El debate pol¨ªtico y los vetos cruzados agrietan la pol¨ªtica migratoria de la UE
La aprobaci¨®n del ¨²ltimo cap¨ªtulo del pacto para cambiar el sistema de asilo se estanca y afronta el rechazo de socios como Polonia y Hungr¨ªa. Bruselas pugna por salvar su controvertido acuerdo con T¨²nez para frenar las llegadas
La pol¨ªtica migratoria de la UE no encaja. Las llegadas de personas que buscan refugio en Europa han vuelto a los niveles prepandemia y la situaci¨®n en la isla italiana de Lampedusa, desbordada por las entradas de migrantes en las ¨²ltimas semanas, ha agitado de nuevo las tensiones entre los Veintisiete en uno de los asuntos m¨¢s divisivos del club comunitario, y ha llevado a los gobiernos a recordar la crisis migra...
La pol¨ªtica migratoria de la UE no encaja. Las llegadas de personas que buscan refugio en Europa han vuelto a los niveles prepandemia y la situaci¨®n en la isla italiana de Lampedusa, desbordada por las entradas de migrantes en las ¨²ltimas semanas, ha agitado de nuevo las tensiones entre los Veintisiete en uno de los asuntos m¨¢s divisivos del club comunitario, y ha llevado a los gobiernos a recordar la crisis migratoria de 2015, que casi fulmina la zona Schengen. Han pasado ocho a?os y otras crisis y la UE acelera ahora, este ¨²ltimo curso de la legislatura, para sacar adelante el esperado pacto migratorio, que plantea un blindaje sin precedentes de las fronteras exteriores y el aumento de las f¨®rmulas para la expulsi¨®n de migrantes irregulares. Un sistema criticado por organizaciones de derechos humanos que a la vez se enfrenta al veto de los Estados miembros m¨¢s beligerantes contra la pol¨ªtica com¨²n. Mientras, muchos de quienes llegan ansiando la seguridad de la Uni¨®n quedan atrapados entre los vetos pol¨ªticos cruzados, en un sistema agrietado.
La pandemia de covid-19 paraliz¨® la vida en muchos sentidos. Tambi¨¦n redujo las llegadas de migrantes. Ya no m¨¢s: en agosto, m¨¢s de 56.900 personas en situaci¨®n irregular llegaron a la UE, seg¨²n datos de un informe confidencial de Frontex (la agencia comunitaria de fronteras) con datos preliminares y al que ha tenido acceso EL PA?S. En junio, fueron m¨¢s de 30.000; ese mes, m¨¢s de 83.000 personas pidieron asilo por primera vez en un pa¨ªs de la UE (un 25% m¨¢s que el mismo mes del a?o anterior) y lo hicieron sobre todo en Alemania, Espa?a, Francia e Italia (entre todos, un 75% de las solicitudes), seg¨²n los ¨²ltimos datos de Eurostat.
¡°La narrativa de la pol¨ªtica de inmigraci¨®n europea de los ¨²ltimos a?os ha alimentado la ilusi¨®n de que la inmigraci¨®n cero es no solamente deseable, sino factible. Y no es ninguna de las dos cosas¡±, se?ala Camino Mortera, jefa de la oficina de Bruselas del Centre for European Reform. ¡°Es un fen¨®meno imposible de frenar; la cuesti¨®n para la UE sigue siendo si quiere tener una gesti¨®n de flujos migratorios racional y que env¨ªe un mensaje de control ¨Dde qui¨¦n est¨¢ al mando¨D tanto a los votantes como a los pa¨ªses de origen y tr¨¢nsito, y a las mafias de tr¨¢fico de personas¡±, plantea la experta en pol¨ªtica comunitaria y temas de justicia e interior.
El Ejecutivo comunitario de Ursula von der Leyen, que en 2020 remarc¨® que el sistema vigente no funcionaba y present¨® su propuesta de regulaci¨®n migratoria com¨²n a trav¨¦s de un pacto ¡°efectivo y humano¡±, ha ideado un modelo basado en dos patas: el convenio comunitario y una f¨®rmula de acuerdos con pa¨ªses de origen y tr¨¢nsito para evitar las llegadas a la Uni¨®n. Hoy, la inspiraci¨®n principal es lo firmado con T¨²nez, pa¨ªs al que la Comisi¨®n Europea ha ofrecido asistencia econ¨®mica ¡ªaspira a movilizar unos 900 millones de euros de financiaci¨®n, aunque vinculada a que el Fondo Monetario Internacional apruebe su propio desembolso¡ª para mantener a flote el pa¨ªs. Tambi¨¦n financiaci¨®n para programas diversos (entre ellos, uno de control de fronteras), a cambio de que gestione las salidas, y que ha suscitado la controversia por las denuncias sobre las vulneraciones de los derechos humanos del Gobierno de Kais Said, de inflamada ret¨®rica contra los migrantes. Tambi¨¦n, por la forma en que se acord¨®, sin la necesaria aprobaci¨®n previa de los Estados miembros.
El c¨ªrculo pensado por Von der Leyen, sin embargo, est¨¢ lejos de cerrarse. La primera pata ¡ªconsta de cinco reglamentos¡ª, que la experta del Centre for European Reform llama ¡°el pacto cojo¡±, no se ha completado. Falta que los Veintisiete den luz verde al ¨²ltimo cap¨ªtulo, un instrumento legislativo para responder a las situaciones de ¡°crisis y fuerza mayor¡± y que, seg¨²n los ¨²ltimos borradores que ha visto EL PA?S, recoge tambi¨¦n la ¡°instrumentalizaci¨®n¡± de los migrantes por parte de un tercer Estado (como la presi¨®n migratoria de Bielorrusia sobre Polonia y los b¨¢lticos) dentro de esas situaciones especiales que permitir¨ªan a un miembro comunitario instaurar un r¨¦gimen que eluda la pol¨ªtica com¨²n.
Solidaridad com¨²n
Esta semana, el Parlamento Europeo, que ya cerr¨® su postura sobre ese ¨²ltimo fleco en abril, ha decidido, adem¨¢s, bloquear las conversaciones para convertir en legislaci¨®n europea dos de los cuatro reglamentos que los Veintisiete ya acordaron, y que est¨¢n en la fase final en la que representantes del Consejo (los Estados miembros), la Euroc¨¢mara, y la Comisi¨®n alumbran la normativa final (los llamados tr¨ªlogos). Es una f¨®rmula de presi¨®n: los dos cap¨ªtulos bloqueados ¡ªde control y procesamiento de las solicitudes¡ª son los m¨¢s avanzados y los que ¡°m¨¢s interesan¡± a los Estados miembros, asegura el eurodiputado socialista Juan Fernando L¨®pez Aguilar, presidente del Comit¨¦ de Libertades, Justicia e Interior de la Euroc¨¢mara.
En conjunto, el pacto migratorio establece el concepto de solidaridad obligatoria para que todos los Estados miembros compartan la gesti¨®n de los flujos que ahora, fundamentalmente, reciben los socios del sur ¡ªItalia, Grecia, Espa?a¡ª, y regula c¨®mo se recibe, procesa, o expulsa a los migrantes que se considera que no tienen derecho al asilo, y qui¨¦n ¡ªy durante cu¨¢nto tiempo¡ª tiene la responsabilidad sobre ese entramado legal que se abre cuando un reci¨¦n llegado plantea una solicitud de refugio.
El sistema, contra el que claman Hungr¨ªa y Polonia ¡ªque creen que la migraci¨®n debe ser una cuesti¨®n solo nacional, pese a las fronteras comunes¡ª, plantea unas cuotas de reubicaci¨®n obligatorias para los pa¨ªses que no est¨¢n bajo la intensa presi¨®n de las llegadas o que los Estados miembros que reh¨²sen acoger paguen 20.000 euros por cada solicitante de asilo rechazado para la bolsa com¨²n. Tambi¨¦n, nuevas f¨®rmulas tecnol¨®gicas de registro a trav¨¦s de datos biom¨¦tricos e incluso apuntala el concepto de ¡°ficci¨®n de entrada¡±, que supone que la persona no ha cruzado la frontera hasta que los funcionarios hayan decidido procesar su solicitud. Una modalidad, dice la experta Kelly Soderstrom, que ha analizado el tema para el Consejo Europeo sobre Refugiados y Exiliados (Ecre, por sus siglas en ingl¨¦s), que ¡°inhibe la movilidad de los solicitantes de asilo, el acceso a sus derechos y procedimientos, y aumenta el riesgo de devoluci¨®n¡±.
Es algo similar al concepto de fortaleza. Pero en vez de muros, traza un sistema que hace que sea dif¨ªcil e indeseable entrar. Los Veintisiete ¨Dque se han enzarzado de nuevo en debates pol¨ªticos sobre qui¨¦n tiene la responsabilidad de acoger a quienes llegan mientras los solicitantes de asilo aguardan en centros saturados, muchas veces en muy precarias condiciones¨D van contra reloj. La presidencia espa?ola del Consejo de la UE se afana por encontrar puntos comunes para aprobar el reglamento de gesti¨®n de crisis, que tambi¨¦n ha levantado las alarmas de las organizaciones especializadas y defensores de los derechos humanos.
El cap¨ªtulo de crisis, asegura Stephanie Pope, asesora sobre inmigraci¨®n y Uni¨®n Europea en Oxfam, ¡°proporciona escenarios a los Estados miembros para derogar la ley de asilo de la UE, lo que corre el riesgo de convertirse en violaciones generalizadas de los derechos humanos contra los refugiados, sin responsabilidad alguna, y en una menor protecci¨®n¡±. Ese reglamento, adem¨¢s, podr¨ªa derivar en futuros debates en el Consejo de pa¨ªses que reh¨²sen adherirse a las normas de asilo y derechos humanos porque consideren que est¨¢n enfrentando esos escenarios.
Voces cr¨ªticas y reservas
B¨¦lgica, Luxemburgo y Portugal han planteado reservas sobre el efecto de ese nuevo reglamento en los derechos de los solicitantes de asilo. Otros, como Hungr¨ªa y Polonia, rechazan cualquier f¨®rmula de regulaci¨®n com¨²n y pueden dilatar la aprobaci¨®n de este cap¨ªtulo para evitar cerrar todo el pacto, que est¨¢ planteado para que funcione en conjunto.
El eurodiputado L¨®pez Aguilar, que destaca la enorme divisi¨®n dentro de la UE en torno al tema migratorio con acusaciones cruzadas entre los pa¨ªses de primera l¨ªnea y aquellos que afrontan los movimientos secundarios (a los que se dirigen los migrantes mayoritariamente despu¨¦s, como Alemania o Pa¨ªses Bajos), habla de ¡°deficiencias sangrantes¡± en la legislaci¨®n actual.
Mientras, la Comisi¨®n Europea pugna por salvar el acuerdo con T¨²nez, la otra pata para frenar las llegadas. El memorando de entendimiento firmado con el presidente Said en una visita a su palacio no solo ha recibido enormes cr¨ªticas y dudas legales y humanitarias. Adem¨¢s, la afluencia por la ruta que sale del pa¨ªs magreb¨ª, la del Mediterr¨¢neo central, una de las m¨¢s peligrosas y mort¨ªferas, y que lleva fundamentalmente a Italia, no se ha reducido. En lo que va de a?o, las llegadas registradas por esa v¨ªa han aumentado un 115% en comparaci¨®n con el mismo periodo del a?o anterior, seg¨²n datos europeos.
Tras la firma del memorando con Said, adem¨¢s, las cifras no han bajado. El dinero europeo que forma parte del acuerdo todav¨ªa no ha llegado a T¨²nez y el mandatario lo deja claro. Von der Leyen, que visit¨® la semana pasada Lampedusa junto a la ultraderechista primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que se ha destacado por sus posiciones duras sobre migraci¨®n, ha prometido que acelerar¨¢ el env¨ªo de fondos a T¨²nez. Y en la isla italiana lanz¨® una advertencia: ¡°Como parte de la comunidad internacional tenemos una obligaci¨®n. La hemos cumplido y la cumpliremos, pero nosotros decidiremos qui¨¦n viene a la UE y en qu¨¦ circunstancias, y no los contrabandistas y traficantes¡±.
Bruselas culpa a las mafias de las tragedias en el mar y defiende estos pactos, que ya dise?a para otros pa¨ªses como Egipto, seg¨²n fuentes comunitarias. De hecho, un informe de Oxfam presentado esta semana muestra que la UE dedica m¨¢s fondos de su presupuesto a reducir la inmigraci¨®n hacia Europa que a planes para frenar la pobreza en los pa¨ªses de origen cuando se trata de dinero que se gasta en programas de migraci¨®n, dice Stephanie Pope. Su informe ha identificado, adem¨¢s, que proyectos sobre migraci¨®n financiados en Libia, T¨²nez o Nigeria est¨¢n en riesgo de vulnerar regulaciones internacionales de ayuda.
El eurodiputado L¨®pez Aguilar, muy cr¨ªtico con el acuerdo con T¨²nez y con c¨®mo se alumbr¨®, echa de menos una estrategia com¨²n ¡°coherente¡±. Tanto para los valores de la UE, como para el derecho internacional, el europeo, el mar¨ªtimo, el humanitario. El que ejerci¨® de ministro de Justicia de Espa?a en el segundo mandato de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero (2004-2007) critica en cambio que ¡°se percibe a una Von der Leyen cada vez m¨¢s melonizada¡±, en referencia a las posiciones ultra de la primera ministra italiana.
Las amargas luchas entre Estados miembros por el asunto migratorio no cesan. E incluso permanecer¨¢n cuando se cierre el pacto migratorio, previsiblemente antes del final de la legislatura para evitar que la inmigraci¨®n sea un tema en las elecciones europeas de junio, dice la experta Mortera. La realidad de una pol¨ªtica migratoria com¨²n, con pa¨ªses que la boicotean como Polonia o Hungr¨ªa, as¨ª como la viabilidad de Schengen deber¨¢ repensarse, adem¨¢s, de cara a la ampliaci¨®n de la UE, dice la experta, que cree que podr¨ªa derivar en un sistema de c¨ªrculos conc¨¦ntricos o un ¡°mini-Schengen¡±, que no incluya a todos.
Ofrecer protecci¨®n a los refugiados fue una de las v¨ªas con las que se alumbr¨® lo que hoy es la UE, con las lecciones aprendidas de la II Guerra Mundial. La Uni¨®n de hoy, pese a que necesita inmigraci¨®n y apuesta por un sistema regulado que no termina de despegar ni ofrece respuestas a la mayor¨ªa de los que huyen en busca de asilo, ya no parece transitar esa v¨ªa.
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