T¨²nez pone en entredicho el acuerdo migratorio con la UE al bloquear otra visita europea al pa¨ªs
Las autoridades del pa¨ªs magreb¨ª, que ya vetaron a una delegaci¨®n de la Euroc¨¢mara, redoblan la presi¨®n sobre Bruselas en plena crisis de Lampedusa
T¨²nez tensa a¨²n m¨¢s la cuerda con Bruselas, que se afana a pesar de todo por salvar el acuerdo migratorio con el pa¨ªs magreb¨ª. El presidente tunecino, Kais Said, ha negado la entrada a una delegaci¨®n de la Comisi¨®n Europea que deb¨ªa visitar el pa¨ªs del norte de ?frica estos d¨ªas para debatir sobre la puesta en marcha del memorando de entendimiento firmado con Bruselas. Este acuerdo fija la asistencia financiera europea a T¨²nez a cambio de la ayuda para controlar las fronteras.
Se trata de un acuerdo que supone casi 1.000 millones de euros de financiaci¨®n vinculados a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) apruebe su propio desembolso; as¨ª como fondos para control de fronteras. A cambio, T¨²nez debe gestionar los flujos migratorios. Es decir: ayuda econ¨®mica a cambio de que el pa¨ªs magreb¨ª bloquee las salidas de migrantes hacia la UE. Las cr¨ªticas al controvertido acuerdo migratorio no dejan de aflorar por las denuncias de violaciones a los derechos humanos que pesan sobre el Gobierno de Said y la forma en que el Ejecutivo comunitario de Ursula von der Leyen firm¨® el memorando, sin el acuerdo previo de los Estados miembros, como marca la legislaci¨®n.
El veto de Said a los representantes comunitarios no es el ¨²nico. Hace 10 d¨ªas, las autoridades tunecinas ya bloquearon la visita de una delegaci¨®n del Parlamento Europeo. Las maniobras del presidente tunecino, junto a las im¨¢genes de la isla de Lampedusa, donde aguardan miles de migrantes en situaciones de penuria llegados a la isla italiana desde T¨²nez, echan m¨¢s le?a al fuego sobre el acuerdo. Este es un memorando opaco que la Comisi¨®n y la mayor¨ªa de las capitales ¡ªdonde la ret¨®rica sobre inmigraci¨®n es cada vez m¨¢s dura¡ª quieren usar como modelo con otros pa¨ªses de origen y tr¨¢nsito. Bruselas sondea ya a Egipto y a Marruecos, que tiene previsto recibir 500 millones de euros en ayudas de la UE para el periodo 2021-2027, una cifra que Rabat considera muy por debajo de los gastos que genera la contenci¨®n de los flujos migratorios hacia Europa.
Las tensiones entre los socios europeos sobre c¨®mo regular la inmigraci¨®n no dejan de aflorar. El esperado pacto migratorio de la UE est¨¢ a la espera de cerrar el ¨²ltimo fleco: un reglamento de ¡°gesti¨®n de crisis¡± que parece congelado. Adem¨¢s, se suman los vetos a todo lo que suene a pol¨ªtica com¨²n por parte de Polonia y Hungr¨ªa. Y las fricciones entre Alemania, Italia y Francia sobre la acogida de solicitantes de asilo o incluso sobre la financiaci¨®n de las misiones de salvamento en el mar. En este contexto, la gesti¨®n de la inmigraci¨®n enmarcada en acuerdos como el de T¨²nez parece ser un punto de encuentro en la Uni¨®n.
Este acuerdo ser¨¢ este jueves uno de los ingredientes de debate de la reuni¨®n de los ministros del Interior de la UE en Bruselas. Antes de la cita, la primera ministra italiana, la ultraconservadora Giorgia Meloni, ha reclamado m¨¢s ayudas para enfrentar la migraci¨®n y una misi¨®n naval de bloqueo para impedir la llegada de los migrantes a sus costas. Esta es una iniciativa compleja que no se enmarca dentro del rescate o salvamento, como marca la legislaci¨®n internacional, que, sin embargo, la presidenta Von der Leyen, que se est¨¢ acercando cada vez m¨¢s a la italiana, se ha comprometido a ¡°explorar¡±.
?rdago de Said
La decisi¨®n tunecina de posponer la vista de la delegaci¨®n de la Comisi¨®n parece inscribirse en el marco del ¨®rdago del presidente Said a Bruselas para exigir mayores compensaciones a su pa¨ªs como muro de contenci¨®n frente al desbordamiento de la inmigraci¨®n irregular africana hacia Europa desde T¨²nez, que ha desbancado a Libia como principal puerto de salida. Este movimiento llega en la estela de la presi¨®n ejercida por el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, en el Mediterr¨¢neo oriental. Tras haber desautorizado la presencia de representantes de la Euroc¨¢mara, en la que varios grupos han adoptado una visi¨®n cr¨ªtica del r¨¦gimen tunecino tras el autogolpe de 2021, el veto al Ejecutivo comunitario pone de relieve ahora la magnitud de las discrepancias.
Anunciado mediante un comunicado de la Presidencia difundido a trav¨¦s de las redes sociales, el portazo a la misi¨®n de la Comisi¨®n pone en entredicho la viabilidad del acuerdo migratorio entre T¨²nez y la UE. Bruselas anunci¨® el viernes un desembolso de 60 millones de euros de apoyo presupuestario y otro de 76 millones para control de la migraci¨®n irregular. Pero al Gobierno del presidente Said, que administra un pa¨ªs al borde de la bancarrota, no parecen convencerle estas promesas. En una reuni¨®n del Consejo de Seguridad Nacional celebrada en la noche del lunes, el presidente encarg¨® al ministro de Asuntos Exteriores, Nabil Ammar, que aplazara la visita europea hasta nueva orden.
Von der Leyen ha viajado dos veces desde junio a la capital tunecina en compa?¨ªa de la primera ministra italiana y del jefe de Gobierno saliente de Pa¨ªses Bajos, Mark Rutte, en lo que ha denominado ¡°Equipo Europa¡± (Team Europe), para intentar desbloquear el acuerdo con el presidente Said. El principio de entendimiento, sin embargo, se sit¨²a a¨²n lejos de los m¨¢s de 1.000 millones de euros planteados hace tres meses en su primera visita.
La presidenta de la Comisi¨®n se ha limitado a ofrecer a Said cinco pilares sectoriales de financiaci¨®n del memorando de entendimiento, que suman 300 millones de euros, de los cuales 105 millones corresponden a pol¨ªticas de contenci¨®n de la inmigraci¨®n hacia Europa. El resto corresponde a partidas como digitalizaci¨®n, energ¨ªa y desarrollo econ¨®mico. Bruselas asegura que sigue trabajando con T¨²nez y trata de quitar importancia al gesto de Said: afirma que busca junto a las autoridades tunecinas ¡°el mejor momento¡± para coordinar a ambas partes.
El memorando fijaba para este oto?o un eventual incremento del acuerdo para a?adir un paquete de 900 millones de euros, con el fin de que T¨²nez lleve a cabo las reformas impulsadas por el FMI a cambio de un pr¨¦stamo que a¨²n no se ha suscrito de 1.900 millones de d¨®lares (cerca de 1.800 millones de euros). La UE est¨¢ adem¨¢s dispuesta a movilizar otros 150 millones de euros como apoyo presupuestario a la agenda de reformas.
El l¨ªder tunecino se ha limitado a reiterar que no quiere ejercer de ¡°guardi¨¢n de fronteras¡± de Europa. Despu¨¦s de haber disuelto el Parlamento para gobernar por decreto desde 2021 y tras desencadenar una ola de detenciones de disidentes, Said arremeti¨® el pasado febrero contra los inmigrantes subsaharianos. ¡°Existe un plan criminal dise?ado desde principios de siglo dirigido a alterar la composici¨®n demogr¨¢fica de T¨²nez para transformarlo en un simple pa¨ªs africano sin vinculaci¨®n con el mundo ¨¢rabe e isl¨¢mico¡±, afirm¨® en una declaraci¨®n p¨²blica. Desde entonces, se ha multiplicado el acoso a los extranjeros negros africanos.
En Sfax, principal punto de partida de pateras en el Mediterr¨¢neo central, a 270 kil¨®metros al sur de la capital de T¨²nez, m¨¢s de 10.000 subsaharianos aguardan desde hace meses a embarcarse rumbo a las costas italianas de la isla de Lampedusa. Cientos de migrantes han sido expulsados por las autoridades y trasladados por la fuerza hacia una zona des¨¦rtica en la frontera con Libia.
Adem¨¢s de las cr¨ªticas expresadas por europarlamentarios, el acuerdo con T¨²nez ha sido duramente cuestionado por organizaciones internacionales de derechos humanos. Eve Geddie, representante de Amnist¨ªa Internacional ante las instituciones de la UE, enfatizaba la semana pasada que ¡°la UE est¨¢ repitiendo con T¨²nez un mensaje antiguo y peligroso¡± en una tribuna de opini¨®n difundida por su organizaci¨®n. ¡°Mientras sus representantes estrechan la mano del presidente tunecino¡±, ha advertido, ¡°cientos de migrantes y refugiados son abandonados en el desierto de la frontera con Libia. Adem¨¢s, el acuerdo tambi¨¦n corre el riesgo de legitimar el ataque de Said al Estado de derecho y su represi¨®n cada vez mayor de la disidencia¡±.
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