El chavismo enarbola la lucha anticorrupci¨®n y redobla la purga interna
Los mandos bolivarianos pretenden recuperar terreno y legitimidad ante su militancia con un tono inusualmente jacobino en torno a la moral p¨²blica
La purga pol¨ªtica que ha iniciado el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro enfundada en la consigna anticorrupci¨®n y que ya ha llevado a importantes cuadros pol¨ªticos y gerentes p¨²blicos a prisi¨®n, no tiene precedentes en la historia del chavismo. En el epicentro de las tormentas, se?alado de forma t¨¢cita, y en total silencio, se encuentra Tareck El Aissami, hasta hace poco uno de los pilares m¨¢s poderosos del andamiaje revolucionario.
El proceso anticorrupci¨®n en curso es la comidilla cotidiana y el tema de conversaci¨®n por excelencia en las calles, la mayor¨ªa de las veces de manera socarrona e incr¨¦dula. La radio y la televisi¨®n oficial adelantan la informaci¨®n con prudencia, pero la indignaci¨®n, cuando no la decepci¨®n, hierve en las redes sociales.
El fiscal general, Tarek William Saab, ha declarado que 51 personas ¨C entre altos funcionarios y empresarios vinculados al r¨¦gimen- tendr¨¢n que presentarse ante los tribunales por existir ¡°elementos de convicci¨®n¡± que indican que forman parte de una trama fraudulenta hilvanada para desviar los fondos de la rep¨²blica en la estatal Petr¨®leos de Venezuela (PDVSA) y la sider¨²rgica Corporaci¨®n Venezolana de Guayana. Saab inform¨® que 262 funcionarios m¨¢s est¨¢n siendo procesados e investigados.
Casi todos los inculpados conocidos ¨CHugbel Roa, Pedro Maldonado, Joselit Ram¨ªrez- son cercanos en lo personal al exministro de Energ¨ªa y Petr¨®leo y exvicepresidente del ?rea Econ¨®mica, El Aissami, cuyo paradero se desconoce. El ¨²ltimo en ser detenido ha sido Hugo Cabezas, tambi¨¦n del entorno pol¨ªtico de El Aissami. Cabezas fue presidente del Saime, la oficina de los servicios nacionales de identificaci¨®n; es actual directivo de la empresa Cartones Venezolanos, vinculada a la CVG, y fue gobernador del Estado Trujillo. Saab no quiso adelantar informaci¨®n sobre un posible juicio al propio El Aissami.
Los montos desviados en negocios ilegales en esta ocasi¨®n han sido calculados en tres mil millones de d¨®lares. El propio Nicol¨¢s Maduro afirm¨® sentirse ¡°indignado¡± ante tal conducta, y prometi¨® que, al final de las pesquisas, el dinero ser¨ªa reinvertido en obras de gobierno y gesti¨®n social.
Aunque no es el primero, ni el m¨¢s grave del voluminoso expediente de casos de corrupci¨®n en los a?os de Hugo Ch¨¢vez y Nicol¨¢s Maduro, los mandos revolucionarios pretenden recuperar terreno y legitimidad ante su militancia con un tono inusualmente jacobino en torno a la moral p¨²blica. Alguna circunstancia parece haber disparado la espoleta para abrir la cacer¨ªa interna.
¡°Los equilibrios internos son complejos dentro del chavismo¡±, afirma la polit¨®loga y escritora Colette Capriles. ¡°Maduro sale adelante con esta iniciativa, no por un tema moral, sino pol¨ªtico. Los excesos de El Aissami y el resto de los dirigentes han puesto en peligro a la propia coalici¨®n gobernante. Maduro tiene rato urgido de ingresos, el descontento social est¨¢ aumentando, tiene planes de hacer inversiones sociales que le permitan encarar las pr¨®ximas elecciones con perspectivas de victoria, y ha descubierto que la plata le faltaba. Maduro siente que puede orientar esta iniciativa y obtener r¨¦ditos pol¨ªticos con ella afianzando su autoridad¡±.
Una apreciaci¨®n similar tiene Stefania Vitale, acad¨¦mica del Centro de Estudios para el Desarrollo y la Universidad Central de Venezuela. ¡°Creo que hubo sorpresa ante la magnitud de los montos, y eso se puede haber combinado con las tensiones del momento. Aqu¨ª hay necesidades de dinero, pero es un tema, sobre todo, de econom¨ªa pol¨ªtica. Maduro est¨¢ buscando reorientar las cosas con sus decisiones¡±.
En el pasado se produjo una enorme cantidad de desprendimientos por razones ideol¨®gicas en el seno del oficialismo ¨CLuis Miquilena, Henri Falc¨®n, Ernesto Alvarenga, Gustavo M¨¢rquez, Rodrigo Cabezas-; o por desavenencias pol¨ªticas, legales y personales, como Andr¨¦s Izarra, Gabriela Ram¨ªrez, Luisa Ortega D¨ªaz o Miguel Rodr¨ªguez Torres.
Las crisis a causa de la corrupci¨®n, a pesar de las m¨²ltiples denuncias, investigaciones legislativas y reportajes period¨ªsticos que la han documentado en estos a?os, no han sido nada relevantes, y solo han sido explotadas aquellas que han tenido utilidad pol¨ªtica para Miraflores. El exministro de Defensa Ra¨²l Baduel, un l¨ªder influyente en los cuarteles, enfrentado personalmente a su antiguo amigo Hugo Ch¨¢vez, fue llevado a la c¨¢rcel bajo cargos de corrupci¨®n, aunque era muy obvio que exist¨ªa inter¨¦s en sacarlo del camino y opacar su influencia. Jorge Giordani, tutor personal de Hugo Ch¨¢vez, y durante a?os su ministro de Planificaci¨®n, termin¨® execrado de las filas revolucionarias al asumir Maduro la presidencia, al presentar quejas por la corrupci¨®n desbordada y criticar con dureza la pol¨ªtica econ¨®mica oficial.
El voluminoso expediente de corrupci¨®n y excesos orquestado en los a?os de Rafael Ram¨ªrez frente a PDVSA, -denunciados en 2016 por parlamentarios de la oposici¨®n mientras los fondos nacionales se evaporaban en medio de una prolongada crisis cambiaria-, fueron tenazmente negados por toda la clase pol¨ªtica chavista, que bloque¨® las investigaciones y termin¨® cercenando al legislativo en sus funciones para abrir las compuertas de las protestas populares generalizadas de 2017.
Al salir de PDVSA, Ram¨ªrez fue primero embajador ante Naciones Unidas, para luego renunciar a su cargo y quedarse en el exterior en calidad de exiliado. Es ahora, casi seis a?os despu¨¦s, cuando los tribunales chavistas han decidido formalizar cargos contra ¨¦l.
¡°El ingrediente de este proceso interno es que se ha presentado en un momento en el cual los ingresos fiscales del estado venezolano est¨¢n muy limitados para cubrir el n¨²mero de necesidades del pa¨ªs,¡± afirma Piero Trepiccione, polit¨®logo y coordinador del jesuita Centro Gumilla. ¡°Maduro necesita recursos para encarar la reelecci¨®n. Frente a su debilidad en la opini¨®n p¨²blica y su poca popularidad, afinca su autoridad, con una recomposici¨®n que le permite concentrar poder.¡±
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