Muere en prisi¨®n el capo de la Mafia Matteo Messina Denaro
Arrestado en enero, el jefe de la Cosa Nostra, de 61 a?os y enfermo de c¨¢ncer, fue durante d¨¦cadas el criminal m¨¢s buscado de Italia
El ¨²ltimo gran capo de la mafia siciliana, Matteo Messina Denaro, que durante tres d¨¦cadas fue el criminal m¨¢s buscado de Italia, ha fallecido este lunes a los 61 a?os a causa de un c¨¢ncer. Se encontraba en el m¨®dulo de presos del hospital de L¡¯Aquila, donde fue trasladado recientemente desde la c¨¢rcel en la que estaba desde el pasado enero. Messina Denaro ha muerto sin arrepentirse por sus cr¨ªmenes y sin confesar a los magistrados los secretos de su extensa carrera criminal. A inicios de este mes sus condiciones de salud empeoraron y desde entonces qued¨® ingresado en cuidados paliativos, rodeado de grandes medidas de seguridad. El viernes se le retir¨® la alimentaci¨®n, siguiendo su voluntad de evitar el ensa?amiento terap¨¦utico para mantenerlo con vida.
Messina Denaro fue identificado y detenido en enero precisamente por el tratamiento m¨¦dico al que se estaba sometiendo en una cl¨ªnica privada de Palermo, especializada en terapias oncol¨®gicas. All¨ª se presentaba con el nombre falso de Andrea Bonafede. Despu¨¦s de su arresto, fue interrogado en varias ocasiones por los magistrados, que ordenaron su traslado a la c¨¢rcel de alta seguridad de L¡¯Aquila, para cumplir condena por una veintena de cadenas perpetuas, pero siempre se neg¨® a colaborar con la justicia y se ha llevado sus secretos a la tumba.
El capo mafioso nunca confes¨® un ¨¢pice de las toneladas de preciada informaci¨®n que custodiaba, como los detalles del archivo de Tot¨° Rina sobre la promiscuidad de los gobiernos con la Mafia y las famosas negociaciones. ¡°Hablo con vosotros, pero nunca colaborar¨¦¡±, dijo cuando le colocaron las esposas. Tampoco se arrepinti¨® por sus cr¨ªmenes, al menos p¨²blicamente.
Messina Denaro llevaba pr¨®fugo desde 1993, cuando se esfum¨® tras unas vacaciones en Forte dei Marmi (Toscana). Entonces ya pesaban sobre ¨¦l acusaciones y condenas por delitos de asociaci¨®n mafiosa, atentados, robos, tenencia de explosivos o una cincuentena de homicidios. Aunque se convirti¨® en un fantasma para los investigadores y en la gran obsesi¨®n del Estado, se escond¨ªa a escasos nueve kil¨®metros de su casa, en Campobello di Mazara, un peque?o municipio siciliano. Durante toda su huida no perdi¨® poder.
Su desaparici¨®n lleg¨® a comprometer la reputaci¨®n de la magistratura y de la polic¨ªa del pa¨ªs. En la clandestinidad, tras la detenci¨®n en 2006 de Bernardo Provenzano, hasta entonces jefe de la Cosa Nostra, Messina Denaro se convirti¨® en el ¨²ltimo gran l¨ªder de la Mafia siciliana, una organizaci¨®n criminal que est¨¢ todav¨ªa muy lejos de ser eliminada.
Mientras su foto colgaba en las comisar¨ªas de toda Italia y en las de medio mundo, el capo tambi¨¦n iba al bar, a la compra o a cenar habitualmente a una pizzer¨ªa en su Sicilia natal. Incluso acud¨ªa regularmente a una boutique de Palermo para concederse caprichos de lujo, como el reloj Franck-Muller de 35.000 euros que llevaba en la mu?eca cuando le detuvieron. El relato oficial de su captura nunca logr¨® despejar el interrogante m¨¢s repetido: ?Por qu¨¦ nadie consigui¨® arrestarle en 30 a?os? Los magistrados y numerosos expertos han tratado de explicar que una ingente red de omert¨¢ (ley del silencio) lo proteg¨ªa.
Messina Denaro goz¨® de tres efectivas esferas de protecci¨®n: una cobertura de alto nivel, que implic¨® a funcionarios de la administraci¨®n y pol¨ªticos (ha habido m¨²ltiples detenciones estos a?os); otro escal¨®n medio, en el que sus rentables negocios sirvieron de enlace con empresarios, mientras era asistido por m¨¦dicos, abogados y proveedores de servicios que miraban hacia otro lado cuando hac¨ªa falta, lo que los investigadores llaman la ¡°burgues¨ªa mafiosa¡±. Finalmente, el capo de la Cosa Nostra nunca fue delatado tampoco por sus paisanos, que siempre vieron en ¨¦l a un benefactor.
Fue el ¨²ltimo s¨ªmbolo de una era terror¨ªfica para Italia, marcada por el poder sin l¨ªmites de los capos, los asesinatos, los tiroteos y los atentados contra magistrados, hombres de Estado, periodistas e incluso contra el patrimonio art¨ªstico del pa¨ªs, y cuyo pico m¨¢ximo se alcanz¨® durante los a?os ochenta y noventa. Con l¨ªderes sanguinarios como Messina Denaro a los mandos, por aquel entonces, la Mafia puso contra las cuerdas al Estado italiano tanto por la impunidad de sus actividades como por los asesinatos de destacados exponentes de la lucha contra la organizaci¨®n. Destacan los atentados contra los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, ambos en 1992, y contra el general Carlo Alberto dalla Chiesa en 1982. Messina Denaro fue tambi¨¦n responsable de medio centenar de muertes, incluidos ni?os y mujeres embarazadas.
Despiadado y paranoico
Los testimonios sobre el capo, que nunca hab¨ªa pisado la c¨¢rcel hasta el pasado enero, lo perfilaban como un mafioso despiadado, dispuesto a matar incluso a los inocentes, quiz¨¢ m¨¢s astuto que los dem¨¢s, sin duda m¨¢s cauto, al borde de la paranoia, para no dejar rastro sobre su paradero. Tras su detenci¨®n, Italia se dividi¨® entre quienes pensaban que lo arrestaron y los que sosten¨ªan que se dej¨® arrestar. ¡°S¨ª, soy Matteo Messina Denaro¡±, respondi¨® tranquilamente a los agentes de los Carabinieri que lo detuvieron cuando le preguntaron su nombre.
El siciliano Roberto Scarpinato, uno de los jueces que mejor conoce el caso de Messina Denaro y que investig¨® durante a?os, como parte del legendario equipo antimafia de Giovanni Falcone, a la Cosa Nostra y al clan de los corleoneses, evoc¨® un inquietante episodio televisivo vivido poco antes de la captura: ¡°Otro importante capo de la mafia en la c¨¢rcel, Giuseppe Graviano, mand¨® a uno de sus hombres a la televisi¨®n para anunciar p¨²blicamente que Matteo Mesina Denaro estaba gravemente enfermo y se dejar¨ªa arrestar a cambio de una negociaci¨®n secreta que habr¨ªa permitido en el futuro la excarcelaci¨®n de otros padrinos condenados a cadena perpetua por los atentados. Tambi¨¦n ellos tienen informaci¨®n de los secretos de Estado¡±.
Messina Denaro fue heredero y compa?ero dentro del clan de los denominados corleoneses de otros dos grandes exponentes de la Mafia: Tot¨° Riina, detenido en 1993 y en prisi¨®n hasta su muerte en 2017, y Provenzano, detenido en 2006 y tambi¨¦n encarcelado hasta su fallecimiento en 2016.
El capo naci¨® en Castelvetrano (Trapani), en 1962. All¨ª fue a la escuela y despu¨¦s abandon¨® los estudios que hab¨ªa iniciado en el instituto de la localidad. Seg¨²n se recoge en el libro L¡¯invisibile (El invisible), escrito por Giacomo Di Girolamo, el capo escribi¨® en una carta recuperada por la polic¨ªa en 2015: ¡°Tengo algunos remordimientos en mi vida, no haber estudiado es uno de ellos. Fue uno de los mayores errores de mi vida, mi mayor rabia es que era un buen estudiante, solo que me distraje con otra cosa¡±.
La otra cosa probablemente fue el crimen organizado. Messina Denaro sigui¨® los pasos de su padre, que fue un capo local de la Cosa Nostra que vivi¨® fugado durante ocho a?os. Messina Denaro, tambi¨¦n apodado U¡¯Siccu (El Seco) o Diabolik, a diferencia de otros grandes capos, como Tot¨° Rina o Provenzano, nunca se cas¨® ni estuvo rodeado de una familia tradicional. Aunque en su c¨ªrculo m¨¢s estrecho dominaba el componente familiar, un elemento muy arraigado en las mafias.
Su hermana Patrizia, arrestada en 2013, y actualmente en prisi¨®n, condenada por asociaci¨®n mafiosa, fue su mano derecha y su representante en las reuniones de los clanes. Se ocupaba, adem¨¢s, de gestionar las extorsiones y la red de comunicaciones del capo. Su sobrino Francesco fue detenido el mismo a?o. Otra de sus hermanas, Rosal¨ªa, que nunca hab¨ªa estado involucrada en las investigaciones, fue detenida el pasado marzo, acusada de gestionar la contabilidad del clan y de cubrir las necesidades econ¨®micas de su hermano durante la clandestinidad. Era la encargada adem¨¢s de distribuir los pizzini, los papelitos con los que los mafiosos comunican sus ¨®rdenes al resto del clan y que permit¨ªan a Messina Denaro seguir dictando ¨®rdenes desde su escondite.
El capo tuvo una hija a la que al parecer nunca vio, y que hasta hace unos meses no llev¨® su apellido. La reconoci¨® formalmente cuando estaba ya en prisi¨®n y ella lo ha acompa?ado en el final de su vida.
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