, en el campo de batalla, pero tambi¨¦n en el d¨ªa a d¨ªa de las cuentas y en los planes de reconstrucci¨®n. Rusia, muy aislada de los mercados internacionales por las sanciones occidentales ¡ªuna nueva ronda de restricciones europeas y estadounidenses se ha aprobado estos d¨ªas¡ª sigue en pie y, aunque est¨¢ notando cada vez m¨¢s el golpe, resiste con su econom¨ªa dise?ada en forma de fortaleza. Y probablemente llegar¨¢n m¨¢s sanciones, aunque el espacio cada vez es menor y la negociaci¨®n, m¨¢s dif¨ªcil.
Mosc¨² mirar¨¢ m¨¢s hacia fuera, tanto para afianzar las alianzas con sus socios como para buscar nuevos lazos y aumentar su poder de combate. De hecho, muchos ojos observan con atenci¨®n a China. La inteligencia estadounidense ha advertido de que Pek¨ªn podr¨ªa suministrar a Mosc¨² drones, artiller¨ªa y otro material militar. Adem¨¢s, el Ministerio de Defensa del Reino Unido ha incidido en que es probable que el Kremlin busque el reabastecimiento de drones de ataque iran¨ªes. A la vez, Putin est¨¢ desplegando sus tent¨¢culos para lograr tracci¨®n diplom¨¢tica que le permita eludir las sanciones de Occidente.
Rusia, advierte una fuente de una agencia de inteligencia occidental, ha intensificado su campa?a de desinformaci¨®n en el conocido como sur global sobre asuntos como la crisis alimentaria. Mientras, los agentes de influencia del Kremlin buscar¨¢n reactivar la ret¨®rica sobre el impacto de la guerra y de las sanciones. ¡°Veremos cada vez m¨¢s discursos que animen a Ucrania a claudicar¡±, se?ala la misma fuente. Algunos analistas vaticinan que los aliados occidentales, que hasta ahora han mantenido un f¨¦rreo discurso sobre que Ucrania debe ser la que decida los objetivos del conflicto y determinar cu¨¢ndo est¨¢ preparada para negociar su fin, plantear¨¢n cada vez m¨¢s conversaciones con Kiev para tratar de dise?ar objetivos estrat¨¦gicos comunes y, sobre todo, un final diplom¨¢tico. De momento, ni Rusia ni Ucrania est¨¢n en ese punto de sentarse a la mesa. Y los cr¨ªmenes contra la humanidad, que, seg¨²n la UE y EE UU, ha cometido Rusia en Ucrania, y los ¨®rdagos nucleares de Putin tampoco facilitan que se empiecen a colocar la mesa y las sillas para esa v¨ªa del di¨¢logo.
El l¨ªder ruso, lejos de modular su discurso, ha vuelto a dar pistas de las que pueden ser sus pr¨®ximas acciones al insistir en que su objetivo, tras anexionarse de forma ilegal cuatro regiones ucranias (que no controla por completo), son los ¡°territorios hist¨®ricos de Rusia que ahora se llaman Ucrania¡±.
Para Kiev, el ¨²nico futuro es seguir luchando, incide Orysia Lutsevich, que encabeza el f¨®rum ucranio en el think tank Chatham House. Mosc¨² conf¨ªa en terminar ahogando a Ucrania y que en el marat¨®n en el que Putin ha convertido la guerra, Kiev pierda el resuello y tambi¨¦n sus aliados, que han mantenido el apoyo sin fisuras al pa¨ªs invadido desde el principio de la guerra no solo a trav¨¦s de sanciones sin precedentes sino, en el caso de la UE, por ejemplo, tambi¨¦n rompiendo uno de los mayores tab¨²es: suministrando apoyo armament¨ªstico. Ahora, cuando la guerra no tiene visos de terminar, Bruselas busca f¨®rmulas urgentes para suministrar munici¨®n a Ucrania a trav¨¦s de nuevos planes financieros y, al igual que EE UU, con acuerdos con la industria de defensa.
Preocupa la sostenibilidad de la producci¨®n de armamento, que, adem¨¢s, es lenta. La munici¨®n m¨¢s preciada podr¨ªa llegar tarde al frente de batalla. La necesidad sobre el terreno es acuciante. Rusia ha empezado paso a paso su nueva ofensiva ¡ªde momento no demasiado bien dise?ada, seg¨²n el jefe de la inteligencia militar ucrania, Kirilo Budanov¡ª y Kiev se prepara para dar un nuevo empuje en el frente sur, donde trata de romper el corredor que Rusia ha creado ocupando territorio entre la pen¨ªnsula ucrania de Crimea (que se anexion¨® de forma ilegal en 2014) y la regi¨®n de Donb¨¢s. Muchos analistas perciben esa pr¨®xima contraofensiva como un punto decisivo en el term¨®metro del apoyo occidental a Ucrania. Sobre todo, si falla o va mucho m¨¢s lenta de lo esperado.
Ucrania y tambi¨¦n Rusia observan muy atentamente la situaci¨®n econ¨®mica en Occidente. Ambos pa¨ªses son muy conscientes de que una grave recesi¨®n podr¨ªa tener un coste pol¨ªtico en los gobiernos que han demostrado su apoyo a Kiev y tambi¨¦n cambiar el sost¨¦n p¨²blico de la ciudadan¨ªa. Tienen marcadas a fuego en su calendario importantes citas pol¨ªticas fuera de su territorio, pero que ser¨¢n decisivas para el futuro de la guerra del Kremlin. Sobre todo, las elecciones estadounidenses de 2024 y su previa campa?a electoral hacia la Casa Blanca, en la que la invasi¨®n a gran escala lanzada por Putin tendr¨¢ un gran protagonismo. El presidente estadounidense, el dem¨®crata Joe Biden, ha mostrado un apoyo abundante y crucial a Kiev, pero queda la inc¨®gnita de qu¨¦ suceder¨ªa con una hipot¨¦tica Administraci¨®n bajo control republicano.
El Gobierno de Kiev, embarcado en reformas de su sistema de justicia, medidas anticorrupci¨®n, leyes contra el poder pol¨ªtico de los oligarcas y normas sobre el respeto a las minor¨ªas, desea abrir las negociaciones de adhesi¨®n a la Uni¨®n Europea antes de que acabe el a?o. En otro tiempo, quiz¨¢ el prop¨®sito del Ejecutivo de Zelenski ser¨ªa imposible, pero desde que Kiev entreg¨® su petici¨®n de ingreso hasta que la UE lo declar¨® pa¨ªs candidato pasaron solo tres meses. Bruselas, de hecho, est¨¢ tratando de construir un traje a la medida de Ucrania para lograr que sea miembro de facto. La Comisi¨®n Europea entregar¨¢ en primavera a los Estados miembros un informe de c¨®mo van las reformas sobre los siete puntos que Kiev debe completar. ¡°Hay una clara voluntad pol¨ªtica en la c¨²pula de la UE y el reconocimiento del simbolismo de que Ucrania est¨¢ defendiendo el modo de vida europeo [como repite Zelenski]¡±, se?ala la experta ucrania Orysia Lutsevich.
Con la guerra a¨²n en marcha y sus aliados embarcados en conversaciones e iniciativas sobre nuevos env¨ªos de armas ¡ªm¨¢s tanques, armas de largo alcance y cazas¡ª, la OTAN explora qu¨¦ tipo de garant¨ªa de seguridad puede ofrecer a Kiev una vez terminado el conflicto como una perspectiva de mirada de largo aliento. Ucrania recibi¨® la carta de invitaci¨®n en 2008 para entrar en la Alianza Atl¨¢ntica, pero desde entonces y pese a la ret¨®rica de Mosc¨², no se ha movido un ¨¢pice. Ahora, la OTAN trata de buscar f¨®rmulas para que sus pa¨ªses puedan ofrecer alg¨²n tipo de garant¨ªa al pa¨ªs del este similar al art¨ªculo 5, por el que se comprometer¨ªan a defenderlo si vuelve a ser agredido, explican fuentes aliadas. El plan, sin embargo, no agrada demasiado a los b¨¢lticos y a Polonia, que remarcan que el objetivo debe ser la entrada r¨¢pida de Ucrania en la organizaci¨®n.
El pron¨®stico en el campo de batalla es incierto, se?ala el historiador Andriy Zayarnyuk, de la Universidad de Winnipeg. ¡°La lecci¨®n principal de las guerras es que uno no puede controlarlas. No se puede mantener un conflicto militar a un nivel bajo y disfrutar de la ilusi¨®n del control¡±, se?ala. Rusia sigue atacando infraestructuras civiles y energ¨¦ticas y las autoridades ucranias han advertido de que Mosc¨² se prepara para lanzar nuevos bombardeos a gran escala. La guerra se ha enquistado en Donb¨¢s, donde las batallas de artiller¨ªa son cruentas y enormes parches de la ondulante regi¨®n minera ¡ªya muy tocada por ocho a?os de conflicto entre Kiev y los separatistas prorrusos, tras los que el Kremlin parapet¨® sus propias fuerzas y su apoyo pol¨ªtico y econ¨®mico¡ª est¨¢n quedando en ruinas.
Ambos ej¨¦rcitos est¨¢n sufriendo un gran n¨²mero de bajas. Rusia, que solo ha desplegado a la mitad de sus militares movilizados, podr¨ªa lanzar en los pr¨®ximos meses otra campa?a de reclutamiento, apunta la analista rusa Tatyana Stanovaya, investigadora del Carnegie Endowment for International Peace y fundadora de la red de an¨¢lisis R. Politik. En algunas regiones de Ucrania, donde los primeros meses se recibieron decenas de miles de alistados en todo el pa¨ªs que quedaron en lista de espera, se est¨¢n entregando citaciones tambi¨¦n a personas que no se apuntaron.
Y mientras Ucrania se afana en sus reformas con perspectiva europea, en Rusia hay escasas posibilidades de cambios en la pol¨ªtica interna, advierte Stanovaya. Todo ello incluso si de cara a las elecciones presidenciales de marzo de 2024 ¡ªpara las que el pa¨ªs a¨²n espera una aclaraci¨®n sobre si Putin se volver¨¢ a postular (ya cambi¨® la Constituci¨®n para poder hacerlo)¡ª hay algunos movimientos en el Gobierno u otros anuncios. ¡°El pa¨ªs ha entrado en una especie de ambiente rutinario, la gente se est¨¢ acostumbrando a la invasi¨®n. Se est¨¢n preparando para una guerra larga. Admiten que puede durar dos, tres a?os¡±, se?ala Stanovaya. ¡°Si no pasa algo extraordinario, veremos un a?o similar al pasado¡±, vaticina.
Lo cierto es que el resultado de la guerra m¨¢s global desde la Segunda Guerra Mundial decidir¨¢ no solo el futuro de Ucrania, remarca Serhii Plokhy, uno de los historiadores m¨¢s destacados de Ucrania. Tambi¨¦n tendr¨¢ un gran impacto en el futuro del espacio postsovi¨¦tico y en la capacidad de pa¨ªses como Moldavia, Georgia y Kazajist¨¢n para llevar a cabo una pol¨ªtica exterior totalmente independiente. ¡°La victoria de Rusia crear¨ªa una nueva amenaza para Europa, sus valores, instituciones y su forma de vida; tambi¨¦n consolidar¨ªa el r¨¦gimen gobernante de Mosc¨². La victoria de Ucrania le dar¨ªa a la oposici¨®n rusa la oportunidad de emerger como una fuerte fuerza pol¨ªtica y, en ¨²ltima instancia, cambiar el rumbo militarista, que es devastador no solo para los vecinos de Rusia, sino tambi¨¦n para la propia Rusia¡±, dice Plokhy, director del Instituto de Investigaci¨®n Ucranio de la Universidad de Harvard, que ha publicado este a?o en espa?ol Las puertas de Europa, sobre la historia ucrania.
Los resultados de la guerra ya son obvios, dice Plokhy: Rusia ha sufrido una derrota estrat¨¦gica y Ucrania ha sobrevivido, mantendr¨¢ su independencia y seguir¨¢ su rumbo en la integraci¨®n europea: ¡°Es demasiado pronto para decir cu¨¢ndo terminar¨¢ esta guerra. Mucho depende de los resultados de la actual ofensiva rusa y la contraofensiva ucrania planificada. Cuanta m¨¢s solidaridad occidental y asistencia a Ucrania, antes terminar¨¢ la guerra, habr¨¢ menos sufrimiento en Ucrania y m¨¢s beneficioso ser¨¢ su resultado¡±.
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