Relato del combate a vida o muerte de un espa?ol en el frente de Donetsk
Pastor, de 37 a?os, cuenta alguno de los peores enfrentamientos que ha tenido con tropas rusas en el frente de guerra en Ucrania
Un jabal¨ª cruz¨® por delante de la posici¨®n de un espa?ol que tiene como nombre en clave Pastor. Era de d¨ªa en el frente de la provincia de Donetsk, en el este de Ucrania, y el animal andaba tranquilo a medio camino entre la trinchera ucrania y la rusa. Era real, no lo so?aba, los dos bandos pod¨ªan observarlo y nadie dispar¨®. De noche tambi¨¦n pod¨ªa ver con su mirilla t¨¦rmica como aparecen en tierra de nadie los zorros, los conejos, los corzos y aquel pobre tej¨®n que hizo estallar una granada trampa. ¡°Nunca he visto tratar a los animales mejor que en la guerra; buscamos el afecto de los perros y ellos nos buscan a nosotros, nos humanizan¡±, cuenta Pastor, que se presenta como un militar de ¨¦lite espa?ol, pocos d¨ªas despu¨¦s de salir con vida del infierno.
Pastor, de 37 a?os, es oriundo de un pueblo del Pirineo espa?ol. Por seguridad prefiere mantener su identidad an¨®nima. Su hijo le llama ¡°el explorador¡±, porque es un aventurero. Es consciente de que los suyos sufren por ¨¦l, pero no puede vivir sin acci¨®n. No es un mercenario, jam¨¢s combatir¨ªa en el lado ruso, est¨¢ en Ucrania porque cree en la libertad y los valores europeos que se est¨¢n defendiendo en este pa¨ªs. Ha servido fuera de Espa?a, en la Legi¨®n extranjera francesa y en los dos ¨²ltimos meses, en un batall¨®n ucranio en el peor frente de guerra del mundo, en el de la provincia de Donetsk.
¡°Cada d¨ªa en la posici¨®n cuenta como a?os¡±, explica en una entrevista con EL PA?S en Kiev. Pastor se siente fuera de lugar en la capital. ¡°Esto es alucinante¡±, repite. Hac¨ªa tres meses que no dorm¨ªa en una cama con s¨¢banas limpias, tres meses desde la ¨²ltima vez que visitaba una ciudad bulliciosa e iluminada, con cafeter¨ªas y clubes abiertos. Ha tenido que desconectar los electrodom¨¦sticos de su habitaci¨®n de hotel porque el m¨¢s leve ruido le impide dormir. Su cabeza est¨¢ siempre alerta ante cualquier posible amenaza.
A Pastor lo ascendieron a sargento el pasado marzo tras una gesta en la que junto a otros compa?eros defendieron durante tres d¨ªas un sector del frente. La hora que dedica a relatar aquella jornada, acompa?ado por bocetos y mapas, es una clase magistral sobre t¨¢ctica militar. Su posici¨®n atrincherada era la m¨¢s expuesta a la l¨ªnea enemiga, de cuatro posiciones que formaban una L. El enemigo inici¨® un barrido con morteros en el per¨ªmetro del agujero donde se encontraban ¨¦l, un ucranio y un colombiano. Ning¨²n mortero ca¨ªa sobre ellos. ¡°Mis compa?eros dec¨ªan que estos rusos son in¨²tiles, que no sab¨ªan d¨®nde est¨¢bamos ubicados, pero yo tengo formaci¨®n OTAN y era consciente de que los rusos estaban limpiando las zonas minadas que nos proteg¨ªan para iniciar un asalto¡±.
Entonces lleg¨® el tanque, un T-80, uno de los blindados m¨¢s poderosos del mundo. A medio kil¨®metro, no pod¨ªan hacer nada contra el blindado, no ten¨ªan armamento para anularlo. Los rusos lo sab¨ªan. Pastor reitera durante la entrevista que los rusos son todo menos incompetentes. ¡°Nos observan permanentemente y tienen informaci¨®n detallada de cu¨¢ntos hombres est¨¢n en la posici¨®n, cu¨¢les son los m¨¢s experimentados. Nos prueban siempre para saber con qu¨¦ armas contamos¡±, explica el militar espa?ol. Incluso saben de la identidad de muchos de ellos. Un militar estadounidense consultado por este diario confirma que la ¡°caza al hombre¡±, sobre todo de combatientes que se han significado por su destreza en el frente, es una pr¨¢ctica com¨²n en este conflicto.
De todos los proyectiles que han ca¨ªdo sobre Pastor, el peor, dice, es el de un tanque. ¡°Con los obuses oyes el silbido y tienes 3 o 4 segundos para ponerte a cubierto, pero con un tanque no hay tiempo, oyes el bum y el golpe es inmediato¡±. El tanque oblig¨® a los hombres de Pastor a refugiarse en el b¨²nker, una suerte de nicho excavado en el suelo. Por su experiencia sab¨ªa que tras el disparo, el tiempo de recarga del tanque son entre 5 y 10 segundos. Pastor lo aprovechaba para comprobar si el blindado avanzaba con un pelot¨®n de infanter¨ªa detr¨¢s. No fue el caso porque el asalto llegar¨ªa por el flanco menos esperado.
El tanque se retir¨® y volvi¨® la calma. Y lo que ocurri¨® despu¨¦s, Pastor todav¨ªa no puede explicarlo. Por el lado izquierdo, el que proteg¨ªa otra posici¨®n ucrania con el nombre en c¨®digo Argo, irrumpi¨® un hombre desarmado, andando, con una capucha puntiaguda. Aquella aparici¨®n les puso en alerta porque detr¨¢s de aquel hombre hab¨ªa una arboleda, y lo m¨¢s probable es que hubiera una secci¨®n de soldados rusos tomando posiciones. ?Qu¨¦ hac¨ªa aquel hombre all¨ª? Pastor tiene tres posibles respuestas: la primera es que fuera una alucinaci¨®n que les salv¨® la vida; la segunda es que fuera un prisionero de guerra ucranio que el enemigo hab¨ªa enviado para que lo liquidaran los suyos; la tercera opci¨®n es que fuera un ruso desorientado. Cuando termin¨® el combate y salieron a identificar a los cad¨¢veres, descubrieron entre los muertos rusos a reclutas sin experiencia ni el debido equipo: ¡°Son carne de ca?¨®n, a uno de los muertos solo le dieron un RPG (un lanzacohetes sovi¨¦tico) que probablemente ni sab¨ªa utilizar¡±.
Cuando Pastor abri¨® fuego con su ametralladora Browning en ese sector, el cielo se rompi¨® sobre ellos con el fuego enemigo. Estaba convencido de que morir¨ªan en ese agujero porque no ten¨ªan suficiente munici¨®n. Y si ca¨ªa su posici¨®n, los rusos tomar¨ªan las otras. Los refuerzos no llegar¨ªan en horas y como comandante del puesto oblig¨® a racionar las balas a sus dos camaradas: solo disparar¨ªan a blancos seguros. Frenaron el asalto, pero perdieron a los tres hombres que estaban en el puesto Argo. Pastor llora al recordarlo: eran veteranos del Ej¨¦rcito colombiano que ¨¦l hab¨ªa instruido las semanas previas y que fueron a Ucrania a ganarse un sueldo. Recuperaron los cuerpos diez d¨ªas despu¨¦s.
A principios de la invasi¨®n, en marzo de 2022, las autoridades ucranias estimaron en 20.000 los extranjeros que se sumar¨ªan a la defensa del pa¨ªs, sobre todo, a la legi¨®n internacional. El Ministerio de Defensa no aporta cifras oficiales, pero The Washington Post aseguraba el pasado enero, citando a analistas militares, que el n¨²mero era ahora pr¨®ximo a los 3.000. EL PA?S coincidi¨® a finales de marzo en la frontera entre Ucrania y Polonia con una veintena de soldados peruanos que iban a ser destinados al frente de Bajmut, en Donetsk, seg¨²n el testimonio de dos de ellos. Tambi¨¦n confirmaron que, en su caso, solo estaban all¨ª por el salario ¡ªunos 2.500 euros mensuales¡ª.
Antes morir que ser apresado
La experiencia m¨¢s determinante de guerra de Pastor dice m¨¢s de la condici¨®n humana que de t¨¢cticas militares. Sucedi¨® una noche en la que ¡°neutraliz¨®¡± a un spetznatz, a un soldado de ¨¦lite ruso. ¡°Lo abat¨ª a 70 metros, aquel t¨ªo me quer¨ªa pillar con vida. Y para nada bueno. Se hab¨ªa arrastrado casi un kil¨®metro sobre la nieve durante horas. Durante ese tiempo me pod¨ªa haber matado f¨¢cilmente, pero no lo hizo. Te aseguro que antes me pego un tiro a que me apresen los rusos¡±.
El spetznatz cay¨® muerto y otro soldado de ¨¦lite ruso apareci¨® en el visor t¨¦rmico del fusil de Pastor. Iban en pareja. ¡°Los spetznatz son militares de ¨¦lite como yo, y el credo compartido es que nunca abandonas ni a los muertos, ni a los heridos ni tu armamento¡±. El segundo spetznatz sali¨® del escondite para recoger al compa?ero muerto y Pastor, que es tirador, le dio en el costado: ¡°Cay¨® herido y empez¨® a arrastrarse como un perro linchado hacia la l¨ªnea rusa, lo pude abatir en su retirada, pero no lo hice, no pod¨ªa¡±. Desde otras posiciones ucranias empezaron a disparar al ruso herido. ¡°Era como una pel¨ªcula de Hollywood, aquel tipo consigui¨® superar 600 metros hasta la l¨ªnea rusa mientras las balas silbaban a su alrededor. Salieron de la trinchera cinco, seis rusos, para socorrerle, los nuestros los reventaron con morteros, pero ¨¦l lo super¨®. Pens¨¦ que aquel soldado, que quer¨ªa matarme de la peor manera, se merec¨ªa vivir. Aunque quiz¨¢ muri¨® luego por la herida¡±.
Pastor pas¨® dos semanas en un hospital de campa?a por la herida de un ob¨²s. El espa?ol pidi¨® el relevo y ahora est¨¢ pendiente de ser transferido a una nueva unidad. Cada noche en su cabeza aparecen el spetznatz herido, el jabal¨ª y los compa?eros ca¨ªdos. Tambi¨¦n le vuelve el sonido constante de las motosierras que o¨ªa en el lado ruso, cortando le?a para abrir nuevos b¨²nkeres y escondites de armas. Estos d¨ªas en Kiev reflexiona intentando encontrar la raz¨®n de todo lo que ha superado: ¡°Mucha gente me pregunta qu¨¦ hago aqu¨ª, y he llegado a la conclusi¨®n de que si alguien invadiera mi casa, querr¨ªa que me ayudaran. Una sola persona por s¨ª sola no hace mucho, pero si somos m¨¢s, de toda Europa, podemos marcar la diferencia¡±. En la retaguardia amist¨® con un ni?o hu¨¦rfano. Pastor pensaba en que pod¨ªa ser su hijo. En los peores momentos, dice, pensaba en su hijo de cinco a?os. ?l le dio la fuerza para seguir en este mundo.
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