La causa contra Trump suscita dudas jur¨ªdicas sobre la relevancia de los cargos y las competencias del fiscal
Los abogados del expresidente se agarran a la falta de precedentes para intentar tumbar el proceso antes de las primarias de 2024
La causa contra Donald Trump que comenz¨® el martes en Nueva York con la lectura de la treintena de cargos va a ser r¨¢pida. Y su probable desenlace, un juicio con el magnate sentado en el banquillo, puede coincidir con las primarias republicanas para las presidenciales de Estados Unidos de 2024. Aunque entre la imputaci¨®n y el juicio los tribunales de Nueva York suelen demorarse un a?o de promedio, la pr¨®xima cita de Trump en el tribunal de Manhattan es el 4 de diciembre, y los fiscales han pedido al juez que fije el juicio para enero, un mes antes de los caucus de Iowa que activan oficialmente las primarias para las presidenciales.
Todo esto ocurrir¨¢ si los abogados del candidato a la reelecci¨®n no logran antes tumbar el caso que, a su juicio, es un castillo de naipes: el pliego de cargos presentado el martes por la Fiscal¨ªa de Manhattan consta de 34 delitos por falsificaci¨®n de registros mercantiles para encubrir pagos que acallaron supuestas aventuras extramatrimoniales. Pero no solo los representantes de Trump tienen dudas sobre la solidez de los cargos. Algunos juristas tambi¨¦n han apuntado que el fiscal Alvin Bragg puede encontrarse con dificultades para llevar adelante el caso. Es la tesis de la profesora de Derecho de la Universidad de Nueva York Rebecca Roiphe. ¡°Se ha especulado con la idea de que los pagos ilegales de Trump podr¨ªan haber afectado al resultado de las elecciones, y esta idea se basa en asuntos legales controvertidos que pueden ser dif¨ªciles de probar¡±, asegura la experta, citada por The New York Times. El caso por el que est¨¢ ahora imputado no es el ¨²nico al que se enfrenta el expresidente. Ni siquiera el m¨¢s peligroso.
Alvin Bragg, el primer afroamericano titular de la Fiscal¨ªa de distrito de Manhattan, se adentra en aguas jur¨ªdicamente procelosas, con pocos precedentes. Para la defensa, esa inc¨®gnita, adem¨¢s de la supuesta endeblez de los cargos, es la principal baza. Los expertos no se ponen de acuerdo acerca de la potencial gravedad de la acusaci¨®n: mientras unos ven zonas de sombra, otros celebran su arrojo. El quid de la cuesti¨®n estriba en determinar si la violaci¨®n por el magnate de leyes estatales de Nueva York (la falsificaci¨®n de asientos contables para ocultar los sobornos pagados a la actriz porno Stormy Daniels, una exmodelo de Playboy y un conserje de la Torre Trump) implic¨® otro delito, la violaci¨®n de leyes federales como las que regulan la financiaci¨®n de las campa?as. Bragg no tiene jurisdicci¨®n federal y el salto entre una y otra es, para algunos, una carambola incierta.
Cabe recordar que los pagos se hicieron en el ¨²ltimo tramo de la campa?a electoral de 2016, con la intenci¨®n de impedir que salieran a la luz las supuestas aventuras del entonces candidato republicano con Daniels y la exmodelo Karen McDougal, as¨ª como comprar el silencio de un conserje de la Torre Trump, la sede del emporio familiar en Manhattan. El objetivo era mantener intactas sus aspiraciones presidenciales.
Delitos graves
Los 34 cargos imputados a Trump son delitos graves de clase E, la categor¨ªa m¨¢s baja de delito grave en Nueva York. Como cada uno conlleva una pena m¨¢xima de cuatro a?os de prisi¨®n, Trump se enfrentar¨ªa te¨®ricamente a un total de 136 a?os de reclusi¨®n. La falsificaci¨®n de registros mercantiles suele considerarse un delito menor, a menos que el fraude se utilice para cometer un segundo delito ¡ªla supuesta violaci¨®n de las normas de campa?a¡ª, en cuyo caso se convertir¨ªa en un delito grave. Pero ?fue la hipot¨¦tica violaci¨®n de las normas de financiaci¨®n electoral una consecuencia, una simple casualidad o un objetivo? Es decir, ?se sostiene el pliego de cargos o se lo puede llevar el aire, como plantean los abogados de Trump?
Los expertos Karen Friedman Agnifilo y Norman Eisen consideran que ¡°no hay nada novedoso o d¨¦bil en este caso¡±. ¡°Los cargos de libros y registros expuestos en los documentos de acusaci¨®n contra el se?or Trump son el pan de cada d¨ªa de la oficina del fiscal¡±, escrib¨ªan este mi¨¦rcoles en The New York Times. El registro de documentaci¨®n falsa para encubrir infracciones en la financiaci¨®n de campa?as es habitual en Nueva York, por lo que el caso contra Trump tendr¨ªa muchas posibilidades de ¨¦xito. Otra columnista en el mismo diario opina, sin embargo, que ¡°a pesar de todo el bombo y platillo del martes, [Trump] todav¨ªa puede escabullirse de este aprieto¡±.
Tambi¨¦n entre los republicanos proliferan las cr¨ªticas a lo que consideran un ¨®rdago judicial, mientras los dem¨®cratas se ponen de perfil. ¡°La extralimitaci¨®n del fiscal [Bragg] sienta un peligroso precedente para criminalizar a los oponentes pol¨ªticos y da?a la fe del p¨²blico en nuestro sistema judicial¡±, sentenci¨® el senador republicano Mitt Romney, conocido cr¨ªtico de Trump. William Barr, que fue fiscal general [jefe del Departamento de Justicia] del presidente republicano, calific¨® de ¡°completa mentira¡± las alegaciones de fraude electoral, y la acusaci¨®n, de ¡°caso pat¨¦ticamente d¨¦bil.¡± Para Andrew McCabe, a quien Trump despidi¨® como vicedirector del FBI en el tramo final de su presidencia, la acusaci¨®n es un ¡°fiasco¡±.
La mayor¨ªa de las voces coinciden en que la sustancia de los cargos contra el exmandatario es a la vez humillante y seria, lo que no exime de riesgos al proceso. La jurisdicci¨®n de la Fiscal¨ªa de Manhattan es Nueva York, con toda su dimensi¨®n financiera. Eso significa que investiga habitualmente complejos casos de guante blanco, como el esc¨¢ndalo internacional del BNP Paribas en 2014, y otros que implican a personas de alto perfil, como la reciente causa contra Allen Weisselberg, ex director financiero de la Organizaci¨®n Trump, juzgado y condenado por una intrincada trama de fraude fiscal.
Pero el siguiente paso de la acusaci¨®n, demostrar que los delitos imputados a Trump son a¨²n m¨¢s graves, entra de lleno en el territorio del alambre. El hecho de que la trama montada por Trump con la ayuda del abogado Michael Cohen y el antiguo editor del tabloide National Enquirer para enterrar cualquier esc¨¢ndalo susceptible de arruinar su carrera pol¨ªtica demuestra la existencia de una conspiraci¨®n, como apunta el pliego de cargos, no es garant¨ªa de ¨¦xito.
Trump, que se declar¨® inocente de todas las acusaciones el martes, es el 30? acusado de falsificaci¨®n contable por Bragg desde que este asumiera el cargo en enero de 2022, tras ganar las primarias dem¨®cratas con un programa centrado en la reforma del sistema de fianzas y libertad condicional, una patata caliente en Nueva York, y sin Trump en la mira. Bragg, un vecino de Harlem de 49 a?os, ha presentado hasta ahora 151 cargos de este calibre. De hecho, la condena de la Organizaci¨®n Trump y la declaraci¨®n de culpabilidad de Weisselberg inclu¨ªan tambi¨¦n delitos de falsificaci¨®n contable. Los imputados al magnate son 11 cargos por facturas falsas, 11 por cheques y talonarios falsos y 12 por asientos falsos en los libros de contabilidad. La Organizaci¨®n Trump registr¨® como ¡°honorarios legales¡± los cheques de reembolso del entonces presidente a Cohen, que adelant¨® el dinero a Stormy Daniels. De hecho, hay una tercera derivada de la imputaci¨®n, apuntada por el propio Bragg y la fiscal¨ªa: la posibilidad de que se haya cometido un delito para ocultar dinero a Hacienda, dado que a Cohen le dieron no solo 130.000 d¨®lares, el monto que adelant¨® a Daniels, sino hasta 420.000, para suplir lo que se supone le iba a descontar Hacienda.
En los considerandos de Bragg, los registros falsos encubren ¡°intentos de violar las leyes electorales estatales y federales¡±, especific¨® el fiscal el martes. No ser¨ªa la primera vez que un fiscal de Nueva York ganara un caso de falsificaci¨®n de documentos para encubrir violaciones de la financiaci¨®n de campa?a. Seg¨²n los expertos, hay precedentes de autoridades estatales que pueden aplicar la legislaci¨®n estatal en casos relacionados con candidatos federales, como era el caso de Trump. El pago a Daniels, de 130.000 d¨®lares (unos 120.000 euros), supera los l¨ªmites de las contribuciones a campa?as federales.
Trump se convirti¨® el martes en una m¨¢s de las aproximadamente 31.000 personas acusadas de delitos graves en los l¨²gubres juzgados del Estado de Nueva York cada a?o, en la planta 15? del n¨²mero 100 de Centre Street. A diferencia del resto de los reos, para el magnate fue una experiencia distinta, en volandas de una caravana de veh¨ªculos con los cristales tintados y un colosal despliegue de secretas. Sin esposas, sin pasar ni un minuto en una de las celdas donde aguardan hacinados los detenidos, el suyo fue un procesamiento r¨¢pido, casi indoloro. Las leyes que Nueva York le aplique s¨ª ser¨¢n las mismas que para el resto, aunque su interpretaci¨®n pueda ser novedosa.
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